Estancias

Cien años de los Veinte poemas de amor de Neruda

Hay obras que marcan a sus autores y los hacen alcanzar el lugar que les corresponde dentro de su especialidad. Libros relacionados con la literatura o el pensamiento, piezas musicales, cuadros, tratados o descubrimientos científicos, obras arquitectónicas o cualquier tipo de expresión artística son muestras de este tipo de obras que encumbran a sus autores al idear estas obras maestras.
Aunque las referencias que tengamos de Pablo Neruda lo sitúen más cercano en el tiempo, una de sus primeras obras cumple los cien años de su publicación en 2024. Se trata de su segunda obra editada, Veinte poemas de amor y una canción desesperada, una poemario que salió a la luz cuando el poeta contaba con apenas diecinueve años de edad.
Su publicación hizo que su obra comenzara a ser conocida, que le abriera las puertas a nuevas publicaciones y que el nombre de Neruda entrara a formar parte de los grandes escritores iberoamericanos del siglo XX.
Te propongo acercarte a una obra que cumple cien años desde su publicación en 1924, los Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda. Nos acompañan algunos de sus poemas y músicas inspiradas en ellos con Paco Ibáñez, Dimas y Ramón Ayala. Si te gusta… ¡Comparte, comenta, sugiere! 


Nacido en julio de 1904 en Parral (Chile) como Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, publicó sus primeros poemas sueltos como Ricardo Reyes, hasta que adoptó el pseudónimo de Pablo Neruda, que convirtió finalmente en su nombre legal.
Hijo de una humilde familia, su madre, maestra, murió de tuberculosis a los pocos meses de su nacimiento y su padre, ferroviario, volvió a casarse más adelante.
Neruda está considerado uno de los más grandes escritores del pasado siglo, con una vida en la que alternó su obra como poeta y escritor con su trabajo diplomático como embajador en distintos lugares, como Singapur, Java, México, Buenos Aires, Madrid o París, además de mostrar su activismo político en favor de las políticas de izquierda, llegando a ser precandidato a la presidencia de Chile antes de la elección de Salvador Allende.
Personaje con luces y sombras, recibió el Premio Nobel de Literatura «por una poesía que con la acción de una fuerza elemental da vida al destino y los sueños de un continente», según el comité organizador del galardón.

Nos acompaña una pieza musical relacionada con Neruda en su inspiración, aunque no en ninguna obra suya concreta.
Blas Galindo Dimas fue un profesor de música, compositor y director de orquesta mexicano que compuso en 1948 su obra para orquesta de cuerdas Poema de Neruda, una pieza que se mueve entre la sensibilidad y las emociones que despiertan los poemas del escritor chileno.
La grabación con la que se inicia esta publicación, que puede servir como música de fondo para leerla pertenece al disco México sinfónico y está interpretada por la Orquesta de las Américas bajo la dirección de Benjamín Juárez Echenique y fue editado por la discográfica Urtext en 1998, apenas cinco años después del fallecimiento del compositor.


Tras de participar en diversos concursos florales de poesía y de sacar algunos poemas en diversos periódicos y revistas, publicó su primer libro, Crepusculario en 1923 ya con el nombre con el que lo conocemos.
En esa suerte de memoria que es Para nacer he nacido, el propio escritor explica cómo logró que estos poemas se publicaran:

«En cuanto a mis Veinte poemas de amor, contaré una vez más que fue Eduardo Barros quien lo entregó y recomendó con tal ardor a don Carlos George Nascimiento que éste me llamó para proclamarme poeta publicable con estas sobrias palabras: "Muy bien, publicaremos su obrita".»

Con la distancia que da el paso del tiempo, este libro fue para el escritor «un libro doloroso y pastoril que contiene sus más atormentadas pasiones adolescentes, mezcladas con la naturaleza arrolladora del sur.»
Estos Veinte poemas de amor y una canción desesperada están cargados de un fuerte erotismo, lo que provocó el rechazo de una parte de la sociedad y de la crítica, a la vez que logró la adhesión de los más jóvenes.
Esta vertiente de descarnado erotismo se advierte sin ninguna duda desde el primero de los poemas que conforman la obra.


Pese a ser el segundo libro que publicó, Veinte poemas de amor... es posiblemente el libro más popular de Neruda y el que lo consolidó como poeta, dándole un prestigio que le acompañó desde entonces. 
Heredero de la línea modernista, este poemario muestra la expresividad de la vanguardia literaria con una intensidad lírica, una vitalidad desbordante y un erotismo patente que se va trocando en un tono de melancolía que entronca con el romanticismo conforme avanzan en los poemas las ausencias y separaciones.

El joven poeta antes de 1920 cuando aún firmaba con su nombre Ricardo Reyes
Si leer los poemas es un acto de latente sensibilidad, escucharlo leer por alguien que lo recite de forma sentida y con conocimiento de causa lo es más. En el siguiente enlace es el propio Neruda quien recita uno de los más conocidos, su Poema 15, el conocido Me gusta cuando callas porque estás como ausente. Su voz se torna larga y nostálgica para expresar esos sentimientos que, como autor, conoce mejor que nadie, para compartirlo como con una lenta, dramática y sentida letanía. Su voz y su estilo, con una cadencia que tiene cierta semejanza con la forma de recitar de Rafael Alberti, nos acompañan en esta grabación histórica.


Neruda narra en estos veinte poemas la pasión y el amor hacia una mujer idealizada, que no se basa en una sola persona, sino que toma características de varias mujeres reales a las que conoció. Así crea una amante que representa la idea poética del objeto de su amor, un arquetipo, en unos poemas que van cambiando a un tono cada vez más oscuro y sombrío conforme avanzan los poemas, para mostrar el temor de la ausencia y la pérdida tanto de la pasión como de la amada y, en resumen, del propio amor.
El propio poeta trata de su libro en un artículo publicado en el diario La Nación de Santiago de Chile en 1924, el mismo año en que salió a la luz y que transcribe de nuevo en Para nacer he nacido.

EXÉGESIS Y SOLEDAD
Emprendí la más grande salida de mí mismo: la creación, queriendo iluminar las palabras. Diez años de tarea solitaria, que hacen con exactitud la mitad de mi vida, han hecho sucederse en mi expresión ritmos diversos, corrientes contrarias. Amarrándolos, trenzándolos sin hallar lo perdurable, porque no existe, ahí están Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Dispersos como el pensamiento en su inasible variación, alegres y amargos, yo los he hecho y algo he sufrido haciéndolos. Sólo he cantado mi vida y el amor de algunas mujeres queridas, como quien comienza por saludar a gritos grandes la parte más cercana del mundo. Traté de agregar cada vez más la expresión a mi pensamiento y alguna victoria logré: me puse en cada cosa que salió de mí, con sinceridad y voluntad. Sin vacilar, gente honrada y desconocida -no empleados y pedagogos que me detestan personalmente- me han mostrado sus gestos cordiales, desde lejos. Sin darles importancia, concentrando mi fuerza para atajar la marea, no hice otra cosa que dar intensidad a mi trabajo. No me cansé de ninguna disciplina porque nunca la tuve: la ropa usada se conforma a los demás, me quedó chica o grande, y la reconocí sin mirarla. Buen meditador, mientras he vivido he dado alojamiento a demasiadas inquietudes para que éstas pasaran de golpe por lo que escribo. Sin mirar hacia ninguna dirección, libremente, inconteniblemente, se me soltaron mis poemas.

Pablo Neruda, diario La Nación, Santiago de Chile.

El joven Neruda en una fotografía de estudio
Esa nostalgia que precede a la ausencia se deja ver con nitidez en el Poema 6 en el que poeta comienza a evocar el recuerdo de la amada.


Neruda busca dar mayor unidad al libro prescindiendo de los títulos de los poemas a los que simplemente enumera, lo que supone también buscar la complicidad del lector para que realice un esfuerzo en la interpretación de cada uno de ellos. Así, dos características se unen a los temas mencionados del amor, la ausencia y la pérdida.
Por una parte, el erotismo latente, la necesidad del cuerpo que provoca el deseo se va trocando poco a poco en la necesidad de la palabra, la búsqueda de la atención de la amada, desde su oído hasta su mente, configurando estas palabras como una promesa de amor. 
De otro lado, ese arquetipo de la mujer amada le remite al principio vital, a los sonidos y cantos de la naturaleza, a los movimientos telúricos y celestes, al universo y el anhelo de plenitud completa. El amante y el poeta se entregan en todo su ser, sabiendo que es un ideal inasible, inalcanzable, pero deseable.

Portada de la edición original de la Editorial Nascimento de 1924.

Nos acompaña otro de los versos que han trascendido al libro y se han popularizado fuera de él, el Poema 20 que cierra el ciclo.
Escuchamos este conocido Puedo escribir los  versos más tristes esta noche con la música e interpretación del argentino Ramón Ayala perteneciente a su disco La selva y el río editado en 2008 por Epsa Music.


Estos veinte poemas de amor supusieron la consolidación del poeta como una de las figuras del panorama literario hispanoamericano y mundial.
Tras su paso por España durante la guerra civil, en su destino en México como diplomático, Neruda continuó su obra poética con sus Cantos Generales, obra que muestra su inspiración en la poesía de Walt Whitman, recibiendo en 1945 el Premio de Literatura de Chile. Por su pertenencia al Partido Comunista que fue prohibido tres años después hubo de exiliarse, recalando en Capri desde donde realizó una serie de conferencias por Europa. Tras su regreso a Chile publicó obras como Los versos del capitán, sus Odas elementales o Estravagario.


De nuevo encontramos en Para nacer he nacido otra referencia a su libro del que celebramos el centenario en esta publicación. Se trata del prólogo que escribió para una edición de su Veinte poemas en francés en 1960.

Fueron escritos estos poemas con aire, mar, espigas, estrellas y amor, amor... Desde entonces andan rondando y cantando... El tiempo les despojó su primera vestidura, el cataclismo de Chile, suspendido siempre como una espada de fuego, cayó sobre Puerto Saavedra y aniquiló mis recuerdos. Entró el mar que resuena en este libro y la marejada arrolló las casas y los pinos. Los muelles quedaron retorcidos y rotos. Una ola gigante azotó las amapolas. Todo fue destruido en este año de 1960.

Todo... Que mi poesía guarde en su copa la antigua primavera asesinada.

París, noviembre de 1960.

En el Poema 12, el poeta insiste en el abandono y el dolor en una relación a la que se entrega por completo y cuyo corazón sólo necesita el pecho de la amada a quien se ofrece para enseñarle a ser libre. La imagen de las aves que emigran cierran el poema.


Tras una vida con luces y sombras en lo humano y con brillantez en lo poético, en 1970 Allende lo nombra embajador en Francia, al año siguiente recibe el Premio Nobel de Literatura y regresó a su país. Un Neruda enfermo murió el 23 de septiembre de 1973 días después del golpe de Pinochet. Su casa fuer incendiada y su biblioteca personal destruida.

Veinte poemas de amor y una canción desesperada sigue sorprendiendo cien años después por la facilidad para transmitir emociones primarias y universales, y por la capacidad de conmover y evocar esas imágenes que envuelven a los lectores en una vorágine de emociones. Nos invita a reflexionar sobre la belleza y el dolor del amor, de su ausencia y su pérdida, explorando nuestras propias emociones y experiencias desde la poesía de un escritor como Pablo Neruda.


No podía finalizar esta publicación sin acercarnos a La canción desesperada, un alegato en el que se unen los elementos de los poemas anteriores alrededor del alejamiento y la angustia por la pérdida. Todo está condicionado por el dolor del olvido: la amada, el recuerdo en la noche, el abandono, el naufragio de la relación. Ante esa nostalgia sólo queda escapar de los recuerdos, para huir de sí mismo, para tener un consuelo cuando todo está perdido.
Esta canción es una suerte de epitafio, una despedida cincelada en el mármol del dolor. 
Para un clásico como Neruda, es otro clásico como Paco Ibáñez nos acerca a esta última canción desesperada. El intérprete recrea esta última pieza en una canción en la que acorta los versos del escritor para crear una canción con la misma desolación y dolor que el poema original.

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Bibliografía y webgrafía consultadas:

6 comentarios:

  1. Buen post, un guiño a la poesía DE VERDAD. Buen trabajo 👍🏾

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  2. Hola, Miguel, me encanta esta obra de Neruda, varios de sus poemas están entre mis favoritos, estoy de acuerdo contigo es que, creo, es la que más fama ha alcanzado. Y en cuanto a las lecturas que se han hecho de los mismos, tengo este vídeo guardado porque me encanta, me pone la piel de gallina cada vez que la oigo, y lo comparto con mucha gente cuando hablo de Neruda: https://www.youtube.com/watch?app=desktop&v=xDgSj-hNzFU
    Muy buen artículo.
    Un abrazo. :)

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  3. Gracias, Merche.
    El enlace con Arturo Puig recitando es una maravilla. En general, todos los poemas de esta colección lo son y emocionan escucharlos, tanto recitados como en las versiones con música.
    Un fuerte abrazo :-)

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  4. Es curioso que no supiera que en principio firmaba como Ricardo.
    "Los Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda" un gran poemario, para mí de lo mejor de Neruda.
    Cómo siempre estupendo post. Un abrazo

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    1. Según cuenta, firmaba con su nombre, pero cambió porque a su padre no le gustaba que escribiera. En 1946 se cambió el nombre llamándose oficialmente desde entonces Pablo Neruda.
      Un fuerte abrazo:-)

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