Estancias

El lenguaje de las campanas

Es cosa que maravilla ver cómo se ha hallado un medio seguro de producir en un mismo instante, merced a un golpe de martillo, un mismo sentimiento en mil corazones diferentes, obligando a los vientos y a las nubes a hacerse intérpretes de los pensamientos humanos.
Chateaubriand, De las campanas

Las campanas nos han acompañado desde hace milenios con su sonido vibrante y potente capaz de comunicar y transmitir mensajes a multitud de personas de forma simultánea.
Humildes y cercanas en la antigüedad, tomaron importancia y protagonismo desde el medievo hasta quedar eclipsadas en nuestra ruidosa y poliédrica sociedad actual.
Las campanas se han utilizado para comunicar, con un lenguaje propio, una serie de mensajes desde los religiosos a los meramente civiles acompañándonos a lo largo de nuestra vida en diversos acontecimientos y situaciones.
Te propongo un paseo entre campanas que nos acercan a distintos momentos de nuestra vida con obras de Edgar Allan Poe y Rachmaninoff. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!

Campanario de la parroquia de San Juan Bautista, La Palma del Condado

Hijo de unos cómicos ambulantes, Edgar Allan Poe nació en Boston en 1809 quedando huérfano a los dos años y siendo adoptado por John Allan de quien tomó su segundo nombre, un rico terrateniente de Richmond que lo educó entre Estados Unidos e Inglaterra. Tras ser expulsado de la universidad de Virginia por su afición al juego, regresó a su ciudad natal, donde llegó a publicar su primer poemario, Tamerlán. Tras un fugaz paso por el ejército, Poe se centró en su carrera literaria mientras trabajaba como periodista y crítico literario, alternando su obra poética como El Aaraaf o El cuervo y otros poemas, con cuentos y novelas, como sus Narraciones extraordinarias o Las aventuras de Arthur Gordon Pym.
Reconocido como uno de los grandes autores del relato corto, Poe renovó la novela gótica, inventó el relato de misterio y detectives y se adentró en el género de la ciencia-ficción que comenzaba a ponerse de moda. Con su incursión en todos estos géneros logró ser el primer escritor de su país en vivir de su labor literaria, lo que tuvo para él, por su poca estabilidad emocional y económica, consecuencias lamentables. Pese a sus solo cuarenta años de vida, Poe ha pasado a la historia de la literatura como uno de los más originales y prodigiosos creadores de mundos y estilos literarios.
Nos acompaña uno de sus poemas, The bells (Las campanas) que dedica a estos instrumentos como alegoría de la vida, pasando en sus diversos poemas por distintos metales según sus significados, desde las campanas de oro, a las de plata, para continuar con las de bronce y terminar con las de hierro.
El primero de los poemas no nos acerca, como podríamos suponer, al repiqueteo desde una torre, sino al alegre e infantil acompañamiento de las pequeñas campanas de los trineos, símbolo del nacimiento y la infancia, en una traducción de Carlos Arturo Torres.


Muchas composiciones nos acercan a las campanas desde distintos estilos, autores y épocas, tanto desde su protagonismo como simple acompañamiento que denota desde la más jubilosa alegría a la más desolada tristeza.
Sergéi Vasilievich Rachmaninov, uno entre los grandes intérpretes de piano, compositores y directores de orquesta rusos y uno de los últimos representantes del posromanticismo musical también se sintió atraído por este tema y el poema de Poe. En 1913 compuso su Sinfonía Coral Колокола (Las campanas), Op. 35 para orquesta, coro y voces solistas.
Basado en una traducción libre al ruso del texto inglés por el poeta simbolista Konstantin Dmitrievich Balmont, Rachmaninoff crea una composición dividida en cuatro movimientos, según los parámetros clásicos de las sinfonías, con evidentes similitudes a la obra de su admirado mentor Peter Ilich Tchaikovsky, alterando el último movimiento como este hizo en su Sinfonía nº 6, Patética, introduciendo en diversos momentos el canto del Dies Irae y logrando trasladar el texto original inglés y creando un sonido que fascina y lleva a un contexto eminentemente ruso.
Nos acompaña el primer movimiento de Las campanas catalogado como Allegro ma non troppo, un movimiento que cuenta con la participación del coro y la voz de tenor para referirse al primero de los poemas de Poe. El ritmo animado de la orquesta junto con el tintineo de las campanillas nos sugieren el deslizar del trineo. En la parte central del movimiento tenor y coro entonan una melodía inspirada en el folclore ruso que se eleva hacia un clímax cargado de euforia para terminar con una breve coda a cargo de la orquesta.


La Russian National Orchestra con el Moscow State Chamber Choir y el tenor Sergei Larin, todos ellos dirigidos por Mikhail Pletnev interpretan este primer movimiento de la Sinfonía Coral Las campanas de Sergei Rachmaninov en una grabación de la Deutsch Grammophon de 2001.


En Las campanas Poe realiza un recorrido alegórico por distintas etapas de la vida, desde las alegres campanas de plata del primer poema que representan el nacimiento y la infancia hasta finalizar con el lúgubre y doliente doblar a duelo por el entierro, configurando un panorama que se va volviendo más inquietante, temeroso y oscuro conforme se avanza desde la infancia a la vejez y la muerte.
Este poema gótico fue  escrito en 1848, saliendo a la luz póstumamente en diciembre de 1849, meses después del fallecimiento del escritor en la revista Sartain's Union Magazine.
Durante la enfermedad de Virginia Clemm, la joven esposa de Poe, este fue ayudado por Marie Louise Shew en su cuidado, cayendo el escritor en una depresión tras su fallecimiento. Al parecer fue Marie Louise quien le sugirió que compusiera un texto sobre las campanas y sus distintas llamadas, colaborando en los primeros versos con el poeta. 
El segundo poema nos acerca a las campanas de plata de las bodas manteniendo aún el aire jovial y festivo del primero de los poemas


La composición de la Sinfonía Coral Las campanas surgió tras un momento en que Rachmaninoff buscaba ideas para nuevas obras. Tras preguntar a algunos amigos por temas para nuevas composiciones, recibió en su estancia en Roma una carta anónima con la traducción al ruso del mencionado Konstantin Balmont del texto de Poe y una invitación para componer una obra sobre él.
La fascinación que siempre había sentido por hacia el lenguaje de estos instrumentos le llevó a escribir: «El sonido de las campanas se escucha en todas las ciudades que conozco. Nos acompañan desde la cuna hasta la tumba, y un compositor no puede escapar a su influencia. A lo largo de mi vida he escuchado con placer los toques de las más variadas melodías y personajes, desde el alegre tintineo hasta el funesto carrillón funerario. Cada ruso lleva consigo un amor por las campanas. Si alguna vez conseguí hacer vibrar las campanas de las emociones humanas con mis composiciones se debe al hecho de haber pasado la mayor parte de mi vida entre las vibraciones de las campanas en Moscú».
Una vez decidida la composición, Rachmaninoff la realizó en la ciudad romana, en el mismo escritorio del apartamento de la Plaza de España en que estuvo alojado su admirado Tchaikovsky
Una vez finalizada la obra, el compositor la dedicó al director holandés Willem Mengelberg y la orquesta del Concertgebouw de Amsterdam, aunque no se tiene la certeza de que la hayan interpretado en alguna ocasión. El estreno se produjo el 30 de noviembre de 1913 en San Petersburgo y se repitió el 8 de febrero del año siguiente en Moscú con un gran éxito de publico.
Años más tarde, después de fallecer el compositor, se supo que la carta anónima había sido enviada por Marija Danilova, amiga suya y por entonces estudiante de violonchelo en el conservatorio de Moscú.
El segundo movimiento, indicado como Lento lleva el subtítulo Campana de oro, la boda y se evoca la boda con un tema melancólico a cargo de la orquesta, interviniendo más adelante el coro hasta que entra la voz de la soprano con otro tema melancólico ruso, a la que sigue un tutti de la orquesta y coro. La soprano continúa hasta los registros más agudos, mientras las voces graves del coro replican y la orquesta va concluyendo lentamente el movimiento.
La audición de este segundo movimiento corresponde a los mismos intérpretes que el enlace anterior con la inclusión de la soprano Marina Mescheriakova.


En algunas sociedades de la antigüedad como las de Asia y Egipto, las campanas de mano tenían una función religiosa y civil importante para invitar y llamar la atención hacia la población, especialmente durante las ceremonias y ritos. Más adelante las utilizaron los vendedores callejeros para llamar la atención de los posibles clientes, los vigilantes nocturnos para anunciar sus rondas o para convocar al duelo en las procesiones fúnebres.
En la antigua Grecia sirvieron para anunciar la apertura del mercado de marisco, mientas en Roma avisaban del inicio de los mercados o la hora de los baños, además de llamar la atención sobre otros acontecimientos como el paso de los condenados o la presencia de un eclipse.

Campanas de la Iglesia de San Juan Bautista en La Palma del Condado

La tercera parte del poema cambia el tono que llevaba hasta el momento para centrase en las campanas de alarma que avisan de un incendio. El sonido armonioso y acompasado de los dos primeros apartados se sustituye por el griterío de terror, sonando y chocando desesperadamente en su lugar consiguiendo un crear un sentimiento de dolor, caos y terror ante la situación que anuncian estas campanas de bronce.


Pese a lo que se puede creer, no se generalizó el uso de las campanas en las iglesias durante los primeros siglos, realizándose los avisos para los cultos de viva voz a través de los cursores, que avisaban casa por casa, utilizándose más adelante otros instrumentos como bocinas, trompetas o láminas de madera o metal para golpear. Fue en el año 604 cuando una disposición canónica dispuso que se colocaran campanas en todas las iglesias para convocar a los fieles al culto, inicialmente con una campana hasta que las nuevas construcciones albergaron torres más altas capaces de expandir el sonido a mayor distancia y con campanas de distintos volúmenes. Esta disposición indicaba que las catedrales podían tener cinco o más campanas, las parroquias dos o tres y las iglesias pertenecientes a algún señorío una sola. Así se comenzó a desarrollar un lenguaje que comunicaba a toda la comunidad distintos mensajes.

Edición estadounidense de The bells de Poe de 1881 por Porter & Coates

Aunque Rachmaninoff catalogó su obra inicialmente como Tercera Sinfonía, más adelante denominó con esta numeración a su Sinfonía en la menor, Opus 44 de 1939, refiriéndose a Las campanas como su Sinfonía Coral
El tercero de los movimientos tiene indicación de Presto y el subtítulo de Campanas de bronce, La alarma, y está escrito a modo de scherzo como una alegoría de la guerra. Comienza con una tercera que se repite insistentemente cada vez más rápida para crear un clima tenso y expectante. El coro inicia su canto desesperado con evocaciones al Dies Irae en un especie de danza infernal con aire medieval que lleva a un intenso clímax al coro y la orquesta, para finalizar con fuerte violencia.
La interpretación corre a cargo de nuevo de la Russian National Orchestra y el Moscow State Chamber Choir dirigidos por Mikhail Pletnev en la grabación de la Deutsch Grammophon de 2001.


Aunque la función principal de las campanas era transmitir desde lo alto de las torres los mensajes religiosos, también se utilizaron para otros usos, aunque en el siglo XVI llegaron a prohibirse estos hasta en tres concilios. Años más tarde se revocó esta prohibición en los casos de utilidad pública.
Así, nos encontramos con toques para la oración, la convocatoria a los cultos, para los días festivos o a difuntos, junto con otros de carácter civil que eran responsabilidad de los concejos. Se avisaban a fuego, a personas perdidas, a reunión de los ganados, como toque de queda antes de cerrar las puertas de las ciudades, cuando se acercaba el enemigo o como aviso y  protección ante las tormentas, además de marcar la hora. No sólo avisaban con sus toques, sino que también se indicaban periodos en que no debían sonar, especialmente entre la noche del Jueves Santo y el Domingo de Resurrección.

En el último de los poemas dedicado a las campanas Poe se refiera a las campanas de hierro que repican dolientes, sollozando y gimiendo como las campanas de un cementerio durante un funeral y haciendo referencia a los ghouls, a los que denomina los Reyes de los espectros, esas criaturas del folclore árabe, entre demonios y seres necrófagos


En la actualidad las campanas tienen menos protagonismo en una sociedad tan caleidoscópica como la actual, con tanta diversidad de creencias y no creencias, y con un nivel de ruido que no había en otros tiempos, pasando desapercibido entre el tráfico y otras fuentes de sonidos que nos acompañan cada día.
Quizás sea el momento de pararnos cuando las escuchemos y recordar todas las ocasiones en que estos instrumentos han tocado para avisar de tantas situaciones, convocar a tantas personas, evitar o avisar de multitud de catástrofes y evocar las obras que se les han dedicado, desde los poemas de Poe a la Sinfonía Coral que nos acompaña, pasando por tantas obras de otros creadores.

Daguerrotipo de E. A. Poe realizado por W. S. Hartshorn en Rhode Island el 9 de noviembre de 1848

El hecho de ser discípulo y admirador de Tchaikovsky, componer en la misma habitación y el mismo escritorio que utilizó éste en Roma y disponer de un poema con un final tan marcadamente triste, llevó a Rachmaninoff a realizar la misma acción que el maestro en su Sinfonía nº 6Patética: alterar el orden de los movimientos y concluir con un final melancólico y desolado.
De tal forma, al último movimiento de Las campanas, catalogado como Lento lúgubre, el compositor ruso le otorga el explícito título de Campanas de hierro, La muerte. Comienza con el corno inglés presentando una triste melodía elegíaca con acordes de los metales. El barítono canta una tenebrosa melodía con esporádicas intervenciones del coro, entonando de nuevo el corno su melodía, llegando más tarde a un desolado ambiente orquestal. El canto del coro se vuelve más intenso y violento, el barítono alcanza su tesitura más baja antes de que la orquesta intervenga de nuevo melancólica y finalice en una coda que se va alejando como los asistentes a un funeral cuando de marchan del cementerio.
La Russian National Orchestra con el Moscow State Chamber Choir y el barítono Vladimir Chernov, todos ellos dirigidos por Mikhail Pletnev interpretan este primer movimiento de la Sinfonía Coral Las campanas de Sergei Rachmaninov en una grabación de la Deutsch Grammophon de 2001.

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Bibliografía consultada:
  • Poe, Edgar Allan. Poesía completa. Editorial Hiperión, traducción de Gustavo María Falaquera Cóndor, 2000.

2 comentarios:

  1. Muy interesante post. Rachmaninoff y Por, dos grandes maestros con las campanas como tema vehicular. Me ha encantado.
    Un abrazo, Migue!

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    1. Muchas gracias, Marisa.
      Son dos grandes autores, y cada uno de ellos plantea su obra con su propia personalidad.
      Me alegra volver a tener contacto contigo.
      Un fuerte abrazo :-)

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