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Los enigmáticos lenguajes del Manuscrito Voynich y Ligeti

Nos fascina el misterio. Todo lo que tenga un halo misterioso, un enigma sin descubrir o un elemento desconocido atrae nuestra atención y procuramos conocerlo y desvelarlo.
Por esa razón no gustan los acertijos, los retos y los pasatiempos que provocan que nuestra mente se ponga a trabajar para resolverlos. También los libros de detectives que nos hacen poner en marcha nuestras dotes de deducción para descubrir la trama oculta o a los culpables de los delitos que aparecen en esas historias.
Hay obras de arte repletas de enigmas que han tardado siglos en desvelarse o aún ni siquiera lo han sido. Pensemos en algunos arcanos de las pirámides, tanto del antiguo Egipto como de Centroamérica. O el misterio de la escritura jeroglífica que no se desveló hasta que se encontró la Piedra Rosetta. O en esas obras en lenguaje especular de Leonardo imposibles de leer hasta que no se supo el secreto de su escritura, o libros de la antigüedad clásica desaparecidos hasta que se encontró una copia perdida de alguno de ellos en algún remoto monasterio. 
Son tantos los misterios que han fascinado durante siglos hasta que muchos de ellos se han desvelado y forman parte de nuestros conocimientos y de nuestra cultura.
Pero de todos ellos, sin duda, un libro escrito a mano es el que se lleva la palma de todos los misterios. Aunque periódicamente aparecen noticias en la prensa de que se han desvelados sus misteriosas imágenes y textos, aún no se conocen todos los secretos que guarda.
Como con el tiempo acabará saliendo a la luz, la intención de esta publicación no es tratar sobre lo que nos cuenta ni sobre el significado exacto de cada una de sus imágenes, sino centrarse en su descubrimiento, su estructura y los indicios que ayudaron a comenzar a tratar de desvelarlo. 
Incluido en ese misterio que nos atrae per se, la música que nos acompaña utiliza un lenguaje inarticulado, extraño, una música de vanguardia que nos habla de la incomprensión en nuestro tiempo, de la falta de sentido que tiene nuestro mundo, y que con el extraño códice conforma un todo que nos habla de la incomunicación del lenguaje.
Te propongo adentrarte en el misterio del Manuscrito Voynich, el libro más misterioso, enigmático y desconocido que existe hasta ahora, acompañado de música de Ligeti, fundiendo ambos mundos artísticos distantes en el tiempo y radicalmente diferentes por el nexo de la incomprensión. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!


El nombre del Manuscrito Voynich proviene del librero que lo adquirió y dio a conocer. Wilfred Voynich comenzó interesándose poco a poco por los libros antiguos, especializándose en la búsqueda, compra y venta de incunables y libros con pocos ejemplares y difíciles de encontrar. En 1898 editó su primer catálogo de libros raros, llegando tres años después a completar el noveno tomo de los Catálogos Voynich en una incansable tarea de compilación, acompañada de viajes para conseguir ejemplares para su colección y posterior venta a adinerados coleccionistas.

Marcelo dos Santos (Buenos Aires, 1961) estudió medicina, dirección de cine e informática, trabajando como guionista, actor y productor de cine y televisión, además de colaborar en revistas de cine, divulgación científica y literatura. Además del libro que nos acompaña en esta publicación ha publicado Últimas visiones (2002), una antología de cuentos de ciencia ficción y terror, entre otros libros.
En El manuscrito Voynich. El libro más enigmático de todos los tiempos, Marcelo dos Santos describe la historia del descubrimiento de este libro autógrafo desde su compra a comienzos del siglo XX hasta la actualidad, sus características, sus misterios y los principales intentos por descifrarlo.

Nos detenemos en el segundo viaje que Voynich realizó a Italia para buscar este tipo de libros y cómo consiguió el manuscrito que ha pasado a la historia con su nombre.


Si el mensaje, el contenido y lenguaje del Manuscrito Voynich constituyen un misterio que nos invita a indagar y especular, algunas músicas de György Ligeti nos llevan por caminos divergentes. Partiendo de un texto que se reduce a sonidos, sílabas o palabras en el mejor de los casos, para sustituir a los monólogos y diálogos de la ópera tradicionales, Ligeti desarrolla lo que denomina sucesos que se basan en manifestaciones de afectos y emociones, en juegos con un sentido cómico o absurdo que nos hace pensar si son una broma o hay que tomarlo en serio, si manifiestan un humor lúdico o la incomunicación de nuestro tiempo, o si sólo se trata de renovar tanto el continente como el contenido de la música.
Después de la revolución húngara en el otoño de 1956 contra la Unión Soviética, Ligeti huyó de Budapest donde sus escasos trabajos de vanguardia musical no habían sido conocidos en el exterior. Al llegar a la Europa occidental se sintió en el centro de la creación musical con las obras de Stockhaussen, John Cage o Luciano Berio
En 1960 estrenó en Colonia Apparitions en la Fiesta Mundial de la Música de la Sociedad Internacional parla la Nueva Música (IGNM) que supuso su consagración internacional.
Pocos años después, en 1966 Ligeti estrenó en el Teatro Estatal de Württemberg Aventures y Novuelles aventures (Aventuras y Nuevas aventuras), unas obras en las que desarrolla ese lenguaje sin sentido basado en sonidos vocálicos en el que los tres cantantes y los siete instrumentos que los acompañan desarrollan entre ellos una acción incoherente, una suerte de ópera en miniatura -o, simplemente, una anti-ópera- que bebe del teatro del absurdo.
Los sonidos secos, nerviosos, inarticulados, guturales en ocasiones, saltan de un intérprete a otro, formando un mosaico de susurros, gruñidos, chillidos o risas que se funden con nerviosos silencios, asemejándose en ocasiones a los sonidos que salen de los animales de un zoológico, como si hubiéramos de adivinar qué animal lo emite y qué desea transmitirnos.

Nos acompaña un extracto de Novuelles Aventures de Ligeti, obra para tres cantantes y siete instrumentos con la soprano Sarah Sun, la mezzosoprano Truike van der Poel y el barítono Guillermo Anzorena dirigidos por Sir Simon Rattle y on miembros de la Berliner Philharmoniker en una grabación que se realizó en la sede de esta agrupación en diciembre de 2011 y se grabó para The Berliner Philharmoniker's Concert Hall.


Pero, ¿quién era en realidad Voynich? ¿De dónde provenía? ¿Trabajó siempre como librero o accedió a esta profesión tras pasar por otras? 
La historia de su vida es tan sorprendente y fascinante como la del propio y revolucionario siglo XIX en cuya segunda mitad vino al mundo.
Wylfrid Michal Habdank Wojnicz nació en Kaunas (Lituania) el 31 de octubre de 1865, hijo de un suboficial del ejército polaco. Con grandes dotes para el estudio, se graduó en Química en la universidad de Moscú, licenciándose más adelante como farmacéutico.
Con veinte años de edad llegó a Varsovia donde se unió a Proletarjat, una organización revolucionaria, donde le encomendaron la misión de rescatar de la prisión del estado a dos compañeros condenados a muerte. Al ser delatado, ejecutaron a los dos presos y Wojnicz fue condenado al destierro en Siberia. Varios años estuvo en Irkutsk, hasta que le ayudaron a escapar gracias a una familia del lugar que le buscó un contacto en Londres, donde debía dirigirse.
Al llegar a la capital inglesa, sin saber el idioma -aunque hablaba lituano, ruso y polaco a la perfección-, encontró a su contacto y se estableció allí, casándose con la inglesa Lily Boole. Juntos desarrollaron una actividad febril, viajando por varios países europeos, entre acciones revolucionarias y colaboraciones con los conjurados, establecieron una imprenta con la que tradujeron y publicaron diversos textos prohibidos de Engles y Marx e introdujeron material de este tipo en Rusia.


Según recoge en su ensayo Marcelo dos Santos, Voynick junto a su secretaria Anne Nill se habían instalado en América en 1914 continuando su profesión de librero, mientras su esposa Lily vivía en diversos países de Europa con su amante. Una vez fallecido el poseedor del manuscrito, este pasó a manos de su antigua secretaria Nill que, en aquellos años vivía junto a Lily en Nueva York. 
En 1961 la casi centenaria Lily, la única persona viva que conocía de dónde había obtenido su esposo el manuscrito escribió una carta explicando cómo lo consiguió, dando a Nill instrucciones para que la abriera cuando falleciera, lo que ocurrió ese mismo año.
No sólo quedó con la carta y la dio a conocer, sino que fue la nueva propietaria del Manuscrito y de la Carta Marci. Decidió buscar un comprador, siguiendo el testamento de Voynich, según el cual sólo podía ser vendido si lo aprobaba un grupo de cinco personas entre los que se contaban Lily -que acababa de fallecer- y ella misma. Los cuatro aceptaron la propuesta del librero Hans P. Kraus, quien pagó en julio de1961 24.500 dólares, después de asegurarse de que nadie que tuviera copias del manuscrito las utilizara y tener él los derechos de publicación en exclusiva. 
Inmediatamente gestionó su reventa por un precio de 160.000 dólares, aunque dando a entender que entregaría la mayor parte del precio a Nill, quien falleció en 1962. Finalmente no logró venderlo, lo tuvo bien custodiado durante varios años y en 1969 decidió donar el Manuscrito Voynich a la Universidad de Yale, que lo entregó a la Biblioteca Beinecke donde se encuentra a día de hoy.


El texto que nos acompaña se centra en la ficha que el Manuscrito Voynich tiene en esta biblioteca y su descripción física, con detalles de su numeración, el tipo de páginas que posee, las que se creen que faltan y el número que se puede suponer que tendría originalmente.


Casi diez años estuvo Ligeti trabajando en su ópera Le Grand Macabre (El gran Macabro), un encargo de la Ópera Real de Estocolmo que acabó estrenándose en 1978 y que hemos traído al blog en Balada para el Apocalipsis. Se trata de una ópera extraña y compleja que trata sobre la amenaza del fin del mundo, el peligro al que la humanidad se estaba acercando con la guerra fría, los problemas ecológicos y ambientales. Para Ligeti, en El gran Macabro todo es ambiguo, especialmente en su final donde los protagonistas proclaman que ya no tienen miedo a la muerte y sobre la tierra sólo hay motivos de diversión para ellos, aunque según el propio autor, «una vida sin miedo, una vida sólo de placer, es demasiado triste.»
De El gran Macabro Ligeti arregló al comienzo de los 90 un fragmento que tituló Mysteries of the Macabre para ser interpretado en concierto por una soprano y orquesta. Misterios del Macabro ahonda en la misma línea de Aventuras y Nuevas Aventuras, con un lenguaje similar y donde se exige a la solista un registro vocal amplio, con coloraturas imposibles y una interpretación intencionalmente sobreactuada e histriónica que busca enfrentar a los grandes problemas con una actitud de burla irreverente.

Decorado para El gran Macabro. Salzburgo, 1997
La interpretación pertenece a la extraordinaria soprano canadiense Barbara Hannigan que dirige también a la Avanti! Chamber Orchestra en una interpretación para el Festival Presencies 2011.


Tras varios años de lucha de Wojnicz y Lily Boole a favor de las revoluciones, trabajos de traducción y publicación de obras prohibidas hubo un cambio fundamental. Quizás por el fallecimiento accidental de un colaborador, puede que por cierta torpeza en la acción de Wylfrid en la que ponía en peligro a sus compañeros, el caso es que dejaron en 1895 la lucha revolucionaria activa.
Fue entonces cuando Wojnicz modificó su impronunciable nombre para los ingleses y pasó a llamarse Wilfred Michael Voynich, estableciéndose como librero, comenzando a comerciar con los libros que le habían donado sobre los movimientos revolucionarios del XIX, mostrando también un talento para las gestiones administrativas y comerciales. De esta forma, el activista revolucionario se reconvirtió en el librero que acabó dando a conocer el manuscrito que más enigmas y misterios ha generado en la historia.


El siguiente texto hace referencia al tipo de escritura, la caligrafía, las letras y la claridad del texto. También a una firma borrada que aparece en la primera página del manuscrito, a palabras sueltas que aparecen junto a las imágenes y a las que los expertos han llamado etiquetas, o a lo que denominan palabras títulos, además de hacer referencias a distintas secciones en que se divide el manuscrito: farmacopea, astronomía, zodiaco o medicina.


A las Aventuras de György Ligeti (estrenada en 1964) le sigue las Nuevas Aventuras que se estrenaron en 1966, una suerte de secuela que supone un avance del escenario. Si la primera era denominada por el compositor Mimodrama, la continuación evoca referencias irónicas e históricas estilizadas con secciones más definidas como un inquietante fragmento sobre un coral, una gran escena histérica para que la soprano se haga pasar por una heroína loca de la ópera. También incluye un acompañamiento instrumental con muebles, bolsas de papel o periódicos que se revientan o rasgan y platos que se rompen. Así, Ligeti deja que el espectador construya una respuesta que forma parte de la interpretación artística.
Las reacciones afectivas se desarrollan sobre una acción imaginaria que debe inventarse para cada puesta en escena. Así, existen cinco tipos de reacciones a desarrollar: en primer lugar, uno sobre la ironía, la burla y el ridículo. La segunda sobre la nostalgia y la tristeza. La tercera gira alrededor de la broma, la cuarta lo hace sobre el erotismo, mientras el último lo hace sobre el anhelo y la exaltación.
El texto, a base de los citados sonidos, sílabas o palabras es acompañado por fragmentos de composición con pinceladas que evocan las emociones, consiguiendo una solución sobre qué tiene prioridad en la ópera, el texto o la música, al llegar a la conclusión de que ambos son imprescindibles y necesarios, ya que no hay ningún texto con demasiada música y los sonidos humanos son parte integrante de la misma. 

El enlace nos muestra una interpretación de Nouvelles Aventures llevada a cabo para el Festival Ankunft Neue Musik, grabado en la estación central Berliner Hauptbahnhof de la capital alemana en agosto de 2010, producido por Zeitdenössishen Oper Berlin con la soprano Lisa Tjalve, la contralto Annerose Hummel y el bajo Marek Kalus dirigidos todos por Jobst Liebrecht.


No se trata en esta publicación de indagar ni centrarnos en desvelar el misterio del Manuscrito Voynech ni en profundizar en la música de Ligeti, sino observar el lenguaje como forma de comunicación o de incomunicación y adentrarnos en el efecto que tiene sobre nosotros cuanto es misterioso y desconocido.
Sobre el manuscrito, la intención es detenernos en su descubrimiento, características, el personaje que lo sacó a la luz y le dio nombre o el proceso que se ha seguido para desvelar su lenguaje oculto. Periódicamente surgen noticias sobre la comprensión de su texto o el origen del mismo. Son noticias que se repiten de forma idéntica en distintas publicaciones que no aportan nada nuevo y que son replicadas de otras. En algún momento se desvelarán la mayoría de sus incógnitas y, es más que probable que al desvelarlas se pierda para el gran público la parte que más le ha atraído hacia este manuscrito: el misterio de su lenguaje desconocido, de sus ilustraciones inidentificables o el autor y el origen del mismo. Mientras, nos queda su mayor atractivo: lo misterioso y desconocido.


Terminamos este acercamiento a dos lenguajes tan enigmáticos como diferentes con una descripción de la misiva que acompañaba al Manuscrito Voynich cuando el librero de origen lituano lo adquirió. 
La Carta Marci sirvió para comenzar a realizar conjeturas sobre los propietarios del manuscrito y su autoría, dejando alguna afirmación que los estudiosos creen poco verosímiles y que les llevaron a situar el libro en la Praga de Rodolfo II



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Bibliografía y webgrafía consultadas:

6 comentarios:

  1. Hola Miguel, no conocía ese libro y sí, verdaderamente, entraña mucho misterio. En la antigüedad era difícil ser escritor o escribir un libro, no por el hecho de escribirlo en sí, sino porque difícil era su difusión, lectura, etc. Hasta el dato de la autoría puede resultar difícil...
    Como siempre, un gran artículo, con imágenes incluidas y, sobre todo, música que te invita a sumergirte en la lectura del artículo de una manera especial. Gran trabajo el que realizas.
    Un abrazo. :)

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    1. Hola, Merche.
      Continuamente sale información sobre es libro y su contenido, aunque aún no ha sido descifrado, a pesar de todos los avances en criptografía e inteligencia artificial, aunque sí parece conocerse su origen. Con el tiempo llegará. La música de Ligeti es excepcional, fiel reflejo de nuestro tiempo.
      Un fuerte abrazo :-)

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  2. Hola Miguel Ángel,
    Muy buena entrada, más que interesante. Nunca había oído hablar de este enigmático libro, me parece una historia fantástica, incluso se podría hacer una película. Me ha recordado, mientras leía tu excelente artículo, a la figura de Lucas Corso, de "El Club Dumas", que era un especie de "detective de libros raros". He tomado nota del libro de Dos Santos.
    Un abrazo!

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    1. Gracias, Antonio.
      Es un manuscrito cuyo mayor interés reside en la enigmática escritura, indescifrable hasta ahora. Esa labor de investigación tiene mucho de detectivesca como comentas y acabará dando resultados.
      Un fuerte abrazo :-)

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  3. Hola, Miguel, me he quedado sin palabras. En este mundo de la información nos pensamos que no queda nada por descubrir y tanto el autor, Voynich, como su manuscrito tan enigmático. Estoy segura que muchísima gente, amante de la cultura, lo desconoce. Buen trabajo el de Marcelo dos Santos, pero si tú no lo dieras a conocer, muchos de nosotros jamás habríamos sabido de su existencia y los misterios que encierra.
    Un abrazo!

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    1. Gracias, María Pilar.
      Parece mentira que en este tiempo haya un manuscrito sin descifrar con todos los avances de los que disponemos. Es curioso que no esté tan difundido el manuscrito, puesto que periódicamente aparece información sobre él. Pienso que la música de Ligeti que acompaña al texto forma un conjunto interesante.
      Un fuerte abrazo :-)

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