"¿Hablas en serio cuando me dices que mi conciencia me obliga a componer? Siempre he cumplido con escrúpulo los compromisos contraídos y el público ha aceptado mis obras de la misma forma, con sonoros aplausos o pitidos. La deuda está saldada." Así se expresaba, después de cumplir los sesenta años, Giuseppe Verdi, dando por finalizada su carrera tras componer su última obra, el Requiem, en 1874.
Pero Verdi aún guardaba la que pensaba que sería su última obra inspirada en su admirado Shakespeare: Otello. Pocos autores han disfrutado tanto de la obra del dramaturgo inglés como el compositor italiano, para quien era un constante lectura desde su juventud y una fuente de inspiración inagotable para llevar a la escena. Con el Otello, que durante varios meses valoró llamar Iago por el protagonismo que el personaje estaba adquiriendo y por diferenciarlo de la obra homónima de Rossini, Verdi dio por finalizada en 1887 una carrera que ya había considerado terminada.
Sin embargo, esta no sería la última obra de Verdi. Aún sorprendería al mundo con una nueva ópera. Arrigo Boito, que había sido el libretista del Otello le sugirió la idea de trabajar sobre un personaje, otra vez de Shakespeare, Sir John Falstaff, una suerte de Sancho Panza barrigón y borracho, ladrón y sin escrúpulos, pero con una simpatía a prueba de bombas.
Falstaff aparece en las dos partes de Enrique IV en el papel cómico del amante burlado. En 1599 el dramaturgo inglés volvió a situar al personaje en Las alegres comadres de Windsor, según parece por deseo de la reina Isabel I con ideas cómicas del gusto de la monarca y que no está a la altura de otras obras del autor.
La propuesta de Boito se basó en los tres textos, especialmente en el último, realizando un guión que envió al maestro. La respuesta planteaba las dudas que tenía y cuya transcripción sería la siguiente:
En pocos días Verdi se decidió a componer imponiendo a Boito guardar el secreto más profundo sobre el proyecto que estaban llevando a cabo.
Años antes, el gran Rossini había publicado en La Gazetta Musicale: "Verdi es un compositor de carácter, serio y melancólico. Sus tonos son triste y oscuros. Este espíritu emana de su forma de ser espontáneamente y por esa razón es valioso en extremo. Siento el máximo respeto por Verdi, pero está fuera de dudas que jamás podrá escribir una obra semiseria de la categoría de Linda de Chamonix y menos aún una ópera bufa como El elixir de amor".
Verdi escribió al editor: "Durante veinte años he buscado un libreto para una ópera bufa y ahora que lo he encontrado provocáis con este artículo que el público sienta ganas de abuchear mi obra entes de haber sido compuesta."
Que Verdi trabajara con más de setenta años en una obra cómica, mientras algunos colaboradores y amigos morían y él quedaba enormemente afectado, hizo que la composición se demorara durante meses. En algunos momentos llegó a reconocer que mientras ponía música se había hecho reír a sí mismo. A Boito llegó a escribir: "Il Panzone (el Panzudo) va camino de la locura. Algunos días no se mueve, duerme, está de mal humor. Otros grita, corre y lo rompe todo."
Una de las más divertidas secuencias es esta en la que Falstaff cae en el juego de engaños y cree seducir a Alice y entona Quand'ero paggio del Duca di Norfolk (Cuando era paje del Duque de Norfolk), una melodía que describe al personaje.
El bajo Renato Bruson explica e interpreta Quand'ero paggio... en un ensayo de Falstaff en el Teatro Murricino di Chieti grabado en abril de 2007. El cantante indica que para el personaje es un gran momento de romanticismo con el que cree que Alice caerá rendida a su desbordada pasión.
Lo que más sorprende de Falstaff es que Verdi no siguiera el camino de la ópera bufa, entre otras razones porque ya estaba en su ocaso, sino que estaba componiendo una obra de teatro con música, revolucionaria en cuanto que era totalmente distinta a todo lo que había compuesto hasta entonces, y con la que estaba dispuesto a sacarse la espina del fracaso que supuso su otra obra de este estilo, Un giorno di regno (Un día de reinado).
El guión de Boito se basaba principalmente en Las alegres comadres de Windsor, aunque seleccionando personajes, evitando las repeticiones innecesarias que quitan comicidad, modificando algunos de ellos para consolidar más la obra, centrando la acción en un único nudo y dividiéndola en seis cuadros de unos veinte minutos repartiéndolas de dos en dos en tres actos.
Quienes buscan en una ópera arias brillantes, dúos o tríos espectaculares o coros emocionantes ven en Falstaff una obra distinta de las de Verdi, no convencional y puede llevarles a una cierta decepción. Pero el compositor italiano logra una auténtica obra en la que la relación entre lo que se dice y la música logran una perfecta conjunción. En Falstaff no hay números cerrados que terminan y se aplauden; tampoco hay, como en las óperas anteriores a Verdi, esas arias espectaculares con que los grandes tenores, sopranos o barítonos paraban la acción para sorprender al público con sus exhibiciones canoras que no tenían nada que ver con el argumento.
Falstaff es la culminación del saber de Verdi, la cumbre de su técnica compositiva que aparece por toda la obra con un alarde de riqueza y complejidad musical. Las arias son sustituidas por pequeñas piezas encadenadas; salvo el protagonista, no hay papeles grandiosos sino grandes secundarios con un perfil muy marcado.
El protagonista está dibujado hasta hacerse una figura agradable y con encanto, no sólo un payaso burlado, sino alguien que se convierte en un símbolo, un personaje de estos que están por encima de la obra a la que pertenecen. Sus monólogos pertenecen a fragmentos de Enrique IV como el conocido "monólogo del honor" que interpreta en el acto I.
Otro apasionado de la obra de Shakespeare, Orson Welles, dirigió y filmó en España en 1965 su película Campanadas a medianoche en la que se centraba en la figura de Falstaff a partir de las citadas dos partes de Enrique IV. El "monólogo del honor" que el mismo Welles interpreta en la piel del protagonista mezcla las resonancias épicas con la excesiva prudencia.
En la obra de Verdi, el primer cuadro presenta a Falstaff en el modesto hostal La Jarretera donde reside carente de recursos. En su imaginación piensa que puede enamorar a Alice Ford y Meg Page, ambas casadas y adineradas, para mejorar su economía. Ni se molesta en escribir cartas distintas a cada una, sino la misma con encabezamiento diferente. Sus criados lo acompañan cuando el tabernero reclama el pago de la deuda. Entra un leguleyo que le reclama por unos abusos cometidos en su casa por el protagonista y sus criados. Falstaff lo echa sin miramientos mientras comenta con sus criados que hay que robar con gracia y oportunidad. Envía a los criados a llevar las cartas, pero éstos se niegan porque su honor se lo impide. En estas circunstancias, tan diferentes de las reseñadas por Orson Welles, se desarrolla este monólogo del honor.
Uno de los grandes de mediados del siglo XX, Tito Gobbi interpreta este monólogo L'onore en una producción fílmica con la Philarmonia Orchestra.
Una de las aportaciones de Boito y Verdi es la forma de representar el amor entre Nannetta y Fenton que presentan. Les dan un tono poético aunque sin despreciar el tono cómico de la obra. Este juego amoroso se va desarrollando a través de toda la obra de forma fugaz. En sus apariciones se hacen mimos por los rincones ocultos a la vista de forma ingeniosa, con frases chistosas, pícaras y rápidas, mientras desarrollan miniaturas de dúos de amor que Boito quiso cerrar con una cita del Decamerón de Bocaccio: "Bocca baciata non perde ventrua. Anzi rinnova come fa la luna" (Una boca que ha sido besada no pierde felicidad. Ésta vuelve como lo hace la luna).
En el acto segundo, Alice y Meg junto con Quickly y Nanetta esperan la llegada de Il Panzone (como lo llamaba Verdi) para burlarse de él. Cuando llega, las tres últimas se esconden mientras la primera lo recibe tocando el laúd. La escena incluye la melodía anterior de Quand'ero paggio del Duca di Norfolk.
La escena entre Falstaff y Alice está interpretada por el barítono Sergio Vitali y la soprano Rosa Feola en 2013 el Teatro della Fortuna di Fano.
El cuadro segundo del tercer acto presenta una atmósfera de fantasía y magia inédita en la obra de Verdi. Humor y ensueño se complementan, los elementos satíricos, juguetones e irónicos muestran parodias de sus propias obras, lo majestuoso se expresa en un contexto humorístico. Mientras se canta una letanía burlona para con Falstaff, suenan melodías del Requiem o salmos sacerdotales de Aida.
Cuando para preparar la burla definitiva a Falstaff Alice reparte los papeles que han de representar, un efecto sonoro refleja de forma sutil el ambiente, como una sonoridad transparente. "Aquí es necesaria una melodía que se torne cada vez más tenue y que se pierda en un pianissimo, a ser posible interpretado por un único violín" escribió Verdi mientras componía el acto.
Este inaudito acto y la ópera finalizan con una fuga final que pone fin a la carrera de uno de los más grandes compositores de ópera de la historia. Fue lo primero que Verdi compuso de esta obra en unos momentos en que estaba realizando estudios de contrapunto (¡con más de setenta años!). En septiembre de 1889 escribió a Boito: "Si, signore: una fuga... y precisamente una fuga divertida... ¡acorde al espíritu de Falstaff! ¿Y por qué divertida? ¿Me preguntáis el por qué? Bueno, desconozco la razón, ¡pero es una fuga cómica!".
El texto de Tutto nel mondo é burla es simple y efectivo como despedida de la ópera y de la obra de un genio como Verdi.
El coro final, esta fuga definitiva de Verdi, pertenece a una interpretación realizada en el Teatro alla Scala de Milán en 2001 bajo la dirección de Riccardo Muti en la que intervienen Ambrogio Maestri como Falstaff acompañado por Roberto Frontali, Juan Diego Flórez, Bárbara Frittoli y Ernesto Gavazzi con el Coro y la Orquesta titulares del citado teatro.
Pero Verdi aún guardaba la que pensaba que sería su última obra inspirada en su admirado Shakespeare: Otello. Pocos autores han disfrutado tanto de la obra del dramaturgo inglés como el compositor italiano, para quien era un constante lectura desde su juventud y una fuente de inspiración inagotable para llevar a la escena. Con el Otello, que durante varios meses valoró llamar Iago por el protagonismo que el personaje estaba adquiriendo y por diferenciarlo de la obra homónima de Rossini, Verdi dio por finalizada en 1887 una carrera que ya había considerado terminada.
Sin embargo, esta no sería la última obra de Verdi. Aún sorprendería al mundo con una nueva ópera. Arrigo Boito, que había sido el libretista del Otello le sugirió la idea de trabajar sobre un personaje, otra vez de Shakespeare, Sir John Falstaff, una suerte de Sancho Panza barrigón y borracho, ladrón y sin escrúpulos, pero con una simpatía a prueba de bombas.
Falstaff aparece en las dos partes de Enrique IV en el papel cómico del amante burlado. En 1599 el dramaturgo inglés volvió a situar al personaje en Las alegres comadres de Windsor, según parece por deseo de la reina Isabel I con ideas cómicas del gusto de la monarca y que no está a la altura de otras obras del autor.
La propuesta de Boito se basó en los tres textos, especialmente en el último, realizando un guión que envió al maestro. La respuesta planteaba las dudas que tenía y cuya transcripción sería la siguiente:
En pocos días Verdi se decidió a componer imponiendo a Boito guardar el secreto más profundo sobre el proyecto que estaban llevando a cabo.
Años antes, el gran Rossini había publicado en La Gazetta Musicale: "Verdi es un compositor de carácter, serio y melancólico. Sus tonos son triste y oscuros. Este espíritu emana de su forma de ser espontáneamente y por esa razón es valioso en extremo. Siento el máximo respeto por Verdi, pero está fuera de dudas que jamás podrá escribir una obra semiseria de la categoría de Linda de Chamonix y menos aún una ópera bufa como El elixir de amor".
Verdi escribió al editor: "Durante veinte años he buscado un libreto para una ópera bufa y ahora que lo he encontrado provocáis con este artículo que el público sienta ganas de abuchear mi obra entes de haber sido compuesta."
Que Verdi trabajara con más de setenta años en una obra cómica, mientras algunos colaboradores y amigos morían y él quedaba enormemente afectado, hizo que la composición se demorara durante meses. En algunos momentos llegó a reconocer que mientras ponía música se había hecho reír a sí mismo. A Boito llegó a escribir: "Il Panzone (el Panzudo) va camino de la locura. Algunos días no se mueve, duerme, está de mal humor. Otros grita, corre y lo rompe todo."
Una de las más divertidas secuencias es esta en la que Falstaff cae en el juego de engaños y cree seducir a Alice y entona Quand'ero paggio del Duca di Norfolk (Cuando era paje del Duque de Norfolk), una melodía que describe al personaje.
El bajo Renato Bruson explica e interpreta Quand'ero paggio... en un ensayo de Falstaff en el Teatro Murricino di Chieti grabado en abril de 2007. El cantante indica que para el personaje es un gran momento de romanticismo con el que cree que Alice caerá rendida a su desbordada pasión.
Lo que más sorprende de Falstaff es que Verdi no siguiera el camino de la ópera bufa, entre otras razones porque ya estaba en su ocaso, sino que estaba componiendo una obra de teatro con música, revolucionaria en cuanto que era totalmente distinta a todo lo que había compuesto hasta entonces, y con la que estaba dispuesto a sacarse la espina del fracaso que supuso su otra obra de este estilo, Un giorno di regno (Un día de reinado).
El guión de Boito se basaba principalmente en Las alegres comadres de Windsor, aunque seleccionando personajes, evitando las repeticiones innecesarias que quitan comicidad, modificando algunos de ellos para consolidar más la obra, centrando la acción en un único nudo y dividiéndola en seis cuadros de unos veinte minutos repartiéndolas de dos en dos en tres actos.
Quienes buscan en una ópera arias brillantes, dúos o tríos espectaculares o coros emocionantes ven en Falstaff una obra distinta de las de Verdi, no convencional y puede llevarles a una cierta decepción. Pero el compositor italiano logra una auténtica obra en la que la relación entre lo que se dice y la música logran una perfecta conjunción. En Falstaff no hay números cerrados que terminan y se aplauden; tampoco hay, como en las óperas anteriores a Verdi, esas arias espectaculares con que los grandes tenores, sopranos o barítonos paraban la acción para sorprender al público con sus exhibiciones canoras que no tenían nada que ver con el argumento.
Falstaff es la culminación del saber de Verdi, la cumbre de su técnica compositiva que aparece por toda la obra con un alarde de riqueza y complejidad musical. Las arias son sustituidas por pequeñas piezas encadenadas; salvo el protagonista, no hay papeles grandiosos sino grandes secundarios con un perfil muy marcado.
El protagonista está dibujado hasta hacerse una figura agradable y con encanto, no sólo un payaso burlado, sino alguien que se convierte en un símbolo, un personaje de estos que están por encima de la obra a la que pertenecen. Sus monólogos pertenecen a fragmentos de Enrique IV como el conocido "monólogo del honor" que interpreta en el acto I.
Otro apasionado de la obra de Shakespeare, Orson Welles, dirigió y filmó en España en 1965 su película Campanadas a medianoche en la que se centraba en la figura de Falstaff a partir de las citadas dos partes de Enrique IV. El "monólogo del honor" que el mismo Welles interpreta en la piel del protagonista mezcla las resonancias épicas con la excesiva prudencia.
En la obra de Verdi, el primer cuadro presenta a Falstaff en el modesto hostal La Jarretera donde reside carente de recursos. En su imaginación piensa que puede enamorar a Alice Ford y Meg Page, ambas casadas y adineradas, para mejorar su economía. Ni se molesta en escribir cartas distintas a cada una, sino la misma con encabezamiento diferente. Sus criados lo acompañan cuando el tabernero reclama el pago de la deuda. Entra un leguleyo que le reclama por unos abusos cometidos en su casa por el protagonista y sus criados. Falstaff lo echa sin miramientos mientras comenta con sus criados que hay que robar con gracia y oportunidad. Envía a los criados a llevar las cartas, pero éstos se niegan porque su honor se lo impide. En estas circunstancias, tan diferentes de las reseñadas por Orson Welles, se desarrolla este monólogo del honor.
Uno de los grandes de mediados del siglo XX, Tito Gobbi interpreta este monólogo L'onore en una producción fílmica con la Philarmonia Orchestra.
Una de las aportaciones de Boito y Verdi es la forma de representar el amor entre Nannetta y Fenton que presentan. Les dan un tono poético aunque sin despreciar el tono cómico de la obra. Este juego amoroso se va desarrollando a través de toda la obra de forma fugaz. En sus apariciones se hacen mimos por los rincones ocultos a la vista de forma ingeniosa, con frases chistosas, pícaras y rápidas, mientras desarrollan miniaturas de dúos de amor que Boito quiso cerrar con una cita del Decamerón de Bocaccio: "Bocca baciata non perde ventrua. Anzi rinnova come fa la luna" (Una boca que ha sido besada no pierde felicidad. Ésta vuelve como lo hace la luna).
En el acto segundo, Alice y Meg junto con Quickly y Nanetta esperan la llegada de Il Panzone (como lo llamaba Verdi) para burlarse de él. Cuando llega, las tres últimas se esconden mientras la primera lo recibe tocando el laúd. La escena incluye la melodía anterior de Quand'ero paggio del Duca di Norfolk.
La escena entre Falstaff y Alice está interpretada por el barítono Sergio Vitali y la soprano Rosa Feola en 2013 el Teatro della Fortuna di Fano.
El cuadro segundo del tercer acto presenta una atmósfera de fantasía y magia inédita en la obra de Verdi. Humor y ensueño se complementan, los elementos satíricos, juguetones e irónicos muestran parodias de sus propias obras, lo majestuoso se expresa en un contexto humorístico. Mientras se canta una letanía burlona para con Falstaff, suenan melodías del Requiem o salmos sacerdotales de Aida.
¿Qué tiene la música de Verdi? |
Cuando para preparar la burla definitiva a Falstaff Alice reparte los papeles que han de representar, un efecto sonoro refleja de forma sutil el ambiente, como una sonoridad transparente. "Aquí es necesaria una melodía que se torne cada vez más tenue y que se pierda en un pianissimo, a ser posible interpretado por un único violín" escribió Verdi mientras componía el acto.
Este inaudito acto y la ópera finalizan con una fuga final que pone fin a la carrera de uno de los más grandes compositores de ópera de la historia. Fue lo primero que Verdi compuso de esta obra en unos momentos en que estaba realizando estudios de contrapunto (¡con más de setenta años!). En septiembre de 1889 escribió a Boito: "Si, signore: una fuga... y precisamente una fuga divertida... ¡acorde al espíritu de Falstaff! ¿Y por qué divertida? ¿Me preguntáis el por qué? Bueno, desconozco la razón, ¡pero es una fuga cómica!".
El texto de Tutto nel mondo é burla es simple y efectivo como despedida de la ópera y de la obra de un genio como Verdi.
El coro final, esta fuga definitiva de Verdi, pertenece a una interpretación realizada en el Teatro alla Scala de Milán en 2001 bajo la dirección de Riccardo Muti en la que intervienen Ambrogio Maestri como Falstaff acompañado por Roberto Frontali, Juan Diego Flórez, Bárbara Frittoli y Ernesto Gavazzi con el Coro y la Orquesta titulares del citado teatro.
El enlace último presenta la ópera completa con subtítulos en castellano en una representación histórica que se llevó a cabo en 1982 bajo la dirección de Carlo Maria Giulini en el Royal Opera House Covent Garden londinense con el papel principal a cargo de Renato Bruson y la interpretación de Leo Nucci, Katia Ricciarelli, Barbara Hendricks y Lucia Valentini-Terrani entre otros protagonistas.
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Bibliografía utilizada: -Alier, Roger: Guía universal de la ópera. Ediciones Robinbook, S.L. 2007
-Caso, Ángeles: Giuseppe Verdi. La intensa vida de un genio. Círculo de Lectores, S.A. cortesía de Temas de Hoy, S.A., 2001
-Falcón, Laia: La ópera. Voz, emoción y personaje. Alianza Editorial, S.A. 2014.
-Batta, András: Ópera. Compositores. Obras. Intérepretes. Könemann Verlagsgesellschaft mbH, 1999.
Web consultadas:
http://www.kareol.com
http://www.vozpopuli.com/marabilias/cultura/Cultura-Bicentenario-Giusseppe_Verdi-Biografias-Literatura-Musica-Opera_0_633536641.html
https://elpais.com/cultura/2011/03/18/actualidad/1300402806_850215.html
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Bibliografía utilizada: -Alier, Roger: Guía universal de la ópera. Ediciones Robinbook, S.L. 2007
-Caso, Ángeles: Giuseppe Verdi. La intensa vida de un genio. Círculo de Lectores, S.A. cortesía de Temas de Hoy, S.A., 2001
-Falcón, Laia: La ópera. Voz, emoción y personaje. Alianza Editorial, S.A. 2014.
-Batta, András: Ópera. Compositores. Obras. Intérepretes. Könemann Verlagsgesellschaft mbH, 1999.
Web consultadas:
http://www.kareol.com
http://www.vozpopuli.com/marabilias/cultura/Cultura-Bicentenario-Giusseppe_Verdi-Biografias-Literatura-Musica-Opera_0_633536641.html
https://elpais.com/cultura/2011/03/18/actualidad/1300402806_850215.html