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Una tarde de invierno

"En las profundidades del invierno finalmente aprendí que en mi interior habitaba un verano invencible"
Albert Camus

Nuestra existencia está repleta de dualidades: alegría y tristeza, materia y espíritu, realismo e idealismo, bien y mal, frío y calor, luz y sombra nos acompañan en nuestras vidas.
Verano e invierno son consustanciales a nuestras vidas. Frente al calor, la luz, los días largos o las salidas al exterior del verano, oponemos el frío que nos trae el invierno, las tardes cortas con noches que se nos hacen interminables y un recogimiento en los hogares.
Cada invierno es diferente e idéntico a los demás: mayor o menor frío, pocas o muchas semanas en que la meteorología domina nuestras vidas, largas noches al calor del hogar mientras esperamos el cambio de estación.
Una tarde de invierno es probable que estemos ajetreados en nuestros quehaceres, que no dispongamos de tiempo para dedicarlo a nosotros mismos. Las tardes cortas y los anocheceres tempranos, el tiempo desapacible en que buscamos la vida en el interior de nuestros hogares ayudan a la introspección. Buscar un tiempo para nosotros, aislarnos del exterior y dejarnos arrastrar lejos de las imágenes luminosas, las palabras vociferantes o los sonidos estridentes nos ayudan a buscar textos y músicas que nos sirvan de espejos en los que nosotros mismos nos veamos y reconozcamos para emerger de nosotros mismos. 
Te propongo compartir los sentimientos que podemos encontrar en una tarde de invierno de la mano de dos autores franceses que nos acompañan con sus textos y sus músicas. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!


Una tarde de invierno, cualquier tarde de invierno, siempre nos va a encontrar con obligaciones que nos zarandean de una ocupación a otra, con asuntos que atender o con tareas que realizar. En los libros, en la literatura podemos encontrar un hogar que nos acoja, un espacio en el que refugiarnos y en el que encontrar un espejo en el que nos veamos a nosotros mismos.
Georges Perec es uno de los literatos más particulares del siglo XX. Excesivo, incomprendido, con una descomunal facilidad para unir lo fundamental con lo lúdico, Perec es también un escritor de culto, un autor que ha tenido una influencia grande en la manera de comprender los límites que marcan las fronteras del arte.
Nació en 1936, poco antes de comenzar la devastadora guerra mundial en París de padres polacos. Con el estallido del conflicto bélico, su padre se alistó en el ejército, falleciendo y afrontando la que sería la primera desaparición en la vida del pequeño. Su madre, ya con el status de viuda de guerra lo dejó a cargo de una nodriza y comenzó el luto por su desaparecido esposo. Más tarde, lo envió con la familia paterna a Grenoble, aún no ocupada por los nazis como huérfano de guerra. En febrero de 1943, su madre y su hermana fueron deportadas a Auschwitz y no volvió a tener noticias suyas. Otra nueva desaparición en su vida. Tras la liberación volvió a París donde fue adoptado por una nueva familia, continuando sus estudios escolares y en el liceo. "Sin familia, sin comunidad donde insertarse, Perec hizo de la literatura "su" mundo, el lugar donde encontró y recreó un hogar", en palabras de Ducret.
Ese amor hacia los libros se deja ver en toda su obra, también en El viaje de invierno, un libro con evocación a Schubert en el que narra el descubrimiento más maravilloso para un lector empedernido, una desconocida obra maestra de la literatura, un libro enigmático, desapercibido, una joya literaria que encierra otros libros. Su domino de la escritura, su sugerente amor por los libros acerca El viaje de invierno a quienes amamos la lectura con pasión.


La música tiene la facultad de transportarnos por emociones y sentimientos que sentimos con mayor intensidad cuando nos alejamos y aislamos del ruido y del ajetreo del día a día.
De las dos hermanas, la pequeña Lili era la más virtuosa para la música. La mayor obtuvo en 1908 el segundo lugar en el prestigioso Premio de Roma que se otorgaba a los compositores franceses, pero fue Lili la primera mujer que obtuvo el galardón en 1913. Intérprete virtuosa del piano, Lili Boulanger también dominaba el violín, el arpa, el órgano y el violonchelo, además de componer. Pero su temprana muerte por la enfermedad de Crohn a los veinticinco años truncó una carrera prometedora.
En esas circunstancias, su hermana Nadia, también compositora en ciernes, decidió en 1918 dejar de dedicarse a la creación musical, según decía, para promocionar el legado de su hermana. Años más tarde, en su madurez llegó a confesar: "Decidí abandonar la composición porque sabía que jamás sería una compositora genial."
Se centró en la interpretación de piano y órgano y la dirección de orquesta, la creación de pocas composiciones cada vez más esporádicas y, sobre todo, en la enseñanza musical.


Soir d'hiver (Tarde de invierno) es una canción compuesta entre 1914 y 1915 en plena Gran Guerra a partir de un poema de la propia Nadia Boulanger.
En ella evoca la sensación de dolor que siente una madre en una de esas largas e interminables tardes de invierno cuando la ausencia y el temor de la pérdida lo llenan todo.


La interpretación corre a cargo de la soprano Nicole Cabell acompañada por Lucy Mauro al piano y pertenece al disco Mademoiselle: Première audience - Unknown Music of Nadia Boulanger de Naxos of America y recoge, como su título indica, parte de la música desconocida de Nadia Boulanger.

 

Regresar a casa después de una jornada de trabajo o de hacer unas compras, después de un paseo por las calles y buscar un rincón donde refugiarse en la lectura es uno de los placeres con que nos regala el invierno.
Tras estudiar Sociología, Georges Perec colaboró en diversas revistas literarias, durante tres lustros se encargó de los crucigramas que Le Point publicaba semanalmente, escribió en los géneros más diversos, desde ensayos a poesía, desde obras dramáticas a guiones cinematográficos, desde traducciones a los citados crucigramas, anagramas, acrósticos y demás pasatiempos relacionados con las palabras, además de trabajar como archivero en el laboratorio de investigación neurofísica del hospital Saint-Antoine. Una personalidad tan ecléctica no podía sino escribir obras, cuanto menos, sorprendentes.
Su entrada en el mundo literario fue fulgurante, obteniendo el premio Renaudot con Les choses (Las cosas), su primera novela en 1965. Más adelante fue miembro fundacional del grupo OuLiPo, acrónimo de Ouvroir de Littératura Potentielle (Taller de Literatura Potencial) junto con Quenneau y el matemático Le Lyonnais, un grupo que surgió con la idea de explorar nuevos territorios para la literatura.
Publicado póstumamente en 1993, Perec continúa en la segunda parte de El viaje de invierno con la investigación bibliófila que comenzó Degraël sobre el libro homónimo del imaginario autor Hugo Vernier. En esta segunda parte, el lector se sorprende y desasosiega mientras lee un texto que le fascina, cargado de lirismo, de frases y de imágenes literarias evocadoras. Sobresaltado, descubre que el texto de Vernier está plagado de citas de sus autores predilectos, es un bello y delirante plagio.


Mirar desde el calor del hogar a través de la ventana y poder contemplar a la vez el exterior y tu interior forma parte de las infrecuentes sensaciones que nos pueden proporcionar las tardes de invierno.
Nadia Boulanger se convirtió en solista de órgano en conciertos sinfónicos desde 1925 y, a partir de 1938 fue la primera mujer en dirigir las orquestas sinfónicas de Boston, Filadelfia y Nueva York, rescató en pleno siglo XX la olvidada música de Monteverdi, además de promocionar a Fauré y su Requiem.
Paul Valéry la llegó a describir como "la Música personificada" ha pasado a la historia en su faceta de pedagoga musical, llegando a enseñar y formar a muchos de los grandes compositores del siglo XX. Entre sus aproximadamente mil doscientos alumnos podemos encontrar a algunos de la talla de Aaron Copland,  Darius Milhaud, Virgil Thomsom, Astor Piazzola, Ned Rorem, Narciso Yepes, Quincy Jones, Gian Carlo Menotti, Igor Markevitch, John Eliot Gardiner, Leonard Bernstein, Phillip Glass o Daniel Barenboim
El compositor Ned Rorem la cataloga como "la pedagoga musical más importante que jamás existió."
De ascendencia rumana, rusa y francesa y padres músicos, la esmerada y rigurosa educación musical que recibieron las hermanas, ayudó a Nadia Boulanger a dedicar su vida a la formación musical, llegando a ser una de las partícipes en la creación del sonido que nos ha acompañado desde la mitad del pasado siglo. 


Élégie es una canción para piano y voz de soprano compuesta y estrenada en 1907 a partir de un poema de Albert Victor Samain escrito en 1901 y publicado en Le chariot d'or (El carro dorado) con el título del primer verso: Une douceur splendide et sombre.


De nuevo la interpretación corre a cargo de Nicole Cabell con Lucy Mauro al piano extraídos del disco Mademoiselle: Première audience - Unknown Music of Nadia Boulanger de Naxos of America.


Como el Concierto para piano nº 1 de Chopin, que surge íntimo y magnífico desde el silencio más absoluto de la noche, hay ocasiones en que un libro nos transporta en las tardes de invierno a lugares o ideas que van más allá de nuestra existencia.
En La disparation, Perec mostró su dominio del idioma y su afición por los juegos literarios, una obra intraducible, ya que en ningún momento utiliza la letra más habitual en el idioma francés, la "e". Para resarcirse, años después publicó Les Reverentes, una obra en la que esa letra es precisamente la única vocal que utiliza.
La Vie Mode d'Emploi (La vida instrucciones de uso) es su obra más conocida, un caleidoscópico retrato de uno de esos bloques de vecinos que abundan en las ciudades en los que la mirada libre, original y desinhibida del escritor monta un puzzle alrededor de pisos, habitantes y situaciones. Con esta obra de 1978, Perec obtuvo el premio Médicis e hizo que Italo Calvino escribiera sobre él: "Es una de las personalidades literarias más singulares del mundo, un escritor radicalmente distinto a cualquier otro."


En marzo de 1982, días antes de cumplir los cuarenta y seis años, Georges Perec falleció repentinamente de un cáncer fulminante.
El viaje de invierno continúa con la sospecha de Degraël sobre el libro de Verneil con un descubrimiento que nos sumerge a los lectores en un sorprendente desenlace sobre tan singular libro.



En ocasiones la oscuridad, la monotonía del cielo, los días cortos del invierno hacen que nos mimeticemos y nos invada la melancolía, un sentimiento que resurgirá con una naciente alegría.
La importancia de Nadia Boulanger como profesora estribó no sólo en su gran conocimiento musical, sino en que logró desarrollar los talentos que poseían sus alumnos y sacar sus valores estéticos, haciéndoles encontrar a cada uno de ellos su propio lenguaje que lo distinguía de los demás. Se llegó a decir que era "el maestro más influyente desde Sócrates" de esta pedagoga musical, una mujer carismática y apasionada, según quienes la conocieron, pero también una mujer difícil y con carácter.
La pieza con que nos despedimos de esta tarde de invierno es Un grand sommeil noir (Un gran sueño negro), una canción a partir del poema del mismo nombre publicado por Paul Verlaine en Sagesse II en 1880.


La interpretación corresponde al barítono Edwin Crossley-Mercer acompañado de nuevo al piano por Lucy Mauro extraído de Mademoiselle: Première audience - Unknown Music of Nadia Boulanger de Naxos of America.

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Bibliografía consultada:

La muerte de Verdi

En enero de 2021 se cumplieron ciento veinte años de la muerte en Milán uno de los más grandes compositores de ópera de toda la historia, Giuseppe Verdi
Su fallecimiento se produjo el 27 de enero de 1901 y en esta publicación vamos a recordar cómo se desarrolló a partir de una de las biografías del compositor, además de tratar la forma de componer algunos momentos de sus obras más conocidas.
No hay duda de que Verdi es uno de los compositores más oídos y sus óperas figuran entre las más conocidas de toda la historia de la música. Con bastante diferencia, la ópera más representada en la última década es La Traviata, con aproximadamente 7.552 representaciones en los últimos diez años, un número que, estadísticamente, viene a decirnos que en algún lugar del mundo se representa una versión de la Traviata cada doce horas, es decir, dos veces al día. Además, Rigoletto, Aida o Nabucco aparecen siempre entre las 15 obras más representadas cada año, según datos de Operabase.
En estos días finales de enero se cumplen años del fallecimiento de Giuseppe Verdi, te invito a recordar algunos momentos de sus obras más importantes y cómo fue su muerte. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!


Ángeles Caso (Gijón, 1959) publicó Giuseppe Verdi. La intensa vida de un genio (2001) tras una carrera en los medios de comunicación, donde fue presentadora de los Telediarios de Televisión Española, además de trabajar en otros medios como la Cadena Ser o Radio Nacional. Licenciada en Geografía e Historia, su carrera literaria comenzó con Elizabeth, emperatriz de Austria-Hungría, a la que siguieron El peso de las sombras, Las olvidadas, una historia de mujeres creadoras, Todo ese fuego (sobre las hermanas Brontë) o Grandes Maestras. Mujeres en el Arte Occidental. Renacimiento. Siglo XIX.
En su biografía verdiana, Caso nos recuerda el último cumpleaños del compositor, una visita que recibió de unos músicos que se acercaron a saludarlo tras un concierto en Busseto y cómo se deshizo de algunas de sus primeras composiciones. 


Verdi es uno de estos músicos que lo son de nacimiento, con unas facultades innatas que se cultivan con el estudio y se desarrollan con el paso del tiempo. Procedente de una familia de taberneros de Roncole, sus facultades hicieron que Antonio Barezzi se preocupara por buscarle los medios para que recibiera una formación musical.
Pero no fue fácil. Tras unos primeros estudios en Busseto, con diecinueve años suspendió su examen de ingreso en el Conservatorio de Milán. Con veintiséis años estrenó su primera ópera, Oberto, conte di San Bonifacio con relativo éxito en La Scala milanesa. Pocos meses después fallecía su esposa, Margherita Barezzi -hija de su protector-, después de que hubieran desaparecido también sus hijos Virginia e Icilio. En poco más de un año, Verdi había visto cómo su familia desaparecía y renunciaba a seguir componiendo.


Pero tenía un contrato que le obligaba a estrenar dos óperas más y hubo de regresar a Milán donde dejó el libreto que tenía entre manos y compuso su primer gran éxito, Nabucco, una ópera que marcaría un antes y un después en su vida y en la historia de la ópera.
En alguna ocasión hemos tratado de la gestación de esta ópera en este blog, enlazando con el que quizás sea el coro más conocido del mundo de la ópera, Va pensiero.
En esta oportunidad traemos otra pieza correspondiente a Nabucco, el concertante del final del acto II, S'apressan gl'istanti, una pieza a cuatro voces en el que intervienen Nabucco, Abigaille, Ismaele y Fenena en ese orden y concluye con el tutti del coro. Se trata de cuarteto en el que cada uno de los personajes canta el texto y van entrando en forma de canon concluyendo con la intervención del coro. Dramáticamente no presenta avance en la trama. Nabucco ha recuperado el trono que le arrebataron y anuncia su venganza, mientras que el resto de personajes va repitiendo sus palabras, como en eco y meditación. Aunque es estilo es excesivamente estático musical y literariamente, marca un punto de inflexión entre la ópera que se hacía hasta el momento y el nuevo estilo que encarnará Verdi en los años siguientes. 


La interpretación corre a cargo del bajo Renato Bruson como Nabucco, la soprano Ghena Dimirova en el rol de Abigaille, el tenor Bruno Beccaria como Ismaele y la soprano Raquel Pierotti como Fenena, acompañados por el Coro y la Orquesta del Teatro alla Scala de Milán y dirigidos por Riccardo Muti en 1987.


"Para mí, el cine son cuatrocientas butacas que llenar." Esta frase atribuida a Alfred Hitchcock está en la línea del pensamiento con que Verdi veía el mundo de la ópera.
Crítico musical de The New Yorker, Alex Ross pasea su mirada lúcida, comprensiva y omnipresente sobre toda la música que el siglo XX ha aportado en todas sus vertientes y estilos en dos libros caleidoscópicos, enciclopédicos y amenos en los que desglosa el seguimiento a la tradición, la ruptura, las nuevas voces y estilos, los múltiples caminos y las enorme variedad que la música ha aportado en la centuria pasada a los melómanos: The rest is noise (El ruido eterno) y Listen to this (Escucha esto).  
Apasionado de cualquier tipo de música, Ross deja posar su mirada en Escucha esto por la obra de Verdi. La comparación entre el compositor italiano y Hitchcock toma aquí un sentido diáfano al que se une la reflexión -casi de imagen cinematográfica- en que Verdi presenta el tema de una de sus más conocidas melodías, La donna é mobile para representar el tremendo dolor con el que Rigoletto caerá al final de la obra en la cuenta de la desdicha que acontece a su hija.


Tras unos momentos en que el Duque de Mantua parece ser fiel y leal a Gilda, hija de Rigoletto aunque desconoce el parentesco, La donna è mobile vuelve a destacar su lado libertino que ha mostrado a lo largo de la ópera. 
Es de noche, en una hostería el Duque tiene una cita amorosa con Magdalena que ha urdido el propio Rigoletto con el sicario Sparafucile. Allí, escondidos, Gilda y Rigoletto, desde un rincón canta La donna è mobile, un aria con un ritmo vals algo ostinado, con varias repeticiones de la melodía y un fanfarrón alarde que muestra el carácter del personaje y finaliza con el famoso do de pecho. Curiosamente, este final no interrumpe el desarrollo de la acción y hasta hace pocos años no se solía interrumpir con aplausos, dando continuación a la escena. 


La versión que nos acompaña está magníficamente interpretada por el incombustible Plácido Domingo en una grabación en directo en el Metropolitan Opera House de New York celebrada en 1977 bajo la dirección del entonces director musical James Levine.


Siguiendo a Alex Ross en Escucha esto, el crítico musical dedica unas reflexiones a la forma de plantear y desarrollar las situaciones dramáticas con ese peculiar estilo con que Verdi mezcla y funde el texto, la música, la emoción y la información que desea transmitir a los espectadores. El análisis de su forma de desarrollarla, el incansable y demoledor ruego hacia sus libretistas y la pasión y el dominio emotivo-vocal con que la gran María Callas interpretaba el Amami, Alfredo en La traviata, marcan la reflexión de Ross.


No hay registros de vídeo de María Callas interpretando Amami, Alfredo en esa excepcional representación en el Teatro alla Scala en 1955, pero sí una grabación en disco de La traviata con la dirección de Carlo Maria Giulini y Giuseppe di Stefano en el rol de Alfredo.



Al cumplirse el centésimo vigésimo aniversario del fallecimiento del compositor, volvemos a la biografía de Ángeles Caso, Giuseppe Verdi. La intensa vida de un genio. Allí detalla cómo ante su fallecimiento, el compositor de Busseto continuó pensando en aquellos a los que había apoyado durante su vida: músicos jubilados que no tenían en aquella época pensión que les ayudara en su retiro, hospitales para enfermos con pocas posibilidades económicas, niños cuyas familias no pudieran costearles estudios ni elementales ni musicales o agricultores que no pudieran invertir como él en modernizar los cultivos. Esa labor social que con tanto interés y dedicación había promovido a lo largo de su vida no acabaría con su muerte. 

¿Quién no se deja seducir por la música de Verdi?

Verdi fue muy generoso tanto en su vida como cuando sabía que esta estaba finalizando con todos cuanto veía que necesitaban ayuda. En mayo de 1900 dejó escrito su testamento en Milán. Su fortuna era enorme para la época y los beneficios de sus derechos de autor, inversiones y las varias granjas que tenía le suponían la enorme cantidad de ingresos anualmente. 
Sus dos grandes obras fueron beneficiadas en sus últimas voluntades. Por un lado, el hospital de Villanova sull'Arda recibiría sus propiedades de Castelazzo en las que se incluían varias granjas que obtenían abundantes beneficios que irían a dejar una renta anual para una escuela y cien ayudas económicas para los alquileres de los más pobres de la zona. La Casa di Riposo para músicos retirados, uno de sus grandes proyectos y cuyos terrenos había comprado en octubre del año anterior, recibiría los beneficios de los derechos de autor de todas sus óperas, además de algunos recuerdos personales como su piano. Al Monte de Piedad le legaba tres granjas para algunas becas de estudio sobre agricultura y la obligación de colaborar con el hospital y el parvulario del Busseto de su infancia. También entregaba cantidades para parvularios y hospitales de Génova, dinero para sus criados y familiares. A María Carrara Verdi, su hija adoptiva, le entregaba el resto de su fortuna y sus posesiones en Sant'Agata.


Después de haber decidido retirarse de la creación de nuevas óperas tras el estreno de Aida (1871) -aún compondría Otello y Falsftaff-, la muerte de su amigo y admirado Alessandro Manzoni, al autor de una novela tan fundamental en Italia como Los novios, hizo que se planteara la escritura de un réquiem en su honor. La Misa de Requiem de Verdi, una persona que se consideraba agnóstica, muestra la relación que la sociedad tenía con lo religioso, alejándose de los rituales de la liturgia tradicional y mostrando la rabia por la muerte, sustituyendo la certeza por el dolor. 
Verdi compuso una de las grandes obras religiosas del siglo XIX en las que aplicó todo su conocimiento musical instrumental y vocal, utilizando estilos antiguos como el contrapunto y la fuga de forma renovada hasta alcanzar una obra que transmite de forma única el miedo y el dolor que nos desgarran ante la presencia de la muerte.
Así, esos sentimientos universales se presentan de un modo furioso y desgarrador en los primeros versos del Dies irae, contrastando con los tres últimos y que podemos escuchar en la interpretación del Coro y la Orquesta del Teatro alla Scala de Milán dirigidos en agosto de 2013 por Daniel Barenboim.  


Pocas veces un compositor fue capaz de introducir tantos cambios en la forma de entender y crear la ópera, en la lucha por los derechos de que las obras se respetaran y representaran como el autor las había creado, sin ser adaptadas a los caprichos de la mayoría de solistas acostumbrados a intercalar interpretaciones que buscaban su propio lucimiento en mitad de las obras, o a luchar por el derecho a un retiro digno de los intérpretes musicales.
Ante tan abrumadora personalidad, el tramo final del último capítulo de la biografía lo dedica Caso a detallar cómo se produjo la muerte del compositor.


Verdi en su lecho de muerte. Foto Giugoni e Bossi de L'Illustrazione Italiana, 3 de febrero de 1901
Del entierro de Verdi, que se celebró el 30 de enero, existen unas imágenes cinematográficas que muestran algunos detalles de cómo se desarrollaron. El valor histórico del documento nos acerca a la emoción del acontecimiento que se desarrolló nada más comenzar el siglo XX.


Despedimos este homenaje a la figura de Verdi publicada en el momento en que se cumplían los ciento veinte años del fallecimiento del compositor.
La última pieza que nos acompaña corresponde al final del Réquiem, la última parte del Libera me, cuya dulzura y recogimiento contrasta profundamente con el Dies Irae.


Mientras el coro entona los primeros versos, la soprano prácticamente no se mueve de los tres últimos estableciendo Verdi un delicado juego entre ambos que oscila entre el contrapunto y un mínimo canon. 

Entierro de Verdi, 30 de enero de 1901, Milán
De nuevo Daniel Barenboim dirige al Coro y la Orquesta del Teatro alla Scala de Milán con la delicada y sentida interpretación de la soprano Anja Harteros.
Con este sutil final de la Messa da Requiem de Verdi nos despedimos en esta publicación. Como decían su contemporáneos...

¡Viva VERDI!

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Bibliografía y webgrafía consultadas:
  • Caso, Ángeles. Giuseppe Verdi. La intensa vida de un genio. Temas de hoy. Barcelona, 2013.
  • Ross, Alex. Escucha esto. Traducción de Luis Gago. Seix Barral. 2012
  • Verdi, Giuseppe, La traviata. Ópera completa en directo, con María Callas, Giuseppe di Stefano. Dirección Carlo Maria Giulini. Orquesta y coro del Teatro alla Scala. EMI Classics, 1955.
  • www.kareol.es: Letras y traducciones de óperas y música vocal.

El día más triste

“-Señor, las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias.”
Miguel de Cervantes, El Quijote

La vida es una sucesión de momentos felices y desdichados. Cada uno de nosotros los vive en número y condiciones diferentes, además del talante con que los aceptamos, buscamos o actuamos sobre ellos.
En un tiempo en que se desarrollan estudios, investigaciones y publicaciones sobre todo tipo de temas, uno de ellos determina cuál es el día más triste del año.
Cada uno de nosotros tendrá unos momentos más tristes dependiendo de muchos factores tanto personales como externos, lo que determinará cuál o cuáles serán los más tristes a lo largo del año.
Así, estudios como cuál es el día más triste del año, ¿nos aporta algo? ¿tiene alguna certeza o utilidad? En una época en que nos movemos por los tópicos y la presencia de ideas que se convierten en certezas cuando entran en el terreno de lo posible y lo creíble, un estudio como este convierte un día concreto en el más triste del año.
Los días cortos y oscuros invitan a la tristeza y la melancolía, llegando a unos momentos en que desplazamos nuestros pensamientos hacia nuestro interior y los acomodamos a la oscuridad que nos rodea. 
Busca unos minutos lejos de la rutina diaria, el ruido y las obligaciones, un momento que dedicarte a ti y déjate llevar por una reflexión sobre el día más triste del año. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!

Vincent van Gogh. Anciano en pena (en las puertas de la eternidad), 1890.

A partir de una campaña publicitaria de la agencia de viajes Sky Travel, el psicólogo Cliff Arnall ideó una fórmula para saber cuál podría ser el día más triste del año. 
Así, surgió la fórmula 
(C+(D-d) 3/8xTI MxNA) 
en la que C es el factor del clima, D se refiere a las deudas que se adquirieron durante las fiestas navideñas, d es el dinero que se cobrará a final de mes, T corresponde al tiempo que ha transcurrido desde la Navidad, la I indica el período transcurrido desde la última vez que se intentó abandonar un mal hábito, M son las motivaciones que aún quedan y NA se refiere a la necesidad que tenemos de actuar para cambiar nuestra vida. 
Así, según Arnall, después de los festejos de la Navidad y fin de año, muchas personas no se han recuperado de los excesos ni económicos, ni emocionales, ni alimentarios. El hecho de que en ese tiempo se han desanimado al caer en la cuenta de que los propósitos que realizaron al comienzo del año se han convertido en objetivos difíciles de lograr y que el lunes es considerado por muchos el día más duro de la semana, llevó a la conclusión al psicólogo que el tercer lunes del año es el día en que más falta de energía y cansancio se acumulan, llevando a más personas a la tristeza y la depresión.
Así, desde 2005, cada tercer lunes de enero se denomina Blue Monday, Lunes Triste o el Día más triste del año, un día en el que las redes sociales y los medios de comunicación se llenan de mensajes optimistas para ayudar a sobrellevar tan deprimente jornada, además de que empresas como la promotora del estudio, Sky Travel, proponen organizar algún viaje como antídoto a tan nefasta efemérides, o bien las marcas comerciales ofrecen descuentos y ofertas como si de un nuevo Black Friday se tratara.
Independientemente de tan particular efemérides y del hecho de que vivimos rodeados de celebraciones de este tipo, y que cada vez nos movemos más en un pensamiento en el que se desenvuelven con fluidez este tipo de tópicos en los que al parecer nos gusta creer, cada uno de nosotros tendrá unos momentos personales en los que se podría encuadrar el día más triste -o más alegre, o divertido, o especial- del año, o de nuestra vida.

Confieso que no conocía a la escritora Rosario Barros Peña, una valenciana afincada en Galicia desde su infancia. Licenciada en psicología, trabajó durante años en una imprenta y más adelante como funcionaria, alternando su trabajo con la práctica de la psicología y la afición a la literatura. 
Ha participado en certámenes de poesía y publicado varias novelas cortas como Isabel (1964) o El sol en el asfalto (1969), aunque se desenvuelve con mayor soltura en el relato corto, un género con el que puede captar unos instantes en la vida de los protagonistas. Sus relatos se encuentran en diversas páginas literarias de internet.
Para muchos de nosotros, días como el Blue Monday son momentos circunstanciales que nos hacen variar nuestro ánimo hacia estados más tristes, pero hay quienes tienen ese sentimiento como norma habitual y permanente en sus vidas. Incluso en etapas como la infancia o la adolescencia, esos estados de tristeza pueden llegar a ser considerados por quienes los padecen algo habitual, la rutina que les marca su único horizonte. Al día siguiente del Blue Monday, cuando a otros nos desaparece la tristeza -si acaso la hemos llegado a tener-, otros siguen con ella como modo de vida.


Como una ostra que encuentra un grano de arena que le molesta con sus aristas y lo cubre de nácar para que no la dañe, con sus aristas redondeadas y se convierte para nosotros en una joya, con demasiada frecuencia el arte -la música, la literatura, la pintura...- muestra la realidad con un velo que le quita su crudeza. 
La literatura francesa del XIX está repleta de poesía que cumple, unas veces intencionadamente, otras no, esta tarea. La mayoría de sus poetas transita, de una u otra forma, entre el dolor vistiéndolo con mayor o menor dosis de belleza o crudeza. La poesía de Baudelaire, Malarmé, de Musset, el propio Victor Hugo, Paul Valéry, Rimbaud o Verlaine transitan por estos senderos, en ocasiones llevando su vida a los extremos que reflejaban sus obras.

Pablo Picasso. Femme au mouchoir (1937)

Alfred de Musset no es ajeno a esta situación. De familia liberal y culta, dejó sus estudios de derecho y medicina para dedicarse a la literatura, donde llevó su hastío vital. Amante fugaz de George Sand y efímero de la cantante María Malibrán, a quien compuso su desgarrador A la Malibrán tras su accidentada muerte, su obra se mueve entre la poesía y el teatro románticos con el que triunfó con obras como Lorenzaccio que fue estrenada por la gran Sarah Bernhardt
En Confesiones de un hijo del siglo, define lo que denominó El mal del siglo como "la desorientación de la juventud postnapoleónica que, después de embriagarse con las ideas Voltaire se lanzó a la disipación y el desenfreno buscando llenar el vacío que les quedó." Nada que no haya sucedido en otros momentos.
Tras cuatro o cinco años de verdadera creación literaria, pasó los últimos años de su vida alcoholizado, desaparecido de las letras, con algunas publicaciones puramente alimenticias en varias revistas. 
La tristeza que lo acompañó se deja ver en poemas como este Tristesse que comienza con un explícito J'ai perdu ma force et ma vie.


Un texto como este no podía pasar desapercibido para que algún compositor le pusiera música, siendo llevado al pentagrama por media docena de autores, entre los cuales se encuentra uno de los grandes intérpretes de piano de ese mismo siglo, Franz Liszt.
A él pertenece la versión que nos acompaña de Tristesse, titulado por el compositor de origen húngaro como su primer verso, J'ai perdu ma force et ma vie en una interpretación de lujo. Daniel Barenboim al piano y la voz del mejor intérprete de lieder del siglo XX, el barítono alemán Dietrich Fischer-Dieskau, en una grabación para la Deutsche Grammophon realizada en 1981.


Paul Eugène Grindel apenas vivió en el siglo XIX, ya que nació en 1895 en Saint-Denis. Con André Breton y Louis Aragon participó en la creación y difusión del surrealismo, publicando sus obras con el pseudónimo de Paul Eluard. Casado con Elena Ivánovna Diákonova, su traumática separación finalizó con ella como esposa y musa de Dalí y mundialmente conocida como Gala.

Salvador Dalí. Retrato de Paul Eluard (1929)

Tras una infancia feliz contrajo la tuberculosis participando en la I Guerra Mundial como enfermero y en la II Guerra colaboró con la Resistencia francesa. Sus primeras obras Le devoir et l'inquiétude (El deber y la inquietud) o Les animaux et leurs hommnes (Los animales y sus humanos) participan del dadaísmo, grupo con el que comenzó a trabajar con Tristán Tzara. Del periodo surrealista publicó obras  como La vida inmediata, Evidencia poética o Diccionario abreviado del surrealismoTras la contienda, sus obras comenzaron a tener un tono cada vez más comprometido como en Poèmes politiques, Poemes pour tous, llegando a ser el poeta más popular de Francia y el más influyente de los surrealistas.
Para esta reflexión sobre el día más triste nos acompaña el poema de Paul Eluard À peine dèfigurée (Apenas desfigurada) perteneciente a su poemario La vie immédiate (La vida inmediata), unos versos en los que el escritor nos recuerda que la tristeza nos acompaña y que, mezclada con otras emociones, forma parte de nosotros y aflora en ocasiones.


Paul Verlaine nos ha acompañado en este blog en Las canciones grises, mostrándonos las obras que surgían de su agitado mundo interior. En sus últimos años los hospitales, las prisiones y prostíbulos, las intemperies y vagabundeos que hubo de soportar y que llegó a relatar con más pena que gloria terminaron convirtiendo al poeta en un despojo humano que deambulaba por las calles anegado en absenta y antes de quedar tirado lamentablemente por el barro entre la cada vez menor admiración y la mayor burla de sus paisanos
Autor de un vasto corpus poético, su primer libro Poemas saturnianos aludía al temperamento melancólico que se atribuía en el renacimiento al citado planeta. De su tercera y penúltima parte Les paysages tristes, procede el poema que nos acompaña.

Pablo Picasso. El hombre triste azul (1901)

La puesta de sol como punto de fuga, como momento en que se desvanecen las luces y surgen las tinieblas aparecen en Des soleis couchants (Puestas de sol), en un poema que nos acerca a la tristeza vestida de melancolía que avanza de modo sutil, dejando ese regusto por el que dejamos asomarla, aunque sabiendo que a la puesta de sol le sucederá un amanecer.


Al menos han sido cincuenta compositores entre los que encontramos a Nadia Boulanger -que nos visitará en este blog próximamente-, Déodat de Séverac o Alfredo Casella, los que han sucumbido a estos versos de Verlaine para ponerles música, la mayoría de las ocasiones para voz y piano en la tradición de las chansons francesas o los lieder alemanes. 
De todas las versiones, nos despedimos de este día más triste del año con la versión de Marie-Joseph-Alexandre Déodat de Séverac, un compositor francés que vivió a caballo entre los siglos XIX y XX. Su versión de Soleils couchants la tituló como el apartado de Poemas saturnianos en que se encuadraba, Paysages tristes y fue compuesta para piano y voz alrededor de 1898, aunque su estreno no se produjo hasta 1901.
La interpretación corre a cargo de la pianista Sarah Ristorcelli y la soprano Victoire Bunel y pertenece al disco de 2019 Melodies de Séverac, Fauré y Chausson dentro de la colección Prima Verba de Harmonia Mundi.


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Bibliografía y webgrafía consultadas:

Guía anual Letras Prestadas 2020

Tras finalizar un año tan extrañamente particular como 2020, es momento de volver la vista atrás y hacer memoria de algunas cosas que se pueden rescatar entre tantas circunstancias extrañas.
Es momento de llevar a cabo un compendio de las publicaciones que se han realizado en este blog a lo largo de todo el año, organizarlas y compartirlas antes de encerrarlas en el cajón que las lleve al olvido. 
Han sido publicadas cada semana del año, incluyendo los periodos que solemos tomarnos con otro talante como el verano o la Navidad. Siempre se han realizado indagando en nuestra forma de ser, nuestras ilusiones y sentimientos, el acercamiento, la sensación de pertenencia y cuidado de la naturaleza, los miedos que han surgido este año con la pandemia que nos invadió, o a cuando de injusto nos acompaña en nuestra vida. Pero, sobre todo, el enriquecimiento que se produce en nosotros por el hecho de conocer culturas, personas y costumbres distintas a las nuestras, el comprobar que, con todas nuestras diferencias, tenemos muchos puntos en común, que reflexionar y salir de nuestras rutinas nos puede ofrecer oportunidades de mejorar. 
En esta Guía anual Letras Prestadas hacemos memoria de las entradas que se publicaron en este blog a lo largo de 2020. ¿Cuál te aportó más? ¿Con cuál te quedas? Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!


Seguro que hay algunas publicaciones que merece la pena rescatar, que se quedaron sin leer o que interesan volver a revisar. Para facilitar la mirada, el paseo por las distintas entradas están unidas por secciones con algunas indicaciones sobre qué nos ofrece cada una de ellas, en un clic al alcance de la mano. De todas formas, todas las publicaciones del blog están disponibles en la barra lateral derecha en Archivo del blog.
Para leerlas sólo tienes que clicar en el enlace en verde y puedes volver cuantas veces desees, en esos escasos momentos en que nos alejamos de la rutina y nos los podemos dedicar a nosotros mismos.


TOP 3: LOS MÁS LEÍDOS
El primero de los apartados nos acerca al Top 3, a las publicaciones más visitadas a lo largo de todo el año.

Sobre la estupidez humana es la tercera publicación más leída del año. Basada en Las leyes de la estupidez humana de Carlo Maria Cipolla viene con la compañía musical de personajes que pueden parecer estúpidos -y algunos lo son- procedentes de obras como Carmina Burana, Don Pasquale, L'elisir d'amore, Turandot y El gallo de Oro. 

La segunda publicación más leída de 2020 fue El placer de pasear, una reivindicación de los paseos a partir de una obra de Robert Walser y la compañía de Britten, Schubert y la soprano Aida Garifulina interpretando a Bellini.

La publicación más leída del año consistió en media docena de consejos para sobrellevar esta pandemia hasta que finalice, todos ellos sacados de las óperas, como si hubieran sido pensados para esta situación: 6 consejos desde la ópera para el Covid-19. La publicación más leída en este tan particular año 2020.


ANIVERSARIOS
A lo largo de 2020 en este blog dedicamos algunas publicaciones a recordar los aniversarios de algunos autores consagrados, de modo especial a uno de los más grandes músicos de todos los tiempos.

En un año en que se truncaron las celebraciones del aniversario de Beethoven, en este blog publicamos una serie de trabajos que nos acercaron al conocimiento sobre el compositor: 250 años del nacimiento de Beethoven.

Un repaso por una obra poco conocida del escritor ruso que reflexiona sobre el valor y la importancia de la actividad artística al cumplirse los 110 años de su muerte: Qué es el arte, según Tolstói, con músicas que aparecen en sus novelas o que fueron inspiradas en algunas obras suyas como Ana Karenina o Guerra y paz.

El centenario de su nacimiento dio pie a recordar algunas de las obras más conocidas acompañadas de músicas de su pariente Leo Delibes y compositores contemporáneos suyos como Antón García Abril o Ernesto Halffter en Cien años con Miguel (Delibes).

También se cumplieron 150 años de la muerte del más popular de los escritores ingleses del XIX, ocasión con la que recordamos algunos puntos de su vida e influencia con una biografía escrita por Stefan Zweig y algunas piezas musicales dedicadas a sus obras y su casi desconocida incursión en el mundo de la ópera en la publicación Charles Dickens y la música.

Para finalizar el apartado dedicado a los aniversarios que han aparecido en este blog, recordamos los últimos días de uno de los pintores más originales y conocidos al cumplirse los ciento treinta años de su muerte, con músicas inspiradas en su vida y obra y un emocionado sueño del cineasta Akira Kurosawa en Homenaje a Van Gogh.


PANDEMIAS
Lo que no se olvidará bajo ningún concepto y pasen los años que pasen fue la pandemia que asoló a nuestro planeta. En unos meses que estuvimos como nunca habíamos pensado que estaríamos, una serie de publicaciones nos ayudaron a reflexionar, minimizar y relativizar todo lo que nos sucedió y llegó a sobrepasarnos. El pensamiento, la reflexión y el conocimiento nos ayudó en cierto modo a seguir adelante.

La primera entrada que se publicó en el blog tras el inicio del confinamiento fue Epidemias y pandemias que recogió texto de Boccaccio, Camus y Alessandro Manzoni con la compañía de músicas de Gerhard, Donizetti y Flavetti, con la Capella Mediterránea y la dirección García Alarcón.

La La primavera que no comenzó sirvió para apreciar y sentir una estación que nos cogió confinados y no pudimos sino atisbar por ventanas y pantallas. La música de Haydn, Johann Strauss y Vivaldi pusieron las notas, mientras Juan Ramón Jiménez y Octavio Paz fueron los autores de los textos que nos acompañaron.

De la misma forma que nuestro años 2020 nos detuvo en nuestro caminar por la vida habitual, hubo un año que padeció una catástrofe a nivel mundial y que se recogió en el blog en la publicación 1816. El año sin verano. Obras de Lord Byron, Mary Shelley y el doctor Polidori nos acompañaron junto con músicas muy dispares de Beethoven, Rossini y Schubert que fueron compuestas en ese mismo año.

Un recuerdo sobre una obra que pertenece a nuestro imaginario colectivo, la hayamos leído o no, y que nos aportó luces durante el primer periodo en que tuvimos que permanecer en nuestros domicilios: El confinamiento de Ana Frank, con algunas de las música que escuchó creadas por Mozart y Liszt.

Una publicación donde la figura del médico es protagonista: Nada hay más grande que un verdadero médico, con textos de Camus, Pasternak, García Márquez y Mika Waltari y músicas de Verdi, Rossini y Donizetti.

Apocalíptica fue la publicación que recogió dos mundos surgidos el uno del otro. A partir de la obra teatral La balada del Gran Macabro de Michel de Ghelderode, György Ligeti compuso su inquietante ópera El Gran Macabro. Junto con la soprano Barbara Hannigan y su sorprendente interpretación, colaboraron a dar forma a Balada para el apocalipsis.


POR LA NATURALEZA 
La pandemia que nos azota durante todo el año 2020 nos hizo olvidar cuál es el mayor de los problemas al que nos enfrentamos en nuestro planeta, el alejamiento y desapego de la naturaleza que está provocando un cambio climático que debe ser el principal objetivo global al que debemos enfrentarnos como sociedad mundial. Algunas publicaciones surgieron directa o indirectamente a partir de no querer dejar de mirar a nuestro alrededor y tener siempre presente la naturaleza en nuestras vidas.

Las aves protagonizaron una publicación que osciló entre las obras simpáticas y divertidas hasta miradas duras y difíciles, junto con algún ave que sólo existe en la ficción. En Entre las aves nos acompañaban textos de Harper LeeKawabataNerudaOctavio Paz Suminski, junto con músicas de PurcellSibeliusRautavaaraDan Forrest y Stravinsky.

La primera publicación surge de una pregunta: Si realizamos un paseo entre pájaros con dos creadores de diferentes épocas y muy distinto talante como Neruda y Telemann, ¿qué surgiría? El resultado fue Cantata por dos pájaros.

Aprovechando que pudimos observar simultáneamente cinco planetas en nuestro cielo durante el mese de febrero y unos días de agosto, propusimos una mirada a los planetas desde el punto de vista mitológico, literario y musical. Lope de Vega y Rubén Darío pusieron los textos, mientras Holst y un compositor en activo como Michael Ostrzyga nos ayudaron a Ver, sentir y evocar los planetas.

¿Merecen que se les dedique una publicación? Uno de esos animales que nos acompañan con más frecuencia de la deseada, resultándonos incómodos y molestos y de los que no podemos librarnos protagonizaron ¡Ay, las moscas!. Nos acompañaron obras de Luciano de Samósata y Homero y le pusieron música Antonio Machado y Serrat, Rimsky-Korsakov y un delirante dúo de Offenbach con su Orfeo en los infiernos.

Un paseo alrededor de las mariposas, su mundos, sus características y la inspiración que han ofrecido a la vida y al arte. En Aleteo de mariposas. nos acompañan desde Chuang Tzu, Gautier, Akutagawa, Ida Vitale, Nabokov o Alfonsina Storni hasta Debussy, Fauré, la Madama Butterfly de Puccini, un pianista prodigioso de pocos años como Elisey Mysin o la soprano Elly Ameling.

Un recorrido literario y musical nos acercó a esos espacios recreados por los seres humanos en Paseando entre jardines. A partir de un texto de Santiago Beruete y otros de Borges, Shakespeare y las narraciones de Shceherezade, la música de Donizetti, Delibes y Mozart nos acercaron a los jardines.

Las sensaciones que nos provocan el sol, los atardeceres o las noches estivales aparecieron en Cuando llega el verano, con textos de Octavio Paz, Shakespeare y Victor Hugo y músicas de Haydn, Toldrá y Webern.

Inspirada en la música de Britten y DebussyEn la orilla del mar. Nueve interludios marinos, contó con obras de Benedetti, De Luca y Hemingway entre otros escritores para ofrecer una evocación que se mueve entre el pasado y el presente, entre la juventud y la vejez, siempre junto al mar.

Hemos dejado de sorprendernos mirando a nuestro alrededor. ¿Qué ocurriría si dos Lunas estuvieran sobre nuestro cielo? ¿Las miraríamos? ¿Qué podríamos sentir si giraran sobre nosotros? Dos lunas en nuestro cielo supuso un paseo con un cielo con dos lunas que surgieron de la literatura y la ópera.


TODO ESTÁ EN LOS LIBROS 
Como indica el lema del blog, Letras Prestadas - Club Pickwick es una excusa para unir la música y la literatura. En este apartado aparecen algunas de las publicaciones cuyas primeras ideas tuvieron su origen en los libros y que luego se desarrollaron musicalmente. 

Para celebrar un Día del Libro de un año tan particular, y donde posiblemente más se haya leído, esta publicación viene a recordarnos la canción con que se abría el programa televisivo del mismo nombre, Todo está en los libros.

Un paseo por uno de esos personajes de libro que se conocen con solo decir su nombre. Alicia y las canciones sin sentido. El texto de Lewis Carroll se complementa en esta publicación con la música que Lyza Lhemann puso a algunos de los poemas de los libros en las Nonsense song, las Canciones sin sentido.

Tenemos la certeza de que un personaje cervantino fue utilizado por Shakespeare en un texto que posteriormente adaptó D'Urfey y a quien Purcell puso música. En Cervantes y Shakespeare unidos por Cardenio lo dedicamos a unir los esfuerzos de estos grandes autores.

Un homenaje a algunas obras en que sus autores volvieron la vista hacia la infancia para recordar o intentar recuperar lo que fue y significó para ellos. En Cosas de niños. nos encontramos con obras de Machado, Saint-Exupéry, Richmal Crompton y Joyce con la evocadora música de Bizet, Guridi y Schumann.

Dos textos muy diferentes se cruzan en Aquel viaje que no hicimos. Los autonautas de la cosmopista de Cortázar y Llamando al Yeti de la Premio Nobel polaca Wislawa Szymborska nos sumergen en el vértigo de los viajes interiores o transitados. La música de Sánchez Verdú, Rossini y Fernández Caballero le aportan profundidad y significado.

Un paseo por Los errantes, uno de los últimos libros de la Premio Nobel de Literatura de 2018 Olga Tokarczuk con música de Wagner y Schubert y la voz del carismático tenor Ian BostridgeCaminantes y viajeros: Los errantes.

Un homenaje a esa línea tan difuminada que une y separa a los poemas y las canciones son Las canciones grises en que  los textos homónimos de Paul Verlaine fueron puestos en música por Reynaldo Hahn.

En la publicación E.T.A. Hoffmann y la muñeca de Coppelius se mostró la influencia de los relatos del escritor alemán y cómo uno de ellos sirvió para inspirar a compositores y libretistas surgiendo obras tan distintas como el ballet Coppelia de Delibes y la ópera de Ofenbach Los cuentos de Hoffmann.

LIBRETO, ÓPERA Y... ¡ACCIÓN! 
En este apartado la idea primigenia surge a través de la música y va dejando que sea la literatura la que se incorpore hasta completar el trabajo final.

Una publicación que sirvió de homenaje a una de las grandes divas de la ópera del siglo XIX, María Malibrán, una soprano de origen español, que murió en plena juventud. En ¡La Malibrán ha muerto! los textos que la evocan corren a cargo de Mauricio Wiesenthal, Alfred de Musset y María Teresa Álvarez, y la música a cargo de la mezzo italiana Cecilia Bartoli.

Aunque en algún momento aparece, no trata de ópera. A partir de Mozart in the Jungle: Sex, Drugs and Classical Music, las memorias de Blair Tindall, una oboísta profesional en distintas agrupaciones de Nueva York, surgió una serie de televisión que trata sobre la vida de los músicos de las orquestas más importantes. A ella está dedicada la publicación Mozart in the jungle y la música.

Unas reflexiones sobre la ópera en la actualidad y una muestra de cómo los grandes teatros se han adaptado a una pandemia como la que comenzó en 2020 aparecieron en La ópera en una nube

Un genial pastiche es Covid fan tutte, una ópera que retrata cómo fue en todo el planeta la primavera de 2020 aprovechando músicas de Mozart y con un libreto que recreaba con impecable sentido del humor las situaciones comunes que se dieron en todos los lugares. La obra estará disponible por unos meses en Internet y fue creada para la Ópera de Finlandia con la colaboración del prestigioso director de orquesta Essa-Pekka Salonen.

MISCELÁNEA
Como su nombre indica, este último apartado se asemeja más a un cajón de artesano, una mesa de relojero en la que se encuentran, desperdigadas, mezcladas y revueltas publicaciones con diversa temática y denominador común.

Un paseo por algunos Puentes que nos unen en sus evocaciones desde libros y músicas. Viajamos y los recorremos de la mano de Claudio Magris, Angelo María Ripellino, Victor Hugo e Ivo Andric con música de Puccini, Smetana y las voces de Caballé y Plácido Domingo

En Una jaula con el techo de cristal asistimos atónitos a dos historias convergentes y divergentes a la par sobre mujeres que lucharon por desarrollar su talento en una sociedad y un entorno que llegaron a condicionar su vida, la poetisa Delmira Agustini y Fanny Mendelssohn con textos de Mauricio Wiesenthal y Rafael Barret.

A partir de un casi surrealista texto de Nicolai Gógol y una ópera de Shostakóvich inspirada en el mismo, Sin un palmo de narices supuso una de los más originales publicaciones del blog. 

Una propuesta sobre Una danza macabra. una obra que nos acercó a las celebraciones de Todos los Santos y Halloween a partir del poema de Cazalis y distintas versiones de la adaptación de Saint Saëns.

En Subir y bajar escaleras dirigimos nuestro pensamiento a esos elementos arquitectónicos que tanto utilizamos, aunque de forma mecánica. Nos acompañaron textos de Cortázar, Kafka y Buero Vallejo. La música con escenas donde las escaleras son fundamentales las aportaron Donizetti y Rossini con la actuación de la soprano Anna Netrebko.

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