expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>

Feliz año con belleza y sensibilidad

Desde el blog Letras Prestadas te deseo un feliz año, no con objetos ni regalos materiales, sino cargado con algunas de esas cosas que sólo surgen desde nuestro interior: belleza, cercanía y sensibilidad.
Cada entrada de año supone algo más que un cambio en el calendario. Es un momento en que se alternan los deseos, las ilusiones y las fiestas teniendo a la música como elemento aglutinador.
En esta entrada te propongo un paseo por algunos textos y músicas relacionados con las celebraciones de Año Nuevo, unas más festivas, otras más escépticas y con un tono más crítico. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!



Una de las constantes en las celebraciones de fin de año es el hecho de tomar bebidas alcohólicas que forman parte bien de la tradición gastronómica y cultural, bien como forma de alegrar y desinhibir la mente y el cuerpo. Además, si el beber viene acompañado con el hecho de bailar, aumentan las posibilidades de entrar más en el ambiente que se desea. Cada cual se adhiere o no a estas costumbres como desea, dentro de sus circunstancias e intereses.
Pero hay ocasiones, como ahora veremos, en que alcohol y baile son utilizados como forma de forzar voluntades de forma más o menos sutil.



En Don Giovanni, Mozart nos muestra cómo el protagonista trama organizar una fiesta en que ambos elementos, bebidas y música para bailar, son utilizados en beneficio propio. En el aria Fin ch'han dal vino (Ahora que del vino), Don Giovanni instruye a su criado y cómplice Leporello en cómo debe organizar la fiesta y los beneficios que espera obtener de ella.



La interpretación de este aria, llamada en ocasiones Champagne Aria, corre a cargo del barítono polaco Marius Kwiecien en una producción de Kasper Holten para la Royal Opera House de Londres celebrada en 2019.


Borges, que no atendía a gritos, canciones, cláxones o petardos finianuales ("La gente celebra obedientemente, como si una vez más el fin del mundo se avecinase") comenzaba un texto cada víspera para que el año nuevo le concediera más escritura.
Poco conocido por nuestro país, Juan Calzadilla es un poeta, pintor y crítico de arte venezolano. 



En Ecólogo del día feriado, antología personal, Calzadilla reflexiona con escepticismo y distanciamiento en Poema de Año Nuevo sobre la celebración de esta efemérides que marcar el final y el inicio del año.


El estreno de la zarzuela Marina con música de Emilio Arrieta y libreto de Francisco Camprodón fue un fracaso, llegando apenas a las diez representaciones. Tras el éxito en su gira por provincias y la insistencia del tenor Tamberlick se decidieron a convertirla en ópera, pasando de los dos a los tres actos y con la participación en el nuevo libreto de Miguel Ramos Carrión tras el fallecimiento de Camprodón
El estreno operístico se realizó en el Teatro Real de Madrid en 1871 con la Ortalani y Tamberlick en los papeles principales y tuvo un éxito tan apoteósico que, prácticamente no ha dejado de representarse desde entonces.
Posiblemente su número más conocido es A beber, a beber y apurar de comienzos del tercer acto, un brindis que en algunas ocasiones se ha querido convertir en el equivalente español del de La Traviata
Ahora, sin las aviesas intenciones de Don Giovanni, dejémonos invadir por la alegría de este brindis cantado por tenor, barítono y coro. Se trata de una grabación extraída del concierto Voces para la Paz celebrado en 2007 en el Auditorio Nacional de Música con David Menéndez y Alejandro Roy como solistas y bajo la dirección de Enrique García Asensio.




La importancia de Les fleurs du mal (Las flores del mal) ha eclipsado la obra de Charles Baudelaire. Su éxito entre los lectores, el escándalo que provocó su publicación ha hecho que el resto de su obra apenas sea conocido.
Entre los textos de Baudelaire, el escritor francés se propuso publicar una serie de cien poemas en prosa que fue escribiendo a lo largo del tiempo. De la propuesta inicial, el autor no llegó a escribir sino la mitad y sólo fueron publicados, inconclusos, tras su fallecimiento. El título con que se conocen es equívoco, ya que se publicaron inicialmente como Pequeños poemas en prosa, aunque el autor dejó dicho que prefería el título de Le spleen de Paris, por lo que en sucesivas ediciones se fueron alternando ambos títulos en el poemario.
El afán por evadirse a otros mundos por el tedio que provoca la realidad; el desarraigo y la marginalidad frente a una sociedad con la que no se identifica; la rebelión ante la maldad que le rodea o la obsesión por el paso del tiempo conforman los pensamientos que aparecen en esta colección.



En su dedicatoria, Baudelaire comienza escribiendo a su editor:
"Le mando, querido amigo, esta obrilla, de la que, sin ser injusto, nadie podría decir que no tiene pies ni cabeza, ya que, por el contrario, todo en ella es, a un tiempo, cabeza y pies, alternativa y recíprocamente."
De entre los poemas prosificados Un gracioso nos acerca a la imagen que nos provoca el contraste entre quienes de divierten de modo desenfrenado y aquellos que están en sus quehaceres. Nos recuerda esos reportajes que solemos ver en las pantallas domésticas en las noticias de días como el de comienzos de año, mientras los que se recogen se cruzan con quienes están en lo que hacen cada día.



Terminamos con un guiño y un homenaje. El guiño se dirige hacia el concierto más seguido de cada año, Das Neujahrskonzert (El Concierto de Año Nuevo) con que la Filarmónica de Viena nos da la bienvenida al año. 
El homenaje nos acerca a la figura de Mariss Jansons, el director letón recientemente fallecido a quien Sir Simon Rattle consideraba el mejor de todos nosotros
Unimos de esta forma el cambio de año con un recuerdo de este concierto y quien lo dirigió en 2012. Como es habitual en este blog, la música tiene un componente vocal, en esta ocasión a cargo del Vienna Boy's Choir (Coro de los niños cantores de Viena) que interpreta Feuersfest (A prueba de fuego) Polka francesa Op. 269 de Johann Strauss hijo. Con este sentido del humor que se prodiga en ocasiones en este concierto, Jansons cambia la batuta por martillos y yunques.


No olvides que desde esta publicación te deseo un feliz año, no con objetos ni regalos materiales, sino con algunas de esas cosas que sólo surgen desde nuestro interior: belleza, cercanía y sensibilidad.

Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!

Tres pinceladas sobre la Navidad

No sólo tienen un componente social y religioso las celebraciones navideñas. Desde hace mucho tiempo la literatura y la música se han acercado de muy diversas maneras a estas fechas, mostrándonos costumbres y argumentos que se desarrollan en el día de Navidad o su víspera. 
Te propongo un paseo con tres pinceladas que nos acercan a las celebraciones de la Navidad desde el punto de vista de la literatura y el ballet. Nos acompañan los autores más clásicos de estas fechas, Dickens, E. T. A. Hoffmann y Tchaikovsky. Si te gusta... ¡Comparte, sugiere, comenta!



Gran parte de la culpa de la imagen que tenemos de las celebraciones de Navidad viene de la mano de uno de los escritores ingleses más conocidos.
Charles Dickens llenó con sus relatos una etapa de la vida inglesa con una presencia que nunca ha decaído desde mediados del siglo XIX hasta nuestros días.
Hace unos años, la BBC recogió las influencias que el escritor dejó al mundo en un artículo que tituló Charles Dickens: Six things he gave the modern world (Charles Dickens: Seis cosas que dio al mundo moderno). En él presentaba, en este orden, las siguientes aportaciones: La celebración de las navidades, especialmente por el éxito de Canción de Navidad; la denuncia de la pobreza; la creación de los personajes tal como se entienden en la comedia moderna; el cine, en el sentido de que uno de sus pioneros, D. W. Griffith planteó las primeras ideas del séptimo arte a partir de algunas ideas de Dickens como los primeros planos o el montaje paralelo; los nombres de los personajes, siempre cargados de simbolismo, y, para finalizar la lista, la visión de la ley y el derecho.
Imagen a partir de las ilustraciones originales de B.Seymour and Phiz
La Navidad y sus celebraciones aparecen en un gran número de obras de Dickens, aunque la más popular es, sin lugar a dudas, Canción de Navidad, esa obra en que el desagradable prestamista Scrooge se enfrenta a los tres espíritus de las navidades pasadas, presentes y futuras.
En el primer gran éxito de Dickens, la novela por entregas Los papeles póstumos del Club Pickwick (del que hemos tomado parte del título para este blog) hay capítulos dedicados a las celebraciones navideñas. 
Nos acercamos a uno de estos capítulos que el escritor nos presenta con esos títulos descriptivos que tanto le gustaban.


Capítulo XXVIII
Un bienhumorado capítulo navideño, conteniendo el relato de una boda, además de algunas otras diversiones, que aún siendo, a su manera, tan buenas costumbres como el mismo matrimonio, no se observan tan religiosamente en estos tiempos degenerados

Aunque lo que más nos ha llamado la atención de la obra de Dickens han sido siempre los relatos con fondo social, en obras como esta crea las ocasiones para presentar de cuando en cuando algún relato extraño, misterioso o de fantasmas o algún poema que suele poner en boca de los protagonistas en tertulias alrededor del fuego o de una mesa. En esta ocasión, uno de los personajes recrea a los invitados con una poesía sobre la Navidad.



En El Cascanueces, el ballet de Tchaikosvky los niños invitados a la fiesta de Nochebuena observan admirados los muñecos bailarines que el padrino Drosselmeyer les ha traído.
Nos acompaña una producción del Staatsballett Berlin con coreografía de Yuri Burlaka y Vasily Medvedev y Alexander Shpak, Iana Balova y Arshak Ghalumyan como los muñecos y Michael Banzhaf en el rol de Drosselmeyer


Ernst Theodor Wilhem Hoffmann era tan aficionado a la música, a la que quiso desearse profesionalmente, que cambió su tercer nombre por el de Amadeus en honor de Mozart, siendo conocido entre nosotros como E. T. A. Hoffmann. Siendo una persona polifacética que alternó su profesión de con sus trabajos como escritor, dibujante, caricaturista, pintor, compositor y cantante con su voz de tenor, su producción creativa es más conocida por ser el autor de un significativo número de cuentos y relatos cortos más que por sus obras musicales, de las que el mismo Beethoven era admirador.
Imagen a partir de una ilustración de Los cuentos de los mejores ballets, Ed. Susaeta
Nussknacker und Mausekönig (El cascanueces y el rey de los ratones) es un relato publicado en 1816 que transcurre en la Nochebuena en la casa de los Stahlbaum protagonizado por sus hijos Fritz, Louise y, sobre todo, Marie. En este cuento infantil y navideño, tras recibir los regalos colocados bajo un enorme árbol de Navidad, Marie advierte un presente que el padrino Drosselmeyer ha dejado sobre la mesa, un cascanueces con forma de muñeco. A media noche, éste toma vida, lucha contra el rey de los ratones y lleva a Marie en un maravilloso viaje por un reino poblado de juguetes.
El texto que nos acompaña nos muestra el momento en que Marie descubre tan particular regalo.




Uno de los momentos más particulares de El Cascanueces es la danza del Hada de Azúcar (Sugar Plum Fairy) en la que Tchaikovsky introdujo como instrumento principal la celesta, un tipo de armonio con parecido a un piano vertical en el que los martillos golpean unas placas metálicas emitiendo un sonido particular. Fue en esta obra donde se hizo popular. 
La grabación corresponde a una interpretación de Lauren Cuthbertson para el Royal Opera House subida a la red en 2017.


El que posiblemente sea el ballet más conocido y representado de toda la historia, El Cascanueces, se basa indirectamente en el relato anterior. Una adaptación que Alexandre Dumas hizo sobre el cuento de Hoffmann sirvió de base para que Vsévolozhsky y Petipa lo transformaran en un libreto en dos actos al que le puso música Peter Ilich Tchaikovsky.
Marius Petipa, coreógrafo francés que pasó los últimos sesenta años de su longeva vida en San Petersburgo y revolucionó el ballet romántico para crear lo que se llamó el gran ballet ruso, fue el encargado de la coreografía, aunque por su delicado estado de salud fue completado en parte por su ayudante Lev Ivanov, sin que aún quede claro a quien de los dos le corresponde la coreografía, aunque habitualmente se atribuye a ambos.
Imagen a partir de las ilustraciones originales de B.Seymour and Phiz
En el paso del cuento al ballet se produjeron varios cambios. En lugar de tres hermanos solo son dos: Friedrick y Clara. El primer acto se dedica completamente a la fiesta familiar de Nochebuena desde la entrada de los familiares e invitados, los juegos de los niños, los bailes de los padres, la irrupción del padrino Drosselmeyer y sus regalos, hasta la despedida de todos y la aparición de Clara a media noche, momento en que el Cascanueces lucha contra el, ahora, Príncipe de los ratones. 
El segundo acto muestra el viaje que el Cascanueces hace con Clara hasta el País de los Dulces donde son recibidos por The Sugar Plum Fairy (El Hada de Azúcar), su caballero y otros dulces. Aquí aparecen los momentos más espectaculares del ballet: las danzas española, china, árabe, rusa y francesa, el conocidísimo Vals de las flores. Finalmente, Clara despierta bajo el árbol navideño con su cascanueces de madera mientras cae el telón.
En definitiva, se trata de un ballet donde los ensueños infantiles se desarrollan la víspera de Navidad, con un componente que hace que sea una de las primeras aventuras relacionadas con la música clásica que pueden apreciar y disfrutar los más jóvenes y que siempre nos seduce a los mayores.

Dentro de las danzas que se desarrollan en el segundo acto, Tchaikovsky y Petipa encadenan una serie basada en cinco, aunque en ocasiones se amplía alguna más y en las que el orden no suele ser fijo, alternando una más lenta con otra más rápida. Dentro de las danzas más lentas destaca la Danza Árabe, todo un prodigio de contención y dominio del cuerpo rozando más la parte gimnasta y acrobática, por decirlo de una manera fácil de entender, que la danzada.
Sergey Chumakov y Elena Petrichenko realizan una variación de la Danza Árabe en una producción del Moscow Ballet.



En los momentos que se escribe esta publicación la Compañía Nacional de Danza está llevando a cabo diversas representaciones de El Cascanueces con coreografía y dirección escénica de José Carlos Martínez y con la dirección artística de Joaquín de Luz. Realizarán representaciones en el Teatro de la Zarzuela de Madrid durante el mes de diciembre y en el Teatro Maestranza de Sevilla del 9 al 12 de enero. Aquí tendremos la oportunidad de disfrutar de esta obra maestra.
Imagen a partir de una ilustración de Los cuentos de los mejores ballets, Ed. Susaeta
Finalizamos con una versión completa de El Cascanueces para aquellos que tengáis tiempo y queráis disfrutarla. Se trata de una versión del New York City Ballet de 2011 con Ashley Bouder como Drosselmeyer, Megan Fairchild como Sugarplum Fairy y Joaquín de Luz, el actual director artístico de la Compañía Nacional de Danza como el Caballero que acompaña a Clara durante su viaje. La dirección musical está a cargo de Clotilde Otranto y la coreografía corresponde a la versión de George Balanchine.

Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!

Conciertos de Navidad de la Coral de la Palma

Una de las épocas más propicias para organizar y asistir a conciertos es la Navidad. La mayoría de instituciones relacionadas con la música diseña y realiza recitales y conciertos a lo largo de estas fechas. La variedad de tipos de música que se pueden llevar a cabo en estas fechas posibilita que se puedan escuchar aquellos que estén más en consonancia con los gustos de los oyentes, además de facilitar el acercamiento a otros tipos de música que no se suelen oír de forma habitual.
Estos conciertos y recitales van desde lo más espontáneo a lo más organizado desarrollándose en las fechas próximas a la celebración del día de Navidad.
Te propongo un paseo sobre los conciertos de Navidad, fijándonos en particular en los que la Coral Polifónica Municipal de La Palma del Condado dará en los próximos días. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!



Aunque en la actualidad se ha diversificado la música que se interpreta y se escucha en estas fechas, el rey de toda la música navideña es el villancico.
En Breve historia de la Navidad, Francisco José Gómez escribe un libro que indaga en el origen de las tradiciones, los símbolos y las costumbres relacionadas con la Navidad desde sus inicios hasta nuestros días.
En él, Gómez dedica unas páginas al nacimiento de los villancicos, una composición que con el tiempo se convirtió en una de las más populares de cuantas existen, pero que en un primer momento no tenía la connotación que tiene en la actualidad.


Prácticamente todos hemos participado en algunos de los conciertos y recitales navideños, pudiendo recordar cuando actuábamos de pequeños en nuestro colegio, quizás más adelante en algunos coros de barrio o de alguna asociación. En estos coros navideños niños y mayores conviven de modo desinteresado llevando por salones, calles y rincones la magia y el genuino espíritu navideño sin pedir nada a cambio. Si acaso alimentos, ropa o juguetes que contribuyan a ayudar a los más necesitados.
Más compenetrados, con mayor preparación en tiempo y dedicación y con mayor o menor profesionalidad, las orquestas, bandas de música y corales preparan también sus conciertos de Navidad en los que los villancicos dan paso a una mayor variedad de música. Aquí entran también piezas de carácter religioso, músicas entrañables donde la nana y el villancico se funden y se confunden, composiciones que transmiten diversión y alegría. 
Formar parte de una de estas agrupaciones exige constancia y dedicación, pero ofrece beneficios como la superación personal y grupal, el establecimiento de relaciones personales o la mejora en la salud y el bienestar que producen el control de la respiración, el ejercicio mental desarrollado y la satisfacción de cantar.


En los tres conciertos que la Coral Municipal de La Palma del Condado y la Coral Hermandad Sacramental y de la Vera + Cruz de Valencina de la Concepción (Sevilla) interpretarán estos días en Loja (Granada) y las localidades de las agrupaciones,  se ofrecerán diversos tipos de piezas que se mueven entre las citadas composiciones.  
Muchos villancicos de nuestro país fueron recopilados por musicólogos y estudiosos del folclore y llevados a otros países. Algunos de estos, especialmente en versiones anglófonas, han llegado a popularizarse y serán interpretados en estos conciertos en unas adaptaciones que reflejan el gusto de los lugares por donde han pasado hasta regresar a nosotros. Son, si podemos denominarlos así, como aquellos cantes de ida y vuelta que proliferan en nuestra cultura, especialmente la flamenca.
Las músicas que nos acompañan en esta publicación son algunos de los modelos sobre los que se han realizado versiones que se interpretarán en estos Conciertos de Navidad.




Dentro de la música de cada país se han desarrollado una serie de canciones y temas que denominamos folclóricos. Surgen de las melodías que se desarrollan en el pueblo y que se transmiten de forma oral hasta alcanzar una enorme popularidad. En la actualidad diríamos de ellas que son tendring topic o tendencia, con la salvedad de que esas piezas han permanecido por generaciones en plena vigencia.
Villancico, christma carol, chant de Noël, Weihnachtslied o Canto natalizio son los nombres que han ido tomando algunas de estas composiciones en los países de nuestro entorno europeo. Junto a ellos han convivido la canción de cuna, lullaby, berceuse, Kinderlied o ninna nanna como se denominan en estos países.
En ocasiones, esta popularidad ha hecho que autores de música clásica hayan incorporado estas canciones a composiciones propias, ya sea incluyéndolas en sus obras o realizando versiones o adaptaciones de las mismas.
Una nana popular en Eslovaquia es Dobrú noc, má milá (Buenas noches, cariño mío), una sencilla canción que, como es lógico, busca dormir a los pequeños con una letra simple y una melodía que tiende a buscar la relajación y el sueño.




Este popular Dobrú noc, má milá fue utilizado por Antonin Dvořák, el autor de la Sinfonía del Nuevo Mundoen su Opus 73 junto con otras canciones con la descripción de En tono popular, canciones de poemas populares para voz solista y piano. Así, la nana popular pasa a la música culta regresando en la versión que se interpretará en el Concierto de Navidad como una canción para coral a tres voces.
La versión que nos acompaña está interpretada por la soprano checa Magdalena Kozená acompañada al piano por Graham Johnson y pertenece a su disco Love Songs.



Francisco José Gómez continúa desarrollando en Breve historia de la Navidad el momento en que los villancicos pasaron de ser obras obras profanas a religiosas.


La nana Balada al niño Jesús fue compuesta a comienzos del siglo XX por José Ramón Gomis, un compositor alicantino del que hemos cantado una de sus misas en nuestra coral. La canción fue recopilada décadas después en Flok music and poetry of Spain and Portugal (Música folclórica y poesía de España y Portugal) por el compositor y musicólogo estadounidense de origen alemán Kurt Schindler. La primera grabación la realizó en 1932 el barítono Marcos Redondo, uno de los grandes cantantes de zarzuela de nuestro país. En la década de los '70 se realizó un arreglo para coro a cuatro voces con el título Fuentecilla que corres.
A partir de la recopilación de Schindler la Balada al niño Jesús de Gomis fue denominada con su primer verso, A la nanita nana, y tuvo cierto recorrido por los países de habla inglesa. Como los cantes de ida y vuelta, en este caso un villancico pasa a la cultura inglesa, se populariza y vuelve de regreso a su lugar de origen. 
Gino Quilico, a quien tuvimos el placer de escuchar en este blog interpretando a Fígaro en El barbero de Sevilla en Viaje De Otoño. Sevilla, nos mueven los tópicos, es un barítono canadiense que compagina su labor interpretativa con la de profesor de voz y la dirección de escena. Junto a su hermana Sofia interpreta A la nanita nana con reminiscencias anglófonas, las mismas con que se interpretará en los Conciertos de Navidad de las corales de La Palma del Condado y de Valencina de la Concepción.
El enlace corresponde a una grabación de estudio para su álbum Secrets de Noel que publicó en 2015.


Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!


Bibliografía y webgrafía consultadas:

El abandono de Mozart

No me interesa la alabanza o crítica, me basta con seguir mis propios sentimientos.
Wolfgang Amadeus Mozart

Mozart es un personaje que asociamos en nuestro imaginario colectivo con la brillantez del niño prodigio, la increíble capacidad de componer obras sin esfuerzo aparente, el haberse convertido en un compositor de éxito y, además, con la leyenda de la pérdida inesperada de su temprano fallecimiento, dejando quién sabe qué obras sin componer.
Esta imagen del compositor de Salzburgo la tenemos por algunas de sus obras y, de manera especial, por Amadeus de Milos Forman, una de las películas que han ayudado a popularizar su figura, pese a ser una fabulación literaria a partir de obras anteriores, como la pieza de teatro homónima de Peter Shaffer, inspirada a su vez en Mozart y Salieri, un relato en verso incluido en Las pequeñas tragedias de Alexandr Pushkin y del que tratamos en este blog en Rivalidades artísticas: Mozart y Saieri.
Esta imagen que se tiene de Mozart difiere de la realidad de su vida y su trabajo. Las obras del compositor no tuvieron el éxito que tienen en la actualidad y ni en su vida ni en el siglo XIX gozaron de mucha popularidad.
Hay demasiados datos que difieren respecto a esta imagen que la cultura popular tiene del compositor de Salzburgo, entre ellos, algunos matices que vamos a tratar en esta publicación.
Te propongo una mirada desde la sociología y la música sobre los últimos meses de un creador único, Mozart. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!



Norbert Elias (1897-1990) fue un sociólogo judío alemán relativamente ignorado en sus trabajos hasta la parte final de su vida, alrededor de los años setenta del siglo pasado. Su labor se centró de modo especial en desarrollar una sociología figuracional que se basa en procesos frente a la tradicional basada en el individuo o la sociedad. Elias propugnó desde el concepto figuración una interpretación de la construcción de la sociedad desde los individuos haciendo notar que éstos sólo son relativamente autónomos y libres.
Entre sus ensayos y publicaciones podemos encontrar El proceso de la civilización, La soledad de los moribundos, La sociedad cortesana, Humana conditio, Sociología fundamental o Deporte y ocio en el proceso de la civilización.
Publicado póstumamente por su editor Michael Schöter a partir de una serie de anotaciones y escritos, Mozart. Sociología de un genio es una obra que indaga en los procesos sociológicos citados para profundizar en la personalidad de Mozart y su proceso de creación en la sociedad vienesa en que vivió.



El libro está construido a partir de cuatro textos mecanografiados, dos cintas magnetofónicas con la grabación de sendas conferencias y diversas anotaciones tanto manuscritas como mecanografiadas. A partir de este material, que en determinados momentos es repetitivo por tratarse de distintos documentos del autor cuya finalidad no era pertenecer a una misma obra, Schöter publica una obra que presenta una doble mirada. Por una lado, a la construcción y desarrollo de la personalidad, el sentido del deber como autor y la felicidad que construyó Mozart y, por otro lado, sobre el desarrollo de un artista en una sociedad poco favorable al desarrollo de su arte.
En el primero de los documentos mecanografiados, Elias desarrolla la teoría del abandono de Mozart a su suerte que desencadenó su fallecimiento. 



La última obra de Mozart fue su conocido Requiem en Re menor, una obra que realizó gracias a un extraño encargo y de la que hemos tratado en este blog en Un Réquiem para Mozart
Se trata de una obra que tiene un halo de misterio, dramatismo y leyenda por sus características y la muerte del compositor en pleno proceso de composición y en lo que podríamos denominar la mitad de su vida.
Al haber dedicado algunas piezas de este Réquiem en otros escritos de este blog, nos vamos a fijar en esta ocasión en el Recordare. Se trata de un cuarteto interpretado por los cuatro solistas, siendo una de las piezas más tranquilas y subyugantes de la obra. Tras una introducción instrumental a cargo de chelos, contrabajos, órgano y clarinetes con la incorporación posterior de los violines, los cuatro solistas realizan una entonación de frases melódicas que muestran el dominio del compositor del contrapunto. Comienza una pequeña fuga de la contralto a quien sigue el bajo, incorporándose posteriormente la soprano y el tenor. Unos compases instrumentales dan paso a una melodía que comienza el bajo seguido por el tenor, la contralto y la soprano. Un nuevo interludio instrumental da paso de nuevo a los solistas comenzando en esta ocasión la soprano. En esta ocasión son las cuerdas las encargadas de dar paso a una nueva intervención de los solistas que realizan un puente modulante que es reforzado por trombones y maderas. De nuevo la contralto comienza la melodía seguida por el tenor y más adelante por el cuarteto finalizando por una breve cadencia a cargo de la orquesta.


El enlace nos ofrece la interpretación del Recordare del Réquiem de Mozart con la soprano Marie MaKaughlin, la mezzosoprano Maria Ewing, el tenor Jerry Hadley y el bajo Cornelius Haumtmann con la Symphonierorchester des Bayerischen Rundfunks y la dirección de Leonard Bernstein celebrado en la iglesia Marie Himmelfahrt de Diessen an Ammersee en 1988.
La personalidad de Bernstein, uno de los grandes de la música del siglo XX se deja entrever en la dirección y cómo transmite a los intérpretes para que la música suene de una forma tan sublime.


Norbert Elias traza un retrato de la situación de la figura del artista creador en la sociedad vienesa, y por generalización en la europea, del siglo XVIII. En algunas artes como la escritura, ya sea en su faceta literaria como de desarrollo del pensamiento o la ciencia, el artista podía vivir con una libertad más relativa en cuanto el público que compraba sus obras pertenecía a un espectro más amplio de la sociedad. En otras, como la música, el artista se encontraba en una situación menos dotada de libertad. Si encajaba en los gustos de la aristocracia y la naciente burguesía, si lograba atraerlos con sus obras, tenía asegurado cierto éxito, aún faltando algunas capas sociales que no tendrían acceso a su música. Si, como era el caso de Mozart, su capacidad de creación aumentaba y se salía de los gustos de ese público, éste le abandonaba por otros autores más acordes con los estilos demandados.



Aún así, Mozart poseía una enorme capacidad para la creación, sin duda gracias a la exigente formación de su padre, pero comenzó a aflorar en él el sentimiento de abandono de su público por otros artistas más frívolos.
El estudio de Elias modifica, en cierto sentido, el conocimiento que tenemos de la figura y la personalidad de Mozart.


La última pieza que Mozart completó antes de su fallecimiento, aparte de las indicaciones y el diseño de todo el Réquiem que, al parecer, dejó bosquejado, es Lacrimosa. Con total certeza fueron los ocho primeros compases de esta pieza los últimos que compuso el genio de Salzburgo. El resto de este Lacrimosa fue terminado por su discípulo Franz Xaver Süssmayr. El resto de la obra (Ofertorium, Sanctus, Agnus Dei y Comunio) fueron terminados por este último.
Lacrimosa comienza con una introducción de las cuerdas que utilizan la melodía del Introito. El coro entra cantando el primer verso, Lacrimose dies illa (¡Oh, día lleno de lágrimas!), siendo dobladas sus melodías por clarinetes y fagots mientras van realizando un tímido crescendo. El coro realiza una variación del fragmento inicial sotto voce y, tras una modulación mantiene el clima sobrecogedor de la pieza. Una melodía del clarinete vuelve a introducir al coro el tema principal con nuevas variaciones hasta finalizar con un Amen final.


La interpretación de este Lacrimosa con la emoción de ser la última pieza escrita por Mozart corresponde a Arsys Bourgogne y Camerata Salzburg bajo la dirección de Pierre Cao.



Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!

Bibliografía y webgrafía consultadas e interesantes:
  • www.kareol.es: Letras y traducciones de óperas y música vocal.
  • Más sobre el Réquiem:
https://lineassobrearte.com/2015/06/28/requiem-en-re-menor-wolfgang-amadeus-mozart-1791/ 

La vida entre los libros

Buchmendel - Mendel el de los libros de Stefan Zweig 

Leer un libro es abrir una ventana a un nuevo mundo. Es dejar entrar en tu vida nuevos elementos, a veces inesperados, pero siempre diferentes y enriquecedores.
Quienes dedican sus vidas a los libros -escritores, bibliotecarios, libreros...- ayudan a que crezca en nosotros el placer por leer y entrar en esos mundos que sólo nos ofrece la literatura.
De entre todos los libros hay autores que fijan y centran su mirada precisamente en los libros y lo que les rodea. Todos tenemos en la mente algunas obras cuyos protagonistas son los libros o quienes dedican su vida a ellos. 
Te propongo dedicar unos minutos a conocer uno de esos personajes que dedican su vida a los libros, únicamente a ellos. Nos acompañan obras de Stefan Zweig y Gluck. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!


Los libros amarillos (1887) Vicent van Gogh
Nacido en Viena en 1881, la vida de Stefan Zweig está ligada a los libros y la literatura en la que ha trabajado en prácticamente todos los géneros. Sus ensayos ahondan en los problemas culturales, políticos y sociales tanto de su época como de la anterior a la que vivió. Sus novelas muestran la lucha de los individuos de nuestra época con sus pasiones, sus dudas y rebeldías. Sus biografías, siempre rigurosas, muestran el lado más humano a la vez que el más admirado genio que los protagonistas poseen. Zweig es un erudito, un ilustrado que no quiere mostrarse de esta manera, sino que busca en todo momento dar a conocer el sentido de su obra, el equilibrio de lo tratado. En todas sus obras destaca siempre un afán por mostrar a sus lectores la fortaleza de la unidad y la unión de las culturas y los pueblos acompañados de una profundidad psicológica y filosófica que desea transmitir continuamente en su literatura. Las crisis profundas de la primera mitad del siglo XX, los movimientos provocados por las guerras en un pacifista irredento como él, el fin de una época que devino en la destrucción de las estructuras conocidas por la barbarie de la sinrazón son siempre los motivos que movieron a Zweig a escribir. 
De entre sus obras traemos en esta ocasión un retrato pequeño, una miniatura de narración basada en uno de los motivos que más lo acompañaron en su periplo vital: el amor a los libros.
Buchmendel (Mendel el de los libros), así con una sola palabra, con esa concisión con que el idioma alemán concentra significados, es un pequeño libro de apenas una treintena de páginas que se centra en la figura Jakob Mendel, un librero de viejo que pasa su vida entre catálogos de libros en uno de los muchos cafés de la Viena de comienzos del siglo XX.
El amor a los libros, la vida dedicada a ellos es el tema sobre el que se mueve la narración, además de presentarnos un retrato de un personaje que se hará inolvidable a quien lo lea.



Un aguacero sorprende a nuestro narrador, que entra en un café próximo a protegerse de la lluvia tras años fuera de la ciudad. Una vez dentro, el narrador -¿por qué no Zweig?- comienza a recordar algunos elementos del café, un lugar en el que sabe que ha estado hace lustros. Así nos introduce en el recuerdo de quien será el centro de la obra.



Zweig, un europeista convencido, un escritor al que deberíamos rescatar de su estado de semi olvido, no deja de mover los datos y los detalles por donde viene bien a sus intereses. El café recibe su nombre de uno de los músicos más notables del siglo XVIII, Christoph Willibald Gluck, uno de los grandes reformadores de la historia de la ópera. Frente a la costumbre de la época en la que los compositores debían someterse a la dictadura de las sopranos o los castratos, adaptando sus arias, algunos números o argumentos a sus deseos e intereses, Gluck indagó en las razones que tenían a la ópera seria en crisis. De aquí surgió la idea de someter la ópera al drama, otorgando una estructura más acorde a los argumentos que a los caprichos de los divos. Pero esto es otra historia y tendrá su momento en este blog.
El hecho sintomático es que Zweig se fija entre otros cualesquiera en el nombre de Gluck para denominar el café donde realizaba su vida Mendel. Entre las óperas del compositor destacan Orfeo y Eurídice, sobre el conocido mito, Alceste o Ifigenia en Áulide
De Orfeo y Eurídice nos acompañan en este momento el aria de Amore (Cupido) en el que advierte a Orfeo de que no debe mirar a su amada Eurídice hasta que no salgan de los infiernos, ya que la perderá para siempre si lo hace.
El aria de Amore Se il dolce suon (Si el dulce sonido) seguida de Gli sguardi trattieni (Contén tu mirada) del Orfeo ed Euridice de Gluck está interpretada por Vaia Mani en el concierto de Caprile Iluminata que se celebró en junio de 2018 con la dirección de Salvatore Francavilla.



Una vez el narrador trae a su memoria y a nosotros el lugar donde conoció a Mendel, sus recuerdos se desencadenan. Vuelve a rememorar la inconfundible figura del librero y su proverbial capacidad de concentración. La capacidad descriptiva de Zweig nos lo presenta de una manera inconfundible como uno de esos personajes a los que podemos reconocer y recordar con la familiaridad de alguien a quien vemos con frecuencia.


El Orfeo y Eurídice de Gluck posee una de esas piezas no cantadas que pasan a formar parte de nuestra cultura, una de esas músicas que nos suenan aunque no sepamos bien dónde las hemos oído. La danza de los espíritus benditos o de las ánimas benditas es, como su nombre indica, una pieza de ballet dentro de una ópera, una concesión a la tradición de la gran ópera francesa, en la que el ballet era requisito imprescindible.
La simbiosis entre esta pieza orquestal, en la que la flauta se erige en protagonista, y nuestro Mendel es proverbial. Un personaje que no vive con los pies en el suelo, que no ha prestado atención jamás a la música, un alma que no habita en el mundo de los mortales, sino en el suyo propio, el que está formado por libros, catálogos, inventarios, títulos o traducciones, bien puede considerarse uno de esos espíritus benditos de Gluck.
En esta ocasión se adecua a acompañar a la lectura del relato de Zweig mientras se escucha la música. La unión entre música y literatura en esta ocasión es quasi perfecta.


Zweig continúa su relato narrando el primer encuentro que tuvo con Mendel. Curiosamente el autor quiere que la búsqueda sea sobre una bibliografía de Mesmer, un curioso médico autor de teorías paracientíficas sobre magnetismo animal que fue mecenas de Mozart, ya que en el teatro del jardín de su casa palacio estrenó éste su primera ópera, una obra para marionetas, Bastián y Bastiana. Como podemos observar, los datos que utiliza Zweig no dejan de mostrar sus conocimientos, aunque sean de forma subliminal.


En el segundo acto de Orfeo y Eurídice Gluck nos presenta el Coro de las Furias que interpreta Chi mai dell'Erebo. En una horrible caverna más allá de la laguna Estigia un grupo de Furias y espectros surge de entre las llamas y el humo para interpretar este coro al que sigue un baile.



La interpretación corresponde a la adaptación Orphée, un opéra imaginaire interpretada por L'Ensemble Baroque de Toulouse y el Choeur Baroque de Toulouse con la dirección de Michel Brun.


El relato continúa con la propuesta que el narrador hace a Mendel y cómo éste responde. Zweig logra que nos pongamos en su lugar para sentir en nosotros mismos la enorme admiración que un personaje como este librero provoca en quienes le oyen.



Desgraciadamente la historia de este librero de viejo se trueca en drama con la irrupción de la Gran Guerra, un conflicto devastador del que Mendel ni se llegó a enterar. Pese a la movilización para el ejército, con los cambios de personas que entran y salen de un café vienés, las noticias que a diario aparecen en los periódicos, los temas de las conversaciones de los tertulianos, las bajas provocadas en el campo de batalla no fueron suficientes para que Mendel saliera de su ensimismamiento y su vida entre libros para darse cuenta de la realidad que lo rodeaba.
No fue la brutalidad de la guerra, ni el devastador aumento de los muertos, ni la desgarradora desaparición de la sociedad tal como se conocía los que acabaron con Mendel. Fue la increíble estupidez humana, la irracional burocracia la que fueron minando su persona.
Pero eso es parte del desarrollo de esta historia con un protagonista tan singular como enciclopédico, de memoria tan magnífica como estéril. El libro de Zweig, que se lee en un rato en sus pocas páginas, es una invitación a conocer y hacer formar parte de nuestra vida de un personaje que puede llegar a ser más cercano e inolvidable para nosotros que algunos reales a los que hemos conocido.
Naturaleza muerta con libros y violín. Jan Davidsz de Hemm (1606-1684)
Con Mendel en la memoria, nos despedimos con el aria más conocida de Orfeo y Euridice. Philippe Jaroussky, posiblemente el mejor contratenor de nuestros días interpereta Che faró senza Euridice (Qué haré sin Euridice), una aria que Gluck introdujo en la versión que se estrenó en Nápoles en 1774, doce años después del estreno de la ópera en Viena
La calidad de la voz de Jaroussky, el uso de las matizaciones para transmitirnos las emociones, la amplitud de su registro, la naturalidad con que canta y la eliminación de adornos superfluos e innecesarios hacen que esta interpretación sea una de las mejores versiones que se pueden oír en la actualidad.
El vídeo, que corresponde a una grabación que se llevó a cabo en mayo de 2018 está dirigida por Diego Fasolis y pertenece a una edición de Orfeo ed Euridice con Amanda Forsythe para Wagner Classics.


Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!

Bibliografía y webgrafía consultadas: