Aunque habitamos y compartimos el mismo planeta, no es en ningún modo justa la distribución en cuanto a riquezas, derechos u oportunidades.
Frente a uno países y personas muy ricos, nos encontramos con otros que no tienen lo necesario para vivir, pese a que nuestro planeta tenga recursos suficientes para todos.
Pocas son las condiciones o circunstancias que igualen a todos los seres humanos, por lo que se encuentran lejos de alcanzarse los objetivos promulgados por la Declaración de los Derechos Humanos.
Hay iniciativas, a todas luces insuficientes, que van generando pensamientos de solidaridad, caminos de unión o prácticas sociales que avanzan en este sentido, aunque las circunstancias que nos rodean hacen que se den pasos atrás con cierta frecuencia.
La medicina, por ejemplo, no ha encontrado aún una forma de generar sangre para poder ayudar a las personas que la precisen por distintas circunstancias. Así, en los casos que se necesita transfundir sangre a una persona por una pérdida tras un accidente, una operación u otra circunstancia, la única solución viable es acudir a la solidaridad de personas que, voluntariamente, compartan su sangre con ellas.
Así, el hecho de donar sangre se ha convertido en un acto de solidaridad que beneficie a cualquier persona que la necesite, celebrándose un día anual dedicado a reflexionar sobre la importancia de su uso y la necesidad de difundir y potenciar su práctica.
Uno de los mayores actos de solidaridad que podemos realizar en nuestra vida es compartir, donar nuestra sangre para que la puedan aprovechar quienes la necesiten.
Te propongo reflexionar sobre las donaciones aprovechando que cada 14 de junio se celebra el #DiaMundialdelDonantedeSangre. Nos acompañan textos y músicas relacionados con la sangre de Ángela Figuera Aymerich, Manuel del Cabral, Antonia Navarrete, Donizetti y Johann Strauss. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!
La conmemoración del Día Mundial del Donante de Sangre cada 14 de junio se realiza este día por celebrarse el aniversario del nacimiento de Karl Landsteiner, el patólogo y biólogo austríaco que descubrió y clasificó los distintos grupos sanguíneos, los conocidos O, A, B y AB, además de la incorporación del Rh+ o Rh- a partir de la investigación sobre el antígeno de los hematíes que denominaron así al haberlo hallado en el suero de conejos inmunizados procedentes de un mono de la India. El término Rh proviene del nombre Rhesus, mono en griego.
Esta celebración del Día Mundial tiene la finalidad de sensibilizar y concienciar a la población mundial sobre la importancia y necesidad de donar sangre para contribuir a la salud de aquellos pacientes que la necesitan. También busca promover en todo el planeta los mecanismos y las infraestructuras que puedan mejorar las donaciones de sangre y su tratamiento por parte de las autoridades y organizaciones sanitarias.
Otros objetivos de esta celebración anual son: agradecer a los donantes su labor, animar a quienes no lo son para que ayuden en esta tarea; hacer de esta función una participación que permita que las transfusiones se realicen de forma universal, y obtener el apoyo económico, material e institucional de las organizaciones nacionales e internacionales con esta finalidad.
Prácticamente no hay literatura ni música del tipo de las que aparecen en este blog relacionados con este tipo de donaciones, por lo que nos acompañan obras que tienen relación con la sangre de diversas formas y nos permiten reflexionar sobre este tema.
Nacida en Bilbao, Ángela Figuera Aymerich (1902-1984) estudió Filosofía y Letras, dedicándose a la enseñanza en institutos de secundaria en Huelva y Murcia, pasando más adelante a trabajar en la Biblioteca Nacional y en Bibliobus, una biblioteca ambulante compaginándolo con su labor de traductora literaria.
La guerra civil la marcó profundamente, publicando obras como Mujer de Barro (1948), Soria Pura (1949), Vencida por el ángel (1950), El grito inútil (1952), Víspera de la vida, Los días duros, Belleza cruel publicado en México (todas de 1953), prologado por León Felipe, un libro que le hizo ganar el premio de poesía Nueva España por la Unión de Intelectuales Españoles de México. Tras Toco la tierra. Letanías (1962), comenzaron a publicarse diversas antologías de su obra poética.
En Ser palabra desnuda, Ángela Figuera recoge veintisiete poemas en los que reflexiona sobre su lugar en el mundo como poeta y como mujer mostrando una honestidad con ella y con el entorno en el que se desarrolla.
Nos acompaña La sangre, un hondo poema de este libro en el que la escritora centra su atención en lo que la sangre le ofrece y en el que muestra sus sensaciones y los sentimientos que ésta le provocan, desde el momento en que la siente fluir hasta el momento en que acabe su vida.
Partiendo del hecho de que donar sangre es fundamental y básico para salvar vidas y dado el carácter voluntario y altruista de las donaciones, es necesario realizar periódicamente campañas para concienciar cada vez a un mayor número de personas para que se acerquen a colaborar. A día de hoy es la única forma de poder garantizar reserva sanguínea de calidad para casos de emergencias -accidentes, operaciones...- y para pacientes que necesitan de forma periódica tratamientos relacionados con las transfusiones.
Como sabemos, las transfusiones son procedimientos médicos que sirven para aportar y reponer los componente sanguíneos que los pacientes necesitan al disminuir o desaparecer por una cirugía, lesión, hemorragia o algún tipo de enfermedad como algún tipo de cáncer, hemofilia o diabetes.
En la ópera, y en los escenarios en general, el tema de la sangre se ha tratado de varias formas habitualmente. En una, de manera más poética y filosófica, como una forma de unión, hermandad y un modo de compartir ideas y principios. Así, se trata como el linaje o parentesco o sobre la condición noble y benigna de una persona que se comparte con otras por afinidad. Otra forma de tratarla es en el aspecto de fluir, de circular por el cuerpo en función de las pasiones, especialmente las amorosas -en que la sangre circula de una forma especial para los enamorados- y las ardientes -provocadas por situaciones encarnizadas, dolorosas o vengativas-. La tercera de las manifestaciones de la sangre en las óperas y los escenarios es la de su aparición en ellos de forma violenta.
Durante el siglo XIX se pusieron de moda en la ópera las llamadas «escenas de locura», en las que los compositores llevaban al límite a los protagonistas, especialmente las femeninas, y hacían llegar al público al delirio. Son el caso de La sonámbula de Bellini, en la que la protagonista es acusada de relacionarse con el señor de las tierras hasta que se descubre que camina dormida por lugares inaccesibles para llegar hasta sus aposentos inconscientemente.
También es el caso de I Puritani, en el que Elvira, la protagonista, tiene una escena de locura al pensar que su novio la ha abandonado por una misteriosa dama que no es otra que la reina a quien protege.
El caso más sobrecogedor y dramático es el de Lucia di Lammermoor de Gaetano Donizetti, en el que la protagonista es obligada por su hermano Enrique a casarse con Arturo en lugar de su amado Edgardo, enemigo acérrimo de la familia. Basada en la novela La novia de Lammermoor de Walter Scott, la obra de Donizetti muestra la más famosa escena de locura en la que Lucia sale de la habitación nupcial ensangrentada después de haber matado a su esposo Arturo ante la presencia de todos los invitados al banquete nupcial. La escena, dramática a más no poder, provocó y provoca aún el delirio de los espectadores al estar acompañada de una partitura excepcionalmente bellcantista.
Nos acompaña una grabación de la llamada «Escena de la locura» de Lucia de Lammermoor interpretada en 1982 por la gran Joan Sutherland, quizás quien mejor la llevó al escenario vocalmente en una grabación del Metropolitan Opera House de Nueva York, dirigida por sus esposo Richard Bonynge. Es curioso comprobar como una soprano cercana a los sesenta años interpreta a una jovencita que no ha llegado a la veintena. Su voz inigualable es insuperable en este papel.
La importancia de las donaciones estriba en que proceden de voluntarios altruistas anónimos a los que se le extrae la sangre y después se separan sus componentes, teniendo cada uno de ellos unas características y una duración determinada para poder utilizarlos.
En el proceso de transfusión se separa y se utilizan los distintos componentes que forma la sangre. Así, los glóbulos rojos transportan el oxígeno y contribuyen a eliminar los desechos; los glóbulos blancos ayudan a combatir distintas infecciones, el plasma es la parte líquida que transporta nutrientes y otros elementos del sistema inmunológico.Poeta y escritor dominicano, Manuel del Cabral (1097-1999) fue uno de los representantes de la literatura caribeña. Su trabajo como diplomático le llevó a vivir a Estados Unidos, Chile, Colombia, Argentina y España, trabando amistad con Luis Palés Matos y Nicolás Guillén, quienes nos han acompañado en recientes publicaciones. Pionero en la llamada poesía negrista, Trópico negro (1942) muestra con mayor profundidad la explotación de los africanos en el continente americano, alcanzando su mayor notoriedad con su obra Compadre Mon (1943).
Nos acompañan los versos que dan título a su poemario Sangre mayor. Se trata de un intenso poema en que Cabral, comenzando por la sangre, va reflexionando casi filosóficamente sobre su condición, su disponibilidad y su ofrecimiento.
En general, según el destino de la sangre donada, la procedencia de la misma puede venir de distintas personas:
- En la mayoría de los casos de personas anónimas.
- Para determinadas enfermedades y casos específicos, pueden ser miembros de la familia o amigos, en lo que se llama una donación directa.
- En casos concretos, un paciente puede donarse a sí mismo, previo tratamiento de la sangre o habiéndose guardado previamente a alguna intervención o circunstancia (autólogo)
La obra de Johan Strauss hijo, y la de los miembros de su familia en general, está más cerca de la diversión, el esparcimiento y la alegría que de otro tipo de finalidad. En cierto modo, refleja la sociedad del imperio austríaco de finales del siglo XIX a través de obras ligeras concebidas para el baile y la diversión como los valses, las polkas y las desenfadadas operetas.
Entre ellas, nos acercamos a uno de sus valses más conocidos, Wiener Blut (Sangre vienesa, Op. 354), estrenado en 1873 y tan famoso en su tiempo que dio origen a la opereta del mismo título, también de Johann Strauss hijo, estrenada en el Carltheater vienés en octubre de 1899 cuando el compositor acababa de fallecer en junio de ese mismo año.
Podemos permitirnos el lujo de ampliar el título y pensar que trata de una sangre que nos una y emocione con las notas alegres de este vals universal.
La interpretación se llevó a cabo el 18 de junio de 2011 dentro del Sommernachtskonzert (Concierto de la Noche de Verano) que se celebra cada año en los jardines del palacio de Scönbrunn con la Filarmónica de Viena dirigida en esa ocasión por Daniel Harding.
Que fluya nuestra sangre.
Tras el proceso de extracción pueden realizar distintos tipos de transfusiones separando los distintos componentes de la sangre.
- Los glóbulos rojos empaquetados (PRBCs) se administran durante entre dos y cuatro horas para reponer glóbulos rojos que se han perdido en hemorragias o cuando la médula ósea no llega a producir los necesarios por una insuficiencia, algún tipo de cáncer o por los efectos de la quimioterapia.
- Las plaquetas ayudan a prevenirlas hemorragias y hematomas y se administran en vena durante una o dos horas cuando hay problemas por enfermedades, problemas con algunas medicinas, válvulas artificiales del corazón o problemas en la médula ósea por enfermedad o quimioterapia.
- El plasma fresco congelado (PFC) se administra una vez descongelado en pacientes con hemorragia o problemas de coagulación para reponer las proteínas que ayudan a la coagulación de la sangre.
- Con el crioprecipitado se transfunde la parte de la sangre que contiene determinados agentes coaguladores. Se descongela antes de inyectar a pacientes con ese problema por un trastorno genético o alguna enfermedad como la Coagulación Intravascular Diseminada (CID).
- La sangre total reconstruida se elabora a partir de glóbulos rojos y plasma para administrar a recién nacidos e incluso al feto en casos con niveles altos de bilirrubina o descomposición de los glóbulos rojos.
- Los granulocitos son una mezcla de neutrófilos y glóbulos blancos para administrar a pacientes con infecciones graves y sin los primeros. El donante anónimo debe tomar un medicamento esteroide antes de la transfusión en la se extraen fundamentalmente glóbulos blancos y se devuelve el resto al donante.
Finalizamos estas reflexiones alrededor del Día Mundial del Donante de Sangre en particular, a la que podemos añadir las donaciones de otros órganos de nuestro cuerpo, con un texto que participa de algunas características de las mencionadas donaciones.
No se trata de un texto publicado por un escritor o un compositor profesional, sino que participa, como las donaciones, de cierto grado de anonimato -aunque conozcamos quién es su autora-, voluntariedad y altruismo, en el sentido que ofrece su publicación como signo, emblema e, incluso, himno versificado de las donaciones.
Se trata de un poema de Antonia Navarrete Lebrato, poeta solidaria valenciana quien comparte estos versos sobre los donantes y las donaciones
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Bibliografía y webgrafía consultadas:
- Figuera Aymerich, Ángela. Ser palabra desnuda, Sabina Editorial, S. L. (2017). ISBN: 9788494434792.
- Cabral, Manuel del. Antología clave. Editorial Losada (1957).
Hola Miguel, gran artículo el que dedicas a la sangre. Te ha quedado muy bien y lo de mezclar esos textos con la temática general ha sido un acierto. Además de que es un artículo con un gran propósito.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Gracias, Merche.
EliminarEl fin de esta publicación es reflexionar con esa transfusión entre información, textos y músicas. Confío en que no haya incompatibilidad entre ellos.
Un fuerte abrazo :-)
Hola Miguelángel, coincido en la importancia de donar sangre, yo por el tiroides no puedo, pero mi marido y mis hijos son fieles donantes. Original elección la mezclar los textos y el tema en concreto. Un abrazo
ResponderEliminarEs un tema importante, Nuria. Y es interesante animar a todos los que puedan a que sea animen a donar. También soy un asiduo, ya centenario en donaciones.
EliminarUn fuerte abrazo :-)
Hola Miguel. Qué necesarias son las donaciones. Pero seamos realistas: la inmensísima mayoría de las óperas (por no decir todas...) están ambientadas en períodos históricos (Edad Media, Renacimiento, Imperio Romano, etc.) donde no se había oído nunca esta posibilidad. En algunas obras literarias sí hay mención a las sanguijuelas, pero no es lo mismo aunque tengan que ver con la sangre.
ResponderEliminarEn cuanto a la ópera Lucia de Lamermoor, he encontrado toda esta misma ópera cantada, en los papeles protagonistas, por Joan Sutherland junto al gran Alfredo Kraus y con subtítulos en español. Partiendo de la base de que no me gusta tanto drama (de ahí que siempre me haya gustado más la zarzuela que la ópera) y que la grabación es un poco antigua, sin embargo, creo que merece mucho la pena verla.
Un abrazo.
Evidentemente no hay referencias a las donaciones en las óperas (y pocas en la literatura) por razones obvias, por lo que he centrado la publicación en la sangre.
EliminarCreo recordar que esa representación de Lucia es del Gran Teatre del Liceu de 1988 y fue histórica, ya que fue la última vez que la cantante australiana interpretó ese papel.
Un fuerte abrazo :-)