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Top 10 de Verano 2019

Unos días después del comienzo del verano, justo con el cambio de mes, es cuando se nos hace más presente la estación con sus altas temperaturas, la ralentización del ritmo de trabajo entre quienes lo puedan realizar, las vacaciones de aquellos que las disfruten y una menor afluencia de habitantes en las ciudades y pueblos que han pasado a las zonas próximas al mar. Todo esto hace que nuestra actividad habitual se tome unas semanas con un ritmo distinto.
Los amaneceres tempranos, los mediodías asfixiantes, los largos y lentos atardeceres y las noches al aire libre hacen que tengamos más tiempo para las tertulias, la lectura de esos libros que teníamos en lista de espera, ver películas que hemos postergado o simplemente disfrutar de la música que nos gusta.
En este sentido, en esta nueva entrada del blog te presento la recopilación de los posts más visitados desde el comienzo de este año 2019.
Con más tiempo libre puedes recordar aquellos que leíste y oíste, visitar aquellos que no pudiste hacer en su momento o mirarlos bajo el nuevo punto que vista que da una lectura más reposada. Para acceder a ellas solo tienes que clicar en el título que aparece bajo la fotografía de la entrada correspondiente. Si te viene mejor por cuestiones de tiempo, puedes guardarla y volver a ella en varias ocasiones.
Todos tenemos unos gustos distintos, los apreciamos con sentimientos diferentes y esta clasificación, que simplemente abarca el número de visitas, será diversa en cada uno de nosotros. ¿Coincide con tus gustos? ¿Cambiarías alguno de ellos de posición? ¿Echas alguno de menos? ¿Recomendarías o compartirías algunos por las redes? Recuerda que...
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La décima entrada en cuanto al número de visitas es una invitación a acercarnos al mundo de la ópera a través de algunos consejos para poder disfrutarlas desde casa, con la comodidad con que vemos y oímos la música que más nos gusta, con las zapatillas, cómodamente sentados para disfrutar. La primera experiencia fue con la ópera de Verdi, la obra más representada de la historia en una de las producciones que más éxito han tenido en los últimos años. Si aún no lo hiciste, anímate.
La novena en la clasificación parte de obras de Mauricio Wiesenthal y Gabriel Fauré, el Libro de réquiems del primero y el conocido Réquiem del compositor francés con ocasión de una participación que tuvimos los componentes de la Coral Polifónica Municipal de La Palma del Condado en Granada. Unas obras de una delicadeza casi increíbles.
El mundo de la publicidad ha sabido sacar partido a la música operística, utilizando algunas de las piezas más conocidas en distintos anuncios. En esta entrada podrás recordar algunos y las músicas que los acompañaron. 
Hay experiencias que te marcan. En este año tuve la ocasión de participar por primera vez en mi vida en una carrera oficial, la Media Maratón de Sevilla. Un libro del escritor japonés Haruki Murakami y la música de la Norma de Bellini acompañaron esta entrada.
Una biografía de Beethoven recoge el fugaz encuentro que tuvieron el gran compositor de Bonn y Gioacchino Rossini, uno de los mayores genios de la ópera italiana. La anécdota estuvo acompañada con una maravillosa música de ambos autores.
Un encuentro entre dos genios

Una de las mayores cantantes y divas de la historia de la ópera, María Callas protagonizó esta entrada en la que se mezcla una biografía suya y una de las escasas interpretaciones de las que se conservan imágenes de vídeo. Todo se desarrolla en el año 1959 en un cruce entre su vida personal y una recuperación operística. El quinto lugar del top 10 de verano 2019 lo ocupa este homenaje a la gran diva.
María Callas, mirada de diva
Con toda seguridad el cuarto lugar irá avanzando posiciones, ya que en una semana se ha convertido en una de las entradas más visitadas de este año. La personalísima voz de la soprano navarra Raquel Andueza y La Galanía ponen voz a canciones del barroco español junto a uno de los poemas más celebrados de este período. Un homenaje a los ojos y las miradas con que nos corresponden.
La tercera posición entre las entradas más visitadas nos lleva al comienzo de año. Se trata de un homenaje a los Reyes Magos y su milenaria tradición con unos textos y músicas que acompañan a la imagen más antigua que se tiene de ellos.
La segunda entrada más visitada del año no tenía que haberse escrito, al menos en las circunstancias que lo fueron. Hay motivos más que suficientes para dedicar un homenaje a Notre Dame de París y la obra de Victor Hugo, aunque fue el devastador incendio el germen que provocó que se escribiera esta entrada.
La entrada más visitada del año se centra en la figura de Richard Strauss y una de sus obras más conocidas, El caballero de la Rosa. En ella se celebra que la obra del compositor muniqués ha pasado a ser de dominio público tras finalizar el tiempo que sus herederos disfrutaron de su legado.
Strauss es de dominio público
El criterio de clasificación de estas entradas es única y exclusivamente el número de visitas recibido. Seguro que en la mente de quien las haya leído habrá otro orden, de la misma manera que quien las publica lo haría, sin dudarlo, en otro distinto. De igual forma, aparecerían en este listado otras muchas que se han quedado sin aparecer, y que merecen estar.

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Ojos que me miráis

Raquel Andueza, La Galanía y los ojos en el Barroco

¿Que sería de nosotros sin los ojos? Como órganos del sentido de la vista tienen una importancia sin igual, siendo, casi con toda seguridad, el que más configura nuestra forma de aprehender el mundo en el que nos desenvolvemos, de la misma forma que animales como los perros utilizan fundamentalmente el olfato.
Pero no solo tienen la importancia de observar aquello que nos rodea, las formas, los colores e incluso las distancias, sino que nos hacen sentir la belleza de lo que vemos, las proporciones, las gamas de colores o las formas que apreciamos.
Los ojos tienen una importancia afectiva capital en cuando nos transmiten las emociones, la forma de ser o incluso, podríamos decir, el alma de la persona a quien observamos. Sucumbimos ante el poder de una mirada en muchas ocasiones antes que a otro aspecto de las personas como la sonrisa o el carácter. Los ojos son como la puerta de entrada al interior de la persona.
Mas también se nos presentan como reflejo. Si el poder de los ojos y de una mirada nos atrae, cuando hay correspondencia en ellos la dicha se multiplica, de la misma forma que cuando esa mirada no tiene la respuesta esperada puede hacernos llevar a la desdicha.
Por su importancia, los ojos se han utilizado con mucha frecuencia en la literatura, siendo inabarcable la cantidad de referencias que hay en ellos. ¿Quién no recuerda algún poema o novela en que no aparezcan?
En esta entrada nos vamos a fijar en el periodo del Barroco, que se corresponde con el Siglo de Oro de nuestra literatura, el periodo más brillante de nuestro idioma por la cantidad y calidad de los autores que lo forman, así por los estilos y recursos literarios que utilizan. 
En esta entrada te propongo una mirada al poder de los ojos, y su importancia en cuanto que nos corresponden o no. Nos acompañan la voz y el sonido inconfundibles de Raquel Andueza & La Galanía y uno de los poemas más conocidos del periodo barroco. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere! 



Una de las voces más bellas y personales del panorama actual es la de Raquel Andueza. La soprano pamplonesa ha colaborado con algunos de las mejores agrupaciones relacionadas con la música antigua, especialmente la barroca como L'Arpeggiata, Al ayre español, la Orquesta Barroca de Sevilla, Orphénica Lyra o Hippocampus entre otras muchas. También ha colaborado con la mayoría de los directores que se mueven en este tipo de repertorio a nivel mundial: William Christie, Fabio Biondi, Christina Pluhar, Ottavio Dantone, Sir Colin Davis, Jacques Ogg o algunos más cercanos a nosotros como Pablo Heras-Casado o José Ramón Encinar.
En 2010 fundó junto con el tiorbista de Estepa (Sevilla) Jesús Fernández Baena el grupo La Galanía con el que se especializaron tanto en música barroca española como en la italiana del siglo XVII, un tipo de composiciones en los que la tiorba y la voz conforman un empaste muy especial. 
Su trabajo discográfico, Yo soy la locura recopila canciones del siglo XVII en español, la mayoría de nuestro país y algunas de otros lugares europeos, lo que demuestra la importancia de nuestra música de la época y las versiones que se llegaron a realizar de las mismas, algunas de ellas inéditas en disco hasta su grabación. Cuenta con la voz de Raquel Andueza, con Jesús Fernández Baena a la tiorba y Pierre Pitzl a la guitarra barroca.

La Galanía en una actuación en la Fundación March
José Marín fue un tenor y compositor español que vivió en el siglo XVII. Tras cantar en la capilla real de Felipe IV marchó a Roma (donde se ordenó sacerdote) y a las Indias para regresar de nuevo a España. Compuso el Cancionero de Marín, una obra que recogía medio centenar de Ayres o tonos humanos. Estos tonos humanos son obras para distintos conjuntos de voces, desde cuartetos a tríos, de dúos a solistas con temática de tipo no religiosa y basados, en esta ocasión, en temas populares. De vida turbulenta fue detenido por robo y homicidio, encadenado tras varios intentos de fuga y secularizado de sus órdenes. Tras el arrepentimiento de su vida delictiva le devolvieron las licencias religiosas, llevando una vida respetable hasta su muerte. 
Ojos, pues me desdeñáis, es una de las piezas con las que la obra de José Marín participa en Yo soy la locura.
Para este montaje que recoge la interpretación de Raquel Andueza con Fernández Baena y Pitzl comparto un montaje basado en pinturas de autores de la época como VelázquezCarreño de MirandaMurilloZurbarán o Claudio Coello entre otros con el denominador común de los ojos y las miradas con que nos acogen o desdeñan.


Como muchos autores de su época no tenemos la certeza del año de nacimiento de Gutierre de Cetina dudándose entre 1510 y 1520, aunque sí de su fallecimiento que sucedió en 1557 por herida de arma blanca, según consta en el Archivo General de Indias de Sevilla.
Natural de la capital andaluza, Cetina fue hijo de Beltrán de Cetina y Francisca del Castillo, nobles ricos y acomodados que fueron padres ocho hijos más, aunque no todos utilizaron este apellido, algo usual en la época.
Tras una juventud vivida en Sevilla, embarcó con las tropas del virrey de Sicilia donde comenzó una carrera militar que le hizo recorrer diversos países europeos, hasta volver a su ciudad de nacimiento, dentro del más puro estilo del soldado poeta como Garcilaso de la Vega. En 1547 embarcó hacia México con un familiar, volviendo en alguna ocasión hasta su accidentado fallecimiento.
Con el pseudónimo de Vandalio -Andaluz, según la etimología árabe: Al-Ándalus (tierra de los vándalos)- escribió versos a distintas enamoradas a lo largo de su vida a las que llamó Dórida, Laura y Amarillida. Uno de estos enamoramientos, en esta ocasión con la condesa Laura Gonzaga le inspiró uno de los poemas más representativos y editados de la época que forma parte de su Cancionero petrarquista, una obra que dedica a la mujer, según el estilo del poeta italiano.



Ojos claros, serenos quizás el poema más conocido de Cetina. Se trata de un madrigal que se mueve entre la tradición del cuatrocientos español y la poesía cortesana italiana y en el que se alternan versos heptasílabos con endecasílabos. 
La primera palabra -ojos- nos introduce directamente en el tema, ponderando en el segundo verso su dulzura e introduciendo una interrogación en el tercero a partir de una consideración negativa ligada a la mirada con ira. El primer verso se reproduce idéntico en el noveno, mientras el tercero se trata, a modo de conclusión en el décimo. Una sencilla estructura que justifica su éxito.



Tras la fundación de Raquel Andueza & La Galanía, un año después, en 2011, sacaron su primer disco en el sello discográfico que crearon para la ocasión Anima e Corpo . Yo soy la locura se convirtió en un éxito de ventas y críticas, consiguiendo el Premio Festclásica que otorga la Asociación Española de Festivales de Música Clásica.
A esta grabación se añaden otros discos como D'amore e Tormenti o In Paradiso con obras de autores italianos del XVII,  Alma mía con arias y cantatas de Antonio Cesti, Pegaso con la música de Tarquinio Merula, Yo soy la locura 2 donde siguen recopilando obras españolas del XVII, Miracolo d'Amore con piezas de ópera de Francesco Cavalli y la colaboración del contratenor Xavier Sabata. Con estas publicaciones y la participación en conciertos tanto en nuestro país como en distintos lugares de Europa y del mundo, Raquel Andueza & La Galanía son uno de los grupos que más investigan y divulgan la música del barroco español, italiano y, en cierta medida europea, de los siglos XVII y XVIII.


Robert Dowland, hijo del famoso laudista y compositor inglés John Dowland, publicó en Londres en 1610 A musicall banquet (Un banquete musical), una colección de piezas en la que recopiló una veintena de canciones de diversos autores europeos. Entre ellas se encuentra Vuestros ojos tienen d'amor no sé qué uno de esos Tonos humanos de carácter anónimo.
La última interpretación corresponde al mismo disco Yo soy la locura, así como a un montaje que utiliza imágenes de los mismos pintores de la obra anterior con el lujo de poder disfrutar de la interpretación a la tiorba de Fernández Baena y la guitarra barroca de Pierre Pitzl con la inigualable voz de la soprano Raquel Andueza.


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Webgrafía consultada:

El espectro de la rosa

Las noches de estío - Les nuits d'eté

La inspiración, una idea, una metáfora, lo que nos sugiere una flor, un baile, un recuerdo, una noche de verano... Todo nos evoca y hace emerger nuestros sentimientos más profundos.
Hay ocasiones en que una obra literaria, o de cualquier tipo, recorre un camino más amplio del que se le imaginaba, avanza hacia un lugar, tiene una inesperada respuesta por otro, confluye en determinados momentos, pasa del libro al pentagrama, de la voz al ballet. Es el caso de la obra que nos acompaña: El espectro de la rosa.
Te sugiero un paseo alrededor de dos ideas que nacieron de artes y autores distintos, tienen un punto en común, se unen y toman de nuevo caminos diversos. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!



Carl Maria von Weber es uno de esos compositores que vivió una vida breve. Nacido en 1786, murió antes de cumplir los cuarenta años. Autor romántico, quizás su obra más conocida sea Der Freischütz (El cazador furtivo), una ópera estrenada en 1820 que allanaba el camino a la obra de Wagner, al reafirmar la ópera cantada en alemán, que se inició con algunos singspiel de Mozart como La flauta mágica, frente a las predominantes en italiano. Como curiosidad, Weber era primo de Constanze, la esposa de Mozart.
Weber tomó la dirección de la Ópera de Praga en 1813 y años más tarde se le encomendó la de la Ópera de Dresde para que fuera abriendo el camino a la ópera en alemán, que culminaría con el estreno en Berlín de la citada El cazador furtivo.
En 1819 compuso una obra para piano a cuatro manos, Aufforderung zum Tanz (Invitación a la danza), su Opus 65, una obra en ritmo de vals de 3/4, que es considerada la primera obra de vals de concierto en el sentido de que no está compuesta para ser bailada, sino escuchada.
Se trata de una historia programática en la que un joven invita a bailar el vals a una muchacha, esta acepta, ambos danzan por el salón y se despiden para no volverse a ver.
La versión de esta obra, en esta ocasión interpretada para pianos a 8 manos, pertenece a una actuación que se llevó a cabo en el Christmas Concert (Concierto de Navidad) celebrado en Seul en el IBK Chamber Hall en diciembre de 2013 con la interpretación de Hye Seung Lee, Jo-Hye Lee, Hyun Joo Kim y Jiyeon Sung.


El siglo XIX es realmente fecundo para las letras francesas. Autores como Victor Hugo, Alejandro Dumas, los hermanos Goncourt, Gautier, Mérimée, Balzac, Zola o Stendhal dan muestra de la vitalidad, la importancia, la fuerza y la influencia de la literatura del país galo, en un período de comienza con el romanticismo y avanza hacia el parnasianismo, los poetas malditos, el simbolismo o un realismo que acabó desembocando en el naturalismo. 
En pleno romanticismo comenzó su andadura literaria Théophile Gautier, un poeta, novelista, autor dramático, crítico literario y un influyente artista de la vida literaria parisina que vivió entre 1811 y 1872, conoció y se relacionó con la mayoría de los autores citados. Poco a poco fue alejándose de los postulados románticos para incorporarse a las ideas de l'art pour l'art (el arte por el arte) en que promovía el culto exclusivo de la belleza, la negación de la intencionalidad política o moral del arte y la independencia del autor reflejados en obras como Albertus o Esmaltes y camafeos. De sus novelas podemos destacar Mademoiselle de Maupin, una obra en la que expresa su filosofía del hedonismo, además de ser un reconocido autor de narraciones cortas tanto de carácter francés como de ambiente exótico, además de libros de viaje por distintos lugares (Viaje a España, Viaje a Rusia o Venecia).
En 1838 publica La comedie de la mort (La comedia de la muerte), una antología de poemas ente los que se encuentra el que protagoniza esta entrada: Le spectre de la rose.
La rosa aparece en él como símbolo a la vez del amor ardiente y de la muerte representados por su flor y sus espinas, por su aroma y la delicadeza y fragilidad de sus pétalos. 



En 1841 Hector Berlioz aprovechó este y otros poemas de Gautier para componer su ciclo Les nuits d'eté (Las noches de verano), una obra que rememora el título de su admirada obra de Shakespeare El sueño de una noche de verano. Berlioz toma seis poemas del escritor para ponerles música: Villanelle, Le spectre de la rose, Sur les lagunes, Absence, Au cimentière y L'île inconnue. Inicialmente fue compuesta para piano y voz de mezzosoprano o tenor. 
En esta ocasión, la versión está interpretada por L'Oiseleur des Longchamps formado por Patrick Loiseleur como arreglista y cantante, Aya Okuyama al piano, Hugues Borsarello al violín y Pejman Memarzadeh al chelo, en una grabación que se realizó en el Estudio 105 de Radio France en mayo de 2011.


Hector Berlioz realizó en 1841 una orquestación de Invitación a la danza para incluirla en el intermedio de una representación de El cazador furtivo de Weber. Esta versión orquestal comienza con una especie de llamada del violonchelo y los instrumentos de viento para que comience el baile, al que suceden una serie de pequeños valses que se vuelven a oír, hasta finalizar con la repetición de la introducción con los mismos instrumentos.



Rosas en un vaso. Pierre-Auguste Renoir (1910)
Con la inspiración en Invitación a la danza y Le spectre de la rose, y a partir de una idea del poeta Jean-Louis Vaudoyer, Les ballets ruses de Diaghilev estrenaron en abril de 1911 en el Théâtre de Montecarlo El espectro de la rosa, a partir de una coreografía de Mijail Fokine y con la interpretación de Vaslav Nijinsky como el espectro de la rosa y Tamara Karsávina en el rol de la joven.
El argumento presenta a una joven que regresa a su habitación tras un baile con una rosa en la mano y queda dormida recordando los momentos felices de la velada. Por la ventana entra el Espectro de la rosa que emprende un baile a su alrededor, llevándola consigo en sus vertiginosa danza hasta dejarla en su sillón y desaparecer de nuevo. Al despertarse la joven con la rosa en la mano, se acerca, evocadora, a la ventana.
Este ballet está asociado a la memoria de Nijinsky, a su virtuosismo como intérprete, y ha sido rescatado en diversas ocasiones por Nureyev o Baryshnikov
El enlace muestra una interpretación dirigida por Vladimir Skpvakov y bailarines de los Ballets Russes.


No está claro la intención ni las ideas que Berlioz tenía cuando musicó estos poemas de Gautier, ni hay algo tan frecuente en la época como la correspondencia entre ambos. Quizás el hecho de que ambos vivieran en el mismo barrio, fueran críticos musicales y, sobre todo, se vieran y hablaran con frecuencia, sea el motivo de la falta de documentación escrita sobre esta obra. 
Es posible que el título Les nuits d'eté no fuera más que un pretexto para que estos poemas estuvieran juntos, pues ni tienen una intención de formar un todo, ni se interpretaron juntos. Aún así, forman un ciclo equilibrado al tratar del amor y del deseo, se mueven entre sentimientos de pérdida y culpabilidad, frívola galantería y pasión frenética, dando un conjunto con un aire sentimental.
Tras el estreno, Berlioz orquestó Absence y, tras su éxito decidió orquestar el resto de los poemas, aunque no fue has quince años más tarde que lo finalizó. Cada uno de los poemas orquestado fue dedicado en su tiempo a una cantante diferente, la mayoría alemanas, ya que en ese país tenían más eco las composiciones de Berlioz.


Rosas en un vaso de cristal. Jean-Baptiste-Camille Corot (1874)
Una rosa ha muerto y su espíritu adorna el vestido de una muchacha que asiste a su primer baile. La flauta y el clarinete nos introducen en una pesada y fragante atmósfera. Berlioz escribe una melodía sensual, en que las arpas representan la sutil fragancia de la rosa mientras en la frase J'arrive du Paradis, la rosa se resigna a su destino.
Terminamos esta visita a El espectro de la rosa en sus distintas versiones con la delicada y emocionante interpretación de la mezzosoprano sueca Anne Sophie von Otter.


Que tengas y goces de unas buenas noches de estío.

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Bibliografía consultada:

El (extraño) placer de las tormentas

Las tormentas y tempestades, como muchas de las manifestaciones de la naturaleza, tienen el poder de hacernos estremecer y sobrecogernos.
En un tiempo en que queremos tener todo controlado y que la naturaleza y todas las manifestaciones y los fenómenos que la acompañan están desapareciendo de nuestras vidas, en que pensamos que la lluvia nos molesta y perjudica en cuanto que afecta a nuestros planes y salidas, a la economía que tanto depende del turismo y el buen tiempo. En esas circunstancias, cuando la naturaleza y, en este caso los fenómenos meteorológicos, aparecen para mostrarnos y demostrarnos que están aquí, percibimos que no estamos por encima de ellas.
Te propongo un paseo alrededor de músicas y textos que tienen como principal protagonistas las tormentas y tempestades. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!



La irregularidad del tiempo atmosférico, la descontrolada fuerza con que arrolla en determinadas situaciones provocando el caos, la destrucción, la pérdida de vidas humanas y posesiones materiales, hacen que nuestro conocimiento, animado por las imágenes televisivas, se encuentre cada vez más alarmado.
Cada vez que nos encontramos ante tempestades y tormentas nuestro cuerpo se estremece y se encoge, pero a la vez se siente feliz y exaltado. ¿Cómo es posible que se produzca en nosotros tal paradoja? Por un lado, el poder de destrucción nos abruma, por otro, hay aún algo inexplicable, sobrenatural en las tormentas, algo que se escapa de nuestra comprensión y raciocinio y que muchos científicos han intentado descifrar.
Algunos investigadores han observado que durante las tormentas el aire está cargado de iones que pueden alterar nuestra psique y que, según algunos controvertidos experimentos, los iones negativos afectan favorablemente nuestro ánimo, a la vez que los positivos, a los que le falta un electrón, nos deprimen. En las tormentas, pero también en las cascadas e incluso la ducha, se rompe la composición de las moléculas que forman el oxígeno y los iones positivos se convierten en negativos. Este cambio, que aún no está clarificado, parte de la hipótesis sobre la serotonina que defiende que los iones positivos crean un exceso de las mismas que sirven como neurotransmisor asociado a sentimientos de felicidad, mientras que los iones negativos invierten este balance. Sea como sea, los sentimientos encontrados que nos afectan con las tormentas aparecen en nosotros desde los tiempos más remotos hasta la actualidad.

Pescadores en el mar. William Turner (1796)

Discípulo de Jean-Baptiste Lully y de Monsieur de Sainte-Colombe, del que fue yerno, Marin Marais fue un extraordinario violagambista y compositor francés durante el reinado de Luis XIV, el Rey Sol. Más de seiscientas composiciones para viola de gamba forman su obra a la que hay que añadir, entre otras obras, cuatro óperas: Alcide, Ariane y Bacchus, Alcyone y Sémélé
Aún en lo que podríamos llamar la primera época desde el inicio de la ópera, aquella en la que los protagonistas aún son dioses o héroes clásicos, en 1706 se estrenó Alcyone en el Palais-Royal de París a partir de un libreto de Antonine Hourdar de la Motte basado en el mito de Ceix y Alcíone según se narra en Las Metamorfosis de Ovidio
En el acto IV, Marais recrea una tempestad que es magníficamente interpretada por Jordi Savall al frente de Le Concert des Nations con la fidelidad a los instrumentos de la época que caracterizan al también violagambista, director e inquieto investigador catalán. Como curiosidad, podemos ver un instrumento atípico, el eolífono que imita el sonido del viento.



Casi tres lustros después del estreno de Alcyone, Antonio Vivaldi compuso una de las obras más celebradas de la música clásica. En 1721 publicó Il cimento dell'armonia e dell'invencione (Concurso entre Armonía e Invención), una obra formada por ocho conciertos para violín y orquesta, además de otros cuatro, los más conocidos, denominados Le quattro stagioni, dedicado cada uno de ellos a una de las estaciones del año.
Estos conciertos sobre Las cuatro estaciones están basados en sendos sonetos, dedicado cada uno a una de las estaciones. El texto que nos acompaña pertenece al Verano y en el texto que sirvió de inspiración a Vivaldi podemos advertir, en los dos tercetos finales, una tormenta veraniega que el compositor italiano describe de forma magistral en su obra.



Mari Samuelsen al violín solista con los Trondeheimsoloists en el Julekonsert i Vang kirke 2011 en Noruega, nos interpreta el Presto de El verano de las Cuatro estaciones de Antonio Vivaldi.




Visionario, un adelantado a su tiempo en lo que a inventos se refiere, uno de los autores que más nos han hecho viajar y vivir aventuras, apenas si abandonó su domicilio en contadas ocasiones. Julio Verne nos ha seducido con miles de páginas de sus novelas donde las ganas de viajar, el conocimiento de los lugares visitados, su geografía, costumbres y cultura, por una parte, y los avances científicos o los inventos que lo acompañaban, por otra, han llenado muchas mentes, de modo especial las juveniles. Quizás muchos retengamos en nuestra mente algunas descripciones de amaneceres, mercados exóticos, islas inexploradas o profundidades marinas. Él junto con Emilio Salgari ha sido de los autores que han descrito tanto la exuberante naturaleza como muchos fenómenos naturales. 
Uno de sus libros menos conocidos, El naufragio del Chancellor o, simplemente El Chancellor, es una asfixiante novela en que uno de sus protagonistas narra en primera persona lo que un grupo de supervivientes del naufragio del barco del mismo nombre ha de soportar para vivir en la única balsa que han podido recuperar del barco destrozado por la tempestad. 



En varias ocasiones Rossini utiliza la fuerza dramática de las tormentas para sus óperas, como en La Cenerentola. Quizás la más famosa de todas sea la que aparece en su última ópera Guillermo Tell, en la que aparece en una sección de la obertura y en el acto I con un sentido dentro del guion y del libreto.
Pero también en una de sus obras más conocidas y celebradas, El barbero de Sevilla, utiliza Rossini el escenario para la descripción de una tormenta. Este uso de lo que llamó Il temporale por parte del compositor italiano le sirve en la primera y última óperas citadas para desencadenar el final del nudo de la obra y acercar tanto a los personajes como a los espectadores al desenlace de la misma.
En esta ocasión el vídeo pertenece a una producción del Teatro Regio di Parma con la dirección musical de Maurizio Barbacini.


Un autor como Shakespeare no podía resistirse a la tentación de utilizar la tormenta como hilo argumental, ya sea en tierra o en el mar. Una de las últimas obras que escribió en solitario, La Tempestad, pertenece a ese grupo de comedias en que el escritor inglés fusiona lo real con lo fantástico y lo maravilloso como ocurre, por ejemplo, con El sueño de una noche de verano. No se conoce tampoco la fecha en que se escribió y estrenó, así como de dónde tomó el autor la inspiración. De lo que sí parece tenerse cierta certeza es que fue escrita para la celebración de alguna boda. La trama, la mascarada que se urde en el cuarto acto, en que Juno y Ceres desean una venturosa relación a los conyuges parece que serían las nupcias del Conde de Essex y Lady Frances Howard en 1611.
En La Tempestad Shakespeare vuelve a introducir personajes como elfos y hadas. Próspero, duque milanés, fue despojado del poder por su hermano Antonio, embarcado con su hija y dejado a merced de las corrientes. Llegaron ambos a una isla desierta en que se hallaba desterrada la hechicera Sycorax y donde liberó algunos espíritus sometidos por ella, como Ariel, a quien puso a sus órdenes. 
Tras una docena de años en tan singular isla, un navío en el que viaja precisamente Antonio se acerca a la isla. En esta ocasión no son los dioses, como en las mitologías griega y romana quienes utilizan la fuerza de la naturaleza para conseguir sus fines, sino Próspero, quien ordena a Ariel que ejecute una tempestad para hacer naufragar a su hermano y acompañantes.


Autores como Henry Purcell o en el pasado siglo Jean Sibelius han utilizado la obra de Sheakespeare para realizar una semi ópera el primero o componer música incidental para una representación de la obra teatral el segundo. De esta última obra, el compositor finlandés extrajo dos suites sinfónicas, a la primera de las cuales pertenece este enlace que recoge la Obertura de la música incidental para La Tempestad.
La interpretación corresponde a la Filharmonia Podlaska Europejskie Centrum Sztuki bajo la dirección de Young Chil Lee.



Poder sentir en pocos minutos la descripción musical y las sensaciones que una tormenta produce en el verano o las que pueda producir en pleno invierno sólo podemos alcanzarlos como seres racionales con una capacidad de abstracción. La siguiente propuesta musical proviene de Sergei Prokofiev y su ópera Voyná y mir (Guerra y Paz) a partir de la novela de Tolstoi. Fue estrenada en 1946 en Leningrado y revisada en varias ocasiones, representando un fresco tan monumental como la novela en que se basa y requiere un mínimo de 37 cantantes solistas cuando alguno de ellos dobla los personajes que interpreta.
Campo de trigo bajo nubes de tormenta. Vicent van Gogh (1890)
En el último acto y representando a uno de los vencedores de la guerra frente a las tropas de Napoleón, el General InviernoProkofiev describe una tormenta de nieve mientras los franceses se retiran por la carretera de SmolenkoProkofiev busca el máximo efecto haciendo bailar sobre los soldado que huyen a los diablos y las brujas (las Baba Yagas rusas) en agitados remolinos de aire mientras gritan y aúllan, a la par que el aire silba helado gracias a la percusión y el uso que el compositor hace de los instrumentos de viento y la cuerda. El resultado nos hace recogernos y encogernos de frío.
La versión, solo de audio, está interpretada por la Philarmonia Orchestra bajo la dirección de Neeme Järvi.


En cada ocasión en que una tormenta entre en tu vida, no dejes de recordar estos acercamientos que tantos autores han realizado a las mismas.

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Bibliografía y web interesante: