Estancias

Peer Gynt, entre Ibsen y Grieg


En muchas ocasiones distintos autores han colaborado en la creación de obras de arte que unieran distintas disciplinas en las que quedaran reflejados los pensamientos, estilos, personalidades y discursos de cada uno de los creadores.
Edificios que incluyeran pinturas y obras escultóricas, poemas o textos literarios con ilustraciones de determinados pintores, textos de escritores para óperas, inclusión de ballets dentro de las óperas como en las grandes producciones francesas, colaboración de compositores en banda sonoras de cine son algunas muestras de estas colaboraciones que se han llevado a cabo a lo largo de la historia y de las que cada uno de nosotros podemos aportar ejemplos.
En esta publicación nos acercamos a Peer Gynt, una obra que parte de la colaboración entre el dramaturgo Henrik Ibsen y el compositor Edvard Grieg. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!

Theodor Serevin Kittelsen. ilustración para Peer Gynt (1890)
A comienzos del siglo XIX Noruega dejó de ser una provincia de Dinamarca tras cuatrocientos años y, aunque aún estaba bajo la influencia sueca, surgió, como en otros muchos países, un movimiento nacionalista que alcanzó a todas las manifestaciones políticas, sociales y culturales.
Inmerso en este ambiente cultural nacionalista y unido al movimiento del romanticismo que imperaba en toda Europa, Henrik Ibsen, el gran escritor y dramaturgo noruego escribió Peer Gynt, una obra teatral dividida en cinco actos y que, una vez terminada, pensó en la posibilidad de que tuviera una música incidental que le aportara intensidad y subrayara los momentos representados en el escenario. Para la creación de esta música pensó en el más destacados de los compositores de su país, Edvard Grieg, un músico noruego que había completado su formación en Alemania.
Grieg compuso la obra que se le solicitó y la llevó a los escenarios, pero, como veremos más adelante, con el paso del tiempo, una selección de su composición para Peer Gynt se ha quedado entre los aficionados a la música, e incluso algunas piezas entre los no aficionados, en detrimento de la obra original que incluía la obra de teatro con la música incidental.
En esta publicación iremos alternando piezas de las suites de Grieg, que son las más reconocibles entre nosotros, con algunas de las piezas originales de la música incidental.

Chika Shimizu. Figurines de los protagonistas de Peer Gynt
Grieg realizó dos suites a partir de la música que compuso para la obra de Ibsen. Catalogada como su Opus 46, la Suite nº 1 de Peer Gynt está formado por cuatro movimientos: La mañana, La muerte de Ase, La danza de Anitra y En la gruta del rey de la montaña.
En esta suite, Grieg no sigue el orden cronológico de las piezas, sino que alterna movimientos contrastantes para formar una pieza que, con el paso del tiempo, ha hecho pasar a la obra original a un plano muy secundario.
Así, el primer movimiento, La mañana, nos sitúa, al comienzo del Acto IV, en un amanecer en Marruecos donde ha llegado Peer después de huir del bosque en el que vivía con Solveig y tras el fallecimiento de su madre, Ase.
Grieg refleja en su partitura los colores del amanecer que nos muestra la aparición del sol con una melodía que va pasando de un instrumento en un crescendo mágico e inolvidable. 
La Seatle Symphony Orchestra con la dirección de Thomas Dausgaard nos sitúan en La mañana desde el Benarova Hall de la ciudad norteamericana.


Publicado póstumamente, en Biblioteca personal se recogen una serie de prólogos de sesenta y cuatro de los cien libros que Jorge Luis Borges estaba realizando sobre sus preferencias personales y que nos sirven para disponer de una visión panorámica de los libros que habían marcado al genial y apasionado escritor argentino. Según sus propias palabras, 
«Deseo que esta biblioteca sea tan diversa como la no saciada curiosidad que me ha inducido, y sigue induciéndome, a la exploración de tantos lenguajes y de tantas literaturas.»
Dentro de su Biblioteca personal, Borges incluye una de sus reseñas a Ibsen y dos de sus obras, Peer Gynt y Hedda Gabler. Nos quedamos con el texto que se refiere a la obra que nos ocupa.


La obra de Henrik Ibsen fue escrita en 1867 y narra la historia de un campesino noruego como un drama alegórico, contando su vida de antihéroe, sus continuas caídas y su posterior redención. Peer es un imaginativo mentiroso, vividor y mujeriego que se enreda en continuos líos y que siempre soluciona estos enredos en los que se involucra con una huida hacia adelante. 
Una vez escrita la obra, el dramaturgo noruego consideró la posibilidad de incluir una música que acompañara y realzara la acción dramática en el escenario, realizando el encargo al compositor en 1874. En esta situación, Ibsen escribió a Grieg algunas cartas dando indicaciones concretas sobre cómo imaginaba y pensaba que deberían incorporarse algunos aspectos musicales y, sobre todo, detalles concretos en la obra teatral: En la escena de la boda deberían sonar las campanas en la lejanía, en alguna escena debe oírse el canto de los pájaros. 
Nos acompaña a continuación el inicio de la Música incidental para Peer Gynt (Opus 23) compuesta por Grieg para la obra de Ibsen, una música que sirve como obertura o preludio, denominada Bukkerittet (En la corte nupcial). Siguiendo el esquema clásico, Grieg organiza este inicio como una música que recoge algunos de los temas que desarrollará a lo largo de la obra.
La Bergen Filharmoniske Orkester de la ciudad homónima noruega con la dirección de Ole Kristian Ruud nos introduce en el inicio de la música incidental, que se puede escuchar mientras se lee el texto de Ibsen



Pese a que la obra se basa en personajes noruegos, transcurre por distintos lugares, ya que el protagonista desarrolla su vida aventurera por diversos lugares que van, desde los imaginarios como la gruta donde viven los trolls hasta otros exóticos como el desierto norteafricano, antes de regresar a su lugar de origen.
Nos acercamos en esta ocasión a la obra teatral con el inicio de la misma, en la que, en la primera escena nos encontramos con el protagonista y su madre Ase en el extracto de un diálogo que nos deja claro desde el primer momento la personalidad de los personajes.


Situándonos en la historia, Peer Gynt es el hijo de un granjero, joven, desvergonzado y grosero, apenas sin valor personal, lo que conocemos como antihéroe, que impresiona a quienes les rodean con grandes mentiras.
Aparece sin invitación en la boda de su antigua novia Ingrid a la que deshonra y abandona a su suerte. Deseoso de aventuras, amor y reconocimiento, soporta y vive situaciones a entre lo real y lo que es fruto de su mente: junto a troles y demonios, en las lejanas África y Arabia o frente a la parlante estatua de Memmon, hasta regresar, muchos años más tarde, viejo y empobrecido hasta su hogar, con un insólito y emocionado final feliz, con la campesina Solveig que ha esperado durante toda su vida el regreso de su amado Peer.

    Theodor Severin Kittelsen. Peer Gynt en la gruta del Rey de la Montaña (1890)
Ya en el Acto II de la obra de Ibsen, la sexta escena nos sitúa en el reino de Dovre, en el interior de la cueva en la que habita el Rey de la Montaña. Allí, Peer, que ha seducido a su hija, intenta escapar en el silencio de la noche. Una vez descubierto es capturado por los habitantes que lo amenazan con martirios y la muerte.
Incluida en la citada Suite nº 1, En la gruta del Rey de la Montaña es una de las piezas más conocidas de Grieg y una de esas músicas que todos reconocemos por haberla escuchado en muchos momentos, tanto en el cine como en publicidad.
En esta ocasión nos acercamos a la versión menos conocida, la de la música escénica y no a la suite, con la inclusión de los diálogos entre todos los personajes que hablan, amenazan y persiguen a nuestro protagonista.
De forma similar a La mañana, Grieg utiliza también en esta pieza una melodía que se va repitiendo en los distintos instrumentos, avanzando en un crescendo vertiginoso que finaliza con nuevo intento de huida del personaje, aunque, tras la conocida pieza, la escena continúa aún más.


El enlace nos ofrece sólo el inicio de la escena sexta de este segundo acto de Peer Gynt, Dovregubbens hall (En la gruta del rey de la montaña), de nuevo con la Bergen Filharmoniske Orkester bajo la dirección de Ole Kristian Ruud.


Grieg finalizó su partitura en otoño de 1875, ocho años después de la composición de la obra teatral y tras varios meses de composición en el que siguió muchas de las indicaciones de Ibsen, decidió profundizar en la parte filosófica de la historia e incorporó algunos instrumentos para las escenas que de desarrollaban en lugares exóticos. De esta forma, Grieg consigue una mezcla entre el color de la tradición y el incipiente nacionalismo noruego mezclado con ideas filosóficas universales, unido al exotismo de lugares como los áridos desiertos, un color musical que el compositor amalgamó con cautivadoras melodías y la incorporación de instrumentos como crótalos, triángulos o panderetas.
La música incidental original, independiente de la obra teatral, tenía una duración de alrededor de hora y media dividida en veintitrés números, la mayoría de los cuales eran vocales, algunos de ellos con la participación de coros.
La obra teatral con la música incidental se estrenó el 24 de febrero de 1876 en Christiania (nombre de la capital antes de denominarse Oslo a partir de 1925) con el propio Grieg en la dirección musical, con una escenografía muy cuidada y un elenco que recogía a los más importantes actores del momento. Henrik Klausen representó el papel de Peer Gynt y Thora Hansson el de Solveig, aunque su musicalidad no alcanzaba la exigencia del papel y parece ser que hubo de ser sustituida su voz por el de una desconocida cantante, limitándose la actriz a mover los labios durante las canciones. El éxito de la obra alcanzó las expectativas que se habían creado.
El tercer acto finaliza con una de las escenas más entrañables de la obra, la muerte de la madre del protagonista. En esta ocasión nos acercamos a una doble versión. Por un lado, podemos escuchar la interpretación de La muerte de Ase desde la versión de la Suite de Grieg, mientras nos acompaña el texto de la misma escena en la versión de Ibsen, alcanzando un mayor contraste dramático impregnado del dolor y una particular dulzura que se van apoderando de nosotros conforme avanza la escena.

Las cuerdas con sordina entonan una sentida elegía, conformando una de las más memorables y sensibles piezas de las que componen esta obra, mientras Peer coge las manos de su madre al final de esta escena.
De nuevo, la Seatle Symphony Orchestra bajo la dirección de Thomas Dausgaard nos ofrece la interpretación de La muerte de Ase, mientras podemos leer la escena completa del drama de Ibsen.


El contraste entre esta música y el inicio de la última escena del tercer acto refleja la situación dramática creada por Ibsen, en el que aparece en su parte final un personaje intrascendente, Kari, la hija de un campesino.


Arthur Rackham (1867-1939). La muerte de Ase

El Acto IV nos presenta a un Peer Gynt que ha viajado hasta Marruecos primero y después a Arabia, tras haberse encontrado con la singular estatua de Memmnon que habla y con la Esfinge de Gizhe.
Allí, en un oasis en pleno desierto, en la tienda de un jeque árabe, Peer, con un atuendo oriental, descansa recostado noblemente, bebe café y fuma en una larga pipa, mientras un grupo de jóvenes capitaneado por Anitra canta y baila para él, recibiéndolo como un nuevo profeta prometido.

Arthur Rackham (1867-1939). Anitra's Dance
En esta ocasión, recurrimos a la música incidental para asistir a la conocida danza árabe en la versión cantada por las jóvenes y con el solo de Anitra, interpretado por una voz de mezzosoprano.


Nos vuelve a acompañar Ole Kristian Ruud dirigiendo a la Bergen Filharmoniske Orkester en la interpretación de La danza árabe en la citada versión cantada para la música incidental de la obra creada entre Ibsen y Grieg.


Debido al éxito alcanzado por su música incidental, Grieg volvió a utilizar algunos de los temas para incluirlas en una nueva composición, la Suite nº 2 de Peer Gynt (Op. 55) en la que volvió a incluir cuatro movimientos instrumentales de tipo contrastante: El lamento de Ingrid, la Danza árabe, El retorno de Peer Gynt y La canción de Solveig, alcanzando de nuevo un gran éxito con esta obra.
Aquí, en la escena 10 del Acto IV, Ibsen y Grieg nos traen una de las escenas y melodías más entrañables, conocidas y reconocibles de la obra, la Canción de Solveig, una canción que entona la campesina, quien al conocer a Peer no lo olvidará jamás y esperará, como si de una Penélope nórdica se tratara, a que regrese, más allá «del invierno, y la primavera y el siguiente verano».


Nos despedimos de la aproximación a esta obra singular, una de las imprescindibles del repertorio, surgida de la colaboración entre dos grandes autores noruegos y que ha quedado para la historia con la Canción de Solveig.
La soprano noruega Sissel Kyrkjebo, con su voz transparente y cristalina, como si estuviera esculpiendo en el aire, la interpreta en un concierto para televisión celebrado en 1991.

Arthur Rackham (1867-1939). Peer Gynt y Solveig en la boda
Si tienes interés, puedes volver en otra ocasión para escuchar la Música incidental de Peer Gynt completa en el siguiente enlace: Peer Gynt con la Bergen Filharmoniske Orkester y la dirección musical de Ole Kristian Rudd.

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Bibliografía y webgrafía consultadas:

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