Estancias

¿Qué hacemos con los plásticos?

Al mirar la vida en nuestro planeta, y por extensión en el universo, observamos que en el largo plazo aparece y desaparece nueva vida. A lo largo de  la historia de la Tierra han ido evolucionando y surgiendo nuevas especies, mientras que otras muchas se han extinguido por diversos motivos. 
Si es cierto que en los últimos siglos somos la mayor razón de la desaparición de diversas especies, la mayoría de los casos anteriores lo son por motivos ajenos a nuestra acción. Basta pensar en la desaparición de los dinosaurios, por ejemplo, para tener presente esta circunstancia.
Cada vez hemos de ser más conscientes del calentamiento global que estamos infligiendo a nuestra casa común para tomar medidas que eviten no sólo llegar a puntos irreversibles, sino que podamos plantear con acuerdos y decisiones prácticas una reconstrucción más razonada del equilibrio de nuestro planeta.
Uno de los puntos clave en esta labor en la que debemos implicarnos todos es la lucha contra la proliferación de residuos y basuras. Quizás sea la basura orgánica la que menos problemas cree en este sentido, pero los distintos tipos de envases están llenando de basura nuestro planeta: el vidrio, los metales, el cartón y el papel, las pilas y, sobre todo los plásticos. Es cierto que algunos de ellos se pueden reciclar como el vidrio, el papel o los envases de metal, si llegan a su destino, pero otros, como algunos tipos de plástico, se están convirtiendo en un problema letal para nuestro planeta.
Te propongo reflexionar sobre el uso de los plásticos aprovechando que cada 3 de julio se celebra el Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico. Nos acompañan textos de Olga Tokarczuk, Laura Madrueño, Ana Alonso y músicas de Pavel Andreev, Alan Hovhaness y George Crumb. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!
En contra de la línea habitual del blog, en esta publicación no hay música cantada, o quizás sí suenen voces.


El plástico surgió para solucionar problemas. A mediados del siglo XIX se había diezmado la población de elefantes para utilizar el marfil de sus colmillos. Era un material resistente con una textura delicada que se utilizaba en la fabricación de bolas de billar, botones, dentaduras, teclas de piano o mangos de cuchillo, por lo que el fabricante de billares Phelan & Collander propuso una recompensa de 10.000 $ a quien pudiera encontrar un material que lo sustituyera. 
A partir de materiales ya existentes como el parkesine, un tipo de plástico sintético, John Wesley Hyatt inventó el celuloide, el primer tipo de plástico, que comercializó sin reclamar la prometida recompensa. Más adelante la perfeccionó al inventar y patentar en 1872 la máquina de relleno de su nombre que inyectaba el material fundido en moldes para darle cualquier forma.
Durante la Segunda Guerra Mundial se volvió a diversificar la producción de distintos plásticos como el nylon o el poliestireno para suplir la falta de metales en objetos para complementos de soldados y de uso cotidiano. En 1959 se inventaron las bolsas de plástico que tanto uso están teniendo en nuestro tiempo.
Todo esto produjo un abaratamiento de costes, la proliferación de multitud de objetos de diversas formas y texturas y la creación de muchos componentes para electrodomésticos como televisores o frigoríficos.


Olga Nawoja Tokarczuk (Sulechów, Polonia, 1962) se graduó en psicología en la Universidad de Varsovia para comenzar a trabajar como psicoterapeuta en una clínica de salud mental. Compaginando el trabajo con la escritura, lo dejó cuando pudo dedicarse plenamente a esta labor. Desde 2008 imparte clases de escritura creativa en la Universidad de Opole, además de participar en la organización del Festival de Relatos Opowiadania y estar implicada políticamente en el Partido Los VerdesEn 2018 Olga Tokarczuk obtuvo el Premio Nobel de Literatura.
El primer texto que nos acompaña pertenece a su libro Los errantes y apareció en otro momento en este blog, pero nos parece fundamental incluirlo en esta publicación.
Con el título Del origen de las especies, nos acerca al nacimiento, desarrollo y expansión de lo que denomina un nuevo capítulo de la existencia, un nuevo ser que se ha adaptado a todos los ecosistemas del planeta, tanto terrestres como marinos; que se muestra tanto solitario como gregario, una especie invasora enormemente longeva que quita el terreno y el hábitat de otras especies endémicas. En el texto, Tokarczuk realiza una suerte de ficha biológica de este espécimen invasor. 


La intención de celebrar cada 3 de julio el Día Internacional libre de bolsas de plástico surge con el objetivo claro de disminuir las bolsas de plástico de un solo uso a la vez que se fomenta su uso responsable, al ser uno de los residuos más perjudiciales para el medio ambiente.
Algunos países luchan prohibiendo su fabricación, otros aplicando impuestos sobre las bolsas, mientras que otros promueven los acuerdos voluntarios con los establecimientos para limitar su uso.
Esta preocupación surge por la longevidad del plástico, puesto que una bolsa puede llegar a tardar incluso quinientos años en descomponerse y hasta entonces se va troceando generando microplásticos. A este factor se añade que cada persona gastamos una media de alrededor de 230 bolsas de plástico al año, alcanzando la cifra de unos quinientos billones las que hay en nuestro planeta al no reciclarse, con una producción anual de unos quinientos millones de toneladas anuales.


Conscientes de este problema, algunos artistas han promovido actuaciones concretas. El pianista ruso Pavel Andreev ha desarrollado diversas campañas con el título Royal on Freedom (Piano en Libertad), en los que interpreta su piano de cola en distintos ambientes denominados siempre Royal on..: Royal en el Cañón (de Karelia), Royal en los canales (del Fontanka, afluente del Neva en su San Petersburgo natal), en la montaña o en la basura.
Piano in the Trash (Piano en la basura) tiene por finalidad, según la página del autor, «animarnos a todos a resolver el problema global de la contaminación del Planeta, una enorme cantidad de basura y plástico. Llamar la atención de los medios de comunicación, el gobierno, las organizaciones públicas, las comunidades virtuales y las empresas sobre un problema que es común y requiere unidad y esfuerzos conjunto».
Razona más adelante que en nuestras sociedades inventamos cohetes, ordenadores o estaciones espaciales, pero no disponemos de inventos que solucionen el problema del exceso de residuos. Así, según Andreev, la ecología del planeta debe comenzar por la ecología de la conciencia, por lo que utiliza un medio como la música, un lenguaje universal que no tiene fronteras
Para este proyecto, Pavel Andreev grabó una actuación en un vertedero de San Petersburgo, una suerte de provocación en la que crea un contraste entre la armonía de la música y el entorno en el que la realiza, una contradictoria imagen entre la elegante figura del piano y las montañas de basura donde se sitúa y que se convierte en una sala de concierto. Así, las notas bellas del piano crean una distorsión con el vuelo de las gaviotas, las montañas de basura y sus residuos y el escenario. Una inequívoca llamada de atención para hacernos pensar que el cambio es posible.
La grabación de este Piano in the trash o Royal on garbage contó con el propio Pavel, su pareja, Oksana Andreeva y la dirección fotográfica de Artem Kramnik.


El plástico se nos presenta como un material barato, muy fácilmente moldeable, se puede presentar en infinidad de colores, es impermeable y liviano, aislante del frío, el ruido y la electricidad y con una larga duración al no corroerse ni oxidarse, una serie de ventajas que indican su enorme proliferación.
Entre sus inconvenientes podemos citar que son derivados del petróleo, un recurso no renovable. Al no degradarse llegan a acumularse invadiendo entornos naturales terrestres y marinos donde atrapan a muchos animales, y al fragmentarse entran en las cadenas alimentarias de muchos seres, entre ellos nosotros mismos. Además, al quemarse para destruirse generan gases contaminante o se descomponen liberando toxinas y sustancias cancerígenas.
Todo esto se acrecienta en el uso de las bolsas de plástico a las que, estadísticamente damos un uso de 15 minutos antes de desecharlas. Aproximadamente el 20% de los plásticos totales que se producen se llegan a reciclar, pasando el resto a contaminar el entorno cercano y remoto, entre ellos unos 12.000.000 de toneladas que acaban cada año en el océano, llegando a poner en serio peligro de extinción a setecientas especies marinas por esta contaminación.
Teniendo en cuenta la duración de este material, una bolsa que tiremos hoy puede llegar a biodegradarse y desaparecer completamente en el año 2.400, aproximadamente.


Perteneciente al equipo de informativos de Telecinco, Laura Madrueño ha dedicado su labor durante los últimos años a informarnos de la predicción meteorológica en el espacio El Tiempo. También colabora en distintos programas como comunicadora, realiza reportajes sobre ecología, viajes, deportes en la naturaleza y vida sana, además de participar en otros de la cadena como Supervivientes en la labor de presentadora. 
También lleva el blog VitaminSea, escribe en revistas como Women's Health y realiza documentales submarinos -una de sus pasiones- con su equipo We are water films. en su compromiso ecológico de conservación de los océanos.
En su libro Somos agua, Laura Madrueño relata su pasión por el submarinismo, nos descubre la belleza de los mares, mientras nos muestra cómo hemos contaminado más en el último siglo que en toda la historia de la humanidad. A la vez, nos conciencia sobre la ineludible necesidad de realizar cambios en nuestros hábitos para cuidar entornos tan lejanos como los océanos y fondos marinos, pero que nos afectan profundamente.
En el texto que nos acompaña desvela los tres grandes problemas que nos afectan: el calentamiento climático que estamos provocando, el consumo masivo de plásticos y la sobrepesca de especies que desequilibran el ecosistema marino.


En 1993 se descubrió por qué había menos residuos plásticos de los esperados al reconocerse los microplásticos, unos residuos diminutos en los que no se había reparado con anterioridad. Más adelante se ha conocido que estos se descomponen en nanoplásticos, aún poco detectables que están, entre otros lugares, suspendidos en el aire.
Sabemos con certeza que existen microplásticos en todos el planeta, desde los fondos marinos hasta los hielos del Ártico, desde los valles más profundos hasta las cumbres de las montañas. Los animales los ingieren y afectan a sus tejidos, entrando en nuestros cuerpos a través del aire y de los animales de los que nos alimentamos.
Sin confirmar científicamente aún, se sospecha que microplásticos y nanoplásticos tienen relación con algunos tipos de cáncer, enfermedades respiratorias, autoinmunes y alérgicas.

Fotografía de Francis Pérez, ganadora del World Press Photo de 2017.
Alan Hovhaness (1911-2000), hijo de armenio y escocesa componía desde muy joven, llegando a producir más de 400 obras entre las que hay 67 sinfonías, una cifra sólo superada por Haydn. Su obra comenzó a ser conocida desde que la Filarmónica de Nueva York le encargó la composición de una sinfonía, Mysterious Mountain, y su posterior grabación en 1958 por Fritz Reiner y la Sinfónica de Chicago.
And Good created great whales, Op. 229, nº 1 (Y Dios creó grandes ballenas, 1970) es una de sus piezas más apreciadas. Se trata de una obra para orquesta y sonidos grabados de ballena que le fue encargada por Andre Kostelanetz y la Filarmónica de Nueva York, cuyo título se basa en el libro bíblico del Génesis:

Gén 1, 21: Y creó Dios  los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno.

Este poema sinfónico describe la creación de la tierra, los océanos y las ballenas. Hovhaness utiliza una técnica habitual en él, Senza Misura, en el que el caos  original esta representado por las cuerdas que van interpretando distintos fragmentos independientes entre sí y que de forma gradual se fusionan en una única estructura musical. Por supuesto, las protagonistas son las ballenas cuyos cantos majestuosos, dignos y tristes se funden con la música orquestal.
Según el propio Alan Hovhaness«la música de las ballenas sube y baja como cadenas montañosas, emergiendo como una mítica ave marina gigante. El hombre no ha sido creado y aún no forma parte de la naturaleza».

Nos puede ayudar a pensar en ese mundo libre de contaminación la interpretación que nos acompaña, que corre a cargo de YOSA Philharmonic (Youth Orchestra of San Antonio) dirigida por Troy Peters y fue grabada en The Tobin Center for the Performing Arts en San Antonio, Texas el 16 de mayo de 2017. 


Desde hace unos años conocemos la existencia de islas de basura plástica en diversos lugares de los océanos. Fue Charles Moore el primero en hacernos caer en la cuenta de la existencia de estas islas de plástico en 1997 al encontrarse con una enorme superficie en mitad del océano que ocupaba la superficie de Alemania, Francia y España juntas. 
Estas islas están formadas por grandes acumulaciones de plásticos que quedan atrapados en vórtices marinos creados por las corrientes. Allí se encuentran desde botellas de refrescos, pajitas de plástico o tapones, hasta microplásticos que se fusionan con el plancton del que se alimentan los peces, siendo ingeridos por ellos involuntariamente, acabando en nuestras cocinas indirectamente.
Estas islas no tienen un contorno definido, por lo que van modificando su extensión y envergadura, habiendo estudiado algunos científicos la procedencia de sus elementos, así como el destino final en el estómago de peces capturados, a miles de kilómetros del lugar de origen del plástico.
Si bien hay algunos procedimientos para reducirlas, como una especie de embudo que recoge toneladas de plástico inventado por Boyan Slat, o su siguiente proyecto The ocean cleanup que pretende limpiar una de las islas de plástico del Pacífico, aunque ambas ideas tienen como efectos secundarios al arrastrar organismos vivos junto a los plásticos, por lo que se daña la biodiversidad.

Siete grandes islas de plástico se consideran en este momento:
-La Gran Isla plástica del Pacífico, situada entre California y Hawai, con una superficie entre 700.000 y 10.000.000 de km2 con un tamaño que oscilaría entre el de la Península Ibérica y el de los Estados Unidos, conocida desde hace más de sesenta años.
-La Isla plástica del Pacífico Sur, situada frente a las costas de Chile y Perú, con una superficie de 2.600.000 km2, unas cinco veces más grande que España.
-La Isla plástica del Atlántico Norte, descubierta en 1972 y con una superficie de unos  4.000.000 de km2 con la mayor densidad de residuos por kilómetro cuadrado y una longitud de cientos de kilómetros.
-La Isla plástica del Atlántico Sur, con más de 1.000.000 de km2 que se encuentra entre Sudamérica y el sur de África.
-La Isla plástica del Océano Índico, de una extensión variable al combinar áreas con mayor o menor densidad de residuos y un diámetro de más de 3.000 km.
-La Isla plástica del Ártico, descubierta en 2013 en el Mar de Barents, junto al Círculo Polar Ártico es la más pequeña, con restos que provocan mayores daños al encontrarse con zonas de hielo que podrían congelar los residuos haciéndolos más duraderos aún.
-La Isla plástica del Mar de los Sargazos, la más recientemente descubierta en el Atlántico Norte con residuos que aún se pueden reconocer como botellas de champú, aparejos de pesca o bolsas de plástico y que podría tener una extensión como el triple de Francia.


Ana Alonso (Ana Isabel Conejo Alonso, Tarrasa, 1970) se licenció en Ciencias Biológicas por la Universidad de León, ampliando sus estudios en Escocia y París. Ha publicado varios poemarios recibiendo el Premio de Poesía Hiperión (2005), el Premio Ojo Crítico de Poesía (2006), el Premio Antonio de Machado en Baeza (2007), el Premio Alfons el Magnànim Valencia de poesía (2008) o el Premio Internacional Manuel Acuña de Poesía en Lengua Española en México (2017).
También ha dedicado libros al público infantil y juvenil como Utopía. Una aventura filosófica, los libros de fantasía y ciencia ficción La llave del tiempo, El secreto de If o la obra que nos ocupa. 
Mares de plástico nos muestra a Elena (Isla), una quinceañera que viaja desde Madrid a las Canarias para participar en un campo de trabajo para limpiar el plástico de las playas de las islas. Lo que comienza una aventura siguiendo a un muchacho por el que se siente atraída, acaba despertando su conciencia ecológica, mientras la autora se centra en la evolución personal de la protagonista. El libro finaliza con El Dossier de Pizca de Sal, la colección a la que pertenece, con información sobre los plásticos y sus problemas.
El texto que nos acompaña muestra el viaje en barca en el que descubren una isla de plástico y las reacciones que despiertan en ella. 

 
El problema de la proliferación de basura que generan los plásticos es de una enorme complejidad y hasta ahora imposible de solventar, pese a algunas iniciativas.
En algunos lugares se ha creado una cadena mundial de tiendas en las que se puede comprar a cambio de basura de plástico que se clasifican y se reciclan después. 
Científicos como Morgan Vague han descubierto bacterias que se alimentan de plástico y los transformas en azúcares gracias a una enzima que producen. Se está intentando acelerar el proceso para llevarlo a cabo en grandes cantidades.
Una vez que el plástico llega al mar es prácticamente imposible eliminarlo, por lo que la solución más viable consiste en limitar su producción y consumo y promover el reciclaje para que no lleguen, al menos en menor cantidad.
También se han inventado plásticos biodegradables que podrían reciclarse y disolverse en su totalidad.

Pero aún no son soluciones factibles, por lo es inevitable nuestro compromiso como consumidores de distintos tipos de plásticos. ¿Qué podemos hacer desde nuestra vida diaria?
Por un lado, es interesante llevar siempre alguna bolsa reutilizable para no tener que adquirir las de un solo uso, o solicita bolsas de papel.
Separa las basuras para llevar los plásticos al contenedor amarillo.
Solicita agua o bebidas envasadas en botellas de cristal cuando acudas a un bar o restaurante.
En el caso de que un mismo producto se envase en plástico u otro material, elige este último.
Utiliza cerillas en lugar de mecheros de plástico desechables.
Intenta comprar frutas y verduras sin cortar ni envueltas en plástico, aunque te supongan más trabajo prepararlas.
En entornos no habituales utiliza siempre las papeleras y contenedores, sin arrojar en ningún caso la basura al suelo.
Si quieres comprometerte más, busca la participación en campañas solidarias, de las que hay algunas en tu entorno más cercano.
Y, sobre todo, sé consciente del problema que generan las basuras de plástico, especialmente las bolsas y botellas de un solo uso, para evitar las contaminación.


George Crumb (1929-2022) es un compositor estadounidense que ha desarrollado una serie de técnicas de interpretación singulares e innovadoras como el uso de un cincel para deslizarlo por las cuerdas de un piano, el uso de dedales en los dedos para tañer instrumentos o que un flautista toque y cante a la vez, alguna de las cuales necesita amplificación para poder apreciar el sonido.
En sus obras suele citar parafraseando melodías o títulos de obras de otros autores, indagar en el folclore americano (espirituales, canciones de la guerra civil o populares) que presenta en su versión original, pero a los que acompaña con instrumentos musicales totalmente innovadores. 
Nos acercamos de nuevo al mar y a los grandes cetáceos para apoyar una situación de conservación y regeneración frente a las basuras plásticas que invaden los océanos con una de sus obras más conocidas.
Vox Balaenae (La voz de la ballena) es una pieza para tres intérpretes enmascarados de flauta eléctrica, cello eléctrico y piano amplificado que habitualmente suelen ser esos mismos instrumentos acústicos convencionales, también amplificados para poder apreciar los sutiles sonidos que emiten con las técnicas de ejecución. 
Según las indicaciones de Crumb, las máscaras negras que ocultan el rostro representan el poder impersonal de las fuerzas de la naturaleza (una naturaleza deshumanizada o, quizás mejor, inhumanizada). Además la obra debe interpretarse bajo una luz azul profundo.
Compuesta en 1971para la New York Camerata, Vox Balaenae surge al escuchar Crumb grabaciones de los cantos de las ballenas jorobadas que le llevan a plantear una obra con tientes filosóficos en la que mostrar los fenómenos de las vida en el planeta desde el comienzo hasta el final del tiempo en una elipsis de miles de años, en los que se presenta a los seres humanos (con citas de Así hablaba Zaratustra de Strauss) como un simple momento entre esos lapsos de tiempo.
La obra se divide en tres partes: Prólogo, variaciones según las eras geológicas y epílogo:
-Vocalise (Para el principio de los tiempos): Una cadenza de la flauta que canta y toca simultáneamente creando un sonido que imita a las ballenas y finaliza con una parodia del Zaratustra de Richard Strauss.
-Sea-Theme: (aproximadamente desde 4'53'') Presentado por el cello, las variaciones van del arqueozoico representado por las  gaviotas hasta el zenozoico, donde se vuelve a citar al superhombre de Strauss.
     -Arqueozoico (variación I).
     -Proterozoico (variación II).
     -Paleozoico (variación III).
     -Mesozoico (variación IV).
     -Cenozoico (Variación V).
-Mar - Nocturno (Para el fin de los tiempos): (desde 15'00''). Es una modificación del tema del mar escrito en Sí mayor, una tonalidad luminosa con la que Crumb quiere mostrarnos el ritmo y equilibrio de la naturaleza y el sentido de suspensión del tiempo. La obra concluye con un gesto, una pantomima silenciosa que termina en diminuendo.

La interpretación con que se despide esta reflexión sobre el reciclaje del plástico enmarcada en el Día Internacional sin bolsas de plástico nos lleva a Vox Balaenae con la participación de Mimi Stillman (flauta), Arlen Hlusko (cello) y Amy Yang (piano) en una grabación que se realizó el 22 de septiembre de 2013 en el Gould Rehearsal Hall del Curtis Institute of Music de Philadelphia.

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Bibliografía y webgrafía consultadas:
  • Tokarczuk, Olga. Los errantes, Editorial Anagrama S.A.U., Colección Panorama de Narrativa (2019), ISBN: 9788433980533.
  • Madrueño, Laura. Somos agua, Editorial Aguilar, Colección Divulgación, Serie Sin censura (2021). ISBN: 9788403522169.
  • Alonso, Ana. Mares de plástico, Editorial Anaya, Colección Pizca de sal, ilustraciones de Luis F. Sanz, Ebook (2020). ISBN: 9788469874516.
  • Página web del pianista Pavel Andreev
  • Página web de Alan Hovhaness.
  • Página web oficial de George Crumb.

Balada a la orilla del mar

Cuando se acerca el verano las miradas, los pensamientos y los deseos se dirigen allá donde mitigar el calor, descansar y alejarse de la rutina.
En un país turístico como el nuestro la orilla del mar surge como el lugar más deseado para este periodo. Hay quienes son incondicionales de la playa, tanto para las vacaciones como para acercarse a ella en momentos y días puntuales, mientras que otros prefieren otros destinos. 
Muchos buscan en la playa un lugar en el que pasar unos días, otros se dirigen a ella cada vez que pueden, mientras que hay quienes, por circunstancias diversas, no pueden permitirse el lujo de acercarse y disfrutar de ella.
Aunque hay quienes disfrutan de la orilla del mar durante gran parte del año, es en los meses de verano cuando las playas están en su mayor apogeo, especialmente en los meses de julio y agosto que suelen coincidir con las vacaciones de una mayor número de personas, los más relajados horarios de verano o las vacaciones escolares. 
También es el periodo en el que la orilla del mar está más densamente poblada, con los servicios más masificados y menos espacio para disfrutar con sosiego y tranquilidad.
Cuando se acerca esa época, aquellos que desean disfrutar de la playa se acercan a ella desde la distancia, desde sus recuerdos, los sueños y los deseos. Desde esa intención, para aquellos que buscan la compañía de la playa o los que no, como es mi caso, está dirigida esta publicación.
Te propongo acercarte con distintos textos y músicas a la evocación de la orilla del mar. Nos acompañan textos que nos acercan al mar de Federico García Lorca, Clarice Lispector y Rafael Alberti y músicas de Vivaldi, Heinali y una habanera. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!

Carlos de Haes, Rompiente de Olas (Lequeitio) (hacia 1872), Museo del Prado
Comenzamos con uno de los poetas hispanos fundamentales del siglo XX, Federico García Lorca, uno de los autores más conocidos y reconocibles del panorama literario internacional cuyo asesinato en plena guerra civil nos privó de uno de los escritores más grandes y enraizados en la cultura popular.
En su segundo poemario publicado, Libro de poemas (1921), un Lorca juvenil en el que aún se observan las influencias del modernismo y del neorromanticismo comienza a mostrarnos la integración de su poesía en los temas y estructuras folclóricos, así como el uso de una métrica ligera cargada de lirismo y sonoridad.
Dedicado a su hermano Paquito y formado por más de sesenta poemas, este libro juvenil muestra su capacidad de evocar emociones como el amor, la añoranza o la pérdida, además de adentrarse en temas más profundos como la muerte.
Nos acompaña en la mirada lejana, desde nuestra propia casa, a la orilla La balada del agua del mar en la que un lejano y risueño mar con sus dientes y labios, formado por infinitas gotas de diversa procedencia, se asemeja a quienes se acercan a él.


La tranquilidad estival del mar y de su orilla contrasta con el agitado estado que presenta en otras épocas.
Amante de la música descriptiva, Antonio Vivaldi nos acerca en muchas obras a temas que tienen similitudes con la pintura. Además de sus famosísimas Cuatro estaciones que vienen acompañadas de poemas descriptivos, Vivaldi llegó a componer hasta cinco conciertos con el título La tempesta di mare.
Publicado en Ámsterdam en 1725, Il Cimento dell'Armonia e dell'Invenzione recoge un conjunto de doce conciertos entre los que están los citados de las estaciones. También se encuentra allí su Concierto para violín y cuerdas RV 253 en Mi bemol mayor, La tempesta di mare (Opus 8, nº 5).


En este breve concierto de apenas ocho minutos de duración nos encontramos con los tres movimientos contrastantes habituales (presto, largo y presto). La descripción que muestra el título se manifiesta con claridad en la primera parte donde encontramos los sonidos que representan el viento y las ondas del mar a través de los trémolos de las cuerdas que muestran ese mar agitado, representándose relajado en el segundo movimiento, antes de regresar al movido presto final.
El enlace que nos acompaña viene complementado con imágenes alusivas a ese mar, ora agitado, ora tranquilo, así como otras relacionadas con el compositor y la publicación de la obra.


Nacida en Chechelnik (Ucrania, 1920), Chaya Pinjasivna Lispector, su casa fue arrasada tras la revolución bolchevique y su madre violada por soldados rusos que le contagiaron la sífilis, naciendo ella a consecuencia de esta violación, pues pensaba su madre que avanzando el embarazo desaparecería la enfermedad.
La familia, con las dos hijas anteriores, emigró a través de Moldavia y Rumanía para establecerse en Brasil. Allí cambiaron sus nombres por otros portugueses, pasando a llamarse Clarice.
Al casarse con el diplomático Maury Gurgel, acompañó a su esposo por distintos países y pudo dedicar su vida a la literatura publicando obras innovadoras que exploraron gran variedad de estilos narrativos marcados por la intimidad y la introspección, acercando la literatura brasileña a las corrientes literarias contemporáneas. Tras la separación de su esposo en 1959 se instaló en Río de Janeiro donde colaboró con algunos diarios para poder tener independencia económica. 
Su primera novela, Cerca del corazón salvaje (1944) obtuvo el reconocimiento del público y la crítica, abriéndole el caminos para obras como La ciudad sitiada, Lazos de familia o La pasión según G. H. En 1976 recibió el Premio Nacional de Literatura de Brasil.

Joaquín Sorolla, Clotilde en la playa (1904), Museo Sorolla
En 1966 un incendio provocado por una colilla mientras dormía le causó graves quemaduras que estuvieron a punto de hacerle perder una mano, cuya movilidad quedó reducida, lo que no le impidió seguir escribiendo y publicando. Falleció con cincuenta y siete años a consecuencia de un cáncer.
Publicada en 1971, Felicidade clandestina (Felicidad clandestina) es un conjunto de relatos que muestran un recorrido perturbador a través de una mujer sobre la realidad que la rodea, mirando con crudeza los espacios y lugares que apenas aparecen en la literatura. Así, encontramos recuerdos de infancia revividos con intensidad, la amistad, las relaciones familiares, la patética sensualidad de una anciana o el descarnado e irreversible paso del tiempo.
Nos acompaña, dentro del volumen Todos los cuentos e incluido en su libro Felicidad clandestina, Las aguas del mundo, un corto relato pero intenso que respira un aire inquietante, el de la experiencia que se siente a flor de piel, desde una mirada penetrante y una lucidez que sólo da la sensación de lo vivido con apasionada vehemencia. Aquí están la mujer y el mar.


Conocido con el nombre artístico de Heinali, Oleh Shpudeiko es un artista interdisciplinar y compositor ucraniano contemporáneo especializado en música electrónica que se basa en sus composiciones en la música antigua, especialmente en la medieval, recreando su homofonía y polifonía a través de un sintetizador modular. 
Heinali utiliza las ideas y las técnicas de los compositores medievales para unirlas con la síntesis analógica y la música generativa para crear composiciones donde confluyen el pasado y el presente, la tecnología y lo sagrado, la Providencia y la contingencia.


En 2020 publicó su álbum Madrigals donde presenta improvisaciones con instrumentos de época sobre texturas polifónicas creadas en un sintetizador, siendo nombrado Álbum contemporáeo del mes por The Guardian y, según un critico, fue «como si Palestrina compusiera música para pequeñas cajas eléctricas con cables de conexión, excepto que son las cajas las que componen música como Palestrina». Con Kyiv Eternal (2023) abandonó esta línea para realizar un homenaje a su ciudad natal bajo el ataque ruso. Ese año la revista neoyorkina MoMa le encargó y estrenó su composición Aves Rubrae (Pájaros rojos), una fusión entre la polifonía medieval y la música de la banda Coil.
En 2024 ha comenzado a trabajar en su obra Hildegarda reimaginando y reinterpretando la música de la religiosa, intelectual y compositora medieval Hildegard von Bingen.
En esta mirada evocando el mar nos acompaña la obra de Heinali Into the sea con un montaje audiovisual filmado y dirigido por Charlotte Trier.



Nacido y muerto en El Puerto de Santa María, Rafael Alberti (1902-1999) es otro de los grandes poetas de nuestro país, miembro destacado de la Generación del 27
Tras trasladarse con sus padres a Madrid con quince años sin poder terminar el bachillerato comenzó a dedicarse a la pintura, dedicándose a la poesía tras el fallecimiento de su padre.
En 1924 publica Marinero en tierra, un poemario escrito durante un retiro en la sierra madrileña debido a una enfermedad pulmonar que le durará toda la vida. El año siguiente fue galardonado con el Premio Nacional de Poesía por este trabajo.
En la Residencia de Estudiantes de Madrid coincidió con escritores como García Lorca, Vicente Aleixandre o Gerardo Diego entre otros. Desde 1927 comenzó a mostrarse más activo políticamente afiliándose al Partido Comunista y exiliándose tras la guerra en Francia, Chile, Argentina y finalmente Italia. No regresó a España hasta 1977, recibiendo en 1980 el Premio Nacional de Teatro y en 1983 el Premio Cervantes

Claude Monet, Regata en Sainte Adresse (1867), Metropolitan Museum of Art
Marinero en tierra muestre una poesía grácil y leve, cargada de musicalidad y llena de la luz del sur y su mar, profundamente atravesada por la melancolía de quien se siente cercano al mar y a la vez alejado del mismo. También aparecen ecos del romancero y autores como Garcilaso, Gil Vicente, Rimbaud o Verlaine.
En esta publicación dedicada a la memoria del mar nos acompañan varios de los poemas que lo evocan desde la lejanía.  


Si hay una música en nuestro país que evoque al mar, sus viajes de ida y vuelta, su cercanía o la vida de quienes trabajan en él son las habaneras.
De origen cubano en la primera mitad del XIX, la habanera posee un ritmo lento en compás binario, cantada habitualmente y con un ritmo muy concreto: por una parte con corchea con puntillo y semicorchea, o con semicorchea, corchea y semicorchea, y por otra parte con dos corcheas.
Tras su origen cubano llegó a nuestro país de manos de autores como Sebastián Iradier y su habanera El arreglito que fue utilizada por Bizet para su célebre habanera de la ópera Carmen. Poco a poco se fue popularizando en España, siendo frecuentemente compuestas e interpretadas por agrupaciones corales, especialmente en poblaciones costeras, donde llegan a celebrarse certámenes internacionales de habaneras como en Torrevieja (Alicante).

Joaquín Sorolla, Mar en Jávea (1905), Museo Sorolla
Para finalizar esta evocadora publicación sobre la orilla del mar nos acompaña un enlace de la interpretación de la habanera Por el mar con letra de Isabel Pareja y música de Manuel Moreno Buendía a cargo de la Coral Salvé de Laredo dirigida por José Luis Ocejo y que fue grabada para el programa Estudio Abierto de TVE en 1984.
Feliz e intensa evocación de la orilla del mar.

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Bibliografía y webgrafía consultadas:

¡Vaya forma absurda de morir!

La muerte es consustancial a los seres vivos. Vida y muerte son realidades y conceptos antagónicos que en ningún caso se excluyen. El concepto de vida no se entiende sin el de muerte desde los primeros albores de la humanidad. 
Entendiendo que la vida transcurre entre el nacimiento hasta la muerte, se han elaborado diversos razonamientos entre los que la situación ideal es una vida larga, completa en el sentido de que la persona desarrolle sus capacidades, propósitos y posibilidades de forma completa para llegar a una feliz ancianidad en el que su vida finalice sin mayores sufrimientos. Todo lo demás, son alteraciones y variantes sobre esta idea utópica.
Pocas palabras tienen un sentido más apropiado y a la vez más particular que el término accidente. Proveniente del latín accidens, accidentis, es el presente participio de accedere (suceder) y ad + cadere (caerse).
El Diccionario de la R.A.E. lo define en su primera acepción como:

Accidente: 1. m. Suceso eventual que altera el orden regular de las cosas.

A partir de esta acepción se derivan todas las demás en los términos que solemos darle a esta palabra.

No todo el mundo tiene la posibilidad de desarrollar y tener una larga existencia en el sentido mencionado anteriormente y son muchas las personas que han encontrado la muerte antes, en ocasiones por alguna enfermedad, en otros casos a través de lo que podemos denominar de forma accidental.
Se da el caso de muchos creadores que han acabado su vida dejándola doblemente inacabada, por una parte, su existencia vital, más allá de las creencias de cada persona; por otra, una obra inconclusa que podría haber tenido una continuación en unos momentos de mayor madurez creativa.
Algunos de estos artistas fallecieron de forma totalmente accidental, en algunos casos de forma extraña, finalizando inesperadamente sus vidas de manera real e inmerecidamente absurda y grotesca, si no fuera por la carga de tragedia que esta supone. Una vida marcada por el pensamiento y su difusión puede acabar en algunas ocasiones de forma ciertamente ridícula e inverosímil como colofón a una existencia que se podría denominar como ilustre y escelsa. 
Te invito a conocer de qué forma tan peculiar, absurda e inesperada fallecieron algunos grandes creadores, dejando su vida y su obra inacabadas. Nos acompañan Esquilo, Lully, Bacon, Chausson, Camus e Isadora Duncan. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!

Gustav Klimt, La muerte y la vida (detalle)
Predecesor de Sófocles y Eurípides, Esquilo forma con ellos la trilogía de los creadores del teatro griego, siendo él el primero en darle la forma definitiva que adquirió.
Tanto el teatro como la poesía y la filosofía griegos surgieron a partir de la vida diaria. La poesía como forma de relatar acontecimientos vividos siguiendo hechos reales más o menos idealizados, sin acercarse a la interiorización lírica con que la conocemos desde más adelante. La filosofía surgió como forma de entender y afrontar la vida, más allá de razonamientos metafísicos posteriores. El teatro, que cristalizó a partir de Esquilo partía también de la realidad cercana, mostrando la relación entre  la vida y la muerte, el individuo y la comunidad. Las artes no eran para estetas o coleccionistas, sino que estaba integrada en la vida diaria de los griegos.

Guerrero además de escritor, Esquilo se preciaba de haber participado, entre otras, en las batallas de Maratón y Salamina, viviendo uno de los períodos de grandeza de Atenas.
Tras su primer éxito en el teatro con Los persas (472 a.C.), realizó un viaje a Sicilia donde acabaría instalándose años más tarde. Llegó a escribir alrededor de noventa obras de las que tan sólo se han conservado completas siete. Se le considera el fundador de la tragedia griega al introducir un segundo actor, que le permitía independizar el diálogo del coro.
Esquilo puso en escena los grandes mitos de la Grecia antigua mostrando en sus obras la dependencia del hombre de un destino superior, incluso a la voluntad de los dioses, la fatalidad que ordena la naturaleza y ante la que los actos individuales no tienen poder. Su teatro muestra las diferencias culturales entre las creencias religiosas ancestrales y las nuevas ideas del pensamiento filosófico y democrático.
Entre sus obras que nos han llegado se encuentran la citada Los persas, Orestiada (o Agamenón), Las céforas, Las euménides, Las suplicantes, Los siete contra Tebas y Prometeo encadenado, aunque de esta última se tienen dudas de su autoría.

Recogida en diversas publicaciones, las Tragedias de Esquilo, nos acompaña un texto de la primera tragedia que hizo que su nombre fuera conocido, Los persasEn él aparece el espectro de un personaje, la sombra del fallecido rey persa Darío que dialoga con el Corifeo, el personaje que se situaba en el escenario y que dirigía al coro, lo interpelaba o hablaba en su nombre al protagonista con el que actuaba. También se dirige a la reina, su viuda y madre de Jerjes y a los ancianos a quienes aconseja sobre la vida.


A Esquilo, según cuenta Valerio Máximo en sus nueve volúmenes de los Hechos y dichos memorables, le vaticinó el Oráculo de Apolo en Delfos que tendría una muerte horrible al caérsele una casa encima. Creyente en el oráculo como sus contemporáneos, decidió abandonar su vivienda y vivir a la intemperie para evitar que le cayeran los muros o el techo en el momento más inesperado.

Gela (Sicilia), 456 a. C. Mientras paseaba por el campo un águila que había cazado una tortuga la dejó caer contra el suelo para romper el caparazón y poder comérsela. La mala suerte hizo que cayera sobre la cabeza de Esquilo provocándole una fractura del cráneo que acabó con su vida.
La realidad fue más tozuda que la prudencia y, para un escritor como Esquilo, la muerte, improbable, absurda y ridícula, vino travestida de imagen literaria, como él había hecho con sus tragedias. Y el oráculo tuvo razón, fue una casa, la de la desgraciada tortuga la que le provocó la muerte.



Quizás una de las muertes más genuinamente estúpidas, absurdas y conocida sea la del compositor, director y bailarín Jean-Baptiste Lully
De modesto origen italiano, Lully llegó a ser el músico más importante de la Francia de Luis XIV, tratando de su persona y la del monarca en El baile del Rey Sol, además de colaborar en las comedies-ballets con Molière. Durante el tiempo en que tuvo los favores del monarca más bailarín de la historia, el compositor llegó a acaparar un poder inmenso como director de la Académie Royale de Musique y logrando que por cada obra musical que se imprimiera en el reino, recibiría una parte de los beneficios.
Su figura cayó en desgracia tras el fallecimiento de la reina Marie Thérèse y la llegada de la nueva amante del monarca, Madame Maintenon que alertó a Luis XIV de la vida disoluta del músico y sus encuentros homosexuales, mal visto que se conocieran de forma pública en la época. 
Para congraciarse con el monarca, Lully compuso su última ópera, Roland, a cuyo estreno no acudió el rey, enviando a su hijo el Delfín a la misma.
Tras una enfermedad del rey, Lully vio el momento de celebrar la recuperación de su salud arreglando el Te Deum que había estrenado en 1678 e interpretarlo para el monarca con los 300 músicos de la corte.
Así, el 8 de enero de 1687, en la iglesia Des Pères Fauillants dirigió el Te Deum de la misma forma en que lo hacía habitualmente: dirigiendo la orquesta, no con una batuta, sino con un largo bastón ricamente ornamentado con el que golpeaba el suelo para indicar el compás.
No se conoce en qué momento del Te Deum ocurrió, pero dirigir a tantos músicos en una iglesia barroca con la reverberación y ampliación de sonido que suelen tener estos templos hubo de hacer que sus movimientos para llamar la atención de los músico fueran enérgicos en exceso. El caso es que se golpeó en el empeine con el extremo del bastón, haciéndose una herida.

Para ponernos en situación, nos acompaña el inicio de este Te Deum (LWV 55) en su primer número, la introducción  seguida de Te Deum Laudamos con le Choeur de Chambre de Namur, el tenor Thibaut Lenaerts, las sopranos Sophie Junker y Judith van Wanroij, los contratenores Mathias Vidal y Cyril Auvity y el bajo Alain Buet, la Millenium Orchestra y la Capella Mediterranea al continuo, todos dirigidos por el español Leonardo García Alarcón, en un concierto que se llevó a cabo en el Château de Versailles en 2018.


París, 22 de marzo de 1687:   falleció por las complicaciones de la herida, en lo que se puede denominar un accidente laboral, el primero y, seguramente único, caso en que un director de orquesta fallece a causa del objeto con el que está dirigiendo.
La situación no habría llegado a mayores si, a sus cincuenta y cuatro años, no se hubiera infestado al no querer que lo atendiera un médico en un primer momento. Más adelante, la infección acabó en gangrena y se habría solucionado con la amputación del dedo afectado, pero Lully era bailarín y no consintió en tal medida, menos aún cuando debió amputarse la pierna entera por el avance de la gangrena. 



Uno de los hombres más destacados de su tiempo, Francis Bacon (Strand, cerca de Londres, 1561) fue abogado, historiador, escritor, político, científico y filósofo. Junto con Descartes ha sido considerado uno de los iniciadores de la filosofía moderna.
Tras asistir unos años al Trinity College, estuvo en Francia bajo la protección del embajador inglés, hasta que volvió para estudiar jurisprudencia. Al finalizar comenzó su carrera política como miembro de la Cámara de los Comunes, aunque sin ocupar cargos importantes al adoptar posiciones independientes y críticas con la corte. Con Jacobo I, sucesor de la reina Isabel, ejerció como Fiscal del reino y consejero privado del rey quien le confió el cargo más alto en la corte, Canciller del reino.
Las envidias que levantaron su rápida trayectoria acabaron en un juicio por soborno y abuso de autoridad que concluyó despojándole de todos los cargos y encarcelado en la Torre de Londres.
A partir de este momento comenzó sus estudios filosóficos y científicos, retirándose a sus posesiones en Highgate cuando quedó libre para dedicarse a sus trabajos intelectuales. 
Su pensamiento filosófico se centra en desarrollar el método deductivo enfatizando la importancia de la comprobación experimental sobre la teoría. En Novu Organum expuso una lógica que se oponía ala aristotélica, rechazando el método deductivo frente a la citada experimentación. Bacon defendía que la ciencia podía acabar con las supersticiones y las falsas creencias.
De entre sus obras, escritas en latín e inglés, dos se publicaron de forma póstuma. La Nueva Atlántida, en la que muestra su faceta humanista y Selva de selvas, un tratado científico.
Publicados por primera vez en 1597, Essays or Counsels Civil and Moral (Ensayos o consejos políticos y morales) con diez reflexiones, ampliándose más adelante a 28 y posteriormente con 58 ensayos en la edición londinense de 1625. 
Nos acompaña uno de estos ensayos relacionado con el tema de la muerte. Escrito en 1616, una década antes de su fallecimiento, con multitud de referencias en latín que he anotado entre paréntesis, Bacon nos acerca desde distintos puntos de vista a ese tema con sus reflexiones a partir de las ideas que se mantenían en la época. 


Highgate, 9 de abril de 1626. Su fallecimiento le vino a causa de sus reflexiones sobre la congelación de los alimentos como forma de conservación de los mismos.
A mediados  de marzo, Sir Francis Bacon se dirigía a sus posesiones cuando, observando la nieve acumulada, pidió a sus compañeros de carruaje que le consiguieran un animal de una granja cercana. Cuando llegaron con un pollo, pidió que lo sacrificaran y desplumaran y estuvo toda la tarde excavando un agujero en la nieve para comprobar la conservación de la carne entre el frío, bien en el suelo, bien en un saco al que echó nieve en el fondo, puso después el animal y terminó cubriéndolo con más nieve. 
Al finalizar pidió ayuda para levantarse alegando que había cogido frío. El enfriamiento se agravó al cabo de unos días y acabó complicándose en una pulmonía. No volvió a levantarse de la cama, falleciendo el 9 de abril, según comentaron sus conocidos en esas simplificaciones que se suelen realizar -una suerte de falacia- a causa de un pollo.


La palabra accidente la tenemos asociada desgraciadamente a los que suelen ocurrir relacionados con los automóviles y el tráfico, algo cada vez más común desde la aparición de los vehículos a motor a comienzos del siglo XX y que, en nuestros días, es fuente de preocupación para las autoridades de tráfico y en los diseños de dispositivos de seguridad en los fabricantes. Pero es más extraño encontrar este tipo de accidentes en el siglo XIX.
Nacido en París en 1855, Ernest Chausson fue un compositor seguidor de las ideas musicales de Wagner y Richard Franck. Su interesante obra, no muy amplia, es fiel reflejo de la producción del romanticismo francés de su tiempo, destacando entre ellas el Poème para violín y orquesta, su Sinfonía y la ópera El rey Arturo.
Sobre su producción llegó a manifestar: «Hay momentos en los que me siento impulsado por una especie de instinto febril, como si tuviera el presentimiento de ser incapaz de alcanzar mi objetivo, o de conseguirlo demasiado tarde».

Nos acompaña una de sus últimas obras, Chanson perpétuelle, Op. 37, una composición de 1898 para soprano y quinteto con piano, con versión para orquesta basada en un poema de Charles Cros.
La interpretación corre a cargo de la mezzo-soprano Victoire Bunel, la pianista Sarah Ristorcelli y el Quator Elmire en el concierto Generatios France Musique realizado en abril de 2019


Limary, 10 de junio de 1899. Yendo a su casa en una de esas bicicletas de finales del XIX, Chausson perdió el control de su vehículo y chocó contra el muro de su posesión rompiéndose el cráneo y falleciendo al instante con tan solo 44 años. Sin duda se trata del primer -¿y único?- compositor fallecido en accidente de bicicleta.


Renovadora del ballet clásico, Isadora Duncan (San Francisco, 1877) luchó contra la falta de naturalidad y el encorsetamiento del ballet clásico, con sus tutús y las puntas. Así se inspiró en las ménades griegas y sus movimientos arqueando el cuerpo o las pinturas renacentistas como La primavera de Boticcelli
Estrenada en 1968, Isadora es una película dirigida por Karel Reisz que recrea la vida de esta bailarina interpretada por Vanessa Redgrave. El enlace que nos acompaña muestra un repertorio de algunas de las danzas que se incluyen en el film y que, a partir de músicas de las más clásicas de compositores como Beethoven, Schubert, Chopin, Borodin o Tchaikovsky muestran sus revolucionarias formas de interpretar.


Con cincuenta años, sus revolucionarios triunfos habían quedado atrás y llamaba más la atención por su tumultuosa vida social.
Niza, 14 de septiembre de 1927. El pequeño y lujoso Almircar CGSS conducido por Benoit Falchetto paró en el Paseo de los Ingleses donde un grupo de amigos bailaban. Se subió Isadora con su vestido rojo y un larguísimo foulard de seda rodeando su cuello que oscilaba al ritmo de sus movimientos  Al despedirse de sus amigos exclamó: «Au revoir, mes amis, je vais à l'amour?» (¡Adiós, amigos, voy al amor!).
El coche recorrió unos metros hasta que el conductor frenó a oír los gritos de los espectadores que presenciaron el breve trayecto. El foulard que había ido ondeando se había enganchado en la rueda trasera oprimiendo el cuello de Isadora hasta estrangularla y arrojando su cuerpo contra la calzada. Falleció al instante.

Nos acompaña la breve escena de la película Isadora en que se recrea este fatal acontecimiento en el que Reisz mezcla la tragedia con la alegría desenfrenada de los compañeros de baile, incapaces de pensar que no asisten a una representación.


Se calcula que cada año fallecen aproximadamente 1.350.000 personas en accidentes de tráfico en todo el mundo, una cifra que crece por el aumento exponencial del parque móvil y disminuye lentamente por las campañas de concienciación, las mejoras en las vías de circulación y la cada vez mayor seguridad en los vehículos. Aún así, un sólo accidente ya es más de lo que deberíamos permitir.

Isadora Dundan
Albert Camus (Mondovi, Argelia, 1913), nació en una modesta familia de emigrantes franceses en Argelia y comenzó a ser conocido en Francia con su novela El extranjero y el ensayo El mito de Sísifo en las que muestra su influencia del existencialismo. Durante la Segunda Guerra Mundial militó en la Resistencia y fue uno de los fundadores del periódico clandestino Combat que llegó a dirigir. Además de estrenar El malentendido y Calígula en el teatro, publicó La peste, la novela que supuso un giro en su pensamiento al plantear que la solidaridad y la resistencia ante la tragedia supera a la idea de lo absurdo de la existencia.
En sus obras aparecen con frecuencia reflexiones sobre la muerte que reflejan con fuerza su sentido trágico como la única fuerza con poder para destruir la vida de cualquier persona en el momento más inesperado, como filosofía del Absurdo«Lo absurdo impone a la muerte, es necesario dar a ese problema prioridad sobre los otros, al margen de todos los métodos de pensamiento».



Nos acompaña el inicio de El extranjero  en el que se narra con una escueta frialdad el conocimiento de la muerte de su madre y los pasos que lo siguieron. 


Con una enfermedad respiratoria incurable, la muerte de Albert Camus entra dentro de la categoría de accidente con las nefastas connotaciones a las que nos estamos acostumbrando: el dramatismo de la escena, la tragedia de la vida segada antes de tiempo y la pérdida de la obra que queda sin finalizar. A su fallecimiento se suele añadir un comentario que acrecienta el halo trágico aún más si cabe. 
El tres de enero de 1960 los periódicos franceses publicaban la muerte de Fausto Coppi, el ciclista que había ganado en cinco ediciones del Giro de Italia. Erróneamente atribuían su fallecimiento a un accidente de auto, cuando en realidad había sido a causa de la malaria. Desconociendo esta circunstancia, Camus comentó a sus allegados: «No conozco nada más idiota que morir en un accidente de auto».
Carretera en la Borgoña cerca de Villeblevin, 4 de enero de 1960. Michel Gallimard, su esposa, su hija y Albert Camus tienen un accidente de coche al reventar una rueda en una recta y chocar consecutivamente con dos árboles. El choque con uno de los árboles fue tan violento que el vehículo se partió en tres pedazos. El cuerpo de Camus fue a parar a los asientos posteriores falleciendo en el acto. El editor Galimar estuvo ingresado de gravedad un tiempo, mientras su esposa e hija apenas si tuvieron unas contusiones. El absurdo de la muerte se unió al comentario de la víspera.


Finaliza esta publicación sobre la muerte absurda de algunos escritores y músicos con un documento gráfico histórico: un reportaje sobre el accidente en el original francés donde se muestra brevemente cómo sucedió.

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Bibliografía y webgrafía consultadas:
  • Esquilo. Tragedias, Editorial Gredos, Ebook. ISBN: 9787424998356.
  • Bacon, Sir Francis. Ensayos, tracuddión de Gonzalo Torné de la Guardia. Galaxia Gutenberg S. L. (2023). ISBN: 9788419738493.
  • Camus, Albert. El extranjero, Editorial DeBolsillo. ISBN: 978846635138.