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Dantesco, maquiavélico, kafkiano y otros más

Las artes no sólo nos proporcionan obras que nos acercan a la reflexión, a la belleza y a la creación de cánones o a conocer un tiempo, una cultura, una sociedad o una época. También los autores pasan a formar parte, según su importancia e influencia, en la historia de esa cultura.
Así, muchos artistas y creadores han transcendido y dejado no sólo su obra, sino también su propio nombre en el habla popular y en el vocabulario del idioma.
De esta forma, si consultamos el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española podemos hallar un ingente número de autores, obras o personajes que aparecen como términos utilizados en el lenguaje común.
Con un punto de curiosidad podemos encontrar en el diccionario entradas que nos remiten al mundo de las artes, relacionadas con creadores en términos parecidos a estos:

Shakespeariano, na:

1. adj. Perteneciente o relativo a William Shakespeare, poeta y dramaturgo inglés. La obra shakespeariana.

2. adj. Propio de William Shakespeare.

Beethoveniano, na:

1. adj. Perteneciente o relativo a Ludwig van Beethoven, músico alemán, o a su obra. Una sonata beethoveniana.

2. adj. Que tiene rasgos característicos de la obra de Beethoven. Un acorde muy beethoveniano.

Pero queremos abarcar más allá de estos términos que suelen presentar dos acepciones similares y llegar, dentro de lo posible, a escritores o músicos que tienen un significado más allá de los señalados hasta ahora en el diccionario de la R.A.E. 
Te propongo acercarte a algunos términos del diccionario relacionados con los nombres de escritores o músicos que han pasado a formar parte de nuestro vocabulario habitual, traspasando los límites y fronteras de sus obras. Si te gusta… ¡Comparte, comenta, sugiere!


Comenzamos con el primero de los términos que el Diccionario de la R.A.E. registra con un significado que muestra su uso generalizado.

Maquiavélico, ca:

1. adj. Perteneciente o relativo a Maquiavelo o al maquiavelismo.

2. adj. Partidario del maquiavelismo. Aplícase a personas. u. t. c. s. (utilícese también como sustantivo).

Es en la tercera acepción donde encontramos el término como parte del vocabulario activo con el que nos desenvolvemos:

3. adj. Astuto y engañoso

El término maquiavelismo de la segunda acepción nos lleva a otra entrada:

Maquiavelismo:

1. m. Doctrina política de Maquiavelo, escritor italiano del siglo XVI, fundada en la preeminencia de la razón de Estado sobre cualquier otra de carácter moral.

2. m. Modo de proceder con astucia, doblez y perfidia.

De esta forma, en la primera de las palabras incorporadas por un escritor a nuestro idioma nos acercamos al que posiblemente es el más desconocido de los autores.
Nicolò di Bernardo dei Machiavelli (Nicolás Maquiavelo), nació en Florencia en 1469, hijo de Bernardo y Bartolomea dei Nelli, casada en segundas nupcias. Poco se sabe de sus primeros años, salvo que la madre le acercó a la poesía, y su padre obtuvo el título de doctor en jurisprudencia, aunque no llegó a ejercer la profesión y vivió de aconsejar a amigos y parientes, llegando a poseer un modesto patrimonio, hasta el punto de que padre e hijo fueron excluidos del derecho a la ciudadanía florentina durante los primeros años de gobierno de los Médicis.
En febrero de 1498 aparece su nombre al ser candidato por los Ochenta al cargo de secretario de la Señoría, puesto que consiguió el candidato propuesto por el dominico Girolamo Savonarola. Con la caída y ejecución de este, volvió a presentarse y consiguió en junio de ese mismo año el cargo de Secretarius o Cancellarius de la Segunda Cancillería florentina.  

Con la llegada de los Médicis en 1512 volvió a perder su puesto y es en este momento de gobierno de la familia florentina hasta 1527 cuando las obras de Maquiavelo comenzaron a alcanzar más influencia, falleciendo en junio de ese año en que fueron expulsados de nuevo estos influyentes gobernantes, después de años de exilio y sin haber recuperado su cargo. Contaba cincuenta y ocho años.
Entre sus obras destacan Retrato de la corte de Francia (1510), Discursos sobre la primera década de Tito Livio, El Príncipe (1513), La mandrágora, una comedia en prosa, Del arte de la guerra, o los ocho volúmenes que ocupan La historia de Florencia.

Santi di Tito (1536-1603), Palazzo Vecchio, Florencia
En una carta de 1513, Maquiavelo cita la creación de una obra que denominó De Principatibus, una obra que no se publicó durante su vida y que el primer editor, Blado, decidió titular El príncipe en 1532. Maquiavelo reflejaba en su carta que no estaba terminada, pero trataba de unas reflexiones sobre los tipos de principados que hay, cómo se llega a ellos, como se mantienen o por qué se pierden. La obra, finalizada, al parecer, entre 1514 y 1518 estaba dedicada en principio a Giuliano de Médicis, hermano del papa León X, aunque por su prematuro fallecimiento no debió de llegar a sus manos. De esta forma, Maquiavelo cambió la dedicatoria a otro Médicis, Lorenzo el Magnífico.
Esta obra, un opúsculo en realidad, la más conocida del autor ha sido la que con más fuerza ha generado el término maquiavélico por ofrecer un tratado de filosofía política en que se da la primacía a la verdad práctica que a cualquier pensamiento ideal, además de entrar en contradicción con la doctrina de la iglesia católica sobre la ética y los principios morales. 
Pese a que el tratado no se publicó hasta cinco años después de la muerte de Maquiavelo, algunas copias manuscritas circularon por entre conocidos y asesores de gobernantes, y la influencia del pensador le llegó por obras como La mandrágora o Del arte de la guerra.
Nos acercamos al inicio del Capítulo XIX donde Maquiavelo aconseja al gobernante cómo actuar para evitar tanto el odio como el desprecio hacia ellos, mostrándose no tan maquiavélico como podríamos pensar. 


En la música es más difícil encontrar estos términos de forma generalizada, recogiendo nuestro vocabulario acepciones que hacen referencia directa a determinados músicos y/o sus obras.
Así, al buscar el término bachiano, nos encontramos con sólo dos acepciones:

Bachiano, na:

1. adj. Perteneciente o relativo a Juan Sebastián Bach, músico alemán, o a su obra. Crónica bachiana.

2. adj. Que tiene rasgos característicos de la obra de Bach. Una instrumentación muy bachiana.

Entre los aficionados a la música, especialmente a los aficionados a la música del compositor alemán, el término bachiano ha alcanzado una mayor difusión y notoriedad para referirse, tanto a su obra como a algunas piezas inspiradas en el estilo y la obra del propio compositor.

Estatua de Maquiavelo, Florencia
Posiblemente las obras más conocidas son las Bachianas brasileiras de Heitor Villa-Lobos, una serie de varias composiciones que enlazan los géneros propios de la música brasileña con las características de la música de Bach.
Conocedor gracias a su padre de la música del compositor de Eisenach, se inspiró en él como poseedor de un enorme recurso musical, un valor que sirve de intermediario entre todas las culturas, para componer sus Cinco Bachianas Brasileiras en la década de 1940.
Experto intérprete de violonchelo, Villa-Lobos compuso el Aria-Cantinela de su Bachiana Brasileira número 5 para ocho cellos y voz de soprano. Nos acompañan los cellistas de la Orquesta Sinfónica de Gothemburgo acompañados por nuestra admirada soprano Barbara Hannigan en una grabación que se realizó en el Gothenburg Concert Hall en 2016.



Continuando con nuestra mirada al Diccionario de la RAE, nos acercamos al término dantesco.  Igual que en el caso anterior, son tres las acepciones que nos presenta sobre el término, las dos primeras son habituales y comunes en otros autores.

Dantesco, ca.
1. adj. Perteneciente o relativo a Dante, poeta toscano, o a su obra. La poesía dantesca.

2. adj. Que tiene rasgos característicos de la obra de Dante. Un estilo muy dantesco.

Y es en el tercer caso en el que la acepción presenta su característica que la hace participar de esta publicación.

3. adj. Dicho especialmente de una escena, una imagen o una situación: Que causa espanto.

Imagen dantesca de un incendio en Australia
Dante fue un hombre de acción, una persona que dedicó su vida a luchar por sus creencias y principios. Tras la muerte de su musa Beatriz, con la que no llegó a cruzar palabras, contrajo matrimonio y tuvo cuatro hijos. Cinco años después de su boda, en 1295, se inscribió en el gremio de médicos y boticarios, entrando a formar parte poco después de la política municipal de su Florencia natal al convertirse en miembro del Consejo de los Ciento, para ocupar más adelante el cargo de prior, la máxima magistratura florentina. Recaló más tarde como embajador en Roma para ayudar al papa Bonifacio VIII, a quien ofreció un tratado de paz, siendo retenido por el pontífice que ayudaba a los güelfos, enemigos de los gibelinos entre los que militaba Dante. Al tomar los güelfos el poder, fue acusado de malversación de fondos y condenado a una multa económica, la expropiación de sus bienes y el exilio por diversas ciudades, falleciendo en Rávena en 1321 sin poder regresar a su tierra. Además, escribía dentro del denominado Il dolce stil nuovo (El dulce estilo nuevo) y, sobre todo, ese gran monumento que es simultáneamente la consolidación del idioma italiano, la creación de un universo literario -por el que deambulan, juzgados por el propio autor, personajes mitológicos, históricos y paisanos suyos vivos o recién fallecidos-, y sobre todo, una de las grandes obras de la literatura universal, su Divina comedia.
De Dante hemos tratado en este blog en distintas publicaciones que se pueden encontrar en el buscador de la parte superior derecha.
Nos acompaña el inicio de La Divina comedia con el Canto II del Infierno de esta Divina comedia, un lugar donde el sentido más amplio y conocido del término dantesco tiene pleno significado. Aquí, el escritor reflexiona sobre cómo escribir los que está viendo en su visita guiado por el poeta Virgilio, en una traducción de Ángel Crespo que respeta escrupulosamente los tercetos encadenados que dio notoriedad al poeta florentino.


Después de términos como mozartiano, beethoveniano, verdiano o wagneriano para referirnos a las obras o el estilo de estos compositores, el que ha tenido más difusión en el mundo de la música hace referencia a Franz Peter Schubert, no como schubertiano, sino con el término con que sus amigos denominaban a las reuniones que se realizaban alrededor de su música: Schubertiadas.
Pese a que muchos compositores han realizado veladas para presentar e interpretar sus músicas en palacios o domicilios particulares de aristócratas, nobles o artistas, pocos han tenido la relevancia e importancia que tuvieron en una vida con pocos estrenos públicos estas schubertiadas, verdaderos momentos en los que las obras del compositor vivieron su primera vida antes de ser interpretadas públicamente.


Aún hoy en día es costumbre en algunos espacios públicos celebrar schubertiadas de forma tanto periódica como esporádica.
Nos acompaña uno de los lieder más conocidos de Schubert, una sencilla canción que sirvió de inspiración a su Quinteto en Do Mayor, D. 667, Die Forelle (La trucha), por el tema de este lied del que se hacen variaciones en su cuarto movimiento.
Nos acompaña el lied Die Forelle, a partir del poema homónimo de Christian Friedrich Schubart, compuesto cuando contaba veinte años. 


La interpretación corre a cargo de la soprano Louise Adler en el concurso Cardiff Singer of the World grabado en junio de 2017.


En último lugar, en el Diccionario de la RAE encontramos también tres acepciones para el término kafkiano. Las dos primeras, en la línea habitual:

1. adj. Perteneciente o relativo a Franz Kafka, escritor checo, o a su obra. Las novelas kafkianas.

2. adj. Que tienes rasgos característicos de la obra de Kafka. Una visión del mundo muy kafkiana.

Es la tercera acepción la que nos acerca a la dimensión universal que ha alcanzado la obra del escritor checo, agregada al vocabulario habitual incluso para quienes no han leído y sólo conocen de oídas y por referencias las creaciones kafkianas.

3. adj. Dicho de una situación: Absurda, angustiosa.

Maurits Conelis Escher. Relatividad, grabado
Así, nos encontramos esta acepción basada en el autor de La metamorfosis, El proceso o El castillo, para referirnos a situaciones absurdas, complejas y laberínticas de las que los personajes intentan salir con todas sus fuerzas. Estas situaciones se dan con frecuencia en situaciones burocráticas con personajes relacionados con oficinas y gestiones administrativas o judiciales ligados a reglas intrincadas, herméticas e inaccesibles a su comprensión que finalizan en una frustración extrema.

Figura sentada, dibujo de Franz Kafka
Nos acompaña Ante la ley, un texto corto del escritor checo que fue publicado en vida del autor en el otoño de 1909 en su libro de relatos Un médico rural en la Kurt Wolff Verlag en Múnich y Leipzig con la dedicatoria «A mi padre». Más adelante este mismo relato apareció incluido en el libro que en que aparecía la novela El proceso
Un texto totalmente kafkiano en las tres acepciones del término.


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Bibliografía y webgrafía consultadas:

12 comentarios:

  1. Un artículo muy interesante el que nos has traído en esta ocasión, Miguel Ángel. Es verdad que son términos que, a veces, utilizamos sin caer en la cuenta de cual es su procedencia, como si se trataran de términos "normales y corrientes". Me ha gustado mucho "La condena" de Kafka, simplemente genial.
    Un abrazo!

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    1. Gracias, Antonio.
      Es cierto que son términos que utilizamos con cierta frecuencia y en muchas ocasiones y, aunque intuimos de dónde proceden, desconocemos detalles de por qué están añadidos a nuestro vocabulario. En algunos casos, como maquiavélico, incluso están sobredimensionados. En cuanto al relato "Ante la Ley", muchos de los de Kafka entran en el estilo de los que pones en tu blog.
      Un fuerte abrazo :-)

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  2. ¡Hola, Miguel! Por cierto, felicidades que ayer fue tu santo, hice un repaso por si conocía a algún Miguel y solo me acordé de ti y luego voy y se me olvida felicitarte ayer, jajajaja. Bueno, nunca es tarde si la dicha es buena.
    Lo segundo: qué entrada más súper curiosa, conocía todos los términos y el porqué de su atribución, pero desconocía el de Beethoven y el de Bach, nunca los había oído, quizá no estoy relacionada con temas de música y sea ahí dónde más se utilizan. Sin duda, una gran entrada y muy útil. Te felicito por ella.
    Un abrazo. :)

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    1. Doble agradecimiento, Merche, por la felicitación y por tu comentario. Si buscamos en el diccionario, la mayoría de creadores importantes tiene una entrada con adjetivos relacionados a ellos y sus obras. En esta ocasión he querido centrarme en otra acepción diferente y esa aparece más en escritores que compositores.
      Un fuerte abrazo :-)

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  3. Me gusta la frase "El mal se hace todo junto y el bien se administra de a poco", de Maquiavelo, es genial y realista, desde luego. Tu post como siempre es un acierto y nos traes con mano maestra unas pinceladas de cultura relacionándolas con términos del lenguaje referidos a autores.
    En cuanto a los epónimos, yo añadiría: Orwelliano, americano (por Americo Vespucio), los quevedos (por las gafas del escritor), sádico (marqués de Sade), quijotesco, pantagruélico, por el escritor François Rebelais y sus novelas 'Gargantúa y Pantagruel', mefistofélico (por el diablo o Mefistófeles) conocido por la novela 'Fausto' de Goethe, en la que el personaje de Fausto, en su afán por obtener conocimiento, decide hacer un pacto con el diablo .
    Saludos y buen fin de semana!

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    1. Gracias por tu comentario y las sugerencias, Marcos.
      El texto de Maquiavelo es certero como muchos de sus pensamientos. Es un personaje con mala fama, pero entiendo que a veces se ha generalizado con poco conocimiento de su obra.
      Tengo la idea de retomar el tema con ese tipo de palabras. En esta ocasión me he centrado en escritores y esa tercera acepción de la palabra que le da entidad propia. Llegarán las palabras relacionadas con personajes y objetos, siempre desde el punto de vista literario y musical.
      Un fuerte abrazo :-)

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  4. Enhorabuena, una vez más, por tu entrada. El único "problema" que le veo, es que necesito mucho tiempo para saborearlo y disfrutarlos. La selección musical, una maravilla. Descubrí las "Bachianas Brasileiras" de Villa-Lobos cuando era un joven estudiante que tenía el salón (con la tele) al lado de su cuarto de estudio y tenía que contrarrestar el ruido de la tela con música. Y ahí estaba Radio 2 en la que tenía la música y, además, aprendía cosas!! En fin, como siempre, enhorabuena! Un abrazo.

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    1. Gracias, Joaquín.
      El de la extensión es un problema, pues siempre vamos faltos de tiempo. La duda es profundizar o hacer algo más ligero y leve. Ya ves que opción he tomado.
      En cuanto a la música, prácticamente sólo oigo Radio Clásica donde disfruto constantemente.
      Un fuerte abrazo :-)

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  5. Excelente entrada con un gran repertorio que hay que disfrutar poco a poco.
    Me gustó mucho "La condena" de Kafka, pues su "Metamorfosis" me parece simplemente una genialidad. Aplaudo tu gran trabajo y dedicación. Un abrazo

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    1. Gracias, Nuria.
      Todos son grandes artistas que han dejado huella, pero los relatos de Kafka actúan con mucha fuerza sobre nosotros.
      Un fuerte abrazo :-)

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  6. ¡Qué curioso y original! Un gran artículo del que se parte de unos adjetivos para llegar a las fuentes. ¡Qué maravilla! Me ha encantado.
    Un abrazo, Miguel.

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    1. Gracias, María Pilar.
      Un idioma tan rico en vocabulario como el nuestro se nutre de grandes autores. los hayamos leído o no.
      Un fuerte abrazo :-)

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