Estancias

De Calderón a Chueca

Claudio Monteverdi iniciaba el camino de la ópera con La Favola d’Orfeo en 1607 (puedes recordarlo en este enlace) y lo consolidaba décadas más tarde con Il ritorno d'Ulise in patria y L’incoronazione di Poppea al inicio de la década de 1640
Mientras, en España comienza a haber un seguimiento de la escena musical y Pedro Calderón de la Barca aporta al género lírico obras como El Jardín de Falerina (1648), El golfo de las sirenas (1657), El Laurel de Apolo (1658) o La púrpura de la rosa (1660), consideradas como la primera producciones de tipo zarzuelístico, todas de temas legendarios y mitológicos.
Paulatinamente éstos se dejan de lado y el tono se vuelve popular, se abandonan los modos italianos y se incorporan estilos del folklore español, como las seguidillas. 
Ambos géneros, ópera y zarzuela, utilizan en sus primeras producciones las tramoyas complicadas y las escenografías artificiosas, además de nacer en ambientes aristocráticos y palaciegos.
Mediada la primavera de 1681, el día 25 de mayo fallecía Pedro Calderón de la Barca, de quien tomamos el texto literario de esta semana. Se trata de parte del famoso monólogo de Segismundo de La vida es sueño. ¡Qué lejos su retórica argumentación de los modos, la concisión y economía de argumentos con que nos expresamos hoy! Evidentemente, se trata del Siglo de Oro de las letras, hoy la comunicación es de otra índole muy diferente, más compleja y eficaz.

Federico Chueca, uno de los autores fundamentales en la zarzuela, tuvo una vida casi de novela: Hijo de un conserje se crió en un torre en el centro de Madrid, obligado por su familia a estudiar medicina y sin ninguna formación teórica musical, fue detenido en 1865 durante una protesta estudiantil. En la cárcel escribió unos valses que fueron orquestados y estrenados por Francisco Asenjo Barbieri, quien lo apadrinó. La canción de la Lola fue censurada por las autoridades madrileñas ya que era tan popular que amenazaba con subvertir el orden de los barrios bajos.
Chueca poseía un talento innato y una gracia con la melodía y el ritmo que le llevaron a componer extraordinarias piezas musicales como El año pasado por aguaAgua azucarillos y aguardienteEl bateo, La alegría de la huertaLa Gran Vía.


La música que hemos seleccionado nos muestra este ambiente popular alejado del legendario de los comienzos del género. Se trata del conocido Coro de niñeras de Agua, azucarillos y aguardiente.




Una anécdota muestra la gracia intuitiva de Chueca para unir texto y música de modo que no dejemos de recordarlos. En un ensayo previo al estreno de La verbena de la Paloma, cuando Tomás Bretón dirigía las seguidillas Por ser la Virgen de la Paloma, le sugirió que a esa melodía de "alma seria" le venía bien la repetición de las sílabas y frases con que concluye la estrofa (un mantón de la China-na, China-na, China-na) como medio de realzar la melodía. La graciosa melodía de Bretón se transformó con ese carácter barriobajero y un curioso sentido cómico que una vez que se escucha no se puede olvidar.

Puedes recordar esta pieza en la entrada De las campanas a la Verbena.

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De la Jota a la Z de Zarzuela

La gran aportación de la música española a la evolución nacional de la ópera en el siglo XIX es la zarzuela. En Francia la ópera italiana evolucionó hacia la Opéra-Comique, entre las que podemos destacar Los cuentos de Hoffmann, de Offenbach y la conocidísima Carmen de Bizet. En Alemania derivó en el Singspiel, con la carismática La Flauta Mágica de Mozart. Son géneros que alternan música con partes habladas o declamadas, además de prescindir del italiano y estar escritas en el idioma de estos respectivos países.
Se suele definir la zarzuela como "una forma de música teatral o género musical escénico surgido en España que se distingue por contener partes instrumentales, partes vocales (solos, dúos, coros...) y partes habladas, aunque existen excepciones en las que éstas últimas están ausentes".
Su nombre procede del Palacio del mismo nombre junto al que se hallaba el teatro en el que se llevaron a cabo las primeras representaciones del género. Según investigaciones fue Calderón de la Barca el primer dramaturgo que adopta este término para una obra suya, El golfo de las sirenas, que se estrenó en 1657 y que presentaba la vida de un joven aventurero que emprendía un largo viaje lleno de misterios y peligros.

El texto que hemos seleccionado para esta entrada pertenece al incomparable grupo argentino Les Luthiers, que nos acompañó en este blog y que puedes rememorar en el enlace Instantes de felicidad y confusión. En esta ocasión se trata de la hilarante presentación que antecede a su ficticia zarzuela Las majas del Bergantín.


Comenzamos una serie de audiciones dedicadas a la Zarzuela con una pieza apoteósica perteneciente a La Dolores, una ópera más que zarzuela en tres actos, con música de Tomás Bretón y un libreto original de José Feliú y Codina que se estrenó en marzo de 1895 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. Se cuenta que el letrista se inspiró en una copla de ciego que escuchó acerca de una Dolores que existió en la realidad, casada con un militar y que llevó una vida licenciosa.
La parte más conocida es su Jota, la famosa  Aragón la más famosa, del que ofrecemos una versión de la Antología de la Zarzuela, grabada en la Plaza Monumental de las Ventas de Madrid. Dividida en tres partes, las dos primeras están interpretadas por cantantes solistas, mientras que en la última interviene el coro.


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De las campanas a la verbena

Nuestro carácter nos invita a salir a la calle, convivir, disfrutar de las temperaturas agradables y festejar con nuestros amigos, conocidos y vecinos. Desde la primavera hasta comienzos del otoño disfrutamos con nuestra vida hacia el exterior.
A lo largo de toda nuestra geografía se llevan a cabo infinidad de festejos que invitan a tomar la calle y a vivirla con toda la intensidad con que en los meses invernales la hemos cambiado por nuestros espacios interiores.






En  esta entrada te propongo una doble mirada. Por un lado, literariamente hacia las campanas, como instrumento de convocatoria, especialmente ligado a las celebraciones y fiestas religiosas. La música viene de una de las obras más conocidas del repertorio de zarzuela, un género que apenas hemos tocado en este blog.

El político y escritor francés François René de Chateaubriand es uno de los autores más reconocidos del primer romanticismo galo, a comienzos del siglo XIX. Partidario en sus comienzos de la Revolución Francesa, al tomar esta un cariz que no compartía marchó a Estados Unidos con la intención de buscar el Paso del Noroeste, cosa que no llegó a intentar. De vuelta a sus país, con nombre falso, se ganó el favor de Napoleón quien le adjudicó algunos cargos diplomáticos, renunciando por desacuerdos posteriores con el emperador francés. Tras la restauración borbónica volvió a ocupar cargos políticos, llegando a ser nombrado ministro de Asuntos Exteriores.
Su aportación a la literatura viene por la introducción de personajes y ambientes exóticos procedentes de los nativos de Norteamérica y una cierta introspección y melancolía de tipo pesimista en su obra. Destacan las novelas Atala y René y su obra póstuma Memorias de ultratumba. En esta entrada, traemos un texto suyo acerca de las campanas.



La música viene de la mano de Tomás Bretón con un libreto de Ricardo de la Vega. Se trata de La verbena de la Paloma una de las zarzuelas más conocidas de todo el repertorio. Aunque toma la referencia de la festividad de la virgen del mismo nombre, el 15 de agosto, puede servirnos para cualquiera de las celebraciones que tenemos a lo largo de nuestra geografía.
Como dato curioso, indicar el subtítulo que lleva la obra, El boticario y las chulapas y celos mal reprimidos.



La interpretación, en versión concierto, está dirigida por el prestigioso Víctor Pablo Pérez en un concierto solidario celebrado en 2014. Interesante cómo transmiten la alegría los cantantes.


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Sí, un final largo y feliz

¿Cuántas vidas caben en nuestra vida? Hay personas que viven treinta vidas en un año y quienes viven una vida en treinta años. 
En nuestro mundo todos los objetos tienen fecha de caducidad y están preparados para que consumamos de forma constante. Pero nuestras relaciones personales no deberían seguir estas pautas, aunque con cierta frecuencia transitan, con mayor o menor cercanía a nosotros, algunas de todo tipo que concluyen sin más.
En esta entrada te propongo una mirada, si quieres un poco romántica, a la pervivencia y la consolidación de nuestras más íntimas relaciones. 
La página literaria de esta semana pertenece a la poetisa Amalia Bautista, a quien ya tuvimos presente en este blog con Entre mis mejores deseos y Va pensiero



Una de las más curiosas e interesantes colaboraciones entre escena y música, sin contar el universo de la ópera, es la que ocurrió entre dos noruegos, cada uno de ellos considerado el máximo representante de su especialidad en su país: el dramaturgo Henrik Ibsen y el compositor Edvard Grieg.
Ambos se propusieron la colaboración en la creación de un drama con música incidental y así fue como surgió Peer Gynt. En el escritor es una obra atípica: está escrita en verso y no se trata de una comedia realista, sino de una obra de carácter fantástico. También es una obra complicada de representar por su duración y los continuos cambios de escenario que han hecho que sea poco llevada a escena,
Más éxito tuvo la música de Grieg, no siempre interpretada en su totalidad, pero que sí ha tenido un gran éxito dentro de la música llamada clásica a través de las dos Suites de Peer Gynt. Algunas de sus piezas, como La mañana, En la gruta del rey de la montaña o La danza de Anitra están dentro de ese tipo de música que todos hemos oído alguna vez y conocemos sin saber muy bien de qué o dónde las hemos oído. ¿Las reconoces?


Sin entrar en detalles de su argumento, la pieza que te traigo en esta entrada es la canción, muy del gusto romántico, con que Solveig recibe y a la vez redime a un Peer Gynt purificado por la música que ella le canta.


Como en otras ocasiones, te presento varias versiones. Podrás comprobar que las diferencias de interpretación entre ellas son sustanciales. ¿Cuál te gusta más? Te invito a que compartas con nosotros tu opinión.

La primera versión está interpretada en concierto por la soprano
Sarah Brightman.

La segunda versión la canta Marita Solberg, también en concierto y al aire libre.

La última interpretación, en disco, pertenece a nuestra habitual Anna Netrebko.


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Hoy es el día más hermoso de nuestra vida

En el año en que celebramos el cuatrocientos aniversario del fallecimiento de Cervantes, no podíamos dejar detrás a nuestro universal Don Quijote, el personaje que ha marcado toda un época en la literatura mundial. 
En esta entrada te presento un texto del Quijote en el que nos ofrece consejos que fueron tan válidos en su momento como lo son para todos los que ahora los leemos en la actualidad. De todos los personajes que han surgido bajo su inspiracion, la música viene de la mano de una de las pocas óperas que compuso Joseph Haydn y cuyo protagonista y el viaje que realiza, nos recuerdan al caballero manchego.





La riqueza de la novela, la creación de una obra en la que se critican los libros de caballería, con detalles que nos acercan a la realidad del personaje frente a los estereotípos ficticios de la novela de la época, hacen que Don Quijote se convierta en uno de los personajes más reales de la literatura universal.
En esta entrada, se nos presenta como verdadero filósofo que nos alienta en nuestro camino por la vida.






Además de servir de inspiración a multitud de piezas instrumentales y varias óperas y ballets, la música que nos acompaña no deja de recordarnos a nuestro Quijote y su aventura a lomos del volador caballo de madera Clavileño.



Il Mondo della Luna es una extraña y poco representada ópera que Joseph Haydn compuso a partir de un libreto de Carlo Goldoni, el genial y original autor de la Comedia dell'arte entre cuyos personajes podemos recordar a Arlequín y Colombina.
Se trata de una ópera bufa italiana, estrenada en la residencia de los Esterház en 1777. Su libreto narra las vicisitudes de un crédulo burgués aficionado a la astronomía, Buonafede, que es embaucado por un avispado conocido suyo, Ecclittico, y dos amigos más, enamorados de sus dos hijas y criada, haciéndole creer que ha sido transportado al mundo lunar, para arrancarle el consentimiento para el matrimonio y las respectivas dotes. Una típica y exagerada comedia de enredos. 
La música que nos ocupa hoy es una delicada y deliciosa pieza, en la que se nos narra cómo mediante un somnífero hacen creer al pobre Buonafede que está volando hacia la Luna, mientras poco a poco va durmiendo. La pieza tiene una inocencia, un artificio en el retrato de personajes y situaciones, un algo etéreo en el uso de las cuerdas, en el suave fraseo que la hace entrañable. 



Puedes seguir la escena a partir de 6'50''.

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