Estancias

Cuando tres no son multitud

Hay conceptos, ideas o expresiones que están asociados a números. El bien y el mal, el yin y el yang, el día y la noche los asociamos con la dualidad y el número dos. Expresiones como A vivir que son dos días, Es un arma de dos filos o Decir dos palabras las tenemos asociadas a este número.
En un dos por tres podemos pasar al siguiente número donde podemos encontrarnos con los tres reyes magos (o Las tres reinas magas de Gloria Fuertes), los tres tenores, los tres mosqueteros, los tres cerditos y obras como Tres sombreros de copa de Miguel MihuraTres ratones ciegos de Agatha Christie o los Tres tristes tigres de Cabrera InfanteAsí, el número tres lo asociamos a distintos títulos y expresiones. 
No voy a tratar sobre las tres uvas que el Lazarillo cogía cuando comía con el ciego cuando habían quedado en tomarlas de dos en dos, sino sobre obras en las que aparecen tres personajes como protagonistas o personajes secundarios.
Es habitual que en distintas obras -literarias, musicales o de otro tipo- aparezcan los personajes de dos en dos. Como tradicionalmente ocurre en la sociedad, estos personajes aparecen en libros y óperas como parejas de enamorados: Romeo y Julieta, Julio César y Cleopatra, Dante y Beatriz o Tristán e Isolda. También como cómplices o compañeros: los insurgentes hispanos Indíbil y Mandonio, Quijote y Sancho o Sherlock y Watson. También entra aquí la categoría de protagonistas y antagonistas como Otelo y Yago, el propio Sherlock Holmes y el profesor Moriarty, Harry Potter y Lord Voldemort o Luke Skywalker y Darth VaderHay multitud de obras en las que se desarrollan historias con estos tipos de personajes. 
En esta ocasión nos acercarnos a novelas y músicas en las que aparecen, a veces como protagonistas, otras como secundarios, tres personajes. Son también muchas las obras en las que encontramos estos tríos sentimentales en las que se tratan las relaciones que se establecen entre ellos. Los triángulos amorosos tienen su lugar en la historia de la literatura, el teatro, la ópera y el cine. Este tipo de historias surgen de la condición del ser humano y parten en muchas ocasiones de historias inspiradas en hechos reales. Pero esa es otra historia y tendrá cabida en otro momento.
En esta publicación te propongo acercarnos a grupos de tres personajes que protagonizan historias literarias y musicales. Nos acompañan obras de Rowling, Mozart, Jane Austen, Puccini, Dumas y un trío de grandes cantantes. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!


Así, prescindiendo de los triángulos amorosos que no tienen lugar en esta publicación, nos encontramos con que esos tríos no siempre lo fueron así. Los tres hermanos Marx eran cinco al principio, pero Zeppo y Gummo dejaron de aparecer para y se consolidaron los geniales Groucho, Harpo y Chico. A la inversa ocurre con los tres mosqueteros que, con el paso del tiempo serían cuatro al incluirse en ellos el protagonista D'Artagnan. En otras ocasiones, el número es invariable y parte del encanto de la obra como ocurre con las teatrales tres hermanas de Chejov o las televisivas Ángeles de Charlie.

El primero de los tríos de personajes nos lleva a una obra entre infantil y juvenil, en ese momento en el que se establecen lazos de amistad que perdurarán toda la vida o desaparecerán con la llegada de las relaciones amorosas. Reflejan los vínculos de amistad que crecen por primera vez fuera de los familiares, surgidos con los compañeros de colegio o del entorno cercano y suelen ser un momento en el que se crean relaciones intensas en las que se van asentando distintos roles según la personalidad de cada uno de los miembros y el desarrollo de la relación.
Uno de los ejemplos más brillantes y conocidos es el de un fenómeno literario y cinematográfico que arrasó desde los últimos años del pasado siglo y que llevó a la lectura a muchos niños, jóvenes e inclusos sus padres gracias a la obra de J. K. Rowling. Se trata de la serie de Harry Potter en el que se encuentra uno de los tríos de personajes más reconocibles, el formado por el protagonista, Ron Weasley y Hermione Ranger.


Con ese aire todavía infantil que tiene el primero de los libros,  Harry Potter y el cáliz de fuego, te invito a leer el primer encuentro entre los tres protagonistas que se produce en el tren que les lleva por primera vez al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Después de haberse encontrado Harry y Ron antes de montar en el tren y sentarse en el mismo compartimento, aparece la tercera protagonista, en una escena en la que no se crea una buena relación entre ellos.


Aunque la relación entre ellos es tolerada por los tres, no es has más adelante, con motivo de la aparición de un troll en los servicios cuando esta relación se muestra sólida e inquebrantable. Hay momentos en los que se sabe con certeza cuando y por qué se consolida una relación.


Estrenada algo más de dos meses antes de su muerte, Die Zauberflöte (La flauta mágica) es una de las óperas más deslumbrantes y enigmáticas del repertorio. La obra de Wolfgang Amadeus Mozart admite muchas lecturas donde se cruzan la lucha ente el bien y el mal, el cuento infantil, el rito masón con el camino hacia la iluminación, la opera bufa, el oratorio y piezas vocales de una brillantez exquisitas. 
Con un libreto de Emanuel Schikaneder, amigo, compañero masón de Mozart, empresario, intérprete de Shakespeare y el primer Papageno, se encuentra entre las óperas más representadas cada año en lo que va de siglo. Además de los protagonistas Tamino y Pamina, Papageno y su anhelada Papagena, cuenta con los antagonistas Sarastro y la malvada Reina de la Noche. Pero lo que la trae a esta publicación es dos tríos de personajes: Las tres mujeres, al servicio de esta última y los tres muchachos.


Se señala que Mozart incluyó en varias ocasiones el número tres en esta obra como parte de la simbología masónica. Además de estos personajes, la obertura se inicia con tres acordes que suponen la llamada de atención para iniciar la ceremonia.
Después de avisar a Tamino y Papageno que serán guiados por tres muchachos sabios, estos aparecen al final del primer acto para pedirles paciencia, silencio y perseverancia. En la siguiente presencia de los tres muchachos en el Acto II descienden de las alturas para interpretar Seid uns zum zweiternmala willkommen (Por segunda vez os damos la bienvenida) preparándolos para la prueba que se les avecina, mientras les devuelven la flauta mágica a Tamino y el carillón a Papageno. Curiosamente, además de su carga simbólica, son tres niños los que aconsejan a los adultos sobre cómo deben actuar y comportarse.


La interpretación corre a cargo de Ludwig M., Philip M. y Matthias H., pequeños grandes cantantes de los que se preserva el apellido con L'Orchestre de l'Opera National de Paris, la presencia silente de Piotr Beczala como Tamino y Detlef Roth como Papageno y la dirección de Ivan Fischer en una representación que se grabó en la Opéra National parisina en 2001. 


Después de personajes amigos y cercanos a la infancia, te presento otro grupo de tres tipos de personajes: los hermanos. Entre ellos se establecen relaciones desde el nacimiento en las que se muestran tanto pautas comunes procedentes de la educación en el entorno familiar como las diferencias en el carácter individual. A esto, se suman los roces y afinidades consecuentes con la convivencia.
Un ejemplo de estas relaciones entre hermanas lo podemos encontrar en una de las obras más conocidas de Jane Austen, Sense & Sensibility (Sentido y sensibilidad). La escritora inglesa dibuja con delicadeza e ironía las rígida sociedad inglesa de su época en las que la elección de marido es prácticamente la única opción para la mujer. La historia nos acerca a una viuda y sus tres hijas, las hermanas Dashwood, Margaret, Elinor y Marianne, centrándose en estas dos últimas, de carácter diferente y antagónico por momentos, que muestran las opciones ante la sociedad y el camino que anhelan tomar: el sentido común y la sensibilidad que suponen las dos formas de afrontar el futuro.
El texto que nos acompaña nos acerca a una de las veladas que se realizaban en la época en la que las Dashwood, madre e hijas, reciben a Edward Ferrars, uno de sus vecinos relacionado con Elinor. En la escena, Jane Austen muestra el carácter de las hermanas, sus relaciones entre ellas y sus diversos puntos de vista.




Además de los dobles tríos de La flauta mágica con las mujeres y los muchachos, hay otro trío aún más particular en la ópera póstuma de Giacomo Puccini, Turandot. Esta obra, que también ha tenido su lugar en varias ocasiones en este blog, es lo que vulgarmente podríamos llamar un cuento chino. Se trata en efecto de una obra en forma de cuento oriental a partir del drama de Carlo Gozzi y la versión que realizó Friedrich von Schiller del que escribieron el libreto Giuseppe Adami y Renato Simoni. 
En la historia de Turandot, la Principesa di gelo y su pretendiente de nombre desconocido aparecen tres ministros, Ping, Pang y Pong. En sus cartas, Puccini los nombraba como maschere (máscaras), como si fueran personajes de la commedia dell'arte. Aunque en los primeros esbozos de la ópera aparecían como los marginados de la leyenda china, acabaron convertidos en chinos sin perder el carácter de la tradición italiana, moviéndose siempre de tres en tres, como payasos o marionetas, interrumpiéndose unos a otros, completando sus pensamientos y frases y apareciendo siempre como un elemento grotesco que hace de contrapunto al drama.
De entre las varias apariciones que tienen a lo largo de la ópera te acompaña parte de la intervención que tienen al comienzo del Acto II. En el trío Ho una casa nell'Honan (Tengo una casa en Honán) los tres ministros añoran cada uno su lugar de origen y muestran su deseo de dejar su cargo y volver allá. Se trata de un terceto con tintes melancólicos en el que se reflejan las características que les acompañan durante la obra. 
La interpretación de este trío de Ping, Pang, Pong está a cargo del barítono Vinicius Atique y los tenores Geilson Santos y Giovanni Tristacci en una representación que se llevó a cabo en octubre de 2018 en el Theatro Municipal de São Paulo. Los subtítulos están en portugués, por lo que puedes seguir el argumento de este trío con facilidad.


Aparte de esas relaciones que se establecen entre niños y jóvenes antes de entrar en otra etapa y las que se producen entre hermanos o hermanas, hay otras que se crean a partir de relaciones en la edad adulta por motivos de trabajo o aficiones comunes. En algunos casos suele ocurrir que tras un tiempo de estrecha amistad, cada uno de los componentes tome un camino diferente en su vida.


Basado en un personaje histórico, Gatien de Courztilz, señor de Sandras, un antiguo mosquetero, publicó Memorias de Monsieru d'Artagnan en 1700. A partir de esta obra, Alexandre Dumas escribió una de esas obras que mezclan personajes históricos con algunos anacronismos y personajes ficticios provistos de un gran carisma  para crear una de las novelas de capa y espada que se ganó a los lectores desde su publicación, que se realizó por entregas en el periódico Le Siècle entre marzo y julio de 1844.
Los tres mosqueteros y sus continuaciones Veinte años después y El vizconde de Bragelonne muestran las aventuras del gastón D'Artagnan y los tres mosqueteros Athos, Porthos y Aramis durante el reinado de Luis XIII con el cardenal Richelieu como primer ministro antagonista y el señor de Tréville como jefe de los mosqueteros.
Estos tres mosqueteros a los que se une el joven D'Artagnan desarrollarán sus aventuras hasta que cada uno tome un camino diferente según sus ideas y aspiraciones.
Tras haber conocido el protagonista a cada uno de sus próximos compañeros y quedar citado para un duelo con cada uno de ellos el mismo día, en el mismo lugar y con una hora de diferencia, llegan a resolver sus diferencias y formar un grupo con uno de los lemas más famosos de la historia.
El texto que te acompaña recoge el momento en el que entregan al casero de D'Artagnan a las autoridades y  el grupo exclama por primera vez este lema.


Si el trío anterior desarrolla su amistad durante sus años de trabajo en el cuerpo armado del señor de Treville antes de encaminarse cada uno de ellos a un destino diferente, el último trío que nos acompaña surgió de forma casi inversa.
Triunfadores profesionales cada uno en su carrera, llenaron los teatros de ópera de todo el mundo antes de unirse para una serie de conciertos que acabaron prolongando debido al éxito que obtuvieron. Luciano Pavarotti, Plácido Domingo y Josep Carreras se unieron como Los tres tenores cuando eran leyendas de la ópera y no tenían nada que demostrar. Tras varias temporadas llenando auditorios y espacios diferentes a los teatros de ópera habituales, cada uno de ellos siguió su camino.

Grabado de Juan Serra y Pausas para Los tres mosqueteros
Finaliza esta publicación sobre tríos de personajes con la interpretación de una de las canciones más emblemáticas de la música de Nápoles. Se trata de O sole mio, una canción compuesta en 1898 por Eduardo di Capua a partir de un texto de Giovanni Capurro, una canción que se difundió por los emigrantes italianos que llegaron a América y que popularizó Enrico Caruso a comienzos del pasado siglo.
La interpretación de Los tres tenores que te acompaña se grabó en Los Ángeles en 1994 y tiene dos curiosidades: No está recogida en el DVD que se grabó de este concierto y Domingo y Carreras hacen el paripé de que no van a poder llegar a los agudos de Pavarotti en el clímax de la canción.

Y a ti, ¿qué otros tríos te han gustado? ¿Cuáles propondrías?
 
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Bibliografía y webgrafía consultadas:
  • Rowling, J. K. Harry Potter y el cáliz de fuego, traducción de Nieves Martín Azofra, Muñoz García, Salamandra Infantil y Juvenil. ISBN: 978849836349.
  • Austen, Jane. Sentido y sensibilidad, traducción de Ana María Rodríguez, Editorial Penguin Clásicos (2015), ISBN: 9788491050001.
  • Dumas, Alexandre. Los tres mosqueteros, traducción de Jofr Homedes Bautnagel, Penguin clásicos (2016). ISBN: 978849105240
  • www.kareol.es: Letras y traducciones de óperas y música vocal.

14 comentarios:

  1. Hola, Miguel, solo en tu blog podían aparecer juntos Harry Potter, Mozart, Austen, Dumas, Turandot y hasta los tres tenores. Tan magistralmente relacionados como las propias obras que propones. Pues sí, siempre son dos los protagonistas en una obra, y si hay tres, el tercero suele ser el antagonista, (tres son multitud); salvo los casos que comentas, donde se da una alianza perfecta entre los tres miembros.
    Genial artículo.
    Un abrazo. 🤗

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    1. Gracias, Merche. No son frecuentes, pero cuando hay tríos de personajes los lazos de amistad suelen ser profundos y sólidos.
      Un fuerte abrazo :-)

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  2. ¡Tocayo!

    Qué maravilla la forma en que hilas cultura popular, literatura y música como si cada obra fuera una cuerda afinada de un mismo instrumento. Leer este artículo ha sido como entrar a una biblioteca que también es teatro, ópera, aula y tertulia con amigos —todo a la vez—. Esa es una de tus virtudes como divulgador: no presentas datos, presentas escenas; no enumeras, invitas a pasear. Creo que te lo he comentado ya alguna vez.

    Desde ese juego inicial con el número tres ya sabes que nos estás preparando para algo más que una recopilación. Porque sí, están Harry, Ron y Hermione, están los tres muchachos de Mozart, Ping, Pang y Pong, las Dashwood… pero tú haces algo más: les das vida y los muestras en su contexto emocional, social, simbólico y narrativo. No son nombres ni anécdotas, son vínculos. Y ahí está el alma de este texto.

    Me ha encantado cómo reivindicas esa estructura narrativa que a veces se considera un cliché —el trío— y la elevas a categoría de arquetipo con sentido propio. Porque en el fondo, como dices con Rowling y Austen, son figuras que reflejan no solo relaciones, sino equilibrios. Cada trío tiene su tensión interna: la razón, la emoción y el impulso; el conflicto, la decisión y la consecuencia; o como bien muestras con Mozart, incluso una dimensión simbólica y ritual.

    Y qué decir de las imágenes, los fragmentos, las referencias musicales… esa escena de los mosqueteros levantando la mano y jurando fidelidad mutua es genial, porque no la pones como un guiño nostálgico sino como parte del tejido de tu propuesta. Esa es una manera de mostrar fantástica: con calidez y gusto.

    Podría añadir otros tríos memorables (el de El Club de los Poetas Muertos, los niños de Stranger Things...), pero quizá uno especialmente sugerente sea el de Beckett: Vladimir, Estragón… y Godot. Porque incluso cuando no aparece, su ausencia actúa como tercera presencia. Con Beckett, hasta el hueco cuenta. El vacío forma parte del equilibrio.

    Gracias por este texto tan ameno como riguroso, tan generoso como bien hilado. De esos que no solo te hacen pensar, sino que te dan ganas de releer libros, ver óperas o perderse de nuevo por el camino entre la primera y la tercera voz de una historia.

    Un abrazo grande, Miguel. Qué gusto leerte siempre, compañero.

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    1. ¡Guau, tocayo, qué comentario!
      Me alegra que lo hayas disfrutado y estableciendo esas relaciones creo que he conseguido lo que me proponía al tratar de estos tríos.
      Además, me parece importante reivindicar obras de otros tiempos que tienen vigencia actualmente a la hora de tratar la condición humana.
      Los tríos que mencionan también tienen esa fuerza que los hará seguir entre nosotros y los que nos sigan. En cuanto a los personajes de Beckett, Godoy es también un personaje, aunque no aparezca en escena, igual que lo es Rebeca en el libro de Daphne du Maurier o la película de Hitchcock, aunque tampoco la veamos en ningún momento.
      Un fuerte abrazo :-)

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  3. Definitivamente 2 cabezas piensan mejor que una, perdón 3...ja, ja realmente muy acertado tu post porque acá los tríos funcionan como equilibrios: razón, emoción e impulso; protagonistas y antagonistas; o incluso dimensiones rituales. Abrazos desde Venezuela

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    1. Pues sí, Raquel, tres cabezas piensan mejor que una o que dos, sólo que en ocasiones crean más problemas. En estos casos, trabajan mejor juntas.
      Un fuerte abrazo :-)

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  4. Buenas Miguel!!
    Vaya repaso triunfal de tríos. desde Harry Potter hasta los Mosqueteros. Para mí los mejores.
    Ya que preguntas te propongo otro trío. el de Catherine y Edgar con heathcliff en Cumbres borrascosas: amor, celos y destrucción campestre a lo bestia.
    Oye y por qué no añadir a Rocinante en ese dúo de Don Quijote y Sancho? Si hay alguien que aguantó carros, lanzas y delirios sin rechistar, ese fue el pobre caballo. Un héroe silenciado jajaja
    Gran entrada, como siempre. La próxima vez que lea sobre "los tres de algo", te citaré como fuente autorizada.
    Un abrazo!!

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    1. Gracias, Finil.
      Ese trío de Cumbres borrascosas tiene una fuerza dramática enorme que le da Emily Brontë, pero yo la llevaría a la categoría de tríos y triángulos amorosos, que no tenía cabida en esta publicación, para la que hay infinidad de ejemplos en la música y literatura.
      En cuanto al trío Quijote, Sancho y Rocinante, es todo un acierto. En “Versos para el Quijote” publiqué unos versos del caballo que aparecen en la dedicatoria de la novela. Bien podrían estar en esta publicación. Igual monto una sobre personajes y sus compañeros animales.
      En relación a “los tres de algo”, más que fuente autorizada, me quedo con que muchos de nosotros los hemos disfrutado.
      Un fuerte abrazo :-)

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  5. ¡Qué maravilla de recorrido por la literatura, la ópera y la música a través del número tres! Este artículo demuestra cómo, más allá de las clásicas parejas o los archiconocidos duelos, los tríos pueden ofrecer una riqueza de dinámicas y matices únicos. Desde la entrañable amistad entre Harry, Ron y Hermione, hasta la tragicómica melancolía de Ping, Pang y Pong en Turandot, cada trío refleja una faceta distinta de la naturaleza humana y de las relaciones que tejemos.

    Me ha encantado cómo se enlazan autores tan distintos como Rowling, Austen o Dumas con compositores como Mozart o Puccini, y cómo el número tres, lejos de ser multitud, se convierte en equilibrio, en tensión, en armonía.

    Gracias por esta cuidada selección y por invitar a mirar de otra manera a estos grupos de personajes. Me quedo pensando en otros tríos inolvidables… ¿quizá Frodo, Sam y Gollum en El Señor de los Anillos? ¿O los hermanos Baudelaire de Lemony Snicket?

    ¡Seguid compartiendo estas joyas!

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    1. Gracias por el comentario, sLuis.
      Es interesante descubrir y disfrutar de las distintas relaciones que se establecen entre tríos de personajes y cómo los han presentado sus autores. Introducir un antagonista como Gollum entre Frodo y Sam es un trío curioso al que prestar atención. De los hermanos Baudelaire de “Una Serie de Catastróficas Desdichas” apenas tengo referencias, pero debe ser un trío para disfrutarlo también.
      Un fuerte abrazo :-)

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  6. Hola Miguel, genial entrada que nos muestra cómo se puede relacionar obras muy variadas de forma que percibamos más las influencias que hay entre ellos. Me quedo con los Tres Mosqueteros: esas escenas entre trágicas y cómicas son la mejor muestra de lo que puede conseguir la buena literatura.
    Un abrazo.

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    1. Gracias, Mercedes. Los tres mosqueteros es una obra que muchos hemos disfrutado desde hace muchas generaciones.
      Un fuerte abrazo :-)

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  7. Estupendo artículo, Miguel. Nos invitas a un paseo delicioso por el mundo de los tríos en la literatura y la música, donde haces un relato erudito, usando el número tres como hilo conductor para hablar de amistades, hermanas y colegas con un tono ameno que invita a seguir leyendo. Es como una charla con un profe apasionado que sabe de todo un poco.
    Me encanta cómo "saltas" de los tres mosqueteros a Harry Potter y La flauta mágica, mostrando lo universal que es el trío como dinámica. La mención de los Marx, que “eran cinco pero se quedaron en tres”, o los tenores Pavarotti, Domingo y Carreras, le da un toque juguetón. Los ejemplos, como las hermanas Dashwood de Austen o los ministros de Turandot, son ideales, y el guiño a momentos clave (el troll en Hogwarts, el lema “todos para mosqueteros”) hace que quieras releer esas obras. ¡Me ha dado ganas de escuchar a los tenores y releer a Dumas!
    Un fuerte abrazo.

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Marcos.
      En el fondo, el objetivo de este blog es ese que citas: acercarnos a obras que tienen qué decirnos aunque ya hayamos pasado por ellas y una nueva visita nos aporte ideas y sensaciones nuevas. Esas obras son las que podemos llamar clásicas, se hayan compuesto en el momento que sea.
      Un fuerte abrazo :-)

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