Estancias

Versos sueltos


Nuestro idioma es rico en elementos, vocabulario y expresiones que nos ayudan y facilitan nuestra comunicación y poder compartir ideas, imágenes mentales y sentimientos.
Esa riqueza que nos facilita la expresión y comunicación se muestra en grupos de palabras como aforismos, frases hechas o refranes, en el que se comunica mucho más que el significado meramente literal. 
Así, nos encontramos con una expresión procedente del lenguaje literario, más concretamente del poético, que va más allá del significado original.
El término verso blanco es una composición poética que posee una métrica regular, pero carece de rima. Hay referencias en una traducción al inglés de La Eneida de Virgilio de Henry Howard alrededor de 1554, siendo utilizado más adelante por Milton en su poema El Paraíso perdido. También fue utilizado por Lope de Vega en el Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo utilizando endecasílabos sin rima.
Más frecuente era utilizar el verso libre o verso suelto como forma de sorprender en el poema, preparando al oyente o lector para el verso siguiente que solía ser rotundo y tajante. 
En el diccionario de la Real Academia de la Lengua se define este verso libre o blanco como

1. m. Métr. Verso suelto.
2. m. Métr. Verso que no está sujeto a rima ni a metro fijo y determinado.

Y yendo al verso suelto nos encontramos con:

1. m. Métr. Verso que no forma con otro rima perfecta ni imperfecta.

Este uso de verso suelto se ha incorporado al lenguaje habitual como metáfora para referirse a una persona que actúa de forma solitaria dentro de una comunidad o equipo.
En esta publicación no nos acercamos a esta última acepción, ni a la original del verso sin rima dentro del poema. Simplemente traemos una serie de poemas diversos, sin ninguna relación entre ellos que nos muestran distintos pensamientos e imágenes, nos acercan a diversos temas y muestran estilos totalmente heterogéneos. Cada uno tiene algo que decirnos. ¿Cuál te llegará más hondo? ¿Con cuál te quedarías? ¿Cuál habrías incluido entre estos versos sueltos?
Te propongo acercarte a diversos versos, unos recogidos en poemas y otros con música que nos muestran diversos temas, estilos y mensajes. Nos acompañan obras de Nicolás Guillén, Julio Cortázar y Mario Benedetti y arias de ópera de Glück y Händel. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!


Conocemos a Nicolás Guillén fundamentalmente por su obra poética, aunque desarrolló su vida también entre el periodismo y la política. Nacido en la cubana  Camagüey en 1902 en el seno de una familia de origen mulato de la clase media creció con un buen nivel cultural.
Su padre dirigía un periódico y pertenecía al Partido Nacional Liberal siendo senador y alzándose contra el gobierno de García Menocal en 1917, acabando asesinado tras la insurrección, lo que llevó a la familia a la ruina económica. 
Tras terminar el bachillerato comenzó a publicar sus primeros versos, inmerso en el estilo renovador del postmodernismo, aportando motivos, expresiones y sentimientos de la cultura afrocubana procedente de los esclavos y sus descendientes, que agregó a la tradición poética del castellano, que le dan a su obra una visión crítica y novedosa.
Guillén trabajó como periodista participando de forma activa en la vida cultural de La Habana. Con Motivos de son (1930), renovó la literatura al inundar la poesía del ritmo, el color y la explotada vida del negro cubano. 


Poco después ingresó en el Partido Comunista, viajó por España e Hispanoamérica y hubo de exiliarse hasta el derrocamiento de Batista en 1958. A su regreso ocupó diversos cargos, entre ellos el de presidente de la Unión de Escritores de su país. 
Entre sus obras podemos encontrar Cantos para soldados y sones para turistas (1937), El son entero (1947), Poemas de amor (1964) y diversas antologías de sus obras. Entre sus poemas más conocidos se hallan la musicalizada La muralla o Sensemayá, canto para matar una culebra.
Nicolás Guillén falleció en 1989, después de haber sido nombrado Poeta Nacional de Cuba.
Nos acompaña su poema ¿Puedes? perteneciente a su libro de 1967 El gran zoo, un texto en el que, a través de diversas hipérboles sobre el aire, cielo, agua y tierra reflexiona sobre aquello que no podemos poseer y que tampoco puede tener dueño. Su sentido poético y sus imágenes se encuentran cargadas de emoción.


No hay dudas sobre la relación entre la ópera y la poesía. Un arte tan como la ópera contiene multitud de elementos que la hacen tan compleja y completa. Una acción teatral con un libreto escrito por poetas especializados, los decorados, el vestuario que sitúa a los personajes frente al espectador para ayudar a recrear la historia, los intérpretes, que deben ser también actores, y la música, la parte más importante, puesto que sin su calidad, la obra no tendría recorrido configuran una obra de arte única y compartida por la participación de multitud de profesionales. A estos elementos debemos añadir los miembros de la orquesta, el director musical, el director de escena, el escenógrafo y otros profesionales para entender la magnitud de cada obra que se lleva al escenario.
Desde las primeras obras los protagonistas eran dioses y héroes clásicos, incorporándose más adelante personajes de la antigüedad como reyes y héroes que fascinaban al público con sus historias.
Aunque hay alguna ópera más antigua, la primera que ha pasado a la historia por conservarse casi entera es La favola d’Orfeo de Claudio Monteverdi, en la que el protagonista no podía ser otro que el mítico cantor que acudió al averno a rescatar de la muerte a su amada Eurídice.


Este personaje y su historia ha sido llevado a los escenarios en distintas obras. En este caso, nos quedamos con la ópera de Christoph Willibald Gluck Orfeo y Eurídice, obra en tres actos con libreto de Raniero de Calzabigi que se estrenó en el Teatro de la Corte de Viena en octubre de 1762, una obra con tres personajes, ballet y coro en la que el compositor austriaco comenzó su reforma operística.
Nos acompaña el aria Che pur ciel en la versión original que luego sería reformada por el propio compositor en italiano y más tarde en una versión francesa. El enlace que nos acompaña comienza con el final de la conocida Danza de las ánimas benditas sobre un fondo de mar en calma al que sigue el aria.
La interpretación corre a cargo de la mezzosoprano Cecilia Molinari en el papel de Orfeo y la Orchestra del Teatro La Fenice dirigidos por Ottavio Dantone en una producción del citado teatro veneciano en una representación de finales de mayo de 2023.


Aunque conocemos más a Julio Cortázar por su obra inscrita dentro de las vanguardias literarias como autor de relatos y una de las novelas fundamentales del siglo XX, también se adentró en el mundo de la poesía.
Desde su primer relato, Casa tomada (1944) bajo el patrocinio de Borges, obras como Bestiario, Historias de cronopios y famas, La vuelta al día en ochenta mundos o Los autonautas de la cosmopista, hasta la celebérrima Rayuela, la novela con la que marcó un hito en el panorama literario del siglo. Algunas de sus obras nos han acompañado en diversas publicaciones de este blog.


Salvo el crepúsculo es el último libro que publicó en vida, un compendio de reflexiones, comentarios, opiniones y, sobre todo, poesías que se publicó en 1984 sin que llegara a corregir las pruebas de imprenta.
Cortázar no podía presentar unos versos convencionales, sino que muestra un abanico, una suerte de collage en el que rinde homenaje a la poesía y a los poetas, a las músicas que adoraba del tango y del jazz, a París y Buenos Aires, a la pintura, la melancolía o al amor. 
En estos últimos ámbitos se inscribe el poema que nos acompaña, El futuro, en el que la ausencia llena no solo el futuro, sino también el presente.


En ocasiones las óperas no utilizan su carga poética para todo el texto del libreto, sirviéndose libretista y compositor textos más pequeños para alguna de sus piezas.
La primera ópera que Georg Friedrich Händel compuso para estrenar en Gran Bretaña fue Rinaldo, con un libreto en italiano de Giacomo Rossi, que se presentó por primera vez en el Teatro de la Reina de Haymarket en Londres, en febrero de 1711.
Nos acompaña un aria da capo, ese tipo de composiciones para una voz escrita en forma tripartita, en la que la primera parte se repite al final como su nombre indica.
Se trata del aria Cara sposa que utiliza un texto de cinco versos que el compositor desarrolla para escribir un aria de una belleza muy del estilo del barroco.

François Boucher, Rinaldo y Armida (1734), Museo del Louvre
La primera parte, lenta, doliente y melancólica desarrolla musicalmente los primeros versos que podemos traducir con las siguientes palabras:

                    ¿Querida esposa, amante querida,
                    dónde estás?
                    ¡Ah! ¡Retorna mi ira!

A esta primera sigue una segunda parte, más breve donde se cantan con rabia furiosa los siguientes versos:

                    En el altar de vuestro oscuro Erebo,
                    con la fuerza de mi indignación, 
                    ¡yo os desafío, oh espíritus indignos!

La tercera parte es la repetición de la primera, su vuelva al da capo, al comienzo.
La interpretación corresponde al contratenor francés Philippe Jaroussky acompañado en versión de concierto por el Ensemble Matheus y dirigidos por Jean-Crhistophe Spinosi. Puedes activar los subtítulos en nuestro idioma.
 

Otro de los grandes nombres de las letras iberoamericana, unido también al boom de la literatura hispanoamericana, Mario Benedetti forma junto con Juan Carlos Onetti y Eduardo Galeano el trío de grandes escritores uruguayos, siendo posiblemente su figura más destacada. 
Benedetti cultivó gran variedad de géneros desde la poesía a la novela, la dramaturgia, el cuento o la crítica literaria, alcanzando gran popularidad y renombre primero entre los lectores, más adelante con adaptaciones para la gran pantalla de obras como La tregua (1960) o Gracias por el fuego (1965) y con la musicalización de algunos de sus poemas como El sur también existe de Joan Manuel Serrat.
Tras comenzar su obra con una literatura realista basada fundamentalmente en la burocracia y el espíritu de la pequeña burguesía, su obra fue derivando hacia el retraso social y la crítica ética hacia la sociedad uruguaya que surgen con las novelas mencionadas anteriormente.


Más adelante, su obra se hace eco de la angustia social y la esperanza de encontrar salida a los regímenes militares que imperaban en el cono sur, como se refleja en El cumpleaños de Juan Ángel (1975), novela en verso, cuentos fantásticos como La muerte y otras sorpresas (1968) o el tema del exilio en Primavera con una esquina rota (1982).
Su poesía también reflejó estas vivencia políticas y sociales, su exilio y regreso con obras como La casa y el ladrillo (1977), Vientos de exilio (1982) o Geografías (1984).
En Poemas de otros nos acercamos a uno de sus poemas, una corta y contundente reflexión sobre el ritmo que llevamos en nuestras vidas que nos impide ver en ocasiones por donde transitamos.


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Bibliografía y webgrafía consultadas:
  • Guillén, Nicolás. El gran zoo, Libros del Zorro Rojo, ilustraciones de Arnal Ballester, 2009. 
  • Cortázar, Julio. Salvo el crepúsculo, Editorial Alfaguara, 2009.  
  • Benedetti, Mario. Poemas de otros, Visor de Libros S. L., 2020. ISBN: 978849895361

6 comentarios:

  1. Hola Miguel, genial entrada, de mi gusto personal totalmente. Ahora en la mayoría de los poemarios que se publican predomina el verso libre o verso blanco. Hay algún soneto, algún romance, pero poco, de esto se encargaban más los clásicos. En mi libro Solo el amor, todos los poemas que aparecen son sonetos y creo que, por lo marcado de la composición, no han llegado a gustar. Se entiende mejor una poesía en verso libre y la gente la disfruta más.
    De los que aparecen en tu entrada me quedo con Benedetti, por su sencillez, precisamente, y la pasión que ponía en su poesía.
    Gracias por deleitar mis sentidos con estas composiciones.
    Un abrazo. :)

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    1. Me alegra que te haya gustado, Merche. Hay muchos estilos a la hora de escribir poesía y cada uno expresa las ideas y sentimientos de sus autores, pero a mi también me gustan las que se basan en estructuras concretas (métrica, rima y estrofa). Espero que tus sonetos vayan teniendo más eco.
      Benedetti es una elección segura.
      Un fuerte abrazo :-)

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  2. Hola Miguelángel, siempre he pensado que la poesía va unida de la música, pero no de la música que todos oímos en algún momento, sino de la música del alma, esa que te hace viajar a tu interior.
    La poesía ha cambiado mucho hoy en día, el verso libre, o blanco conecta más que los sonetos, o los poemas del tipo Himnos, elegía, égloga, o peán. Sin embargo, las odas y sátiras también gustan mucho como el romance.
    Yo pienso que lo principal de un poema o poesía es conectar, saber transmitir sin importar su temática.
    Un artículo excelente. Me encantó. Un abrazo

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    1. Gracias, Nuria.
      La métrica y la rima unen la poesía a la música, así como la expresión de sentimientos. Como dices, esa musicalidad la podemos sentir en nosotros cuando la leemos, pero también cuando la escuchamos con la música que le ponen.
      En cuanto a los versos, la métrica y la rima, todo lo que sea sincero y bueno es válido si nos llega a conmover.
      Un fuerte abrazo :-)

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  3. Magnífica esa pieza de Händel.
    Un abrazo.

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    1. Estas arias barrocas son maravillosas, Mercedes.
      Un fuerte abrazo :-)

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