Estancias

Mirando a Europa


Europa, el Viejo Continente, ha pasado a través de los siglos una larga serie de cambios y vicisitudes que han acabado transformándola en lo que es en la actualidad.
Pensar en la historia de Europa supone recordar un continente que fue, casi con toda certeza, habitado por los primeros seres humanos provenientes de otros continentes -África y Asia- conformado por culturas que fueron circulando por el Mediterráneo, hasta conquistarlo junto a las tierras que lo rodean. Que tras una pretendida unidad se fue disgregando en multitud de costumbres, lenguas, etnias y poderes que fueron consolidando y conformando unas culturas que, en determinados momentos desearon imponerse sobre las otras buscando su espacio vital, su crecimiento o, simplemente, su supervivencia.
Europa es un continente que se ha movido durante siglos -milenios incluso- por la lucha entre las diferencias y las similitudes, entre aquello que les es común, incluido el propio espacio, y lo que es particular de cada cultura. Se trata de una riqueza que, como la propia biodiversidad, tiene la obligación de seguir manteniendo mientras los lazos comunes permanecen como nexos de unión.
Toda la historia de Europa fue confluyendo hasta la formación de la Unión Europea que une a la práctica totalidad de los países europeos y que tiene su día de celebración anual. De esta forma, cada 9 de mayo se celebra el Día de Europa, una jornada que recuerda la Declaración Schuman, el discurso con el que el político francés, en aquel momento ministro francés de Asuntos ExterioresRobert Schuman propuso el 9 de mayo de 1950 la creación de una Europa unida que participara en la creación de la paz mundial, así como un espacio único entre sus países.
Este sueño, que comenzó a tomar forma tras la II Guerra Mundial apenas supone hasta nuestros días menos de un siglo de camino, una insignificancia comparada con todo el tiempo del que tenemos conocimiento de la historia del continente.
Te propongo unas miradas sobre Europa, aprovechando que el 9 de mayo se celebra el Día de Europa. Nos acompañan textos mitológicos, literarios y músicas relacionadas con el continente y su nombre. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!


La primera mirada nos lleva al propio origen de Europa, a la etimología del corónimo, un origen que procede de la mitología. 
En El mito de Europa en los textos literarios clásicos (The myth of Europe in Greek and Roman classical literature), Alejandro Bancalari Molina, profesor de la Universidad de Concepción en Chile, nos acerca al mitológico origen del nombre del continente.
De las múltiples leyendas que narran la historia de la joven Europa, hija de Argénor rey de Tiro según unos, o de Fénix hijo de éste, según otros, Bancalari se basa en los relatos de Moscos y Ovidio. Con ellas recrea la historia de su rapto por parte del rijoso Zeus trasformado en un cariñoso y dócil toro blanco para seducir primero y raptar después llevándola a través del mar a la joven doncella. Así se construye la historia de esta Europa que, proveniente de las costas del Líbano y, como todos sus habitantes durante milenios, llegaron de oriente a occidente. Todo un símbolo.  


La segunda mirada a Europa la realizamos de la mano de uno de los compositores que más éxito e importancia tuvo en su época y del que apenas queda un recuerdo por su rivalidad con Mozart: Salieri.
Séptimo hijo de un comerciante de Legnano en Vernona (Italia), Antonio Salieri tomó sus primeras lecciones de música de uno de sus hermanos, del violinista Tartini y del organista de su localidad. Al fallecer su padre y, dado el talento mostrado por el joven Antonio, su madre le sufragó el traslado a Venecia donde el noble Giovanni Mocenigo le costeó clases con los prestigiosos Pesceti y Pacini, quien le presentó a Leopold Gassmann que lo llevó con dieciséis años a Viena para continuar su formación. 
Ese mismo año le presentó al emperador José II y al compositor Christoph Willibald Gluck. El monarca le concedería meses más tarde 50 ducados con los que se centraría en preparar su primera obra musical. Con veinte años comenzaría a componer sus primeras operetas y óperas.


Dos años más tarde fue invitado a componer una ópera para la inauguración del que sería y es uno de los más importantes escenarios de ópera tanto del continente como del mundo, lo que nos muestra el alcance que ya tenía su obra.
Para esta ocasión, Salieri compuso L'Europa Riconosciuta, una ópera en tres actos con libreto de Mattia Verazzi al estilo de los Dramma per musica, las óperas serias que tanto éxito tuvieron entre finales del XVII y comienzos del XIX.
Así, basándose en el mito de la princesa de Tiro, el 3 de agosto de 1778 se inauguró el Teatro Alla Scala de Milán con la primera representación de L'Europa riconosciuta de Antonio Salieri. 
Nos acompaña su obertura, una pieza en la que es reconocible el estilo de pleno clasicismo que la impregna.
La Moldavian National Symphony Orchestra dirigida por Silvano Frontalini interpreta la Obertura de Europa Riconosciuta en una grabación para el disco Antonio Salieri Ouvertures para Classic Art de 1997.


La tercera mirada a Europa nos muestra cómo un continente dividido en estados que luchaban entre sí por el dominio sobre sus vecinos a los que consideraban rivales, poco a poco va conformando lo que podríamos denominar una primera globalización de tipo cultural gracias al desarrollo de los transportes y las comunicaciones.
El historiador Orlando Figes (Londres, 1959) se graduó en la Universidad de Cambridge donde impartió más adelante clases de Historia. Especialista en historia de la Unión Soviética y el Este Europeo, Figes imparte clases en el Birkbeck College de la Universidad de Londres, colabora en The New York Review of Books y otras revistas y periódicos como articulista, además de formar parte de la Royal Society of Literature. Desde 2017 posee la nacionalidad alemana.
Su faceta de escritor comenzó con Interpretar la revolución rusa: el lenguaje y los símbolos y La revolución rusa: la tragedia de un pueblo, ambos de 2001, a los que siguieron Los que susurran, El baile de Natacha, Crimea: La primera gran guerra, Una palabra tuya... Amor y muerte en el gulag, Los europeos y la reciente La historia de Rusia de 2022.
En The Europeans (Los Europeos), publicado en 2020 con el subtítulo de Tres vidas y el nacimiento de la cultura cosmopolita, Figes muestra el siglo XIX como un tiempo en que los medios de transporte comenzaron a unir a Europa, centrándose más en las semejanzas que en las diferencias, superando las barreras que imponían las naciones y, sobre todo, creando un canon europeo de obras artísticas que se movían entre las literarias y las musicales, las pictóricas y las arquitectónicas o las de cualesquiera otras disciplinas.


Para este estudio de la primera unión europea por el arte, Figes busca y analiza multitud de cartas y todo tipo de documentos de archivo, además de centrar su interés en un trío de personajes que se desenvolvieron en el mundo artístico de la época: Pauline Viardot, una de las grandes cantantes de su tiempo, además de compositora y profesora de canto, hija del sevillano Manuel García, el primer intérprete de El barbero de Sevilla de Rossini y uno de los cantantes con más personalidad de todos los tiempos. Además de Pauline, Figes se centra en su esposo Louis Viardot, director y gestor de teatro, experto en arte y pionero en la creación de las primeras guías de los grandes museos del mundo. La última pieza de este triángulo es el escritor ruso Iván Turgeniev, el primero de su país que llegó a convertirse en una verdadera celebridad en Europa.
Los tres conocieron y trataron a autores como Liszt, Schumann, Victor Hugo, Flaubert, Dostoyevski, Dickens, Berlioz, Delacroix o Brahms y lograron entre todos que al comenzar el siglo XX, en Europa se representaban las mismas óperas, se leían los mismos libros, se reproducían las mismas obras o se interpretaban las mismas obras musicales tanto en las salas de conciertos como en los grandes salones o los hogares.


El éxito de L'Europa Riconosciuta en la inauguración del Teatro Alla Scala hizo que otras grandes ciudades italianas pidieran obras suyas para inaugurar sus nuevos teatros o presentar en ellos sus óperas. Así, ese mismo año en Venecia inauguró el Teatro San Moisés con La Scuola de gelos que también llevó al Teatro San Carlo de Nápoles, o La Fiera de Venezia que llevó a El Cannobbiana de Milán, entre otros. Por aquel tiempo nació su tercera hija.
Además, Salieri fue tutor y mecenas de los grandes músicos de su época como el propio Mozart, Beethoven, Schubert, Czerny, Liszt o Meyerbeer. Su influencia era cada vez mayor al ejercer el cargo de director de la ópera italiana en la corte de los Habsburgo entre 1774 y 1792, cargo que compaginó con la composición de obras para ciudades como París, Venecia o Roma. También ejerció un cargo más importante aún, el de Maestro de Capilla del Imperio Austríaco desde 1788 a 1824, lo que le ocasionó envidias y rivalidades por parte de algunos autores.
Al regresar de la citada gira por Italia y tras el fallecimiento de la emperatriz María Teresa, le surgió un rival con el que hubo de competir durante unos meses. Mozart se instaló en Viena y fue el único que compitió por estrenar sus óperas con el maestro Salieri, incluso hubo una rivalidad por quedarse con el libretista Lorenzo da Ponte.

Louis y Pauline Viardot con Iván Turgueniev.

El punto álgido por el que conocemos a Salieri única y exclusivamente como rival de Mozart proviene de una carta de Mozart tras el fracaso en Viena de su Don Giovanni en que éste comenta: «Salieri y sus acólitos moverían cielo y tierra con tal de impedir que triunfara». Siguiendo el hilo a la inversa, de esta relación tenemos noticias por la película Amadeus de Milos Forman, que a su vez se basa en la obra teatral homónima de Peter Shaffer. Este, a su vez se había basado en la ópera Motsart i Salyeri de Rimsky-Korsakof que se inspiraba en una de Las pequeñas tragedias de Alexandr Pushkin quien fue el primero en aprovechar la conocida rivalidad entre ambos para tratar el tema de la envidia. De estas obras se trató en este blog en Rivalidades artísticas: Mozart y Salieri.


Continuamos con L'Europa Riconosciuta de Salieri que no sólo sirvió para inaugurar en 1778 el Teatro Alla Scala, sino que también fue la obra que lo reinauguró tras la gran reforma que se realizó en el escenario milanés en 2004. 
Nos acompaña el Aria de bravura de Europa Ah lo sento (¡Ah, lo siento!) precedida del recitativo Numi, respiro! (¡Dioses, respiro!) que la soprano Diana Damrau interpretó bajo las órdenes de Riccardo Muti el 7 de diciembre de 2004 en la reinauguración del teatro milanés.


La última mirada hacia Europa nos acerca al periodo más nefasto de la historia europea. Tras ese periodo de enriquecimiento cultural del que nos hablaba Orlando Figes, dos grandes guerras hicieron descarrilar de forma tremenda lo que las comunicaciones y las artes habían comenzado a crear con todo aquello que enriquecía la vida del continente.
Stefan Zweig, un escritor al que siempre hay que recurrir y recuperar, uno de los grandes autores que creyeron con más fuerza y convicción en la cultura y riqueza del continente se lamenta de forma trágica de cuanto afectó a su persona y a millones de habitantes la sangría de los conflictos que asolaron Europa.
Escritor fundamental en el primer tercio del siglo XX, Zweig tuvo una enorme popularidad tanto como ensayista, como biógrafo y narrador. Su capacidad para la descripción de los sentimientos que se desarrollan en el ser humano le hizo crear algunos de los relatos más conmovedores tanto de personajes femeninos como masculinos. 


Autor de obras como Momentos estelares de la humanidad, El mundo del ayer, Mendel el de los libros, Novela de Ajedrez, Fouqué, Carta de una desconocida o La confusión de los sentimientos, es, sin duda, uno de los autores que merecen un lugar más destacado en nuestras bibliotecas.
En El mundo del ayer, Zweig no sólo reivindica un mundo que había desaparecido, y que quizás estaba destinado a desaparecer, sino que desglosa lo que para él significó en su vida personal, un reflejo de lo que también supuso para quienes vivieron esos trágicos momentos.


Hay movimientos y situaciones que van creciendo cuando surgen de los mejores sentimientos de las personas, acercan a todo aquello que las unen, las enriquecen con la diversidad y la singularidad, con nuevas creaciones que abundan en cuando las hacen crecer. No hay conflicto ni guerra que pueda detenerlos.
El retroceso que supuso para Europa las dos guerras mundiales acabó generando un movimiento no sólo cultural como el que se fue creando desde mediados del XIX, sino que, tras la Declaración Schuman ha ido evolucionando hacia un movimiento político y social que define lo que ahora significa y es Europa y lo que será, y en el que prima más la unión y cohesión, junto con el enriquecimiento que cada una de las regiones proporciona al conjunto.
Lo que Europa sea en el futuro dependerá de los europeos.
  
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Bibliografía y webgrafía consultadas:
  • Bancalari Molina, Alejandro. El mito de Europa en los textos literarios clásicos (The myth of Europe in Greek and Roman classical literature). Acta literaria, 2010.
  • Figes, Orlando. Los Europeos, traducción de María Serrrano Giménez, Editorial Taurus, 2020.
  • Zweig, Stepan. El mundo del ayer. Traducción de Eduardo Gil Bera, Alianza Editorial, 2023 
  • Alier, Roger. Guía universal de la Ópera. Ediciones Robinbook, S. L. 2007, Barcelona. Ma non troppo

8 comentarios:

  1. Excelente entrada, como de costumbre. Más que entrada, lo podríamos considerar como un verdadero artículo. Magnífica imformación con un interesantísimo cúmulo de datos e información exquisitamente presentados. Merece mucho la pena leer tus entradas, Miguel Ángel.
    Un abrazo!

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    1. Gracias, Antonio.
      Me alegra que te haya gustado. Si en algo es rica Europa es en cultura y cosmopolitismo. El futuro depende de todos nosotros.
      Un fuerte abrazo :-)

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  2. Hola Miguel, tus palabras hacen, todavía, más grande a Europa y mira que, como ha quedado demostrado, ya lo es y mucho. Un gran artículo, muy bien argumentado y presentado. Te felicito. Un abrazo. 😊

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    1. Gracias, Merche.
      Hay mucha historia, literatura, música y cultura donde elegir en Europa.
      Un fuerte abrazo :-)

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  3. Maravilloso trabajo, Miguel. Me ha encantado.
    Desde la parte mitológica a la historia de Salieri, la evolución del ferrocarril y las reflexiones de Zweig. Todo ello contribuye a entender el gran puzzle que es Europa.
    Felicidades por la forma como has sabido encajar a la perfección tantos engranajes.

    Un fuerte abrazo.

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    1. Gracias, Estrella.
      Europa es muy rica en cultura y, como dices, forma un enorme puzzle, un mosaico grandioso en el que se aprecia su riqueza y diversidad.
      Un enorme abrazo :-)

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  4. Qué gran artículo, Miguel. Un homenaje a Europa, tiene nombre de mujer y así nos la describen en la leyenda que da origen a su nombre. La Europa mitológica. Después, la Europa de la música. Qué belleza leer y escuchar la música de Salieri. Y por último, la Europa de los estado. Claro que hay que leer a Stefan Zweig. ¡Cuánta guerra fratricida! ¡Cuánto sufrimiento! Y seguimos...
    Un gran abrazo!

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    1. Gracias, María Pilar.
      No podían faltar la mitología, la cultura ni la historia al mirar hacia Europa. Tampoco Salieri y un imprescindible Zweig.
      Un fuerte abrazo :-)

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