Te propongo una reflexión. ¿Qué habría ocurrido si cuando eras pequeño o pequeña hubieras tenido por vecino a un gran compositor? ¿O a un escritor o un actor muy conocido, a una persona considerada un genio? ¿Cómo lo habrías llevado? Y si además de vecino, se establece una relación entre vosotros, ¿cómo habría sido esa relación?
En esta publicación nos basaremos en los relatos de un niño de apenas doce años que compartió los últimos años de Beethoven como vecino. A partir de esos y otros relatos y anécdotas sobre el carácter del compositor se realizó una película para televisión que los amalgama para dar una visión cercana sobre la personalidad de Beethoven, siempre desde el punto de vista de un niño.
La celebración del 250 aniversario del nacimiento de Beethoven es un momento interesante para dirigir la mirada a aspectos menos conocidos del gran compositor y que den a conocer más sobre su figura y su obra. #Beethoven250 #Beethoven2020.
Te propongo una mirada inusual sobre Beethoven que abarca los recuerdos infantiles de uno de sus vecinos, dos canciones que forman parte de sus primeras composiciones y una película que narra su amistad con un pequeño vecino. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!
Cuando aún vivía en Bonn, uno de los primeros amigos, de los más afectuosos y leales que tuvo Beethoven, Franz Gerhard Wegeler lo llevó a conocer a la familia Breuning.
La señora Von Breuning, viuda de un consejero del príncipe elector, tenía tres hijos de edad aproximada a Beethoven y una hija, Eleonore. Allí, el compositor encontró el afecto y cariño que necesitaba para su formación adolescente y su equilibrio interior, algo que no pudo llevar a cabo en su familia con su padre alcohólico y su enferma madre. También comenzó a iniciarse en las relaciones sociales, que tanto le costarían a lo largo de su vida, así como con algunos conocimientos de literatura alemana que le resultaron interesantes a lo largo de su vida.
La señora Breuning influyó mucho en Beethoven y de todos los hermanos, quien más profunda amistad entabló con él fue Stephan, que casó con Julia, también conocida de nuestro protagonista.
Con el paso del tiempo continuaron la amistad mutua, aunque Julia falleció prematuramente con veinte años. Tiempo después Stephan volvió a casarse de nuevo, teniendo un hijo a quien puso de nombre Gerhard.
El propio Gerhard, cuando contaba unos doce años de edad narra el encuentro casual de él y su padre con Beethoven en Viena en 1825.
Son conocidos los constantes cambios de domicilio del compositor, pero esta sería su última residencia, la situada en la Schwarzspanierhaus de Viena, un antiguo convento (Schwarzspanierklosters, literalmente Convento de los monjes negros españoles, por ser este el color del hábito de los benedictinos de Monserrat que lo habitaban) reconvertido en viviendas, y en la que los von Breuning y Beethoven se convertirían en vecinos.
La reanudación de esta antigua y constante amistad, aunque con altibajos y algunas desavenencias en el tiempo, provocó que el pequeño Gerhard se relacionara con Beethoven gracias a la mistad de este con su padre.
Gerhard von Breuning acabó convirtiéndose en un reputado médico y cirujano, escribiendo algunos libros relacionados con su profesión, pero que además nos dejó unas memorias sobre su relación con Beethoven. En 1872, casi medio siglo después del fallecimiento del compositor, von Breuning publicó Aus den Schwarzaspanierhause. Erinnerungen an L. van Beethoven aus menier Jugenzeit (De la casa de los españoles negros -traducción literal del nombre del bloque de viviendas-. Recuerdos de mi infancia sobre Beethoven).
En Ludwig van Beethoven, la detallada y espléndida biografía del compositor de Jean y Briggite Massin, son frecuentes las referencias a este libro de memorias, una de las fuentes de información más importantes de los últimos años del músico de Bonn. Así, pese a haber sido escrita muchos años más tarde, podemos conocer detalles sobre la vida y la obra de Beethoven que nos servirán de referencia en esta publicación.
En esta publicación nos basaremos en los relatos de un niño de apenas doce años que compartió los últimos años de Beethoven como vecino. A partir de esos y otros relatos y anécdotas sobre el carácter del compositor se realizó una película para televisión que los amalgama para dar una visión cercana sobre la personalidad de Beethoven, siempre desde el punto de vista de un niño.
La celebración del 250 aniversario del nacimiento de Beethoven es un momento interesante para dirigir la mirada a aspectos menos conocidos del gran compositor y que den a conocer más sobre su figura y su obra. #Beethoven250 #Beethoven2020.
Te propongo una mirada inusual sobre Beethoven que abarca los recuerdos infantiles de uno de sus vecinos, dos canciones que forman parte de sus primeras composiciones y una película que narra su amistad con un pequeño vecino. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!
Cuando aún vivía en Bonn, uno de los primeros amigos, de los más afectuosos y leales que tuvo Beethoven, Franz Gerhard Wegeler lo llevó a conocer a la familia Breuning.
La señora Von Breuning, viuda de un consejero del príncipe elector, tenía tres hijos de edad aproximada a Beethoven y una hija, Eleonore. Allí, el compositor encontró el afecto y cariño que necesitaba para su formación adolescente y su equilibrio interior, algo que no pudo llevar a cabo en su familia con su padre alcohólico y su enferma madre. También comenzó a iniciarse en las relaciones sociales, que tanto le costarían a lo largo de su vida, así como con algunos conocimientos de literatura alemana que le resultaron interesantes a lo largo de su vida.
La señora Breuning influyó mucho en Beethoven y de todos los hermanos, quien más profunda amistad entabló con él fue Stephan, que casó con Julia, también conocida de nuestro protagonista.
Con el paso del tiempo continuaron la amistad mutua, aunque Julia falleció prematuramente con veinte años. Tiempo después Stephan volvió a casarse de nuevo, teniendo un hijo a quien puso de nombre Gerhard.
El propio Gerhard, cuando contaba unos doce años de edad narra el encuentro casual de él y su padre con Beethoven en Viena en 1825.
Son conocidos los constantes cambios de domicilio del compositor, pero esta sería su última residencia, la situada en la Schwarzspanierhaus de Viena, un antiguo convento (Schwarzspanierklosters, literalmente Convento de los monjes negros españoles, por ser este el color del hábito de los benedictinos de Monserrat que lo habitaban) reconvertido en viviendas, y en la que los von Breuning y Beethoven se convertirían en vecinos.
La reanudación de esta antigua y constante amistad, aunque con altibajos y algunas desavenencias en el tiempo, provocó que el pequeño Gerhard se relacionara con Beethoven gracias a la mistad de este con su padre.
Retrato del Dr. Gerhard von Breuning (1813-1892) |
En Ludwig van Beethoven, la detallada y espléndida biografía del compositor de Jean y Briggite Massin, son frecuentes las referencias a este libro de memorias, una de las fuentes de información más importantes de los últimos años del músico de Bonn. Así, pese a haber sido escrita muchos años más tarde, podemos conocer detalles sobre la vida y la obra de Beethoven que nos servirán de referencia en esta publicación.
Basado en un poema de Gottlieb Kondrad Pfeffel, Der freie Mann (El hombre libre) fue escrito por Beethoven mientras vivía en Bonn, contando aún con la compañía y la amistad de la familia Von Breuning, aunque no se publicó hasta 1808 en Viena como III Deutsche Lieder (3 canciones alemanas). El hecho de haber elegido este poema muestra ya el espíritu del compositor y la ideología que va a mantener a lo largo de su vida.
Dividido en siete estrofas claramente diferenciadas, todas comienzan con Wer ist ein freier Mann (¿Quién es un hombre libre?) y finalizan con Der ist ein freier Mann! (¡Ese es un hombre libre!) interpretadas ambas por un coro y que serán cantadas junto con la estrofa por el solista que va desarrollando las virtudes del hombre libre a lo largo de su canto. Se trata de una composición del tipo Gessellschaffslied (Canción de sociedad) propia del siglo XVIII de los ambientes cortesanos con una estructura enraizada en el periodo del clasicismo, con una melodía sencilla y fácil de seguir y un acompañamiento al piano que sigue la misma melodía que los cantantes. Habitualmente se interpreta una selección de las estrofas y no todas en su totalidad.
La grabación está interpretada por el barítono Hermann Prey y Leonard Hokanson al piano con el coro Heinrich Schütz-Kreis de Berlín, dirigidos todos por Wolfgang Matkowitz y se puede encontrar en la página de Youtube El músico de Bonn por jcalvodiaz.
Después de pasar unas semanas en Baden tomando las aguas termales y recuperando su precaria salud, Beethoven regresa a Viena y el 15 de octubre de ese 1825 se instala en su nuevo apartamento en la Schwarszspanierhaus. En ese tiempo la relación con su sobrino Karl, ha quien ha adoptado tras el fallecimiento de su hermano, vive momentos delicados y decepcionantes, mientras el compositor se acerca cada vez más a los Breuning que son, además de sus vecinos, una agradable compañía y un apoyo constante. El pequeño Gerhard, a quien llama su Ariel y su también su Cascabel -el apelativo que él mismo daba a Karl los primeros años que convivieron- se va convirtiendo poco a poco en una compañía para el compositor.
En su detallada biografía los Massin recogen cómo la mirada observadora de su Ariel relata muchos años más tarde algunos recuerdos de Beethoven que, de esta manera han llegado hasta nosotros para conformar una imagen del gran compositor.
Como cualquier niño de su edad, Gerhard sentía curiosidad por cuanto ocurría y por aquellas personas a las que conocía. Así relata en sus memorias una ocasión en que, de forma casual, probó por sí mismo hasta qué punto llegaba la sordera de Beethoven, así como otras reflexiones sobre su vivacidad e impulsividad.
Cuando aún vivía en Bonn, Beethoven realizó un viaje a Holanda, país del que provenía parte de su familia. Posiblemente a la vuelta, aunque no se sabe con certeza, puso música al poema de Mathias Claudius titulado Urians Reise um die Welt (El viaje de Urián por el mundo), una de sus primeras obras compuesta entre 1785 y 1793.
Debido al tiempo que dedicó a la composición de Fidelio, Beethoven hubo de rescatar algunas de sus composiciones tempranas para editarlas. Así, en 1805 publicó su Opus 52 formado por ocho lieder de su época de Bonn. El Op. 52, nº 1 es este Viaje de Urián por el mundo que le sirvió para editar nuevas obras en un año en que tuvo poco tiempo para componer.
Se trata de una narración de un viaje anacrónico y absurdo alrededor del mundo que va desde el Polo Norte a África pasando por todos los continentes y que Urián relata a una audiencia tras su regreso a casa. Una de las pocas obras de Beethoven que habla de viajes y que muestra que aún estaba formando su estilo. El cantante interpreta a la vez el papel del Urián narrador y la audiencia que le anima a seguir cantando en los estribillos con que finaliza cada uno de los viajes.
La interpretación corre a cargo del gran barítono Dietrich Fischer-Dieskau acompañado al piano por Jörg Demus y está publicado también en la página de Youtube El músico de Bonn por jcalvodiaz.
De nuevo es Ludwig van Beethoven, el libro de Jean y Brigitte Massin el que nos acerca a las memorias del joven Ariel. Con la confianza y un trato que se hace cada vez más frecuente, Gerhard von Breuning nos narra un acontecimiento que para él tenía una importancia capital: tutear a un compositor tan inalcanzable como su vecino, una figura que pocos meses antes era desconocida para él.
¿Qué haces si un compositor como Beethoven además de ser un personaje tan idealizado y reconocido es tu vecino? Simplemente querer imitarlo.
En el siguiente recuerdo el joven Gerhard relata cómo compuso una pequeña obra musical y se atrevió a presentarla a su vecino. ¡Y vaya quién era ese vecino!
Antes de pasar a la parte central sobre la que gira esta publicación nos acercamos a la última de las miradas que tomamos de la biografía de los Massin sobre Beethoven, relacionada como las demás con las memorias de Breuning que nos acerca a una de las conocidas costumbres del compositor: acompañarse en todo momento de un cuaderno donde anotar al momento cualquier inspiración.
Basada en una grabación de audio de Barbara Nichol reconvertida en un relato de menos de cincuenta páginas, Beethoven lives upstairs (Beethoven vive arriba) es una película para televisión canadiense donde se relata la ficticia amistad entre el pequeño Christoph y Beethoven.
Se trata de una producción canadiense rodada en localizaciones de Praga y el país norteamericano estrenada en 1993 y que en este país y Estados Unidos se utiliza aún en los centros educativos para acercar la figura del compositor a los más pequeños.
La narración muestra cómo va cambiando la visión del pequeño desde quien él considera un insoportable vecino que aporrea el piano de noche y tiene un carácter fuerte y extraño, hasta formar una tierna amistad una vez se van conociendo.
Todas las anécdotas que aparecen en la película son reales y muchas de ellas surgen de las memorias de quien Beethoven llamó su pequeño Ariel y podemos reconocer en los relatos anteriores.
Portada del libro de memorias de sobre Beethoven |
La duración es algo menor a una hora y te propongo dedicar un tiempo a verla con tranquilidad ahora o cuando consideres oportuno. La película está dirigida por David Devine y dedicada a la memoria de un, para mí, desconocido Aogh Bran O'Dainbhin, además de Frank Capra y, cómo no, Ludwig Van Beethoven.
Que la disfrutes.
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Bibliografía y webgrafía consultadas o interesantes:
- Massin, Jean y Brigitte. Ludwig van Beethoven. Ed. Turner. Madrid, 2003.
- von Breuning, Gerhard. De la Casa de los españoles negros. Recuerdos de mi infancia sobre Beethoven. Vision Net. Editorial. 2020. Traducción de Roberto L. Pajares Alonso.
- Nichol, Barbara. Beethoven lives upstairs (en inglés).
- Página de Youtube El músico de Bonn por jcalvodiaz.
Curiosa la historia y cómo la vive un niño que quizás no llegase a entender en su momento a quien tenía como vecino, lo que si me ha chirriado es " y me escuchaba en mis fantasías de niño". También me ha llamado la atención el carácter afable del compositor al que por su trabajo y apariencia física siempre me lo he imaginado como un tipo serio y de pocas palabras y he visto que es todo lo contrario... Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarQuizás en esta relación Beethoven muestra su lado más humano y amable, siendo una persona más volcada en su trabajo que en las relaciones sociales. Posiblemente el paso del tiempo hizo a Breuning más consciente de la relación que había tenido con Beethoven y le animó a escribir sus memorias.
EliminarUn fuerte abrazo, Eduardo.
Las memorias de Gerard von Breuning son invaluables para reconstruir los últimos meses de vida de Beethoven. Qué impresión debe haber dejado en el chico luego cuando tomó consciencia en su adultez, que el amigo de su padre quien se comportaba casi como un tío sanguíneo con él, fue el gran Beethoven, ni más ni menos. Para él éstas son sus memorias familiares y de infancia como quien se recuerda de las suyas, pero para nosotros son un relato muy valioso (sobre todo sabiendo el daño que Anton Schindler hizo para la futura investigación biográfica de Beethoven).
ResponderEliminarSiempre me emociono cuando leo aquella anécdota sobre la hermanita bebé de Gerard. Todos sabemos lo fuerte que pueden llegar a llorar los bebés y no es agradable al oído, entonces, a pesar de ello Beethoven se alegró tanto de oir algo de su llanto en sus maltrechos oídos. Me rompe el corazón en miles de pedazos...
Los Breuning, tanto en su adolescencia como en su adultez, fueron unas de las pocas amistades que duraron toda su vida. El Beethoven cincuentón, el que deseaba sentar cabeza con su "Amada Inmortal", debe haber sentido una sana envida al ver la hermosa familia de su amigo Stephan. Él quien nunca formó una suya propia y siempre era invitado a cenas y vacaciones de amigos y mecenas con familias numerosas... lo veo regresando a su morada con el gusto agridulce en la boca. Haber pasado una velada agradable con personas de su agrado, ver a los niños revoloteando y las madres ocupadas de ellos y llegar de vuelta a su casa vacía. Otra vez se me triza el corazón por él.
¡Precioso artículo como siempre, Miguel!
Hola Aurora
EliminarEstas memorias de Breuning fueron fundamentales para él y muy valiosas para nosotros, sobre todo por su conocimiento de los últimos meses de vida de Beethoven y por ayudar a poner a Schindler en su lugar, después de sus acciones tan manipuladas.
El hecho de que Beethoven propusiera a Stephan Breuning que al ser vecinos, su esposa Constanze le ayudara a poner orden en su casa dice mucho de la relación más que amistosa que existía con ellos.
Me alegra que te haya gustado, tú que sientes esa enorme fascinación por Beethoven.
Un fuerte abrazo :-)
Te imaginas un vecino así en estos tiempos? claro que la vecina del cuarto no sabría que es un genio hasta después... ya me la imagino llamando a la policía por los ruidos jejejeje y luego arrepentida ¡oh si era Beethoven! diría con las manos en la cabeza jajajaja antes de twittearlo jajaja.. ya en serio que lindo recorrido haces en el post.
ResponderEliminarSiempre lo han puesto como un niño malcriado, caprichoso y de adulto como alguien agrio, centrado en su trabajo. Supongo que esto es así por la influencia de Schindler, en la forma de contar la historia, pero queda testimonio de que por lo menos con su vecino fue una persona normal, amistosa. Además lo has contado y fue fácil imaginarlo. Gracias por dejar la película del final!❤ la mirare con calma🐾
Después de lo que dices, podría acabar peor y verse obligado a volver a cambiar de residencia, aunque ya en su momento lo hizo en demasiadas ocasiones, aunque sin salir en las redes sociales de sus vecinos.
EliminarLa figura de los Breuning, padre e hijo son importantes para conocer las últimas semanas de Beethoven, frente al interesado relato de Schindler. Ya lo trataremos.
Un abrazo para Apis, Valentina.
La vi al mediodía, que bonita! el cambio en la visión del niño al comprender lo que ocurre y acercarse a la persona. Por otro lado Beethoven siempre me ha fascinado tanto su música como su habilidad, para decirlo de algún modo, esa de poder dirigir y comprobar que su creación suena tal cual lo hace en su cabeza. ¿cómo podía saberlo? Además lo que le dice la madre del «portero» es totalmente cierto, escuchar su música es emocionarse💖. De todos los artistas los músicos son los de mente más abstracta, es asombroso como de la nada se crean sonidos que se convierten en emoción... asombroso 🐾 PD: Valentina Acosta Boschetti es mi hija mayor, usamos el mismo ordenador y a veces me cambia la cesión de google por la suya, luego se va y si no me doy cuenta pasan cosas como en tu blog jejejeje... Por cierto, le puse la peli. También le gustó.
ResponderEliminarMe alegra que os gustara la película. El hecho de la sordera de Beethoven es fundamental en su vida. Como dices, le hizo tener en su cabeza toda la música y pensar cómo sonaría sin poder oírla, igual que las músicas de otros compositores. Sólo viendo las partituras podía juzgar cómo eran.
EliminarMisterio desvelado el de Valentina.
Un abrazo :-)