Pocos autores alcanzan una notoriedad mayor que sus propias obras y llegan a ser más conocidos que éstas. Es cierto que nos movemos entre los clichés y los tópicos, entre los conocimientos superfluos y triviales más allá de profundizar en los mismos.
Escritores como Dante, Proust o Kafka, por citar algunos, son más conocidos que leídos y, aunque de los primeros podemos citar obras como La divina comedia o En busca del tiempo perdido, del último, sus obras, más abundantes, no llegan a ser tan conocidas de nombre entre el gran público.
Kafka es tan citado que su nombre ha dado lugar a un adjetivo que está incorporado en nuestro vocabulario activo y del que tratamos en este blog en Dantesco, maquiavélico, kafkiano y otros más.
Decir kafkiano nos acerca, en primer término a la obra relacionada con Kafka y, más allá, es un término que aplicamos a una situación angustiosa y absurda que nos sobrepasa, dejándonos un poso de culpabilidad que no llegamos a comprender.
Al escribir esta publicación se cumplen un siglo del fallecimiento de Kafka, uno de los escritores más influyentes del siglo XX cuando contaba cuarenta años de edad y no era un escritor muy conocido en ese momento, pese a que se habían publicado algunas de sus obras. Éstas han ido publicándose y leyéndose después de su muerte y su figura ha ido conociéndose y creciendo desde entonces.
Cuando se cumplen cien años del fallecimiento de Kafka el 3 de junio de 1924, te propongo recordar la parte final de su biografía, sus indicaciones y algunos textos sobre él. Nos acompañan textos de Reiner Stach, Milena Jesenská y Gustav Janouch y música de Jiří Teml, Frank Moon y Aribert Reimann. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!
Después de doctorarse en Derecho, y tras pasar por algunos trabajos, Franz Kafka comenzó a trabajar en el Instituto de Seguros de Accidentes de Trabajo del Reino de Bohemia, donde fue valorado como un brillante planificador y excelente abogado. Aunque era un trabajo rutinario y no el que había deseado realizar, le proporcionaba una gran oportunidad: Al ser un trabajo que finalizaba a las dos del medio día tenía libre el resto de la jornada para desempeñar otras actividades. Así, las tardes y noches las dedicaba a sus grandes pasiones: pasear, hacer ejercicio, especialmente remo y natación, conversar en las tertulias de los cafés de Praga y, sobre todo su gran vocación, escribir.
Esta situación permaneció inalterablemente rutinaria hasta que en el verano de 1917 se le diagnosticó una tuberculosis pulmonar. Con la enfermedad, cogió unas vacaciones y en septiembre se trasladó a Sirem, una aldea al norte de Bohemia, donde vivió en plena naturaleza asesorando a su hermana Ottla sobre una granja que tenía allí.
El compromiso matrimonial que tenía con Felice Bauer se rompió en este tiempo. Pese a que nunca se casó, el biógrafo Reiner Stach afirma que fue un mujeriego incesante, aunque con miedo al fracaso sexual y una aversión radical al compromiso.
Tras seis meses de trabajo en la oficina se le vuelve a conceder un nuevo periodo de vacaciones para recuperar la salud, trasladándose en esta ocasión a una pensión en Libechov donde se comprometió con Julie Wohryzek, hija de un zapatero, lo que le produjo un enfrentamiento con su padre, que desencadenó la famosa Carta al padre.
Durante cinco años estuvo luchando con la Compañía de Seguros que le exigía la reincorporación al puesto de trabajo hasta conseguir la jubilación definitiva en junio de 1922, semanas antes de cumplir los treinta y nueve años. Era un hombre laboralmente libre, pero condenada e irremediablemente enfermo.
Checo como Kafka, Jiří Teml (Vimperk, 1935) es un compositor musical, productor de radio y dramaturgo que comenzó trabajando como economista. Su trabajo como compositor comenzó con obras populares de danza, pasando más adelante a la música vocal, de cámara y orquestal. Desde finales de los 70 del pasado siglo estudió las obras de la escuela polaca, llegando a la Nueva música que, a partir de una base folclórica, estiliza elementos de la estructura y del ritmo para conseguir una obra personal que, en muchas ocasiones, estrena en colaboración con el conjunto folclórico de Radio Pilsen.
Su producción incluye varias sinfonías, conciertos, ciclos de canciones, obras corales, algunas óperas infantiles, música de cámara, canciones y obras para órgano y piano.
Nos acompaña, como música de fondo para seguir esta publicación, su Symponie č 3 Kafka (Sinfonía nº 3, Kafka) compuesta en un solo movimiento y estrenada en 1998.
La interpretación, en la que Teml ha logrado captar el inquietante y angustioso mundo que refleja el escritor checo que da nombre a la obra, corre a cargo de la Symphonický Českèho rozhlasu v Praze bajo la dirección de Ondřej Kukal. La fotografía que acompaña al audio es del propio compositor.
Durante los años de enfermedad Kafka realizó diversos viajes por espacios naturales buscando la curación, alternando periodos de producción literaria con otros en los que la abandonaba. En febrero de 1922 comenzó a escribir El castillo, aunque después del verano había desistido de terminarla. «He tenido que abandonar la historia del castillo. todo hace pensar que para siempre...», escribió a su amigo Max Brod.
En una estancia una colonia judía en el Báltico conoce a Dora Diamant, una judía ortodoxa que había huido de su familia con quien se instala en Berlín en 1923, hasta que una pulmonía le obligó a regresar a Praga con sus padres.
En marzo ingresó en el sanatorio de Wiener Wald, cerca de Viena, donde sufrió un ataque de tuberculosis en la laringe que le impedía tragar alimentos sólidos. En ese tiempo retomó y terminó de escribir Un artista del hambre que no sería publicado hasta después de su muerte.
A finales de abril, Dora y Robert Klopstock lo trasladaron al Sanatorium del Doctor Hoffmann de Kierling, una pequeña ciudad cercana a Viena, en la Baja Austria. Cuando ingresó, Kafka que medía 1'85 m tan sólo pesaba 45 kilos. Su habitación tenía un balcón soleado que asomaba al jardín y al bosque donde iba a leer cuando podía.
Aunque el edificio de dos plantas en el 187 de Hauptstrasse se ha convertido en viviendas privadas, aún se conserva un apartamento convertido en memorial de Kafka cercano al que él ocupó. Allí falleció el 3 de junio de ese 1924 poco antes de cumplir los cuarenta y un años de edad.
Nacido en Rochlitz, Sajonia en 1951, Reiner Stach cursó estudios de Filosofía, Literatura y Matemáticas en la Universidad Johann Wolfgang Goethe de Frankfurt am Main, doctorándose con el trabajo Kafkas erotischer Mythos. Eine ästhetische Konstruktion des Weiblichen (El mito erótico de Kafka. Una reconstrucción estética de la feminidad). Trabaja como editor científico y de no ficción para diversas editoriales, además de publicar diversos ensayos sobre las obras de Hans Henny Jahnn y Kafka.
Documentándose para realizar una biografía completa de Kafka, Stach encontró diversos documentos inéditos en distintas bibliotecas y archivos de Praga e Israel: manuscritos, fotografías, fragmentos de cartas y testimonios de quienes le trataron que aportaban nuevas informaciones sobre la personalidad y la obra del escritor. Estos documentos fueron publicados en 2012 en ¿Este es Kafka? 99 hallazgos en los que reúne los más sorprendentes e inesperados, comentando su procedencia, contrastándolos con los datos conocidos y aportándolos a una biografía que nos descoloca de la imagen del autor atormentado y neurótico para mostrarnos una personalidad más rica y caleidoscópica que la que teníamos.
Del día anterior a su fallecimiento, Stach publica la última carta que escribió a sus padres de puño y letra. Al final de la misma hay un texto escrito por Dora Diamant que queda inconcluso al llegar a los dos puntos.
Le quito la carta de las manos. De todas formas. Sólo unas líneas más que, por su insistencia, parecen ser muy importantes:
Al final de la carta hay una última doble anotación escrita a lápiz por su hermana Ottla:
Escrito el lunes
2.6.1924
Muerto 3.6.1924
El texto que nos acompaña muestra esta última carta que el escritor dirigió a sus padres la víspera de su muerte, un documento de innegable valor. En ella, el escritor muestra su deseo de que vayan a verlo, aunque más adelante valora los pros y los contras de tal intención, descartándola de momento. Más adelante, escribe sobre el trato que recibe en el sanatorio, su evolución y la ayuda y compañía que recibe de Dora y Robert. No se aprecia el inminente final de su vida que el escritor y sus acompañantes deseaban evitar a los familiares, lo que agrega más dramatismo a esta última misiva.
El cuerpo de Franz Kafka fue trasladado en tren y enterrado el 11 de junio en el Nový židovský hřbitov (Nuevo cementerio Judío) de Praga.
Hasta este punto, poco nos habría llegado de la obra del escritor checo si no hubiera sido por la insistencia de su amigo Max Brod y las dos disposiciones de Kafka a las que no hizo caso.
Escrita la primera de ellas posiblemente en el otoño o invierno de 1921, y la segunda el 29 de noviembre de 1922, Brod las recibió entre los papeles que le entregaron por indicación del escritor tras su muerte. Pese a indicar que no se publicaran sus escritos, el amigo y albacea literario decidió hacer lo contrario, una opción que tanto lectores como críticos y biógrafos agradecemos. En realidad, estos dos testamentos fueron los primeros escritos que se publicaron, viendo la luz en el número de la revista Weltbühne el 17 de julio de ese 1924.
Es posible que hubiera un texto anterior a estos dos, probablemente en el mismo sentido, ya que a finales de 1916 Max Brod pidió a Kafka que, en caso de morir, él se hiciera cargo de sus documentos y los destruyera, a lo que Kafka le respondió: «No será necesario, pero lo tendré en cuenta. Por cierto, desde hace tiempo guardo en mis carpetas una tarjeta de visita dirigida a ti con indicaciones parecidas, aunque también trata de asuntos de dinero».
El primero de los textos recoge las instrucciones fechadas a finales de 1921, en las que, a grandes rasgos, le pide que queme sin leer los documentos que encuentre y que haga lo posible para que se destruyan las cartas enviadas a cualesquiera destinatarios.
En la segunda nota vuelve a indicar similares instrucciones, aunque dedica algunas a los libros que ya han sido editados, además de detallar el destino de algunas de las cartas que debe destruir junto a los demás escritos. Al cita el título La transformación se refiere a La metamorfosis.
Afortunadamente, estos documentos, muchos de los cuales acabaron en la Biblioteca Nacional de Israel, han podido ver la luz.
Franz Kafka conoció a Milena Jesenská en una visita que la periodista checa realizó a Praga en abril de 1920. Nacida en la capital checa, provenía de una familia aristocrática y su padre era cirujano y profesor de la Universidad de Praga. Comenzó a estudiar medicina por sugerencia paterna, aunque abandonó los estudios al casarse con el escritor austriaco de origen judío Ernst Pollak pese a la prohibición familiar, por lo que el matrimonio se estableció en Viena, donde comenzó a realizar traducciones y colaboraciones en periódicos. Cuando conoció a Kafka su matrimonio estaba prácticamente destruido.
Al conocerse gracias a amigos comunes, Milena le propuso traducir al checo varios de sus relatos, entablándose así una relación con pocos encuentros debido a las distancias y una abundante correspondencia.
La influencia de Kafka ha llegado a un ingente grupo de escritores entre los que podemos encontrar a Albert Camus, Jean-Paul Sartre, J. D. Salinger, Borges, García Márquez, José Saramago, Mircea Cātāescu o Murakami. También ha inspirado a compositores, tanto el escritor y su personalidad, como hemos podido apreciar en la obra de Jiří Teml, como sus obras.
Entre estos compositores se encuentra Frank Moon, que estrenó el ballet The Metamorphosis (La Metamorfosis) en el Royal Opera House londinense en 2011, volviéndolo a llevar al escenario de nuevo en 2013 donde se grabó para editar en DVD.
Nos acompaña el inicio de la obra en la que un metamorfoseado Gregor Samsa interpretado por Edward Watson es descubierto por sus padres (interpretados por Nina Goldman y Anton Skrzypiciel) y su hermana Grete (Laura Day). La línea en el suelo representa el tabique que separa la habitación de Gregor de la sala de la casa.
La partitura de Frank Moon y los diseños blancos austeros, casi minimalistas, ayudan a crear la atmósfera claustrofóbica de la novela original, a la vez que el horror que produce el cambio físico en Gregor está representado por los movimientos espasmódicos e inusuales y una mancha negra en el escenario.
A partir de una coreografía de Arthur Pita y decorados de Simon Daw, la grabación realizada en marzo de 2013 contó con la dirección musical de Marc Albrecht.
Las cartas entre Kafka y Milena muestran una pasión que fue creciendo entre el escritor y la culta y temperamental traductora, periodista y escritora.
La relación epistolar comenzó tratando de asuntos e intereses literarios para ir derivando en una relación que muestra la sensibilidad emocional del escritor checo hasta convertirse en una relación sentimental que finalizó con la muerte de Kafka. Milena encontró la muerte veinte años después en el campo de concentración de Ravensbrück.
Las cartas que Milena escribió a Kafka han desaparecido, posiblemente por parte del escritor. Cuando Alemania invadió Checoslovaquia en 1939, Milena entregó las cartas de Kafka al escritor Willy Haas, quien preparó una edición y las publicó en 1952. Dos años más tarde, Max Brod las volvió a publicar incluyendo las cartas que él mismo recibió de la traductora, añadiendo la reseña necrológica que escribió sobre el escritor checo.
En Franz Kafka. Cartas a Milena, con traducción de Carmen Gauger encontramos esta reseña necrológica que Milena Jesenská publicó para Národní Listy el 6 de junio de 1924, tres días después del fallecimiento del escritor. En ella, la escritora de origen checo muestra su pesar y su admiración, habla de la personalidad de Kafka y del valor y potencial de sus obras.
Fallecido en marzo de 2024, Aribert Reimann (Berlín, 1936) estudió piano y composición. Como pianista, su contacto con cantantes como Dietrich Fischer-Dieskau le ayudó a tomar una mayor sensibilidad con las posibilidades que proporcionaban la expresión de la voz. Entre sus composiciones destacan Ein Traumspiel (Fantasmagoría, 1965), Melusine (1971), Lear (1978), quizás su obra más conocida, Troades (Troya, 1986) y Das Scholss (El castillo,1992).
Basada en la novela de Kafka y su dramatización a cargo de Max Brod, Das Scholss es una ópera en dos partes formada por diez cuadros con entreactos y mutaciones con libreto del propio compositor.
Estrenada en septiembre de 1992 en la Deutsche Oper de Berlín, El castillo muestra musicalmente la terrible odisea de un ser humano, el forastero K., que cree que tiene razón, pero es acusado por su entorno de un delito poco claro que no llega a entender.
Nos acompaña el Primer cuadro de la ópera en el que K. llega exhausto a la posada Zur Brücke. A falta de alojamiento pasa la noche en un saco de dormir. Apenas comienza a descansar, lo despierta Schwazer indicándole que no puede acampar sin permiso del castillo. Cuando se presenta como el nuevo agrimensor que ha solicitado el castillo y pregunta detalles sobre el mismo, piensan que es un farsante.
El enlace, solo de audio, muestra este primer cuadro de la ópera con la Bayerisches Staatsorchester, el barítono Richard Salter como K. y la dirección musical de Michael Boder, editada por la discográfica Wergo en 1997.
Personalmente, me fascina además de su obra, la figura de Kafka como personaje. Leer sus múltiples biografías, sentir su compleja personalidad a través de sus cartas y escritos, evocar sus paseos, los cafés y lugares por los que discurrió en Praga, seguir las casas en las que vivió ayudan a descubrir y conformar los claroscuros de un personaje tan fascinante y fundamental en la literatura.
Tras su muerte comenzó a conocerse la obra de un autor con un estilo inconfundible y original que nos traslada a una atmósfera opresiva mientras explora los rincones más oscuros y recónditos de la psicología del siglo XX y del ser humano en general. Su lenguaje preciso, sus metáforas, los extraños simbolismos que utiliza, esas descripciones vívidas y oníricas que se mueven en un mundo surrealista profundamente enigmático nos hablan de la alineación, la angustia existencial y la relación del individuo con una sociedad que lo aprisiona.
Gustav Janouch (1903-1968) sería un desconocido si no hubiera disfrutado de la amistad de nuestro protagonista. Hijo de un compañero de trabajo de Kafka en el Instituto de Seguros, su padre se lo presentó cuando vio que su hijo tenía vocación literaria. Así, se entabló una relación a través de las visitas y encuentros que tuvieron entre 1920 y 1924.
El adolescente Janouch descubrió y admiró a Kafka como un maestro antes de que lo descubriera el mundo y tuvo la capacidad de mostrarlo en su libro Gesprache mit Kafka (Conversaciones con Kafka, 1951) un libro en el que deja entrever la sensibilidad y lucidez del escritor al que muestra como un conversador agudo e inteligente. Se trata de un libro que tiene un gran valor para los admiradores de este gran escritor.
Despedimos esta publicación sobre el centenario del fallecimiento de Kafka con un texto de Conversaciones con Kafla que Janouch sitúa al final del libro. En él, muestra una conversación con la mujer que limpiaba el despacho del escritor, además de la vivienda familiar del joven, en el que aporta detalles de sus costumbres y recibe unos objetos de su admirado maestro.
¿Qué haríamos nosotros en su situación? ¿Cómo los recibiríamos y qué haríamos con ellos?
Bibliografía y webgrafía consultadas:
- Stach, Reiner. ¿Este es Kafka? 99 hallazgos, traducción de Luis Fernando Moreno Claros, Editorial El Acantilado, Ebook (2021). ISBN. 9788418370472.
- Kafka, Franz. Cartas a Milena, traducción de Carmen Gauger, Alianza Editorial, Ebook (2016).ISBN: 9788491041481.
- Janouch, Gustav. Conversaciones con Kafla, Editorial Destino, traducción de Rosa Sala Rose, Barcelona, 1998. ISBN: 97884233328321.
- Reimann, Aribert. Das Scholss, Bayerisches Staatsorchester, dirección musical de Michael Boder, Wergo (1997),