Estancias

Berlín, 25 años de la caída del muro

Una pausa entre las letras y las músicas.

El 9 de noviembre de 1989, un acontecimiento vino a iniciar el fin de una etapa que venía desarrollándose desde el final de la II guerra mundial: La guerra fría, ese conflicto que enfrentó a los países occidentales con la potencia rusa y los países del este europeo.

La foto anterior está tomada en uno de los lugares más tremendos de Berlín, el lugar en el que se encontraba el edificio de la Gestapo, hoy con un museo sobre sus escombros que alberga un nombre que no se ha querido ni que esté en alemán: Topographie des TerrorsLa suerte me ayudó a captar esta foto simbólica del lugar.
Aún se puede mirar por algunas ranuras 
Este acontecimiento, que muchos recordamos haber presenciado en el momento en que ocurría, fue la destrucción del símbolo de la división europea. El 9 de noviembre, de una forma bien particular, caía el muro de Berlín.
Rtve emitió unos documentales con motivo del 20º aniversario.
Rtve, 20 años de la caída del muro de Berlín
¿Qué hacían los líderes mundiales mientras caía el muro?

En la actualidad, Berlín es una ciudad cosmopolita, un centro multicultural, cada vez más el centro de la política y la toma de decisión de una Europa que no acaba de creerse que su supervivencia en el mundo actual y a medio plazo, frente al acelerado crecimiento de los países emergentes, sobre todo del este asiático, consiste en estar unida en sus intereses comerciales, cimentándolos en la cultura común, de raíces cristianas.
La ciudad de Berlín fue durante varias décadas el símbolo de la división, primero con el reparto entre las potencias vencedoras de la guerra mundial, y posteriormente con la vertiginosa y lamentable construcción del muro que la dividió.
Centro de la situación histórico política de los siglos XVIII al XX, es recordada como la capital, la ciudad perdedora de los conflictos bélicos. Pero los grandes perdedores fueron la minoría judía principalmente, pero también los habitantes. Tantas personas y familias que sufrieron en primer lugar la derrota en la I Gran Guerra, posteriormente la enorme crisis económica, tremendamente mayor que la que estamos sufriendo actualmente, de los últimos años de la década de los 20 y comienzo de los 30. Posteriormente el ascenso al poder del partido Nazi, la propaganda antes y durante la II guerra, la asfixiante situación en que el pueblo fue llevado forzadamente a seguir a sus dirigentes. Siguieron siendo los berlineses víctimas de la derrota de la guerra con la división de la ciudad, los años de carencia de alimentos, el bloqueo a que fueron sometidos y del que salieron con la ayuda de las potencias occidentales.

La construcción del muro de Berlín significó la separación de personas y familias de la noche a la mañana en agosto de 1961. Dramas como los de la calle Bernauer, una de cuyas aceras pertenecía al Berlín comunista, mientras la otra significaba la libertad de movimiento y vida. Si vivías en la acera soviética y sacabas la mano por la ventana, estabas en zona libre. Muchas familias huyeron por las ventanas de sus casas bajo la impotente mirada de los vecinos de la otra acera, que eran obligados a mirar sin actuar, bajo amenaza de ser disparados. Más adelante tapiaron las ventanas de los edificios. 
Memorial por quienes dejaron la vida al intentar cruzar el muro
En una visita a la ciudad me impresionó el Tunel 57, una de las escapatorias subterráneas que se construyeron para escapar a la zona occidental una vez construido el muro. Una parte de la Bernauer Strasse está dedicada a la persistencia en la memoria de esta parte de la historia del muro de Berlín.


 

Vivimos en un mundo en que nos interesamos y buscamos más lo lúdico o lo ficticio, aquello que nos evada de los problemas que nos afectan, más que el interés que tengamos para conocer y aportar soluciones a las situaciones que tienen que soportar muchas personas. El muro tiene una carga de simbolismo que nos lleva a plantearnos el sufrimiento de las personas, antes y ahora. ¿Cómo se puede vivir en estas situaciones? ¿A qué se acostumbran los seres humanos? 
Tenemos una visión de las guerras pasadas como algo con cierto glamour, como algo brillante, contado siempre como propaganda o por los vencedores. Una serie de televisión alemana de 2013, Hijos del III Reich, incide en la realidad de la guerra como destructora de mentes y de vidas. No soy amante de películas de ambiente bélico, pero el planteamiento especialmente imparcial de esta serie acerca más a la visión de lo horrible de la realidad exenta de propaganda bélica de la que estamos acostumbrados.

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