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Punto y seguido. Finales que continúan

La vida es una continua sucesión de inicios y finales a los que suceden otros comienzos y términos incesantemente. Si pensamos en nuestras historias personales desde su principio, hemos pasado por muchos comienzos y finales de relaciones, como las primeras personas que estaban junto a nosotros de las que muchas desaparecieron, aunque no las olvidemos. También nos ha ocurrido con aspectos tan distintos como el hogar donde nos criamos y las casas en que hemos habitado, los estudios, trabajos, las relaciones sentimentales que hemos vivido o las personas que han venido a formar parte de una nueva familia, en el caso de que la hayamos formado. Hemos tenido muchos inicios y diversos finales, pero, en muchas ocasiones, esos finales los hemos utilizado para comenzar un nuevo principio.
Las obras de arte -pintura, literatura, música, arquitectura o cine- parten de una idea de sus autores que comunican un pensamiento, una forma de ver y valorar el mundo para provocar reacciones o comunicar emociones y sentimientos. También buscan tratar y denunciar temas sociales, mostrar valores y conocimientos del tiempo en que se crean o, simplemente, buscar placer y felicidad en quienes las aprecian.
De la misma manera que sus autores idearon estas obras, en muchas ocasiones, llegaron más allá de ellas y buscaron continuarlas de distintas maneras. En unos casos, se hicieron obras arquitectónicas que tenían el mismo concepto y estilo de las que crearon. En otras, realizaron grupos de pinturas sobre un tema que poseían unos criterios comunes. En otros, escribieron libros que eran continuaciones de otros anteriores, igual que ocurrió con películas u óperas. A veces porque estaban pensadas y creadas como un grupo de ellas; en otras ocasiones surgieron a partir del éxito de las anteriores, como forma de rentabilizar el éxito obtenido.
Como el tiempo de verano marca en nuestra cultura un periodo de descanso y final de una temporada activa, igual ocurre con blogs como este, que toman un descanso en sus publicaciones, aunque seguirá activo en las redes sociales. No se trata de un final definitivo, sino de un final para continuar al comienzo de la nueva temporada, como esas obras que los autores terminan, pero que ya tienen en mente para su continuación con una nueva.
Te propongo finalizar esta temporada antes del descanso de verano con finales de obras a las que sus autores dieron continuación, en algunos casos con nuevas obras, en otros, con la continuación de las que habían terminado. Nos acompañan obras de Tolkien, Wagner, Proust, Puccini, Ruiz Zafón y Verdi. Si te gusta... ¡Comparte, comenta,


Si cada vez es más frecuente encontrar obras literarias que se desarrollan en varios libros, aprovechando la mayor parte de las veces el éxito de las precedentes, es menos habitual encontrar esta situación en obras musicales, especialmente en óperas, entre otras razones, por la escasa composición de obras nuevas. Aún así, hay varias que nos sirven de propósito para esta publicación.
No podemos negar que Richard Wagner es uno de los más grandes compositores de todos los tiempos, pese a que sus obras tengan no tengan la unánime aceptación que tienen las de otros autores. 
No podemos negar el valor artístico y musical de su Der Ring des Nibelungen (El anillo de los Nibelungos) como Gesamtkunswert (Obra de Arte total) en la que el compositor se encargó personalmente de todos los aspectos, desde la utilización de leyendas germanas, la elaboración de los libretos y la música, el diseño de Bayreuth, el teatro en el que iban a representar, los vestuarios y decorados. 


Formada por una tetralogía dividida en un prólogo y tres jornadas, El anillo de los Nibelungos está formado por El oro del Rin, La valquiria, Sigfrido y El ocaso de los dioses, su gestación le ocupó casi treinta años, comenzando el texto de la muerte de Sigfrido en El ocaso de los dioses en 1848 y estrenándose las obras entre 1869 y 1876 en el orden cronológico en que se desarrollan. En el ciclo se narran de forma épica las luchas entre dioses, héroes y otros seres mitológicos acerca del anillo que otorga el dominio del mundo entero. Aparecen algunos de los elementos que desarrolló Wagner como los leitmotiv de los personajes y un tipo de musicalidad que ha servido de modelo, entre otras, para la música cinematográfica de estos dos siglos.
El oro del Rin se estrenó en el Teatro de la Corte de Múnich en septiembre de 1869. Si bien puedes encontrar el argumento de esta ópera en diversos lugares, te invito a seguir el final de esta obra. En él, asistimos al momento en que Wotan y los demás dioses entran triunfantes en el Walhalla, su fortaleza mágica, mientras Lodge, que no puede entrar por ser un semidiós se burla de las ondinas que lamentan la pérdida del oro que custodiaban y maldice a los dioses anunciando su futura caída. Es el final de una obra que tendrá su continuación en La valquiria.
Esta entrada de los dioses al Walhalla pertenece a una producción del Metropolitan Opera House de New York, protagonizada por James Morris, Allan Held y Mark Baker y dirigida por James Levine en 1990 con subtítulos en castellano.


La primera obra literaria que nos acompaña en este final con continuación es uno de los libros de ficción más populares del siglo XX, con el que su autor creó un universo y una civilización nueva y que dio paso a un estilo del que se han nutrido infinidad de obras.
Publicada en 1954 por John Ronald Reuel Tolkien, The Lord of the Rings (El señor de los anillos) es una novela ambientada en la Tierra Media al final de su Tercera Edad, un mundo fantástico en el que los protagonistas deben luchar contra Sauron, el Señor Oscuro de Mordor, creador del Anillo único con el que controla los demás anillos que manejan el poder. La influencia de la obra de Wagner en esta novela es innegable.


Protagonizada por Frodo Bolsón, a lo largo de la historia aparecen personajes como elfos, hobbits, enanos y humanos que forman la Comunidad del Anillo con la que se enfrentan, desde la visión del héroe del pueblo llano al poder omnímodo del mal. 
Un libro tan voluminoso fue dividido en tres tomos por su autor. la citada La comunidad del Anillo, Las dos Torres y El retorno del Rey, actuando cada uno de ellos con cierta autonomía e independencia dentro de un argumento y tema comunes.
Te acompaña el final del primero de los libros, La Comunidad del Anillo, en el que Frodo Bolsón y su ayudante Sam terminan su aventura y se disponen a emprender una nueva. El final del libro muestra una advertencia de lo que el lector encontrará en el segundo volumen.


Como heredero de la tradición de la ópera italiana, Giacomo Puccini triunfó con unas obras en que mostraba la elegancia de su música y su capacidad de fusionar el recitativo dramático con cada matiz del texto para crear momentos de una melodía intensa con una personalidad muy característica.
Tras los cambios introducidos en la música de comienzos del siglo XX con obras como el Pelléas et Mélisande de DebussyLa consagración de la primavera, Petrushka o El pájaro de fuego de Stravinsky, Puccini asimila las nuevas tendencias en obras como La fanciulla del west o su inacabada Turandot
En este ámbito de obras también encontramos Il Trittico (El tríptico), un conjunto de tres óperas en un acto pensadas para representarse en una sesión y basadas en la Divina comedia: Il tabarro (El tabardo), relacionada con el infierno, Suor Angelica con el purgatoria y Gianni Schicchi con el paraíso, que es además la única relacionada directamente con la obra de Dante, al aparecer allí una mención a este personaje. Aunque los argumentos no tienen nada en común entre ellas, en las tres obras está presente la muerte: en la primera con un asesinato, en la segunda con un suicidio y en la tercera con una comedia satírica cargada de humor negro.


Estrenadas en el Metropolitan Opera House de New York en diciembre de 1918, nos quedamos en esta ocasión con la segunda ópera, Suor Angélica, una obra que se desarrolla en un ambiente místico-religioso a comienzos del siglo XVIII. En un convento de la Toscana, sor Angelica, una joven de la alta aristocracia es obligada a permanecer allí durante siete años por haber tenido un hijo natural. Sin noticias de su hijo, la visita de su tía la Principessa, un personaje orgulloso, le comunica de forma despiadada la muerte de su hijo. Desesperada y delirando, se envenena. Dándose cuenta de que ha pecado contra sí misma e implora a la Virgen que la salve. En ese delirio se produce la escena final en la que su hijo aparece de forma sobrenatural.
Nos quedamos en el momento en que casi finaliza una obra y comienza la siguiente, Gianni Schicchi, un final antes de un nuevo comienzo.
No es la última escena de esta ópera la que nos acompaña, sino la anterior, la que nos muestra el aria Senza mamma, donde lamenta con un dolor infinito la muerte de su hijo. El aria, pensada para una soprano lírico-spinto que se mueve bien en el registro grave con una potente franja aguda y el canto legato, posee una gran belleza y dificultad, mostrando la capacidad interpretativa de la cantante.
La interpretación de Senza mamma está a cargo de la soprano Barbara Frittoli en una producción del Teatro Alla Scala de Milán de 2008.


La siguiente obra es, quizás, la novela más larga de la historia de la literatura. Escrita por Marcel Proust entre 1908 y 1922 y publicada inicialmente a su costa a partir de 1913, su último volumen apareció en 1927, siendo los tres últimos publicados póstumamente. À la recherche du temps perdu, que se ha traducido como A la busca del tiempo perdido o En busca del tiempo perdido es un conjunto formado por siete novelas cuyos títulos en español son: Por la parte de Swann, A la sombra de las muchachas en flor, El mundo de Guermantes, Sodoma y Gomorra, La prisionera, Albertine desaparecida (en ocasiones traducida y publicada como La fugitiva) y El tiempo recobrado.


Novela extensa, con una forma de escritura a base de frases muy extensas, con un estilo refinado y culto de una gran belleza poética, en la que los diálogos abarcan una gran cantidad de matices, Proust abarca la realidad a través de distintas percepciones, desde el punto de vista de los distintos personajes, tratando la percepción del tiempo y sus efectos sobre la sociedad, las relaciones y, sobre todo, sobre la propia identidad del autor. Según quienes le trataron, este estilo es el que el asmático autor utilizaba en su forma de hablar habitual, con frases que evocaban, circunloquios que llevaban a otros razonamientos que se cruzaban y que, junto con James Joyce y Franz Kafka, marcaron la literatura de los primeros años del siglo XX.
En esta publicación en que se tratan finales que continúan, te propongo el final del primero de los libros, Du côté de chez Swann (Por el camino de Swann), en el que Proust finaliza con una mezcla entre los pensamientos que ha dejado en este libro, con los que continuarán en el siguiente. Un final que es parte de un camino que continúa más adelante.


La música siempre describe la condición humana. 
La última obra musical de esta publicación pertenece a un grupo de tres óperas muy particulares de Giuseppe Verdi compuestas y estrenadas entre 1851 y 1853. Son tres obras en las que Verdi se desliga de lo que llamó sus "años de galera", un tiempo en que no tenía más remedio que componer incansablemente para cumplir con unos contratos leoninos que no le dejaban tiempo para nada.
Una vez terminados esos contratos, el compositor se encontró con libertad para elegir el tema de sus obras, elegir sus libretistas y el momento y lugar donde estrenarlas. Primero fue el estreno de Rigoletto según una obra de Victor Hugo, más adelante Il trovatore, según la obra de teatro homónima del gaditano Antonio García Gutiérrez y, por último, La traviata, a partir de La dama de las camelias de Alexandre Dumas. Son tres obras que no tienen relación alguna entre ellas, más allá de esa sensación de libertad y de poder tomar las riendas de su obra y su destino.
El propio compositor dejó constancia de esta Trilogía de Verdi en su finca de Sant'Agata, donde plantó tres árboles: un plátano para Rigoletto, un roble para Il trovatore y un sauce en memoria de La traviata.


En esta ocasión no te acerco al final de una de esas obras, ya que no tendrá continuación en otra en el sentido estricto del término, sino que te muestro el final de un acto que tendrá continuación en el siguiente, apenas unos minutos después del descanso de los intérpretes y el público.
Se trata del final del segundo acto de La traviata en el momento en que la pareja formada por Alfredo y Violeta han roto sus relaciones, obligada ella por el padre de aquel y se encuentran en una reunión en la casa de Flora mientras juegan a las cartas. Es el momento dramático y violento en que Alfredo la acusa públicamente ante todos los invitados. 
La interpretación de esta escena final del Acto II corre a cargo del tenor Frank Lopardo como Alfredo, la soprano Angela Gheorghiu como Violeta y el barítono Leo Nucci como Germont en una producción de la Royal Opera House de Londres dirigida por Georg Solti en 1994.


La última obra literaria que te traigo es uno de los grandes éxitos editoriales de comienzos de este siglo y pertenece a un escritor de nuestro país. Se trata de la tetralogía El cementerio de los libros olvidados de Carlos Ruiz Zafón. Publicada entre 2002 y 2016 sus títulos nos evocan el amor por los libros, la ciudad de Barcelona en diversas épocas del siglo XX y una serie de personajes y argumentos narrativos que se entrecruzan en diversas historias que pueden leerse de modo independiente.
Formado por La sombra del viento (2002), que llegó a vender más de 10 millones de ejemplares, El juego del Ángel (2008), El prisionero del cielo (2011) y El laberinto de los espíritus (2016), forman uno de los universos literarios más inspirados de los últimos años gracias a la maestría del desaparecido Ruiz Zafón.

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Para finalizar esta publicación sobre obras que finalizan y tienen una continuación, a veces pensada de antemano, en otros casos a partir del éxito, te dejos con el final del primero de los libros, La sombra del viento, donde el escritor catalán nos evoca ese mundo del que trata la novela, marcado por el amor a los libros.

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Bibliografía y webgrafía consultadas:
  • Tolkien, J. R. R. El señor de los anillos, Editorial Minotauro, Colección: Biblioteca J. R. R. Tolkien (2025). ISBN. 9788445019580.
  • Proust, Marcel. A la busca del tiempo perdido, traducción de Mauro Armiño, Editorial Valdemar, Colección Clásicos (2008), ISBN: 9788477023203
  • Ruiz Zafón, Carlos. El cementerio de los libros olvidados, Editorial Booket, Colección: Biblioteca Carlos Ruiz Zafón (2024) ISBN: 9788408235309.
  • Batta, András. Ópera. Compositores, obras, intérpretes. Könemann Verlagsgesellschaft mbHl, 1999, Colonia (Alemania)

1 comentario:

  1. Hola Miguelángel, me he leído la saga entera de El cementerio de los libros olvidados, y sinceramente me gustó mucho.
    La perdida de Zafón ha sido un golpe para la literatura.
    Me alegra este recordatorio.
    Gracias por el vídeo de La traviata, me encanta, al igual que El lago de los cisnes.
    Un placer leerte.
    Un abrazo y feliz fin de semana

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