Estancias

100 años de Italo Calvino

Hay autores cuyos trabajos surcan un nuevo camino, indagan en la realidad que atraviesan y marcan el tiempo en que viven, creando obras que les dan un sentido y significado. Son creadores que no transitan por los caminos fáciles, abiertos y trillados por otros, sino que se sumergen en senderos inexplorados, no por esnobismo o el mero hecho de hacerlo, sino por compromiso con la realidad.
Es el caso de Italo Calvino, un escritor del que se cumplen en fechas cercanas su fallecimiento, ocurrido el 19 de septiembre de 1985, y su nacimiento, el 15 de octubre de 1923, cumpliéndose el centenario de su llegada al mundo en el año en que se publica esta entrada.
Uno de los estudiosos de su obra, el filólogo Carlo Ossola muestra su importancia: «Calvino es nuestro clásico del siglo XX por su capacidad de eliminar lo no esencial, todo lo pasajero, para obtener el don supremo del arte, la transparencia. Su obra es una interpretación total del mundo, de lo visible y de lo invisible, de lo posible y de lo probable.»
Aprovechando que se cumplen años de su fallecimiento y el centenario de su nacimiento, te invito a acercarte a algunos textos de Italo Calvino y algunas músicas inspiradas en su obra. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!


Italo Giovanni Calvino Mameli nació el 15 de octubre de 1923 en Santiago de las Vegas, una localidad cercana a La Habana en Cuba, debido al trabajo de su padre como agrónomo, regresando la familia a Italia dos años más tarde.
En la II Guerra Mundial luchó contra los alemanes en las Brigadas Partisanas Garibaldi. Durante aquellos años se licenció en Literatura en la Universidad de Turín en 1941 con una tesis sobre Joseph Conrad, un escritor por el que sentía una profunda admiración.
Finalizada la guerra comenzó a trabajar en tareas editoriales, publicando su primera novela El sendero de los nidos de la araña en 1947, una obra que fue catalogada como neorrealista. En este sentido el propio Calvino llegó a afirmar.  «No creo que haya habido una poética consciente y teórica del neorrealismo. Existió una atmósfera de redescubrimiento de la realidad italiana. Hoy creo que lo que cuenta es la literatura de la verdad, decir cosas auténticas, tratar de entrar en la experiencia de cada uno, tratar de inventar, no de hacer novelas con tesis.»


En la década de los 50 del pasado siglo publicó la trilogía Nuestros antepasados formada por El vizconde demediado (1952), El barón rampante (1957) y El caballero inexistente (1959).
De estas tres fábulas noveladas, El barón rampante es la más lograda tanto por su mayor extensión como por su complejidad y significado. Cósimo, el protagonista deja de ser un esquema y un símbolo para convertirse en un personaje complejo y con entidad a cuyo alrededor va creciendo un universo fascinante y congruente.
El propio Calvino surgió como concreción de su tema narrativo: «Una persona se fija voluntariamente una regla difícil y la sigue hasta sus últimas consecuencias, ya que sin ella no sería el mismo, ni para los otros ni para sí mismo.»
A los 12 años, Cósimo Piovasco, barón de Rondò se subió a una encina del jardín de su casa como forma de rebelarse contra la tiranía familiar. Ese mismo día, 15 de junio de 1767, encontró a la hija de los marqueses de Ondariva a quien anunció su resolución de no bajar nunca de los árboles.
Este empeño no es sólo testarudez ni terquedad, puesto que no se desentiende del mundo que se haya bajo sus pies, ni supone una huida de las relaciones humanas. Aunque se niegue a caminar por tierra, no es un misántropo, sino que busca el bienestar de los demás, insiste en participar en aspectos como el progreso de los métodos de administración, la política e incluso la vida gentil y galante. Así, hasta sus últimos días, Cósimo permanece fiel a su resolución, participando en la Revolución francesa y las invasiones napoleónicas sin abandonar nunca esa condición que le permite estar al mismo tiempo fuera y dentro de las situaciones.
Es posible que esta parábola del personaje encaramado sea la respuesta que Calvino mostró a su salida del Partido Comunista Italiano tras la invasión de Hungría y la acusación que vertieron sobre él de abandonar sus obligaciones de intelectual.
El texto que nos acompaña nos muestra de qué forma se gestó la idea de Cósimo de encaramarse a los árboles, una idea irracional que fue tomando forma al verbalizarla a su vecina.



Nos acompaña un enlace basado en una de las obras de Italo Calvino de las que trataremos a continuación: Las ciudades invisibles. Basado en una de las series Las ciudades y el deseo, se trata de una realización audiovisual de Ayelén Rodríguez con la música The Decount session de Yann Tiersen en el que desarrolla la idea y la génesis de la ciudad de Zobeida.


En su constante evolución Calvino transitó del realismo y el género fantástico hasta la descripción de la realidad, se interesó por los escritores clásicos sobre los que escribió y valoró sus obras, recopiló y reinventó cuentos, narraciones y fábulas enraizadas con la cultura tanto italiana como de otras culturas, y reflexionó y aconsejó -como en sus últimos escritos- sobre el futuro.
Para él, y en el fondo también para nosotros, los clásicos son esos libros que nunca terminan de decir lo que tienen que decir, que, según sus palabras «cuanto más cree uno conocerlos de oídas, tanto más nuevos, inesperados, inéditos resultan al leerlos de verdad (...) Es clásico aquel que no puede serte indiferente y que te sirve para definirte a ti mismo en relación y quizás en contraste con él.»

Tras la trilogía Nuestros antepasados, el escritor italiano publicó Las cosmicómicas (1965), Tiempo cero (1967), Las ciudades invisibles (1972) y Si una noche de invierno un viajero (1979) en los que muestra su mezcla de fantasía, curiosidad y especulación filosófica de una forma original.
En Las ciudades invisibles, a la que dedicamos en este blog la publicación Las ciudades errantes, Italo Calvino muestra cómo Marco Polo le cuenta al emperador de los mongoles y chinos Kublai Khan, la existencia de ciudades imaginarias, como si de una suerte de nuevo Scheherezade se tratara. 
No trata de ciudades reales ni reconocibles, sino inventadas, cada una de ellas con un nombre de mujer que conforman unos razonamientos sobre la ciudad moderna y los motivos que llevaron a los hombre a vivir en ellas. Según confiesa el autor, este libro nació lentamente, a intervalos irregulares, como poemas según diversas inspiraciones que fue guardando en diversas carpetas. En algunos momentos escribía sobre ciudades tristes, en otros, alegres, en épocas comparaba la ciudad con el cielo estrellado, en otras, por las basuras de sus alrededores, hasta el punto de convertirse en imágenes continuas que surgían de sus estados de ánimo, sus reflexiones, de sus lecturas, las exposiciones que visitaba o las charlas con sus amigos.


Así, acabó de conformar un libro en que las ciudades se dividen en once categorías: Las ciudades continuas, escondidas, sutiles, las ciudades y el cielo, y el deseo, y el nombre, y la memoria, y los intercambios, y los muertos, y los ojos y los signos. Estas categorías se hayan divididas en capítulos breves que sirven de punto de partida para reflexionar sobre cualquier ciudad o sobre la ciudad en general. Así, Calvino crea un espacio donde el lector ha de entrar, deambular, perderse y buscar una salida que le proporcione una utilidad.
En el Capítulo V nos acercamos a la tercera de las que pertenecen al apartado Las ciudades y los ojos, Baucis, una ciudad a la que el viajero no consigue ver cuando llega.
Presento una versión bilingüe en el original italiano y español con una doble finalidad: La primera, poder apreciar el rico lenguaje poético y sonoro que Italo Calvino despliega en su corto capítulo. Disfrutar de la sonoridad de su idioma y encontrar hallazgos como, por ejemplo, el nombre como se denominan los flamencos en su idioma es enriquecedor.


El segundo motivo de la versión bilingüe es por la música y las imágenes que acompañan a este texto y que puedes leer mientras las ves y escuchas.
Se trata de la pieza Baucci e La città invisivil compuesta por el argentino Walter Frandjie para la película The fall de Tarsen Singh e interpretada por Claudia Llovel. La interpretación recoge palabra por palabra el texto casi íntegro del capitulo -faltan algunas frases o palabras de ellas- en el que se puede apreciar la riqueza expresiva, la prosa poética de Calvino y la exquisita interpretación de la cantante.


Además de estas vertientes, Italo Calvino fue también un recopilador de cuentos y fábulas, además de un exquisito escritor de relatos breves. Quizás lo más fácil en esta publicación hubiera sido aprovechar uno de sus libros como Si una noche de invierno, un viajero, un libro en el que escribe sobre libros ficticios. Un lector y una lectora, los protagonistas, intentan leer un libro que, por diversas causas, nunca terminarán de leer, adentrándose en otros libros. Una obra sobre el placer de leer y que comienza de una forma singular que nos atrae y conforta a los lectores empedernidos:

Así, nos centramos por último en esa faceta suya de recopilador de relatos populares y cuentista, un verdadero experto en los relatos breves en los que deja relucir su inteligencia, sentido de la observación y del humor para crear verdaderas obras maestras. 
Publicado originalmente en italiano con el título Prima che tu dica «Pronto» (Antes de que respondas, 1991), a propuesta de su hija Esther y de Aurora Bernárdez, en nuestro idioma y en las siguientes ediciones se llamó La gran bonanza de las Antillas, tomando el título de uno de los relatos que lo componen. Se trata de una recopilación póstuma de esos relatos inéditos que se quedaron en cajones y nunca vieron la luz.


Esta colección muestra la enorme ironía con que Calvino refleja hechos cotidianos, el sentido del humos con el que representa lo absurdo del poder o la ingente fantasía que surge al observar un lugar, una situación, o un objeto. 
El relato que nos acompaña, La oveja negra fue sacado de un manuscrito fechado por el escritor el 30 de julio de 1944. Se trata de una fábula en una sociedad en la que absolutamente todos sus habitantes eran ladrones, eran conscientes de que lo eran y sabían que no podían esperar otra cosa de los demás y de sí mismos. Todos se sentían bien y felices en aquella situación. En un momento, aparece un hombre honrado que decide no robar, rompiendo ese equilibrio en la sociedad con consecuencias incalculables.


La música con la que nos despedimos también está basada en Las ciudades invisibles. Se trata de un homenaje al escritor italiano en formato de video clip de Hugo Burel editado con la pieza musical Wandring e imágenes a partir de diversos textos de estas ciudades inexistentes que, si buscamos, podemos encontrar en todas.

Como veíamos al inicio, la obra de Italo Calvino conforma una interpretación total del mundo, de todo lo visible y lo invisible, de todo lo posible y también de todo lo probable.

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Bibliografía y webgrafía consultadas:

8 comentarios:

  1. Hola Miguel Ángel,
    Me ha encantado este artículo dedicado a Calvino, entre otros motivos porque lo tengo muy presente, aunque no he leído nada de él, ya que una de las "booktubers" que sigo, una chica argentina, habla mucho de las obras de Calvino. De hecho, tiene en marcha una especie de reto que trata de leer todas sus obras o algo así, el caso es que es toda una entendida. Sin ir más lejos, hace un par de días, después de ver su último vídeo, le comenté que cada vez que la oía hablar de Calvino me daba la impresión de que no es un autor para "todos los públicos". Me dijo que en cierto modo, que tiene algunas obras que podríamos calificar de "difíciles", pero que otras son muy asequibles. Le pasaré el enlace de tu entrada por si es de su gusto leerla. Para finalizar, el relato de "La oveja negra" me ha encantado, me parece genial como el autor pudo imaginar y construir una historia tan buena.
    Un abrazo!

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    1. Gracias, Antonio.
      La obra de Italo Calvino es compleja como has visto en estos textos, pero también es variada y asequible a un mayoría de lectores, aunque siempre comprometida. Confío en que entre esta "booktuber" a la que sigues te haya hecho animarte y con esta publicación acabes de dar el paso. En cuanto a La oveja negra, verás que tiene muchos relatos que son verdaderas obras maestras.
      Un fuerte abrazo :-)

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  2. Hola Miguel, genial artículo sobre Calvino. Es un escritor difícil, como bien dice Antonio no es para todos los públicos, yo lo estudié en su día, pero creo que no he leído mucho, la verdad no lo recuerdo ya. Leyendo tu artículo me ha entrado curiosidad, porque los vídeos que pones, además, te dejan con ganas de más, me encanta cuando el escritor escribe en prosa como si fuera poesía. Me lo apuntaré para ver si puedo leer alguno. Gracias por la información y por tu trabajo.
    Un abrazo. :)

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    1. Gracias a ti por tu comentario, Merche. En efecto, Calvino es un autor complejo que parte de la intelectualidad, pero tiene joyas de un gran valor como has podido comprobar. Un magnífico escritor del pasado siglo, con una clarividencia de su tiempo.
      Un fuerte abrazo :-)

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  3. Hola, Miguel Ángel, lo que he disfrutado de esta entrada sobre Italo Calvino. Me he dejado llevar, como el autor mismo dice en: “Sí una noche de invierno un viajero” y relajada, he llegado al final sin tener conciencia del paso del tiempo. El Barón rampante, me encanta. Desconocía los relatos, el de “La oveja negra” es de una genialidad imposible de superar.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Me alegra que lo hayas disfrutado, María Pilar.
      Aunque algo complejo, Italo Calvino es un autor muy interesante, pese a ser aún poco conocido por el gran público. La idea original era celebrar sus aniversarios con el relato “La oveja negra”, pero me parecía un despropósito no incluir “El barón rampante” -como muestra del ciclo Nuestros antepasados- y esa obra tan original como es “Las ciudades invisibles”. Si ha logrado que el tiempo no pasara para ti, Calvino es todo un clásico.
      Un fuerte abrazo :-)

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  4. "El barón rampante", que permaneció siempre en su rama, genial relato. Lo cierto es que leí a Italo Calvino en mis tiempos universitarios y nunca más retomé la lectura de sus obras. Gracias por el esmerado trabajo mostrado en tu completísimo artículo. Seguro que revolviendo en mi biblioteca encuentro algún que otro ejemplar. Creo recordar que "Las ciudades invisibles".
    Gracias por compartir conocimiento.

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    1. Gracias a ti, Marcos.
      Confío en que te reencuentres con Italo Calvino y disfrutes de los libros de un escritor tan interesante. Como él decía, los clásicos siempre tienen algo nuevo que aportarnos.
      Un fuerte abrazo :-)

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