Estancias

Los espejos de Borges

Estoy solo y no hay nadie en el espejo.
Jorge Luis Borges

El espejo, ese objeto que se ha convertido en cotidiano y doméstico con el transcurso de los siglos, no sólo posee la utilidad de devolvernos la imagen reflejada, sino que adquiere un simbolismo y un significado que va más allá de sus propiedades físicas.
En la publicación Asómate al espejo nos acercamos a algunas obras que nos mostraban su reflejo y mucho más a través de obras literarias y escenas de ópera en la que estos objetos están presentes.
En esta ocasión nos acercamos a uno de los escritores que más han utilizado este objeto y su simbolismo a lo largo de su producción literaria. Las referencias a los espejos se suceden en sus obras en un número indefinido, tal vez infinito, como ese universo al que otros llaman Biblioteca de Babel.
Te propongo un paseo por algunos de los muchos espejos que utilizó Borges como elementos cargados de simbología, en ocasiones por su propia experiencia, en otros casos por distintos significados que son constantes o evolucionan a lo largo de su vida y obra. Nos acompañan obras sobre espejos y reflejos de Ravel y Arvo PärtSi te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!


Procedente del latín Speculum, formado por Specio, con significado de mirar y culum que hace referencia a un instrumento, Así, su significado original viene a ser, literalmente «instrumento para mirar». Además de la utilizad habitual para observar nuestra imagen, en la antigüedad se llegó a utilizar para seguir, a través de un juego de varios espejos, el movimiento de los astros. De ahí proviene uno de sus significados como símbolo de sabiduría, e incluso se le asocia a la magia por la difusa línea que separaba la astronomía de la astrología, el conocimiento del universo con el reflejo de lo divino.
En otros de sus significados, el espejo se presenta como símbolo de la imaginación o la conciencia, al relacionarse con el pensamiento con el que pretendemos reflejar el conocimiento que tenemos. De esta interpretación, el espejo parte del hecho de ser imagen y representación de la realidad, del mismo modo en que el mundo terrenal es representación del mundo celestial.


Pocos autores hay tan apasionados y tan vitalmente centrados en la literatura como Jorge Luis Borges. Lector impenitente, llegó a afirmar que «uno llega a ser grande por lo que lee y no por lo que escribe». 
Para el escritor argentino, los espejos aparecen en su obra a partir de su experiencia vital en una edad temprana. De esta manera recoge la idea de que la literatura y el arte se desarrollan como un espejo de la vida. Pero el espejo que es representación de la realidad lo es sólo en su apariencia al ofrecernos una imagen que, aunque es idéntica, es invertida, mostrando una suerte de inversión de la vida, una irrealidad que nace de esta inversión e inmaterialidad.
Cuando un niño pequeño se enfrenta por primera vez a su propia imagen en un espejo, la primera sensación que le acoge es de sorpresa y extrañeza, transformándose en alegría cuando se reconoce a sí mismo. De esta forma, el espejo le sirve para conformación de su propio yo. Esta experiencia lo aboca a la certeza de la realidad, aunque puede llegar a unir la fascinación con el terror que le provocan las imágenes en su inconsciente.
Para el pequeño Borges ese miedo a los espejos surge en su vida mucho antes de que comience su labor literaria.  Los espejos le obsesionaron de pequeño. En su dormitorio había un gran ropero con un espejo en que se reflejaba su imagen desde la cama. Cuando se quedaba solo en la habitación a la hora de dormir el espejo se convertía en una fuente de tormentos. 
Las imágenes desaparecían cuando se apagaba la luz, pero, ¿se habían ido o permanecían escondidas en el ropero amenazando continuamente con aparecer? Su hermana Norah recordaba las aterradas noches que sufrieron cuando se quedaban juntos en la habitación. Allí nacieron algunas pesadillas relacionadas con los espejos o los laberintos, un miedo que aumentó con la oscuridad que le provocó la ceguera.
Publicado en 1960, El hacedor es uno de esos cruces de géneros literarios que tanto gustaban al escritor argentino. Allí se mezclan los relatos con los poemas y los ensayos, los temas y las evocaciones a otros escritores como Homero o Dante. El autor llegó a afirmar que era uno de las publicaciones más personales y desordenadas de cuantas había llevado a la imprenta. Sexagenario cuando la escribió, el recuerdo a los espejos y su temor, así como con otros significados diferentes transitan por este poema tan intrínsecamente borgiano.


En esencia, el espejo es un instrumento que es reflejo de otra realidad. La superficie tranquila y sosegada del agua, el reflejo en los ojos de una mirada cercana, un pensamiento o un sueño son espejos más antiguos que  ese instrumento que nos acompaña que se fue creado a imagen -nunca mejor expresado- de ellos.
Borges lo recrea en cuando a versiones de realidades y ficciones con sus inversiones y reversiones, como reflejos inversos y exactos o como ondas que se mueven deformando la realidad como las aguas levemente movidas.
También estas imágenes han tenido su reflejo en la música. Muchos son los compositores que han dedicado obras a los espejos y sus especulaciones.
Nos acompaña una obra para piano de Maurice Ravel, Moroirs (Reflejos), una composición escrita entre 1904 y 1905 estrenada por el pianista catalán Ricardo Viñes. La obra está formada por cinco movimientos, dedicados a diversos amigos del compositor: Noctuelles (Mariposas nocturnas), Oiseaux tristes (Pájaros tristes), Une barque sur l'océan (Una barca en el océano), Alborada del gracioso -así en español- y La vellée des cloches (El valle de las campanas), es el tercero de los movimientos el que traemos a esta publicación sobre los espejos de Borges.
Una barca en el océano, pieza dedicada al pintor Paul Sordes, narra un pequeño barco que navega sobre las olas de un tranquilo océano. Los arpegios y las melodías envolventes imitan el flujo de las corrientes como un reflejo continuo. La interpretación, la más técnica y compleja del ciclo, corre a cargo de la pianista Kathrin Isabelle Klein.


Inmerso en algunas ideas sobre sus significados y simbolismos, para Borges Dios es simultáneamente el espejo y la mirada, el cristal y el metal bruñido, la luz y la sombra. Así, aparecen el Creador y su criatura como dos espejos que se enfrentan, se oponen y se confunden, Dios que sueña a sus creaciones como lo hace el escritor, al que son los personajes que ha creado los que justifican su existencia y entidad. De tal forma, esta relación entre el Gran Soñador Soñado en el juego de espejos borgiano se incluyen Dios y el escritor en un primer plano, mientras el hombre y el personaje se hayan en el segundo. Si el reflejo especular de Dios es el Hombre, el reflejo del Escritor es el Personaje, siendo los elementos del primer plano (Dios y el escritor) cambiables como lo son los del segundo (hombre y personaje). Dios hizo al hombre a su imagen, pero éste se erige en el espejo en que se refleja y reconstruye su imagen, así crea la idea del mundo terrestre concebido como reflejo de un mundo celestial y trascendente perfecto.
En Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, un remoto pasillo de una quinta y un artículo escindido de una enciclopedia le llevan a una sociedad secreta de astrónomos y científicos que crea un planeta. Entre el propio Borges y el escritor Bioy Casares, autor y personaje simultáneamente -de nuevo los espejos-, investigan y dan con un heresiarca de Uqbar que había llegado a declarar que

«Los espejos y la cópula son abominables porque multiplican el número de los hombres».

La condición del ser humano, como copia de sus progenitores está en estrecha relación con la idea de la vida como lenguaje y del hombre como nombre. Si es la realidad la que origina y utiliza el lenguaje, se pregunta si pudiera darse la situación inversa: si la idea que tenemos de la vida y del mundo no es más que la imagen que nos ofrece y proporciona el lenguaje que hemos creado. Aquí la palabra adquiere su valor mágico que la libera del objeto para pasar de su rol de espejo hasta reducirlo a la imagen de lo que éste representa.
Así, Borges llega a representar simultáneamente al Yo y a su doble:


En El otro, el relato que abre El libro de arena (1975), un Borges de setenta años -de nuevo creador y personaje- se encuentra en un banco con vistas al río Charles al norte de Boston con un personajes que, tras entablar una conversación se reconoce a sí mismo. No es el reflejo idéntico especular, sino él mismo décadas atrás. Incrédulos ambos, se dan pistas de lo que deseaban y planeaban como sueños de futuro, los libros que tenían y su disposición, las conversaciones últimas con el padre o el devenir de lo más reciente, los escritos realizados, la muerte de ese padre. El vida y la literatura como juego de espejos con sus reflexiones y reversiones, con los anversos y los reversos.

En La rosa profunda (1975) otro de sus libros de poemas, Borges vuelve a dedicar sus pensamientos al simbólico espejo. Se trata de una obra de un septuagenario que atisba de nuevo el fulgor del espejo o la constante duplicidad de la imagen, sin olvidar ya ciego el autor, el que aumenta el horror que le profesaba de pequeño.


Esta obsesión por los espejos avanza en el escritor argentino hasta convertirse en una metáfora del Yo más profundo del poeta, haciendo partícipe de su significado a todo el género humano, generalizando lo que en uno ocurre en toda la humanidad.

«La Historia Universal es la de un solo hombre».

Las ideas de los espejos como símbolos e imágenes sigue presente en la música más contemporánea. 
Compuesta en 1978, Spiegel im Spiegel (Espejo en espejo) es una pieza compuesta por Arvo Pärt antes de salir de su Estonia natal. Insertada dentro del estilo minimalista, fue creada para piano y violín, aunque con frecuencia se suele interpretar con piano y violonchelo, e incluso con otros instrumentos de viento.
La obra está escrita en el llamado estilo Tintinnabuli o tintinabular, creado por el propio Pärt, en el que una primer voz toda en arpegio la triada tónica, mientras una segunda voz se mueve por la escala diatónica de forma escalonada, utilizándose en obras con un tiempo lento y meditativo.
La interpretación está a cargo de Leonhard Roczek al cello y Herbert Schuch al piano en una grabación que se realizó en la Mozart Week Salszbur de 2014.
Se trata de una música que, casi seguro has oído en alguna ocasión y que es más que adecuada con la lectura de la reflexión y el texto que nos queda.


El aspecto simbólico del espejo posee, pese a todo lo expuesto hasta ahora, un carácter ambiguo y contradictorio, marcado por significados opuestos. Así, frente al conocimiento de la propia identidad que proporciona la autocontemplación, nos encontramos frente al riesgo de quedar fascinados por nuestra imagen, convirtiéndose el espejo en una máscara que oculta nuestro auténtico ser y no nos permite vivir profundizar en la auténtica personalidad. Es la imagen de Narciso, enamorado de su figura reflejada en el espejo del agua que muere recreándose en ella.
Incluido también en El libro de arena, como el relato El otro, El espejo y la máscara trata este asunto: La literatura puede un espejo, pero también puede transmutar en máscara.


Finalizamos esta reflexión sobre uno de los símbolos más utilizados por Borges con este relato. 
El poeta recibe el encargo del rey de componer una obra sobre la gloriosa batalla. En el poema que compone duplica la batalla con las imágenes y metáforas que la describen con todo tipo de detalles, recibiendo como recompensa un espejo de plata y la propuesta de que lo modifique. La segunda de las odas es sublime, recibe como premio una máscara de oro y una nueva propuesta. Aquí Borges se adentra en el valor de la Palabra que se encuentra más allá del espejo, dela máscara y de la literatura. Otra será la recompensa.




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Bibliografía y webgrafía consultadas:

10 comentarios:

  1. Hola Miguel, nunca hubiera pensado que un espejo diera para tanto y tampoco conocía que Borges le hubiera dedicado tantas palabras. Pero sí es cierto que el espejo ha estado muy presente en la literatura, en la música lo desconozco la verdad, por ejemplo recuerdo ahora el espejo de Alicia (Alicia a través del espejo); la reina malvada de Blancanieves y su espejito, espejito; creo que algún cuento más hay con el espejo como protagonista; y también recordar a Narciso que se enamoró de su propio reflejo (que aunque no fue en un espejo, la función es la misma). Y no recuerdo así ninguna obra más, seguro que las habrá. Con lo que confirmo que el espejo es muy utilizado en la literatura.
    Genial investigación la que has hecho, acercándonos un poco más a Borges y a la música.
    Gracias.
    Un abrazo. :)

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    1. Los espejos han dado mucho juego como símbolos en las obras de arte. En noviembre de 2022 publiqué otra entrada sobre ellos que he enlazado en esta publicación y en la que aparecen algunas de esas obras a las que haces referencia, además de escenas de ópera en las que los espejos tienen protagonismo..
      Un fuerte abrazo :-)

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  2. Excelente trabajo Miguel Ángel. Borges es uno de los grandes de los que todavía no he leído nada, y es que tenemos tanto pendiente por leer. Ocurre que tiene una obra tan variopinta que no tengo claro que novelas (tendrían que ser novelas) o compendios de relatos me podrían gustar. El otro día, casualmente, leí un relato policíaco suyo (lo único que he leído de él hasta ahora, aunque tengo otro pendiente), "La muerte y la brújula", y no es que me gustara mucho.
    Un abrazo!

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    1. Gracias, Antonio.
      Borges es uno de los grandes escritores del XX, un apasionado de la literatura como escritor y como lector. Como dices, su obra es muy variada y es complicado elegir por dónde comenzar. Hay algunas antologías de cuentos y relatos que son interesantes como la que aparece en la bibliografía, Cuentos completos.
      Un fuerte abrazo :-)

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  3. Hola, Miguel, siempre el espejo es un elemento que te invita a crear historias. No conocía esa relación de atracción y temor del gran Borges con los espejos. Me ha gustado mucho leer este artículo, escuchando la belleza de Spiegel im Spiegel. Relajante, preciosa.
    Un abrazo!

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    1. Gracias, María Pilar.
      Esa relación con los espejos es muy intensa y perdurable con algunas variantes durante el tiempo. También es similar la que mantuvo el enfermizo Proust con ellos por razones semejantes. Me alegra que te haya gustado la música de Pärt.
      Un fuerte abrazo :-)

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    2. Brillante post, Miguel. Cuánta magia destilan los espejos y cuántas letras y notas han inspirado.
      Un enorme abrazo y gracias por regalarnos la experiencia de leer y escuchar tanta maravilla.

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    3. Muchas gracias, Estrella.
      El reflejo y el juego de los espejos llega hasta la literatura y en Borges es un elemento recurrente en su obra. Me alegra que lo hayas disfrutado.
      Un enorme abrazo :-)

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  4. Excelente recopilación, felicitaciones . Va parecer disruptivo mi aporte , pero quisiera rescatar al posiblemente mejor compositor de letras de RAP ( Ritm and Poetry) hispanoamericano, lamentablemente muerto en 2013 en Caracas y que según noticias muy recientes(12/23 ) fue finalmente 'eslarecido' : confesión de asesinato por su representante . Tyron Gonzales más conocido como 'Canserbero ' : En su álbum Muerte ( tema 10 : ' Y en espejo vi ' ) luego de hacer un relato autobiográfico , introduce el Espejo , su diálogo con quien esté reflejaba y menciona la influencia de un ' ciego 'que lo animaba a continuar escribiendo . Conociendo que era un lector incansable , incluyendo a Borges . Quizás fue una mención a nuestro mejor escritor hasta la fecha . Esto es quizás mi interpretación subjetiva . Les dejo la letra para conocer opiniones con una visión abierta y desprovista de preconceptos musicales . Dejo el link con la letra del tema que tiene la métrica utilizada en el rap .
    https://youtu.be/8vuDvkLdrjM?si=9FxxtrpqMDKz9zGt
    Muchas Gracias , eduardo

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    1. Gracias por tu comentario, Eduardo.
      Es posible la conexión entre la canción de Canserbero y Borges, seguro que leyó algo del escritor ciego y lo inspiró. Hay algunos versos que lo evocan.
      Un abrazo :-)

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