Estancias

¡La Música está viva!

Nunca ha sido tan abundante la oferta para acercarnos y seguir las obras de arte que deseamos. Nunca se han publicado y escrito tantos libros, se ha compuesto, interpretado en directo y grabado tanta música. Desde que se iniciaron el cine y la televisión nunca se han filmado más películas, series y programas de televisión que en los últimos años. Nunca se ha viajado tanto como ahora, se ha tenido acceso a tantos museos -presencial o virtualmente-, ni se ha podido conocer tanto a través de la cercanía que nos proporciona Internet. La oferta crece continuamente hasta tal punto que, por ejemplo, el número de los libros publicados en la última década supera a los que lo habían sido a lo largo de toda la historia.
Ante una oferta tan abundante, variada y desproporcionada nos encontramos con la tesitura de no disponer de tiempo material para acercarnos a cuanto deseamos. No sólo es el estrés y la falta de tiempo continua los que nos lo impiden, sino que, aunque dispusiéramos de todo nuestro tiempo, necesitaríamos más de una vida para abarcar cuanto queremos.
Ante esta situación nos vemos en la obligación de seleccionar y adaptar a nuestras circunstancias y gustos personales la decisión de las obras a las que queremos acercarnos, sean libros, música, películas o cualquier manifestación artística. Lo importante es sentirnos receptivos, activos y enriquecernos con nuestro acercamiento a ellas.
Los que soléis leer este blog vais conociendo mis gustos literarios y musicales y sobre estos últimos gira esta publicación.
La -mal- llamada música clásica es actualmente una de las cientos de variedades de las distintas ofertas musicales que podemos tener a nuestro alcance. Muchos le pueden achacar que está anclada al pasado, que han dejado de componerse obras, que acercarnos a ellas está al alcance de unos pocos por tener un acceso caro o que es aburrida. Ninguna de estas razones tiene consistencia, pero están dentro de la argumentación habitual de aquellos a lo que no les llama la atención.
Te propongo unas reflexiones por nuevas formas en que la música se acerca a los oyentes, para mostrar su vitalidad, dar a conocer qué nos cuenta y ofrecer una renovación de las formas clásicas para acercarse a un nuevo público. Nos acompañan Alex Ross, Sheila Blanco, Jaime Altozano, Bach y Mozart. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!
Nos acompañan dos reflexiones sobre el concepto de música clásica y las nuevas formas de reproducción a cargo del crítico musical de The New Yorker, una adaptación de Bach como forma de difundir su vida, obra y música, un análisis de la última pieza que llegó a escribir Mozart antes de su fallecimiento y una hipnótica y fascinante adaptación de uno de sus conciertos para ballet, una obra que hasta quienes no siguen este tipo de música quedarán seducidos por ella.



El mundo de la música clásica es prácticamente inabarcable. Es tan amplio y variado que mientras más te adentras en él y más conoces, mayor interés tienes por seguir escuchando sus obras.
Pese a todos los clichés que existen alrededor de ella, en muchas ocasiones es su desconocimiento lo que la lleva a esta situación. También pesa en su contra la etiqueta de que asistir en directo a interpretaciones es caro, aunque también lo sean otros conciertos de cualesquiera tipos de música a los que tengamos la oportunidad de asistir. Es cuestión de gustos.
Pero hoy en día tenemos un considerable números de obras al alcance de un solo clic. Plataformas como YouTube o Spotify, por ejemplo, ponen a nuestro alcance un innumerable repertorio que podemos buscar y seguir. Conceptos como las bibliotecas, listas de reproducción, favoritos u otras opciones nos permiten buscar, configurar y guardar las obras que queremos escuchar desde cualquier dispositivo.
También ha existido desde hace tiempo y continúa habiéndolos personas que se dedican a dar a conocer a autores y sus obras con un carácter pedagógico para explicarlos, analizarlos y profundizar en ellos, de forma que nuevos oyentes o los ya consolidados tengan acceso a esa información que les haga disfrutar con mayor capacidad de esas piezas.
Recuerdo con cariño que mi acercamiento a la música clásica vino de la mano de un apasionado comunicador, Fernando Argenta que con sus Clásicos Populares de Radio Nacional y Radio Clásica, y su particular lenguaje asequible y accesible hizo que muchos aprendiéramos a amar este tipo de música. Más adelante dio un paso adelante con los más pequeños en el programa de televisión El Conciertazo, donde su particular forma de presentar la música atrajo a muchos niños a este mundo.


Actualmente hay divulgadores como Ramón Gener que tuvo el programa This is Opera en Radio Televisión Española en el que presentaba y diseccionaba muchas de las piezas más representativas de este repertorio y que aún están disponibles en la plataforma de la televisión pública. Aún tiene algunas colaboraciones en Radio Nacional que se pueden seguir en directo en el programa No es un día cualquiera o a través de los podcasts Operando con Ramon Gener, además de sus conferencias y las conferencias para presentaciones de obras que suele realizar para el Palau de Les Arts de Valencia.
Poco a poco van apareciendo más personas que divulgan figuras como es el caso de Sheila Blanco, que comenzó a sorprendernos a través de las redes sociales con sus pequeñas piezas sobre compositores en las que a algunas músicas muy reconocibles de ellos les incorporaba unas letras que sorprendían por la frescura, agilidad vocal y la forma en que condensaba el valor del autor.
Nos acompañan dos versiones de la misma pieza, Bach es Dios, para que elijas cuál de ellas deseas seguir, aunque pueden ser las dos si dispones de unos minutos más.  
La música está tomada de la Badinerie de la Suite nº 2, BWV 1067 de Johann Sebastian Bach, que apareció recientemente en este blog. La primera versión es la toma casera con la que suele presentar sus obras en las redes sociales dentro del tipo de grabaciones que la dio a conocer.


En la segunda versión de esta pieza está acompañada por la Orquesta de Radio Televisión Española bajo la dirección de Carlos Garcés en una grabación realizada en el Teatro Monumental de Madrid en septiembre de 2021 en el que las mascarillas nos recuerdan el tiempo que estuvimos bajo los efectos de la pandemia. En este concierto mostró su espectáculo Bioclassics, cuyo explícito título lo dice todo.


Afortunadamente cada vez son más frecuentes y abundantes los espacios en los que se pueden seguir diversos programas de audio y vídeo en cualquier momento. La rigidez de las parrillas de programación han pasado a la historia con la incorporación de los contenidos emitidos en antena en los podcasts de audio y los videocasts o videopodcasts. Estos archivos no sólo se almacenan cuando se emiten, sino que, en muchas ocasiones se realizan directamente para guardar sin necesidad de pasar antes por la emisión en antena, lo que facilita la incorporación de nuevos creadores.
De la inabarcable cantidad de este tipo de archivos hay unos cuantos que sigo y suelo escuchar o ver y que tienen relación con la (mal) llamada música clásica:
Dentro de los programas de Radio Clásica de Radio Nacional sigo en plataformas como Ivoox los episodios de algunos programas con regularidad:
-Música y significado, un programa de análisis musical de obras fundamentales presentado por Luis Ángel de Benito, quien aparecerá en el siguiente vídeo.
-Notas a pie de página: Un programa de Martín Llade (a quien pese a su larga trayectoria en la emisora, se le conoce más como presentador del Concierto de Año Nuevo de Viena), y la escritora Espido Freire, que tratan cada semana sobre un escritor o escritora.
-Sinfonía de la mañana, también de Martín Llade, un programa diario (lunes a viernes, de 8 a 9:30)) que comienza con un relato sobre un compositor o autor y enlaza entrevistas, música y literatura. 
-Atriles entre los árboles, un programa de Mercedes Menchero donde una obra literaria de carácter reflexivo, música y naturaleza se unen.
-Gran Repertorio, un programa donde se explican obras fundamentales.

Aparte de esta emisora, de la que sigo algunos podcasts más, también sigo los de una emisora independiente, Clásica FM con distintos episodios sobre música clásica y jazz, con la presencia del pianista Mario Mora entre otros.
También, aunque ya fuera de la esfera de la música clásica sigo a otros compañeros blogueros como Marcos Planet, Historias y relatos, La Trinchera o Los libros de Baker Street.
Seguro que tú escuchas o sigues distintos podcasts, pero con algunos de estos, la comprensión, análisis y disfrute de la música clásica están asegurados


Y citando el término Música Clásica, el texto siguiente ahonda en él. En otras publicaciones ha aparecido en este blog la obra de Alex Ross (no confundir con el ilustrador de comics), crítico musical de The New Yorker y autor de varios libros interesantes sobre música: The rest is noise: Listening to the Twentieth Century (El ruido eterno, escuchar al siglo XX a través de su música) y Listen to This (Escucha esto), libros en los que realiza un recorrido por las músicas del XX en el primero y de todas las épocas en el segundo. En el más reciente Wagnerismo. Arte y política a la sombra de la música, analiza la influencia (para bien o para mal) en la literatura, las artes, el cine y la vida intelectual y la política de la obra del compositor alemán.
Escucha esto es un monumental mosaico en el que Alex Ross une indisolublemente la vida y el arte con la música y la historia para acercarnos desde las figuras más clásicas -Mozart, Bach, Verdi o Beethoven- a los grandes iconos de la cultura pop -Dylan, Radiohead o Björk, para demostrar que «comprender la música es una forma de comprender el mundo».
El texto que nos acompaña trata, como decía, del propio nombre de Música Clásica y su significado, sus implicaciones y el lugar que ocupa y puede ocupar hoy en día. Una reflexión interesante.


Si en el primer vídeo me centraba en la pieza de Sheila Blanco y en los divulgadores que dan a conocer a los autores a un público que no suele tenerlos en cuenta como forma de iniciación, ahora te propongo acercarte a otras formas de difusión en la que se centran más en las obras, dando a conocer las intenciones del autor, analizando sus partes y, en definitiva, profundizando en ellas. Personalmente, cuanto más conozco de una obra más la aprecio y disfruto.
Por un lado hay una enorme variedad dentro del universo de YouTube con divulgadores que trabajan y explican grandes piezas del repertorio entre las que suelo acercarme a:
-Jaime Altozano, uno de los youtubers más seguidos en nuestro país, por lo que seguro que lo conoces. Nos acerca a todo tipo de obras, pero «la música», como diría Alex Ross, ocupa un lugar importante dentro de su producción.
-El pianista James Rhodes es otro divulgador de la música que, entre otras formas, lleva el podcast En clave de Rhodes en la Cadena Ser donde entabla diálogos con diversos protagonistas de nuestra cultura como el violinista Ara Malikian, Blanca Portillo, Rosa Montero o Javier Cámara. Suyas son estas palabras recogidas en una entrevista en La Tercera«¿Cuántos músicos clásicos tienen la oportunidad de que se les entregue un micrófono en una radio para hablarles a millones de personas? Y que taxistas, panaderos, se detengan y escuchen sobre Bach, sobre Glenn Gould o Mozart. Y que disfruten, sin necesidad de "saber"».
-La Orquesta y Coro Nacionales de España (OCNE) dispone de un espacio en su página web, Bienvenida 2.0 creado según su propia presentación como «una apuesta por la divulgación virtual, un canal creado específicamente con contenidos que pongan de manifiesto los diferentes aspectos de las obras programadas en los conciertos OCNE y accesibles para todos los públicos».


También hay diversos canales de YouTube donde se pueden disfrutar de esta música y que puedes seguir, como por ejemplo:
-AVROTROS Klasiek, de los Países Bajos con más de 1200 piezas hasta ahora.
-Concertgebouworkest, página oficial de la Orquesta del Concertgebouw de Amsterdam, con más de 500 vídeos propios.
-Euro Arts Channel, de Alemania, donde se ofrecen conciertos, actuaciones y documentales desde la música clásica, al ballet, el jazz y la música pop, y que cuenta con cerca de 2500 vídeos.
-La March, el canal de la Fundación Juan March que ofrece sus ciclos de conferencias y conciertos semanales donde profundizan en aspectos fundamentales de nuestra cultura histórica, literaria o musical con transmisiones en directo.
-También están los de la Frankfurt Radio Symphony o la London Symphony Orchestra entre muchas otras agrupaciones.

En cuanto a la ópera, la mayoría de teatros del mundo tienen, además de sus páginas web su canal de YouTube donde comparten algunas de sus producciones en abierto, aunque algunas son para suscriptores. Suelo seguir con frecuencia una página dedicada a este arte como OperaVision, una agrupación de distintos teatros que ofrecen sus producciones en abierto con varias novedades cada mes y que cuenta con algo más de 1500 vídeos. De todas formas, encontrar cualquier ópera completa es fácil y las más habituales del repertorio se pueden encontrar con subtítulos en español y las que no, se pueden cambiar los ajustes para traducirlas simultáneamente.
La lista de páginas de YouTube es inabarcable entre orquestas, teatros de ópera, intérpretes y divulgadores, por lo que no merece la pena alargar el listado

Dentro de la mera labor de difusión y profundización en algunas obras nos acercamos a un vídeo del primero de los comentados. En el enlace siguiente, Jaime Altozano nos acerca a la última de las composiciones que Mozart escribió antes de su fallecimiento, el Lacrimosa de su Réquiem. Se trata de una pieza de la que sólo pudo escribir los ocho primeros compases y su discípulo Sussmayr completó según sus indicaciones. En el vídeo interviene también Luis Ángel de Benito, que también apareció en los podcasts que mencioné. El vídeo finaliza dando publicidad a un curso de iniciación musical que es ajeno al interés por compartirlo.


Interesante, ¿verdad?
Tradicionalmente la música constaba de una serie de partes o movimientos contrastantes con una serie de códigos que se seguían -o se rompía- por parte del compositor. 
Esta forma de seguir la música, incluso para las obras no clásicas como la música pop, el rock, el jazz o la folclórica, se ha alterado en los últimos años con la aparición de los dispositivos electrónicos. 
Los discos, con sus carátulas, índice, indicaciones y, en ocasiones textos proporcionados por el intérprete o la casa discográfica nos ofrecen un universo cerrado, creado para ser oído tal como fue concebido.


Volviendo a Alex Ross y su Escucha esto, el escritor norteamericano nos hace reflexionar sobre esa revolucionaria forma de escuchar la música, en su caso con un IPod adquirido a comienzos de este siglo, pero que podemos generalizar con cualquier aparato o dispositivo y que todos utilizamos en mayor o menor medida. Toda una revolución que vuelve a dar una oportunidad a la música clásica y a todas en general.


La última pieza que te traigo muestra la vitalidad de la música y cómo se puede adaptar a los tiempos y los gustos e incluso atraer a nuevo público. En esta variedad sobre la música consiste en darle una nueva oportunidad fuera del ámbito en el que se creó, sacarla del contexto de una obra con varios movimientos que se interpretan seguidos y mostrarla en otro tipo de actuación o espectáculo.


Creado en 1994 por el coreógrafo francés de origen albanés Angelin Preljocaj, Le Parc ganó el prestigioso premio Benois de la Danse, consolidándose en el repertorio de todo el mundo. Basada en músicas de Mozart, Le Parc nos sitúa en un jardín francés del XVIII para narrar una historia de amor desde su inicio hasta su consumación.
Nos acompaña el final del ballet, el pas de deux donde Preljocaj recicla la música del segundo movimiento, Adagio, del Concierto para piano y orquesta nº 23 de Wolfgang Amadeus Mozart. Se trata de un momento único e inimitable en el que los protagonistas, descalzos y con un camisón se abrazan y terminan en un beso que durante un minuto que tiene trazas de eternidad, mientras bailan y giran sobre sí mismos. Es una escena fascinante e hipnótica que gusta tanto a los aficionados como a los no iniciados en esta música.
Este paso a dos está interpretado por Madison Young y Julian Mackay en la final del Prix de Lausanne de 2024 con la música citada de Mozart adaptada por Goran Vejvoda y la coreografía de Angelin Preljocaj.

Confío en que después de leer esta publicación tengas claro que esta música no está anclada al pasado, que está al alcance de todos los que deseen acercarse o que no es en absoluto aburrida.

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Bibliografía y webgrafía consultadas:
  • Ross, Alex. Escucha esto, traducción de Luis Gago, Editorial Seix Barral, ebook (2021). ISBN: 9788432237379.

Stendhal y la ópera

Hay autores que marcan una época con sus obras en cuanto que su mirada, su estilo e influencia abren camino a nuevos autores. También los hay que sus obras, una vez pasadas por el tamiz del tiempo, nos ayudan a conocer mejor esa época que describen.
Es el caso de Stendhal, un autor tan acreditado en su tiempo que marcó las primeras décadas del siglo XIX, desde sus inicios como escritor alrededor de 1814 hasta su fallecimiento en 1842.
Su fascinación por el arte le llevó a recorrer los grandes centros culturales europeos, especialmente los italianos, acuñándose el término clínico Síndrome de Stendhal, que fue nombrado y descrito por la psiquiatra florentina Graziella Magherini en 1979. Unas palabras recogidas por el propio escritor en su obra Nápoles y Florencia: Un viaje de Milán a Reggio son el origen de este término clínico: «Había alcanzado ese estado de emoción en el que se tropiezan las sensaciones celestiales dadas por las Bellas Artes y los más apasionados sentimientos. Al salir de la Santa Croce, me latía con fuerza el corazón, mi vida se sentía agotada y caminaba mareado con miedo a caerme». 
A través de sus obras, Stendhal mostró un enorme fresco de la sociedad de su tiempo, los conflictos bélicos y políticos, el incisivo análisis de la psicología de sus personajes, la apreciación y valoración del arte y la concisión y precisión de su obra dentro del estilo del realismo. 
Entre las muchas inquietudes artísticas de Stendhal no podía quedar fuera una tan importante en aquella época como la ópera, que pasaba por uno de sus momentos más brillantes dentro del denominado estilo belcantista.
Te invito a acercarte a textos de Stendhal relacionados con la ópera. Nos acompañan su biografía de Rossini, sus Paseos por Roma y La Fausta, una cantante que aparece en La Cartuja de Parma, con arias cantadas por Angela Gheorghiu, Juan Diego Flórez y Cecilia Bartoli. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere?

Montaje a partir de Un palco en la ópera de Dionisio Fierros (1862)

Henri-Maria Beyle nació en Grenoble en 1783 en una familia burguesa que se sentía cercana a la nobleza según él mismo narrará más adelante. Tras la muerte de su madre en plena infancia se llegó a sentir un extraño dentro de su familia y muy alejado de su padre. Su único apego lo encontró en su abuelo materno, un médico con el que compartió su afición a la lectura y los grandes escritores desde Rousseau a Saint-Simon, de Cervantes a Shakespeare. A estas lecturas se oponía la instrucción que recibía y que le hicieron alejarse de la religión. 
La única salida la veía en las matemáticas que le sirvieron como excusa para pedir a su padre que le dejara estudiarlas en París. Tras unos meses en la capital que coinciden con los posteriores a la Revolución no veía estos estudios como un medio de vida y comenzó a acariciar la idea de transformarse en el nuevo Molière y ser amante de una actriz.
Tras unos meses deambulando por la capital francesa su primor Pierre Daru lo acoge y logra que sea admitido en la administración del Ministerio de la Guerra. Al iniciar Napoleón su segunda campaña por Italia, Daru y el joven lo siguen en la intendencia y Beyle llega a Milán por primera vez en mayo de 1800, alistándose ahora en el ejército estableciéndose con las tropas en el norte de Italia. Tras descubrir que no es la vida que desea, vuelve a París donde dimite del ejército.
A partir de este momento intenta vivir de la literatura, desplazándose en 1805 a Marsella como amante de una actriz y con la intención de ser comerciante. Vuelve de nuevo a París y el hermano de Pierre, Martial Daru le ofrece de nuevo un puesto en la intendencia militar que le hará viajar por toda Europa con las guerras napoleónicas. Así, asistirá a la entrada del Kaiser en Berlín, al entierro de Haydn en Viena y otros acontecimientos que influirán en su vida y obra. El derrocamiento de Napoleón supuso el fin de las campañas con el consiguiente cese de Beyle como parte de la intendencia, por lo que comenzó a alternar su trabajo con la literatura.


Su afición a la música y la pintura aparecen en sus primeros libros: Vidas de Haydn, Mozart y Metastasio (1815) e Historia de la pintura en Italia (1817), que en el fondo son un plagio de distintas obras que iba enriqueciendo con sus comentarios y opiniones. Con estas obras comienza a utilizar diversos seudónimos, siendo el de Stendhal el que acabaría pasando a la posteridad.
Su primer gran éxito fue Vida de Rossini (1823), una obra en la que traza una singular biografía de un músico al que admiraba, pero que no gustó especialmente al compositor que acababa de instalarse en París
Aunque Stendhal era aficionado a la ópera y la música en general, sus conocimientos no eran especialmente profundos. En un tiempo en el que asistir a la ópera dos veces a la semana era una forma de dejarse ver en sociedad, donde los palcos eran lugares de negocios, cotilleos e intrigas, Stendhal fue un asiduo de La Scala de Milán, el San Carlo de Nápoles y los cuadro grandes escenarios parisinos, especialmente el Teatro Italiano en los que se relacionó con muchos cantantes mientras se dejaba ver y disfrutaba de las arias de bravura, dúos, tríos o coros de las obras que representaban.
Vida de Rossini no es una biografía en el sentido que no ofrece datos de la vida del compositor que triunfaba en toda Europa. Es más una reflexión sobre los placeres de la música a través de sus experiencias como espectador, contando detalles de los argumentos, describe las interpretaciones de los cantantes, sus opiniones sobre las obras.
Como muestra, nos acompaña un texto dedicado a la estancia de Rossini en Nápoles. Allí dominaba el empresario Barbaja, un advenedizo que acabó haciéndose con el control de la música y cuya amante, la soprano madrileña Isabel Colbrán, dueña de una portentosa tesitura y agilidad vocal, que acabó en los brazos de Rossini, con quien llegó a casarse después de años de convivencia. Considerada la mejor cantante de su tiempo, el texto muestra la opinión de Stendhal después de escucharla y sus comentarios sobre su declive vocal. También aparece en el texto el Rey Fernando I de Nápoles y las Dos Sicilias, el tercer hijo de Carlos III de España, de quien dependía el estado napolitano. 


El enlace que nos acompaña pertenece precisamente a la primera obra citada, Elisabetta, regina d'Inghilterra (Isabel, reina de Inglaterra) con el aria acompañada por el coro Qant'è grato all'alma mia interpretada por la mezzo soprano romana Cecilia Bartoli con la Orchestra del Teatro La Fenice de Venecia bajo la dirección de Ion Martin en una grabación de 1992 para el álbum Rossini Heroines.


La interpretación sigue el estilo de la época y se repite continuamente el texto para mostrar las agilidades vocales de la protagonista.


Después de haber publicado sus primeros libros, en 1821 fue expulsado de Milán por el gobierno austriaco acusado de espionaje. Tras su regreso a París viajó de nuevo por Italia, Inglaterra y España publicado además del libro mencionado antes, Racine y Shakespeare (1823), Paseos por Roma (1829) y la que quizás sea su obra más conocida, Rojo y Negro (1830). Este mismo año lo proponen para el cargo de cónsul en Trieste, aunque el primer ministro austriaco Metternich le niega el permiso para ejercerlo, al parecer indignado por la lectura de Roma, Nápoles y Florencia. Finalmente fue nombrado cónsul en Civitavecchia.

Louis Ducis, Retrato de Stendhal (1835), Fonds Bucci, Bibliothèque Sormani, Milán
Publicado en 1929, Paseos por Roma nace en un momento en que Stendhal no tenía trabajo y había perdido sus colaboraciones literarias en revistas inglesas y en su prólogo se refiere a él como una obra que echaba de menos y deseaba que existiese.
Roma, esa ciudad «única en el mundo» según sus palabras, esa ciudad a la vez antigua y moderna, pagana y cristina le sirve a Stendhal para hacer una analogía entre la historia de la humanidad y su propia vida: «¿Qué he sido hasta ahora? ¿Qué soy? Lo cierto es que me vería apurado para explicarlo».
De esta forma, Roma le lleva a indagar sobre su propia vida y los recuerdos sobre sus experiencias pasadas. 


La referencia a la ópera nos acerca al 4 de diciembre de 1828 en el que Stendhal opina sobre la segunda ópera de Bellini y la interpretación de una de las arias de La flauta mágica de Mozart, centrándose después en el recuerdo del fracaso de El barbero de Sevilla el día de su estreno y cómo reaccionaron el público y el compositor en la siguiente función. Es historia de la ópera.


Nos acompaña el aria Eco ridente in cielo, la que interpretó el sevillano Manuel García como 
Conde de Alamaviva con su guitarra y que en algunas ocasiones se interpreta con este instrumentos, la mayoría de las veces sin tocarla realmente. El tenor peruano Juan Diego Flórez ha llegado a subir al escenario con este instrumento que domina para interpretar algunas de sus piezas relacionadas con el folklore de su país y es posible que en alguna producción la haya utilizado en este aria. 
En el enlace siguiente no la utiliza y corresponde a una representación del Metropolitan Opera House de Nueva York realizada en 2006. 


Stendhal vivió una existencia intensa: Mientras estuvo en la administración pública mostró su talento para el trabajo, encontró el éxito y el placer y llegó a expresar en sus libros la singularidad de su personalidad, la incomodidad del tiempo en que vivía, pasando a plasmarlo desde sus primeras obras relacionadas con el arte hasta encontrar su lugar en la novela, como forma de expresión de su propia existencia y de la del mundo en el que vivía.

Olof Johan Södermark, Retrato de Stendhal (1840), Palacio de Versalles
En plena madurez, con cincuenta y cinco años, concretamente entre el 4 de noviembre y el 25 de diciembre de 1838 dictó a su secretario las más de quinientas páginas de La cartuja de Parma. Cada una de las largas sesiones comenzaba leyendo cada mañana la última página escrita y abarcaban toda la jornada. Entre febrero y marzo corrige las pruebas y se publica a comienzos de abril con una acogida relativamente favorable que fue creciendo con el paso del tiempo. Al año siguiente, Honoré de Balzac publica un extenso artículo en la Revue Parisienne en el que trata la diferencia entre literatura de imágenes y literatura de ideas, entre el uso del lenguaje antes que la información frente a otra en la que lo esencial es el significado, encontrando a La cartuja de Parma entre estas últimas, una obra en la que lo sublime de muestra a los espíritus sensibles que lo leen. 
La cartuja de Parma se centra en la vida de Fabricio del Dongo durante las campañas napoleónicas en Italia, narrando las intrigas políticas, los amoríos y celos de los personajes que presentan este extenso mosaico que convierten la obra en la más representativa del autor si exceptuamos quizás Rojo y Negro. Ha sido aclamada por los grandes escritores de su época y posteriores, y el mismo Tolstoi se inspiró en ella para escribir Guerra y Paz.
Tras esta novela, Stendhal volvió a alternar los libros sobre arte con algunas novelas, hasta que en marzo de 1841 sufre un ataque de apoplejía que le hace regresar a París. Un año más tarde se le repite en plena calle, falleciendo a las pocas horas el 23 de marzo de 1842.


La última referencia a la ópera proviene de una historia paralela de las que se narran en La cartuja de Parma: La historia de una de las divas del canto, un personaje creado por el autor con algunas de las características de algunas cantantes de la época: una virtuosa de la voz, con un carácter vanidoso y caprichoso, convertida en amante de los poderosos, en esta ocasión del Conde M***. La historia de La Fausta se desarrolla en el Capítulo XIII, el último de la primera parte  de la novela y narra cómo la cantante, amante del conde es pretendida por Fabricio, desarrollando  cómo se acerca el protagonista a ella, cómo los celos se apoderan del conde y prepara junto con sus esbirros un escarmiento hacia el joven y cómo éste se desquita con un duelo a muerte más adelante. 
Se trata de una historia que se desarrolla completa en este capítulo y cuyos personajes secundarios no tienen más aparición a lo largo de la novela y del que te ofrezco las primeras pinceladas en las que Stendhal muestra el carácter de La Fausta y los inicios de esta relación triangular. 


Aunque Stendhal no indica ninguna pieza concreta que formara parte del repertorio de la Fausta, finalizo esta publicación con una ópera a la que ha hecho referencia en el segundo de los textos: El pirata de Bellini.

Se trata del aria Col sorriso d'innocenza de la escena 3 del Acto II interpretada por otra de las divas de nuestro tiempo, la cantante de origen rumano Angela Gheorghiu que incluye la pieza en el disco Homage to Maria Callas donde está acompañada por la Royal Philharmonic Orchestra, la flauta de Karen Jones y con la dirección de Marco Armiliato


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Bibliografía y webgrafía consultadas:
  • Stendhal, La cartuja de Parma, traducción de Manuel Machado, Ediciones Espuela de Plata, Sevilla (2018). ISBN: 9788717146481.
  • Stendhal, Vida de Rossini, Espasa Calpe, Argentina (1949). ISBN: mkt0005070539.
  • Stendhal, Paseos por Roma, traducción de Consuelo Borges, Alianza Editorial, ebook (2023). ISBN: 9788711483520.
  • www.kareol.es: Letras y traducciones de óperas y música vocal.

Cortázar, Paganini y violines

Para Julio Cortázar el cuento supone una ruptura de lo cotidiano, de aquello que se manifiesta en la rutina y lo cercano en nuestro día a día.
La fecunda y original obra del escritor nos atrapa, deslumbra y zarandea en muchos de sus cuentos, mostrándolos como un juego en el que desarrolla su función de recreación de una nueva realidad.
Esa transgresión de la realidad, frente a la descripción de la misma en otros cuentos y autores nos enfrenta a nuestra condición de seres de costumbres, al hecho de vivir ceñidos al día a día a través de rutinas de horarios, tareas y espacios con los que buscamos salvarnos de las incertidumbres que se pueden abrir ante nosotros. 
Habitualmente, en las publicaciones de este blog traigo textos y músicas pertenecientes a obras más grandes, en las que esos extractos muestran alguna relación con el tema que suelo tratar. En esta ocasión es diferente, ya que te traigo una obra concisa, pero completa, a la que acompañan dos breves piezas musicales.
Te propongo acercarte a un original y poco conocido cuento de Julio Cortázar que quedó inédito y fue publicado tras su muerte, en el que aparecen como personajes el violinista Ruggiero Ricci y un Capricho de Paganini. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!


Antes de adentrarnos en el cuento te invito a escuchar a uno de los protagonistas, el violinista Ruggiero Ricci (1918-2012), un virtuoso del instrumento, norteamericano de origen italiano que desarrolló una amplia vida como intérprete. Desde su debut como niño prodigio interpretando el Concierto para violín de Mendelssohn a los once años, se especializó en las acrobacias del violín del siglo XX, el estreno de obras contemporáneas y, sobre todo, en los Caprichos de Paganini, una obra de enorme complejidad que fue el primero en grabar de forma íntegra.
Desarrolló una larga carrera de más de setenta años en la que realizó más de seis mil conciertos por todo el mundo y grabó más de 500 discos, además de impartir clases en distintas universidades de Estados Unidos y Europa.

Ruggiero Ricci, 1958, época en la que transcurre el cuento
Tras ser el primero en grabar en 1947 en disco la totalidad de los 24 Caprichos, Op. 1 (según la publicación de Ricordi) de Niccolò Paganini, en 1989, con setenta años, realizó una grabación en vídeo con público en directo, en un día, interpretándolos en grupos de varios de ellos una sola toma y sin editarlos. Con estas condiciones no salió un registro perfecto, pero sí nos da una idea de la maestría de Ricci y de la dificultad de la obra que posee una duración de unos 70 minutos y que se puede encontrar en la red.
El vídeo recoge el Capricho nº 5 en La menor, uno de los más conocidos por su velocidad y dificultad técnica, extraído del grupo 1 a 10 que Ricci grabó seguidos en el citado registro.
Con una duración de algo más de dos minutos, no olvides que el intérprete y la obra serán protagonistas del cuento de Cortázar.


En Algunos aspectos del cuento, Julio Cortázar escribía sobre sus relatos cortos. Así, manifestaba que casi todos sus cuentos se pueden encuadra en el género fantástico, en el sentido que se oponen al falso realismo que propugna que todas las cosas pueden describirse y explicarse según el optimismo filosófico y científico del siglo XVIII, es decir, «dentro de un mundo regido más o menos armoniosamente por un sistema de leyes, de principios, de relaciones de causa y efecto, de psicología definidas, de geografía bien cartografiadas». El escritor defiende que su búsqueda de una literatura distinta a un realismo ingenuo estriba en la sospecha de un orden más secreto y menos explícito que reside, no en las leyes, sino en sus excepciones. 
De esta forma, esta preferencia por lo excepcional se muestra, según el autor «en los temas o incluso, en las formas expresivas, creo que esta representación de mi propia manera de entender el mundo explicará mi toma de posesión y mi enfoque del problema». También, siguiendo sus palabras, «un buen cuento es incisivo, mordiente, sin cuartel desde las primeras frases. (...) Tomen ustedes cualquier gran cuento que prefieran, y analicen su primera página. Me sorprendería que encontraran elementos gratuitos, meramente decorativos. (...) Su único recurso es trabajar en profundidad, verticalmente, sea hacia arriba o hacia abajo del espacio literario.» 


Publicado en 2009, veinticinco años después del fallecimiento del escritor, Papeles inesperados es una amplia y sorprendente colección de textos inéditos hallados en su mayoría en una vieja cómoda sin revisar. En el libro se muestran, como en un caleidoscopio, sus distintas facetas y propósitos: desde cuentos inéditos a versiones distintas de las publicadas; historias desconocidas de sus cronopios y famas, discursos, prólogos, crónicas de viaje, autoentrevistas, hasta poemas o textos inclasificables.
Dividido, como es lógico, en diversos apartados según una simple organización, en la parte de los textos en prosa el primero de ellos, Historias nos encontramos con el cuento que protagoniza esta publicación: Manuscrito encontrado junto a una mano, una obra escrita según los encargados de la edición alrededor de 1955 ya que en ese año Cortázar conoció a la esposa de Ruggiero Ricci.


Una situación como esta sobre el escenario rompe ese ambiente que crea el intérprete con el público, esa tensión de la que habla Cortázar y que es muy complicada de volver a recuperar.
Se cuenta de Paganini que solía romper él mismo varias de sus cuerdas para interpretar algunas de sus piezas más brillantes, especialmente el Capricho nº 5, con una sola. Aunque es una especie muy difundida no hay pruebas que lo confirmen o rechacen. 

Niccolò Paganini, ilustración de A Dictionary of Music andMusicians, vol. 2 (1900)
Nos acompaña un video de apenas dos minutos en el que el violinista Ray Chen rompe una de las cuerdas durante una interpretación del Concierto de Violín de Tchaikovsky con la Seattle Symphony en el Benaroya Hall. Pese a la rapidez con el que intercambia el instrumento con el concertino, éste con el primer violín y este último, a su vez, con otro compañero, la atención del público se ha dispersado y está más pendiente de cómo se cambian los instrumentos y cómo han solventado el problema que de la música en sí. Y eso que no han debido interrumpir la pieza y abandonar el escenario.


El cuento de Cortázar cumple sus propias normas como un juego, como una recreación, la creación de una nueva realidad, una excepción de las reglas que rigen lo normativo.
A partir de este momento, el cuento entra en una nueva dinámica en lo que lo narrado se instala como realidad. El juego como ruptura de lo cotidiano.
No se le puede robar más tiempo a Cortázar. Adelante con el relato.


Antes de finalizar este cuento, te comparto una nueva reflexión del escritor argentino extraída también de Algunos aspectos del cuento que nos acerca a pensar cómo pudo surgir este cuento: 
«Ese escoger un tema no es tan sencillo. A veces el cuentista escoge, y otras veces siente como si el tema se le impusiera irresistiblemente, lo empujara a escribirlo». 
También trata sobre el tema sobre el que giran los cuentos, que en este caso queda patente: «A mí me parece que el tema del que saldrá un buen cuento es siempre excepcional, pero no quiero decir con esto que un tema deba de ser extraordinario, fuera de lo común, misterioso e insólito. Muy al contrario, puede tratarse de una anécdota perfectamente trivial y cotidiana».


La tensión que crea Cortázar no se debe interrumpir como si fuera un Capricho de Paganini, así que te dejo con el final del cuento. 



Estarás conmigo en que es una pequeña obra maestre este cuento, desgraciadamente poco conocido. Releer el inicio una vez que se ha terminado nos afirma que las reflexiones que hemos leído de Cortázar sobre las primeras frases y su carácter incisivo, sin elementos gratuitos tienen su confirmación en este relato.

Julio Cortázar, 1955, año en que parece que escribió el cuento


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Bibliografía y webgrafía consultadas:
  • Cortázar, Julio. Papeles inesperados, editado por Aurora Bernárdez y Carles Álvarez Garriga. Editorial Alfaguara (2009). ISBN: 9788420423319.
  • Cortázar, Julio. Algunos aspectos del cuento, pdf. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, extraído de Cuadernos Hispanoamericano, nº 255, marzo 1971.
  • Ricci, Ruggiero. 24 Caprichos de Paganini, enlace a YouTube.