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¡Maldita metamorfosis! Las cariátides

Los seres humanos poseemos la capacidad de admirar lo que nos parece bello y relegar al olvido o dejar en un segundo plano aquello que no deseamos retener.
Es comparable a la fabricación de las perlas por parte de las ostras: De una pequeña imperfección, un grano de arena que penetra en la concha y que va arañando y erosionando la estructura interna, la ostra va recubriéndola con capas de nácar hasta formar una perla esférica perfecta y bella en su forma y color. Los seres humanos las admiramos, buscamos su posesión como adorno y aderezo, cuando, en realidad, el molusco bivalvo solo ha ido cubriendo con capas una molestia que estaba en su interior.
Como este ejemplo podemos encontrar otros que surgen de un malentendido, una confusión, un dolor o una situación cruel. Como algunos insectos sufren sus metamorfosis convirtiéndose una anodina oruga que pasa desapercibida entre hojas y tierra en una hermosa mariposa, a lo largo de la historia hemos transitado por vicisitudes que se han transformado desde el dolor a la alegría y el gozo, desde la ternura a la crueldad o desde lo insoportable a lo deseado.
Una de las bellezas que nos ha legado la cultura griega es el uso de figuras humanas a modos de columnas, las cariátides en la versión femenina y los atalantes (o telamones en la versión romana), que proporcionan elegancia, proporción y gracia a los edificios en que se emplean.
Te propongo un paseo por la presencia de las cariátides en la arquitectura griega y cómo llegaron a desarrollar esa función arquitectónica. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!

Congreso de los Diputados, Madrid. Detalle de las cariátides
Desde la intensa mirada al pasado artístico sobre las culturas griega y latina que supuso el Renacimiento, los arquitectos erigieron muchos edificios que adornaron con cariátides, esas figuras femeninas que sustituían el fuste de las columnas por su esbeltas figuras.
Así, palacios y edificios como la Opera Garnier o el Museo del Louvre de París, el Congreso de los Diputados de Madrid, el Musikverein  o el Parlamento Austriaco de Viena, entre muchos otros, poseen en su estructura cariátides que lo embellecen.

Erecteón. Pórtico de las cariátides en la Acrópolis de Atenas
En su Breve historia de la... arquitectura, la valenciana Teresa García Vintimilla transita por las obras, en ocasiones literarias, la mayoría de las veces arquitectónicas, de Vitruvio, Bernini, Le Corbusier, Van del Rohe o Gaudí haciéndonos partícipes de la evolución de este arte a lo largo de los siglos.
El capítulo 6 del libro, la arquitecta lo titula La belleza de Grecia y, tras tratar de los antecedentes de las culturas que la precedieron, finaliza centrándose en los tres grandes edificios de la Acrópolis ateniense. Tras escribir sobre el Partenón, su mirada se centra en los dos restantes, con la presencia de las cariátides en el Erecteón.


Uno de los grandes edificios en los que aparecen las figuras de las cariátides es el Musikverein (Club de Música) de Viena, el imponente centro en el que tiene su sede la Orquesta Filarmónica de Viena y que fue construido por la Gesellschaft der Musikfreunde, la Sociedad de Amigos de la Música por el arquitecto danés Theophil Hansen, inspirado en el estilo clásico griego. 
De sus siete salas de conciertos destaca la Goldener Saal (Salón Dorado), el popular escenario del Concierto de Año Nuevo, considerado una de las salas con mejor acústica del mundo.
Con una capacidad de alrededor de dos mil personas, los muros y el techo están construidos y decorados con formas y colores que se se coordinan con inspiración clásica. Las pinturas del techo con Apolo y las Musas entran en contrapunto con los todos dorados que le dan nombre a la sala, mientras las esculturas blancas femeninas sobre las puestas del balcón y el órgano hacen juego con las cariátides doradas que la acompañan en el piso inferior.
Nos quedamos unos minutos con la interpretación de la Obertura de la opereta El Murciélago de Johann Strauss, hijo, dirigida en el Concierto de Año Nuevo de 2002 por el querido y admirado Seiji Ozawa. Una ocasión para oír una música que tiene algunas melodías reconocibles por muchos de nosotros, a la par que admirar el recinto en el que se desarrolla y su doradas cariátides.


Pero es el momento de plantearnos una cuestión: ¿Quiénes son las cariátides? ¿De qué lugar proceden? ¿De dónde surge la idea de utilizarlas como el elegante y estilizado elemento arquitectónico que conocemos?
El término proviene de la localidad de Carias en región de Laconia o Lacedemonia griega, zona en la que dominaba la polis de Esparta.
Siguiendo a Pausanias en el Libro III de su Descripción de Grecia, el geógrafo e historiador del siglo II de nuestra era sitúa a esta localidad y su santuario dedicado a Artemis, a quien las muchachas del lugar dedican unas danzas rituales cada año.


Profundizando algo más en el origen de estas danzas tradicionales que realizaban las cariátides -gentilicio de Carias-, el historiador y novelista Robert Graves -el autor de obras tan conocidas como Yo, Claudio-, nos acerca en su estudio Los mitos griegos al origen mitológico de esta tradición.

Sala Dorada del Musikverein de Viena con sus cariátides doradas
En su capítulo dedicado a Fílide y Caria, el escritor inglés que se afincó en la mallorquina Deiá, indaga en el uso de la almendra y la nuez en las fiestas dedicadas a Car, la diosa que otorgó la denominación al lugar, del que quedan rastros en una ilustración en la que un poeta adora un nogal en presencia de la diosa, mientras un grupo de nueve cariátides bailaban una danza en círculo. 


El Renacimiento fijó su mirada en las culturas y artes griega y romana clásicas para utilizarlas como fuente de inspiración en la que marcar un renacer cultural y artístico. Una de las fuentes de búsqueda fue la música antigua, de la que no pudieron encontrar sino ideas y comentarios de cómo habría podido sonar, ya que no desarrollaron medios para transcribirla. 
Aún hoy son muchas -demasiadas- las especulaciones sobre cómo sonarían, pese a conocer algunos instrumentos e incluso imágenes o los textos en que se apoyaban estas composiciones, transmitidas por tradición oral entre unos y otros intérpretes.
Así, hasta nuestros días se han desarrollado estudios e investigaciones que no han sacado a la luz sino ideas y recreaciones relacionadas con músicas y danzas de la antigua Grecia.

Museo del Louvre. Detalle de las cariátides


El Bollywood and Multicultural Dance Festival es un festival en el estilo de ese tipo de películas musicales que se celebra en Grecia desde 2013 y uno de los mayores de los que se desarrollan en Europa dentro de este estilo musical que tiene su origen en la India.
La agrupación Ancient Greek Dance Company del Teatro Dora Stratou interpreta una recreación de la Antigua Danza de las Cariátides, interpretada por seis bailarinas -no podía ser sino ese número, como en el Erecteón, en lugar de las nueve citadas por Graves- que se introducen en la piel de las cariátides, edulcoradas por el estilo fílmico musical hindú.


Uno de los grandes arquitectos de Roma, Vitruvio es quien nos ha dado a conocer la razón por la que las cariátides llegaron a formar parte de la arquitectura. No fue por un motivo ritual, ni por sus danzas o su mítica relación con las almendras o las nueces, ni por su dedicación a la diosa Artemis por lo que comenzaron a formar parte de las estructuras arquitectónicas, sino por un castigo, una cruel venganza que sirviera de ejemplo a futuras generaciones y pueblos. Aquí es donde se produce la metamorfosis, el momento en que un castigo se transmuta en belleza, la deshonra de una acción concreta en un ejemplo para los siglos venideros.

Entrada al Parlamento de Viena con las dobles cariátides
De este modo, lo que, en un primer momento trataba de ser una advertencia ha llegado hasta nosotros como uno de los más bellos, estilizados y elegantes elementos estructurales y decorativos de la arquitectura, infinidad de veces imitado y repetido en grandes monumentos a lo largo de la historia.
En su De Architectura (Los diez libros de la arquitectura), Marco Vitruvio Polión, el arquitecto, escritor, tratadista e ingeniero que vivió a caballo entre los siglos I a.C. y I de nuestra era, enumera qué artes y ciencias debe dominar un arquitecto para ser una persona culta que refuerce sus conocimientos para mejorar y enriquecer su trabajo. 


Nos despedimos un nuevo enlace dedicado a las cariátides, en esta ocasión sustituyendo las cestas y canastas que portaban en sus cabezas por el capitel que les sirve de remate en las construcciones. 
En esta ocasión no se trata de música cantada, ni ballet, ni música instrumental, sino que nos acercamos a la música cinematográfica y el mundo de la gimnasia para finalizar con el espectáculo Caryatids del equipo griego Wolves Team en su primera actuación en la FIG Gala de The world Gymnaestrada celebrada en la ciudad austriaca de Dornbirn en junio de 2019. La música con la que actúan es The Agoge de Tyler Bates, perteneciente a la banda sonora de la película 300 y basado en temas de Eliot Goldenthal.

¡Bendita metamorfosis!

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Bibliografía y webgrafía consultadas:

4 comentarios:

  1. Muchas gracias, Miguel, por esta didáctica y bella entrada.
    Un fuerte abrazo

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    1. Gracias, Marisa.
      Me alegra ver que sigues activa.
      Me hizo pensar cómo van olvidándose hasta llegar al desconocimiento algunas cosas. Lo que supuso una masacre frente a un pueblo que pactó con el enemigo y la esclavitud de las mujeres, hasta esculpirlas en piedra para escarnio y que nunca se olvidara lo ocurrido, ha quedado convertido en un símbolo de belleza y elegancia. Así es la condición humana.
      Un fuerte abrazo :-)

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  2. ¡Extraordinario resumen histórico sobre las cariátudes! A veces me apena profundamente la total falta de curiosidad de la mayoría, que prefiere ignorar todo con tal de no leer. ¡Gracias por compartir!

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    1. Gracias por el comentario.
      El conocimiento de la historia, las artes y las humanidades, en general, es fundamental y debemos luchar para que no desaparezcan. Mientras más conozcamos, mejor y más rica será nuestra vida.
      Un abrazo :-)

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