Estancias

La ciudad muerta

No se puede poseer al mismo tiempo la noche inmensa y el sol.
Marguerite Yourcenar


En ocasiones no encontramos fuerza para seguir caminando nuestro transitar por la vida. Una decepción frente a nuestros sueños, la desaparición de un ser querido o la frustración de un ideal se convierten en obstáculos que, en determinadas circunstancias, provocan un abandono que llega a paralizar a quien lo sufre. Salir adelante, volver a la realidad o continuar viviendo en lugar de sobreviviendo se convierte en una tarea que se antoja titánica y sólo se logra conociendo las circunstancias por las que pasamos y superando la situación que la provocó.
Los autores que nos acompañan tienen unos recorridos similares. Ambos nacieron con cinco años de diferencia, se incorporaron a las culturas predominantes en sus países de nacimiento, vieron en peligro su existencia durante la Segunda Guerra Mundial y terminaron sus días en Estados Unidos.
Te propongo unas reflexiones sobre la melancolía y el abandono con obras de Marguerite Yourcenar y Erich Korngold situadas en Brujas y Amsterdam. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!
Las imágenes de la fascinante ciudad de Brujas han sido cedidas por Mónica.

Brujas desde el Rozenhoedkaai (Muelle del Rosario)
Julius Korngold fue quizás el más prestigioso y poderoso crítico musical de los primeros años del siglo XX en Viena, un lugar que en esos momentos era considerado el centro mundial de la música. Amigo y defensor de la obra de Gustav Mahler fue también crítico con la obra de Schoenber y sus seguidores de la Segunda Escuela de Viena partidaros del dodecafonismo y atonalismo.
De su matrimonio nació en Brnö (actualmente en la República Checa, aunque por entonces perteneciente al Imperio Austríaco) en 1897 su segundo hijo a quien puso el nombre de Henrich Wolfgang Korngold
Henrich mostró desde muy joven grandes aptitudes para la interpretación y composición musicales hasta tal punto que su madre era incapaz de recordar cuándo comenzó a interpretar música. No es el primer Wolfgang que se considera un niño prodigio de la música. Tanto, que con nueve años interpretó ante Richard Strauss y Mahler su cantata Gold que los asombró tanto que este último convenció al prestigioso Alexander von Zemlinsky para que le diera clases de composición. Con 11 años estrenó el ballet Der Scheneemann en la Staatsoper de Viena a la que siguió un trío con piano y, de forma especial, su Obertura Schauspiel con 14 años que asombró a Zemlinsky por su orquestación.
A los 19 años compuso dos óperas en un acto, Der Ring del Polykrates (El anillo de Polícrates) y Violanta, estrenadas en Munich.
Pero su gran éxito llegó a los 23 años al componer su obra Die Tote Stadt (La ciudad muerta), una ópera que se disputaron varios teatros y que finalmente fue estrenada de forma simultánea en el Stadttheater de Hamburgo bajo la dirección de Egon Pollack y el Stadttheater de Colonia a las órdenes de Otto Klemperer el 4 de diciembre de 1920.

Boceto escenográfico de Johannes Schroeder de Die tote Stadt. Teatro Municipal Unido de Diusburg/Bochum para la temporada 1931-1932
Basada en la novela Bruges la Morte (Brujas, la muerta) de Georges Dodenbach y a su vez de la obra Le mirage (El espejismo) su adaptación para el teatro que el propio escritor belga realizó para el teatro, contó con un libreto firmado por Paul Schott, pseudónimo que utilizó su propio padre Julius.
Paul ha erigido un Templo de la memoria en la habitación que compartió con su fallecida y amada Marie, en la ciudad antigua de Brujas a la que considera una ciudad muerta. Un día aparece en su vida Marietta, una bailarina que está de gira con la ópera Robert el diablo de Meyerbeer. Con un parecido asombroso con Marie, Paul la invita a su casa. Allí tiene lugar una de las escenas más conocidas de esta obra. 
La primera parte del texto pertenece a los diálogos previos entre los personajes.


A continuación interpretan Gluck, das mir verblieb el famoso dúo entre ambos y la pieza más conocida de la ópera, en el que podemos apreciar el estilo tardorromántico de Korngold y que en sus últimos compases nos recuerda los acordes finales de los Cuatro últimos lieder de Richard Strauss.



La interpretación corresponde a una representación que tuvo lugar el 30 de septiembre de 2018 en la Komische Oper de Berlin con Sara Jakubiak como Marietta y Ales Briscein como Paul con la dirección escénica de Robert Carsen y la musical de Ainars Rubikis.


Nacida en la capital de Bélgica, Marguerite Cleenewerck de Crayencour formó con su apellido el anagrama que la hizo mundialmente famosa para ser reconocida como Marguerite Yourcenar (con una sola c). Profesora de Literatura comparada, poeta, novelista, dramaturga y traductora, escribió siempre en francés tras residir en Francia y marchar tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial a Estados Unidos, donde impartió clases en el Shara Lawrence College.
Su primera obra, El jardín de las quimeras, ya muestra un enorme interés por la literatura clásica y un gusto exquisito al adaptar a nuestro tiempo los mitos griegos clásicos. Quizás su novela más conocida sea Memorias de Adriano, una biografía del emperador romano novelada a partir de las supuestas epístolas que le escribe a su sobrino Marco.
Brujas desde el Rozenhoedkaai
Viajera impenitente, apasionada de las culturas oriental y  clásica griega y romana, en 1938 publicó Cuentos orientales, una recopilación de cuentos escritos en los años que precedieron a la Segunda Guerra Mundial. En ellos, Yourcenar nos envuelve en el estilo, la temática y las sensaciones que le producen estos lugares que van, desde el este europeo al lejano oriente. 
El tono, la personalidad derrotada del protagonista y el fondo pesimista del relato La tristeza de Cornelius Berg tiene algunos puntos de similitud con la ópera de Korngold.

La ciudad muerta tuvo un éxito sin precedentes y en los dos años siguientes recorrió los principales teatros del mundo, recalando en el Met de Nueva York en 1921. 
El tema de la superación de la muerte del ser querido era fundamental en los años veinte tras las dolorosas secuelas de la Gran Guerra que había asolado Europa durante los años anteriores, ayudó a popularizar esta obra. 
Desgraciadamente, el hecho de que Korngold fuera un compositor de origen judío y la llegada del nazismo al poder dejó la obra fuera de los escenarios, de los que desapareció hasta los años setenta del siglo pasado, en que volvió a tomar poco a poco nueva vida y ser considerada por algunos entendidos una de las óperas más importantes del siglo.
En 1927 estrena Das wunder der Heliane (El milagro de Heliane) una ópera que se convierte en un fracaso en unos momentos en que el público se ha acostumbrado a los nuevos estilos y estéticas musicales y el de Korngold le resulta anticuado.
Tras unos años en que de dedica a la música instrumental y de cámara o el arreglo de operetas de Strauss, recibe el encargo del director de escena Max Reinhardt, que se ha establecido en Hollywood, de adaptar la música de Felix Mendelhsson de El sueño de una noche de verano para su próxima película. Ahí comienza una intermitente colaboración que se refuerza cuando en 1938 se produce la Anschluss, la anexión de Austria por los nazis, lo que le hace establecerse definitivamente en Hollywood

De Gluck, das mir verblieb, que como hemos visto es un dúo entre Marietta y Paul, el propio autor lo convirtió en un aria para soprano para conciertos y recitales en la que se suprimía el pequeño diálogo que se establece en la mitad de la pieza y la cantante asume la parte final que canta el tenor. El éxito de esta pieza no ha cesado y durante muchos años ha sido la única parte de la ópera que ha quedado en la memoria de los seguidores, además de figurar en el repertorio de las sopranos.
La cantante neozelandesa Kiri Te Kanawa la interpreta en una de las galas que celebra el Metropolitan Opera House de Nueva York.


Revisados Los cuentos orientales de Marguerite Yourcenar en la década de los sesenta, modificados en algunos detalles o sustancialmente, eliminados algunos, uno de los relatos llama la atención por no desarrollarse en lo que podemos considerar lo oriental. Según palabras de la autora incluidas en la reedición de 1963: "La tristeza de Cornelius Berg (Los tulipanes de Cornelius Berg en la edición original) fue concebido como conclusión de una novela hasta ahora inacabada. Nada tiene de oriental, salvo dos breves alusiones a un vieja que hizo el artista a Asia Menor y este relato no pertenece, en realidad, a la colección que precede. Pero no he sabido resistirme a las ganas de situar, enfrente del gran pintor chino (Cómo se salvó Wang-Fô) (...) a este ignorado contemporáneo de Rembrandt que medita tranquilamente sobre la suya."
Sin intención de desentrañar el resto de la trama de las apenas seis páginas del relato, Marguerite Yourcenar continúa sumergiéndonos en la personalidad de Cornelius Berg.



Una vez que comenzó la entrega de los premios Oscar, en las primeras ocasiones que se otorgó a bandas sonoras no se hacía al compositor, sino al Departamento de Música del estudio cinematográfico correspondiente. En 1936 le conceden el premio al equipo de Korngold por El caballero Adverse protagonizada por Fredric March y Olivia de Havilland  dirigida por Mervyn LeRoy. En 1938, ya de forma personalizada, lo recibe por Las aventuras de Robin Hood de Michael Kurtiz con Errol Flynn y la misma protagonista femenina, una banda sonora que tiene evocaciones de música de Puccini, Mahler o Richard Strauss.
Korngold contribuyó a crear el sonido de Hollywood, una música que no se limitaba a acompañar la acción de la película, sino que llegaba a compenetrarse de una forma especial con el film dándole un nuevo significado y una mayor calidad a las historias.

Hasta mitad de los años cuarenta, Korngold continúa su trabajo en Hollywood, apartándose casi por completo de otro tipo de composiciones relacionadas con la ópera y la música clásica. Su padre le pide sin mucho éxito que deje la música para el cine y que dedique su talento a la composición de "música seria". Tras su fallecimiento, decide dejar el 1947 el cine, vuelve a Austria y sufre una de sus más tristes experiencias al ver que sus obras vuelven a ser rechazadas por anticuadas frente a música más innovadora. Regresó de nuevo al cinematográfico barrio de Los Ángeles donde compuso sus últimas obras, unas variaciones para orquesta y un homenaje a la obra de Johann Strauss hijo. En 1957 falleció tras una trombosis cerebral mientras preparaba una nueva ópera.
Canales de Brujas
El tema Glück das mir verblieb vuelve a aparecer en el final de la ópera. Después de que Marietta regrese a recoger un paraguas olvidado, Paul decide abandonar Brujas, dejando que Marie descanse en paz y seguir con si vida. En un memorable final y junto a su amigo Frank, Paul jura comenzar de nuevo y dejar atrás su casa y el Templo de la memoria de Marie por última vez.



El tenor Torsten Kerl interpreta a Paul en una producción que se llevó a cabo hace unos años en el mismo Stadttheater de Hamburgo en que se estrenó. Las indicaciones reseñadas en el libreto han sido sutilmente modificadas para este singular montaje.


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Contenido extra:
En 1987 se realizó la película Aria en la que se desarrolla una trama amalgamada por una serie de arias de ópera de diversos autores. A ella pertenece el siguiente vídeo con el dúo Glück das mir verblieb, con Paul en el recuerdo de Marie y el marco inigualable de Brujas, la ciudad muerta en la ópera de Korngold.


Bibliografía y webgrafía consultada:

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