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Las cabezas de Arcimboldo

Pintor de un estilo único y personal, Arcimboldo nos deslumbra con unas obras originales que pasaron desapercibidas durante siglos, pero que han adquirido la importancia que merecen en el último siglo.
Retratista imperial en la corte de Rodolfo II en Praga a finales del siglo XVI, sus pinturas son una acumulación de seres y objetos que forman a su vez otros distintos, con rostros que se admiran en una doble vertiente: como conjunto y con el extremo detalle de cada uno de ellos.
Su obra muestra cómo Arcimboldo siguió y encontró su propio camino dentro de la pintura y cómo creó unas obras originales en un estilo que se acercaba a la pintura poética, cargada de detalles que mostraban una destreza suprema y un conocimiento de la anatomía y la fisiología de todo tipo de animales y plantas conocidos en su época.
Su obra comenzó a regresar al lugar que le corresponde gracias a la intervención de algunos movimientos artísticos de comienzos del siglo XX como el Surrealismo o el Dadaísmo que la utilizaron como modelo.
Te propongo un paseo por la obra, la vida, la época y la influencia de Giuseppe Arcimboldo, uno de los pintores más originales de la historia, acompañado con músicas de su época. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!


Giuseppe Arcimboldo nació en Milán donde adquirió el gusto por el arte de manos de su padre Biagio, con quien trabajó como aprendiz realizando tapices y vidrieras en el Duomo, la catedral de la ciudad, además de ser ambos discípulos de Bernardino Luini.
Con treinta y cinco años marchó a la corte imperial de Viena como pintor de cámara y retratista del emperador Fernando I. A su muerte, continuó su labor con su sucesor Maximiliano II y, más adelante, ya en Praga cuando el hijo de este, Rodolfo II, accede al trono. Con toda certeza, sin la influencia de este último emperador, la obra del pintor milanés no sería tal como la conocemos. 
Heredero de la influencia que Leonardo había dejado en la capital milanesa, Arcimboldo tomó como una de sus fuentes de inspiración las «cabezas grotescas» que Da Vinci realizó como estudio y divertimento.
Al referirnos al legado de Leonardo en Milán durante el gobierno de los Sforza, hacemos alusión a la labor que desarrolló en la ciudad italiana, encargándose de la realización de todo tipo de eventos y celebraciones en que se desarrollaban distintas disciplinas artísticas. En Praga, Arcimboldo dedicará la mayor parte de su tiempo y esfuerzo a esta labor cortesana.

Especialista en literatura rusa y checa, Angelo Maria Ripellino (Palermo, 1923 - Roma, 1978) es uno de los más grandes y brillantes intelectuales del pasado siglo. Traductor, poeta y ensayista, Ripellino cuenta con obras como Maiakovski y el teatro ruso de vanguardia, La literatura como itinerario en lo maravilloso o Ensayo en forma de balada, entre otros.
Pero el libro que nos acompaña en esta publicación es su extensa, detallada, deliciosa y profunda obra Praga mágica. En ella, Ripellino construye un fresco de la vida de Praga, una obra que presenta su mirada poliédrica y caleidoscópica por las luces y sombras de la capital checa, el entramado formado por las tres culturas, bohemia, germana y judía que coexistieron entre momentos de convivencia, rechazo, ayuda mutua o imposición.
La presencia de Rodolfo II y su oscuro reinado con el debate renacentista entre ciencia y alquimia, la cohorte de artistas, pseudocientíficos, aduladores, charlatanes y alquimistas tienen un lugar tan importante en la historia de Praga como en el trabajo de Ripellino. En esta publicación nos centraremos en la figura de Arcimboldo, su obra y su significado dentro del reinado del emperador Rodolfo II.

En el primero de los textos que nos acompañan, Ripellino nos acerca a la figura de Arcimboldo y algunas de sus composiciones, esas obras que son colecciones de objetos y que le han dado un lugar singular en el mundo del arte.


Hijo de Maximiliano II y María de Austria y Portugal, hija de Carlos V, Rodolfo II era, pues, nieto del emperador y sobrino de Felipe II, en cuya corte fue educado. A la muerte de su padre heredó el imperio de los Habsburgo en Viena, trasladando su corte a Praga en 1583,
De carácter enfermizo, débil, excéntrico e influenciable, Rodolfo II pasaba de la euforia a la apatía o de la alegría a la melancolía con excesiva frecuencia. Así, se fue rodeando de una cohorte de fieles cortesanos, músicos, pintores, hombres de letras o científicos y en la que también tenían cabida aventureros y charlatanes, entre los que se desarrolló el afán por la alquimia, además de un variopinto número de astrólogos, magos, prestidigitadores, barberos o adivinos. 

Giuseppe Arcimboldo, Rodolfo II como Vertumno (1590). Skokloster Slott (Suecia)
Con la llegada de Rodolfo a la capital bohemia, el Hradcany, el Castillo de Praga se convirtió en un punto de destino de expertos en todas las artes. Junto a compositores, la orquesta de la corte de los Habsburgo también llegó a la ciudad, donde el emperador creó un ambiente que colaboró a que los músicos se sintieran cómodos en su labor artística.
Uno de los compositores de la corte más famosos fue Philippe de Monte. Natural de Malinas en Flandes, estuvo al frente de la orquesta imperial durante 35 años hasta su fallecimiento a comienzos del XVII. 
Entre sus obras abundan los madrigales, al estilo de los de Palestrina y escritos en el nuevo estilo de la Musica reservata que adaptaba la música al texto buscando la expresión de cada emoción.
Nos acompaña Crudel, aspro dolore, un motete a ocho voces compuesto por Philippe de Monte en 1595 e interpretado por la agrupación belga Graindelavoix bajo la dirección de Björn Schmelzer.


Rodolfo II llevó al extremo el coleccionismo de objetos raros y exóticos que estaba poniéndose de moda en Europa, mostrando su inclinación, además, por los juguetes mecánicos, especialmente los autómatas, los relojes o aquellas máquinas que pretendían un movimiento inacabable.
Así, en su corte praguense se acumulaban las colecciones: las Wunderkammer, las cámaras de las maravillas donde se atesoraban las Naturalia o tesoros naturales, junto a las Kunstkammer o cámaras de arte, donde se recopilaban las Artificialia, objetos creados por la mano del hombre. Con el tiempo, ambos espacios quedaron unificados en las Wunderkammer, como cámaras que unían las Naturalia y las Artificialia como auténticos microcosmos que sirvieran como resumen de todos los conocimientos y saberes.

Giuseppe Arcimboldo. Retrato con verduras (1590). Una de sus pinturas ambivalentes que cambia al girarlo, pasando de cazuela con verduras a un grotesco retrato.. Museo Civico Alla Ponzone (Cremona)
Cuando Rodolfo II accedió al trono nombró a Giuseppe Arcimboldo, a imagen del trabajo realizado por Leonardo para los Sforza, su asesor artístico ofreciéndole libertad creativa en sus funciones. Así, el otrora retratista se erigiría en ilustrador de la flora y la fauna de los territorios de la corte, creador y coordinador de las complejas y, en muchas ocasiones, extravagantes fiestas palaciegas para las que diseñaba trajes y máscaras, diseñaba y hacía construir instrumentos y aparatos con los que sorprender a los espectadores con los movimientos de los surtidores de las aguas de las fuentes
En esa mezcla de celebraciones, ilustraciones y Wunderkammer es donde surge el estilo más personal e inconfundible de la pintura de Arcimboldo. Por un lado, con el juego de sus Bodegones invertidos, esas pinturas ambivalentes que representan un cuadro distinto según se coloque en una posición o la contraria, boca arriba o boca abajo. De esta forma, lo que se nos presenta como un bodegón de verduras y frutas en una cacerola se transmuta en el retrato de un grosero personaje si lo invertimos.
Por otra parte, los retratos compuestos, aquellas pinturas formadas por caras compuestas por agrupaciones de animales, flores, frutas, verduras y toda clase de objetos conformando unos cuadros plenos de sátiras y alegorías. 
Según Gregorio Comanini, clérigo y poeta coetáneo, la pintura debe tener como fin último la reproducción y la imitación tanto icástica, aquella que busca la reproducción fiel, como la fantástica, a la que se adscribe Arcimboldo. En este sentido, el pintor se adentra en las propiedades del lenguaje, jugando con la homonimia y la sinonimia, no crea signos, sino que los combina, los intercambia o los desvía de su lugar hacia otro, desarrollando una imaginación de tipo poético.

Arcimboldo. Los Elementos. De izquierda a derecha. La tierra, El fuego, El agua y El aire.
Así, entre estas ideas, el gusto por la exactitud en las ilustraciones biológicas y el afán imperial por el coleccionismo, hace que Arcimboldo aplique en sus cuadros una acumulación de seres y objetos pintados con un realismo naturalista y detallado. Sus figuras son siempre cabezas y en todo momento cumplen dos normas esenciales: poseer siempre la lógica anatómica de ser cabezas y ser temáticas, al estar formadas por elementos representantes relacionados con lo representado.
Así, en el cuadro El agua todos los animales y elementos representados están en contacto con ella, encontrándose hasta 61 animales reales diferentes pintados con detalle de anatomista. 

Continuando con las referencias a Arcimboldo de Ripellino en su Praga mágica, el intelectual italiano analiza estos cuadros y los relaciona con esas colecciones, demudando los rostros vivos en naturalezas muertas, acercando la vida al carnaval y lo trivial.


Siguiendo la estela de Philippe de Monte, otro flamenco, Jacobus Regnart arribó a Bohemia donde se tienen referencias suyas en 1560 como tenor en la Capilla Real, la Hofkapelle de Praga, aún en tiempos de Maximiliano II. Allí trabajó más adelante como vicedirector, tras de Monte durante unos diecisiete años hasta que marchó a Innsbruck de donde regresó a finales de siglo. 
Compuso varias misas en honor del emperador, algunas composiciones vocales dedicadas a poetas y autoridades eclesiásticas y algunos madrigales sobre textos de Torquato Tasso.
Nos acompaña O vos omnes, una composición religiosa escrita originalmente para cuatro voces, compuesta en 1577 y que está interpretada por Ensemble Versus de Brno en una grabación que se enmarca dentro de un concierto de Semana Santa celebrado en 2014.


Las obras más conocidas de Arcimboldo son, sin lugar a dudas, las series dedicadas a los elementos y las estaciones. La de los elementos está formada por los cuatro elementos fundamentales: Aire, Agua, Tierra y Fuego, cuyos rostros se conforman con seres y objetos alegóricos, los tres primeros con animales que viven en estos medios, mientras el último se compone de objetos relacionados con el uso del fuego.
En Las Estaciones, los cuatro cuadros representan, evidentemente, los periodos del año con la exactitud y minuciosidad que caracterizan al pintor milanés. En La Primavera, por ejemplo, se encuentran 81 plantas representadas con minuciosidad realista que proceden de distintos lugares del planeta. El afán coleccionista hacía que los poderosos interesados en la búsqueda de especímenes exóticos tuvieran agentes en los puertos más concurridos, como Sevilla, Rotterdam o Hamburgo en los que se buscaban animales, plantas o productos desconocidos. 
De estas colecciones de las estaciones hubo varias series elaboradas por Arcimboldo: Una serie para Rodolfo II, otra para su tío, el rey de España Felipe II, otra que acabó en Viena y otra última en el Museo del Louvre, de las cuales sólo una está completa. Igual ocurre con la serie de los elementos, de los que no queda ningún original de El Aire, sino copias realizadas a partir de las obras primigenias.
En ellas, el afán coleccionista de Rodolfo se une al deseo de mostrar sus obras y agasajar a grandes personajes de la familia de los Habsburgo o colaboradores suyos, a través de esas reproducciones realizadas por el mismo pintor y que el autor indicaba cómo exhibirlas en parejas, una estación junto a un elemento: La Primavera con El Aire, El Otoño con La Tierra, El Invierno con El Agua y El Verano con El Fuego.

Giuseppe Arcimboldo. Serie de Las Cuatro Estaciones
Continúa Ripellino en su monumental Praga mágica tratando sobre detalles acerca de Las Estaciones de Arcimboldo. Son descripciones, argumentos o reflexiones extraídos de diversos lugares del libro que nos acercan a la dimensión de la serie arcimboldiana.


Uno de los primeros grandes compositores de origen eslavo que se establecieron en la corte de Rodolfo II fue Jacobus Gallus Carniolus, conocido como Jacob Handl, natural de Eslovena y que apenas vivió entre 1550 y 1591.
Abandonó su Ribnica natal muy joven y, como monje viajó por gran parte de la Europa Central, siendo miembro de la capilla de la corte en Viena o Kapellmeister (director de coro) con el obispo de Olomouc en Moravia, hasta acabar como organista en la iglesia Jana na Zábradlí de Praga hasta su fallecimiento.
Publicó su Opus musicum en 1577, una colección de 374 motetes que servían para cantar durante todo el año litúrgico en el que su espíritu ecléctico mezclaba estilos arcaicos y modernos que oscilaban entre el canto firme y el estilo policoral veneciano.
Nos acompaña el alegre motete para el tiempo de Navidad Resonet in laudibus incluido en el citado Opus musicum de Jacobus Handl en la interpretación del Chorus Salvatoris de la Iglesia Jesuita del Santo Salvador de Bratislava.


Los últimos años de vida los pasó Arcimboldo en su Milán natal, tras solicitar la venia del emperador para su regreso, dedicándolos al estudio del arte, con la distinción de Caballero del Sacro Imperio Romano Germánico y sin pasar apuros económicos gracias a la generosidad de Rodolfo II.
Bien considerado por sus contemporáneos y, pese a tener un considerable número de seguidores y copistas, su obra cayó en el olvido durante varios siglos hasta que fue recuperada a comienzos del siglo XX.
El crítico de arte Alfred H. Barr Jr., primer director del MoMA, el Museo de Arte Moderno de Nueva York, posiblemente el museo más influyente del siglo, utilizó la obra de Arcimboldo para dar legitimidad a los movimientos del Surrealismo y Dadaísmo con la exposición Fantastic Art, Dada & Surrealism celebrada en el citado museo entre diciembre de 1936 y enero de 1937, y en la que se presentaba a estos movimientos pictóricos como el último eslabón de un estilo pictórico que alcanzó un momento cumbre con Arcimboldo. André Breton, ideólogo del movimiento y artistas como Salvador Dalí, que lo consideraba el padre del surrealismo o Max Ernst tienen obras con rostros compuestos o dobles imágenes en las que se pueden observar la influencia de la obra del pintor de la corte rudolfina.
Esa exposición sirvió de referente y punto de partida para situar a Giuseppe Arcimboldo en el lugar que ocupa en la historia del arte, no como uno de los grandes artistas que sobresalen en esta especialidad, sino como un artista que encontró su propio camino, un criterio muy en boca en los últimos siglos.

Arcimboldo. El bibliotecario /1566(. Retrato del historiador Wolfgang Lazio. Skoklosters Slott (Suecia)
Nos despedimos de la figura de Arcimboldo con un vídeo sobre su cuadro El Otoño en el que se ha llevado al formato 3D para configurar y desconfigurar la figura del personaje representado.


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Bibliografía y webgrafía consultadas:
  • Ripellino, Angelo Maria. Praga mágica, traducción de Marisol Rodríguez. Editorial Seix Barral. Los tres mundos. 2006.

Recuerdos del Alzheimer

La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo lo recuerda para contarla.
Gabriel García Márquez


A mi padre
A tantos pacientes, sanitarios y cuidadores
A ti o a mí, quizás, cuando pasen unos años.

El Alzheimer es una enfermedad que ha entrado de lleno en nuestras sociedades. Relacionada con el aumento de la esperanza de vida, esta enfermedad neurodegenerativa está considerada por la OMS una epidemia del siglo XXI.
Dada su poca visibilidad, de la que trataremos algunos detalles entre músicas y textos, el olvido en el que caen los enfermos, el desgaste que sufren los cuidadores y los profesionales sanitarios que los atienden y acompañan es un tema delicado al que se enfrentan estos grupos, así como la sociedad, en general.
Desde 1994 y promovido por la Alzheimer's Disease International (ADI), cada 21 de septiembre se celebra el Día Mundial del Alzheimer, con distintos objetivos relacionados con la enfermedad y cuidados.
Pese a la poca visibilidad de la enfermedad, con tantos pacientes y cuidadores anónimos de los que solo saben algo quienes se relacionan directamente con ellos, son muchos los personajes conocidos que han padecido este mal degenerativo y han contribuido, indirecta e inintecionadamente, a su conocimiento. Políticos como Adolfo Suárez, Ronald Reagan o Harold Wilson; otros personajes como el empresario Henry Ford, el escultor Eduardo Chillida, los compositores Maurice Ravel o Aaron Copland, además de los escritores Gabriel García Márquez, Somerset Maughan o Robert Graves, o actores, directores o cantantes como Charlton Heston, Charles Bronson, Rita Hayworth, Vicent Minnelli, Otto Preminger o Frank Sinatra fueron apagando sus días con esta enfermedad.

Cada 21 de septiembre se celebra el #DiaMundialDelAlzheimer. Te propongo una mirada hacia esa enfermedad entre pacientes, cuidadores, textos y músicas. Nos acompañan Gabriel García Márquez, Jean Echenoz, Alice Munro, Tchaikovsky, Ravel y Aaron Copland. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!


Fue a comienzos del siglo XX cuando el psiquiatra alemán Alois Alzheimer identificó y describió el primer caso de una paciente con una enfermedad neurodegenerativa que derivó en una demencia senil y que, con el paso del tiempo, el médico acabaría dando nombre a la enfermedad.
Con el envejecimiento de la población gracias a los avances médicos y al aumento de la esperanza de vida, el Alzheimer es la principal causa de demencia en nuestro planeta, alcanzando a más de 55 millones de personas y en España se aproxima al millón, afectando a un tercio de los mayores de 85 años. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que puede llegar a los 139 millones a mitad de este siglo XXI.
Aunque se desconoce la causa de la enfermedad, se sabe que influyen diversos factores de riesgo, algunos de ellos no modificables como la edad o la carga genética y que no existen actualmente tratamientos para aliviarla o curarla.


Al ser el Alzheimer una enfermedad diagnosticada desde principios del pasado siglo, no tenemos evidencias de artistas que la hayan padecido antes de esa fecha, aunque sí si llegaron a tener algún tipo de demencia que se pudiera asociar con esta enfermedad.
La literatura tiene también algunos nombres de escritores relacionados con esta enfermedad, como el escritor inglés de ciencia ficción y novelas fantásticas Terry Pratchet. Pero, el más conocido de todos es el universal Gabriel García Márquez.
Rodrigo García, guionista e hijo del escritor colombiano recuerda en su libro Gabo y Mercedes los últimos años de su padre, marcados por la enfermedad que no hicieron pública. «Fue muy difícil, porque no reconocía a nadie salvo las caras conocidas de gente que trabajaba en la casa y a su esposa Mercedes.» También hace alusión a «una etapa tremenda en que la persona era consciente de que está perdiendo la memoria.» A este momento siguió otro muy duro que culminó en una etapa final triste, pero más tranquila en la que no sufría esa ansiedad.
El hermano del escritor, Jaime García Márquez comentó en 2012 que su hermano padecía «demencia senil» como casi toda su familia, aunque no hubo un diagnóstico que lo confirmara.
Aunque sea de un modo diferente al que estamos tratando, el genial escritor colombiano introduce en sus relatos la enfermedad de la pérdida de la memoria. Mario Vargas Llosa defiende en su tesis Historia de un deicidio que el tema de la peste como plaga que asola al mundo aparece en La mala hora y adquiere forma cíclica en Cien años de soledad, en los que el colectivo de los protagonistas sufre epidemias de carácter bíblico. el insomnio, el citado olvido o el diluvio, que coinciden con cambios sociales e históricos.
Esa falta de memoria, que García Márquez bien podría haber tomado de sus experiencias familiares, se refleja en Cien años de soledad, alcanzando, como una de las características fundamentales del Realismo mágico que impregna su obra y la corriente que llevaron a la cima literaria mundial sus coetáneos sudamericanos, un final que no es ni mucho menos tan feliz en la realidad de la demencia senil provocada por el Alzheimer.


Aunque aún se desconocen tratamientos, no ya para cura, sino, al menos, para aliviar los síntomas del Alzheimer, se ha comprobado que en los pacientes que comienzan a presentar síntomas, la música puede utilizarse para ayudar a su mente, en el sentido de que la memoria musical permanece relativamente intacta en estos pacientes.
La respuesta emocional que provoca la música y las sustancias químicas relacionadas con el placer que se liberan durante el proceso de escucha, pueden llegar a reducir la incidencia de problemas conductuales y aportar calma a los pacientes, siempre que tengan un significado emocional para ellos.
En un estudio publicado en la revista Journal of Music Therapy por Naomi Ziv del Colegio Académico Taffo de Tel Aviv, la música de fondo tiene relación con el aumento de conductas positivas como sonreír, reír o hablar, además de un descenso de las de tipo negativo como llanto o agresividad en este tipo de pacientes.

Ilustración de Luisa Rivera para la edición del cincuentenario de Cien años de soledad realizada por Penguin Random House Grupo.
Ese poder evocador de la música aparece en el enlace musical con el que abrimos este homenaje - reflexión sobre esta enfermedad neurodegenerativa.
Marta Cinta González Saldaña, primera bailarina del Ballet de Nueva York en 1967 nos llegó al corazón hace unos meses en este vídeo en que, cincuenta años más tarde, es capaz de recordar y emocionarse al escuchar la música de El lago de los cisnes de Tchaikovsky que bailó. Las imágenes mezclan su tierna reacción ante la música con otras de archivo protagonizadas, al parecer, por ella misma.


Como otras enfermedades asociadas al aumento de la esperanza de vida, como algunos tipos de tumores u otros, el Alzheimer es una enfermedad que está aumentando exponencialmente en número de pacientes.
Aún así, hay varios condicionantes que la hacen especialmente poco visible en nuestra sociedad, como el ocultamiento del dolor, la enfermedad o la muerte que propicia nuestra sociedad del bienestar y consumo en primer lugar. En segundo, y más significativo aún, el propio hecho de las características de esta enfermedad que agradece las rutinas, los espacios familiares y los entornos conocidos para sobrellevar mejor los cuidados de los pacientes.
La celebración del Día Mundial del Alzheimer pretende dar a conocer en la sociedad una serie de objetivos:
  • Conocer las necesidades de los enfermos y ofrecerles terapias de estimulación de la memoria y ejercicios mentales.
  •  Ofrecer apoyos públicos tanto a las personas con la enfermedad como a sus cuidadores.
  • Investigar sobre el Alzheimer, su prevención y tratamientos.
  • Ofrecer formación sobre la enfermedad y apoyo psicológicos a los cuidadores.
  • Realizar campañas de prevención de la enfermedad, incidiendo en los factores de riesgo modificables.


Pese a los datos anteriores sobre la influencia de la música, hay también compositores que han padecido esta enfermedad o alguna parecida. Aaron Copland, el autor de obras como el ballet Appalachian Spring (Primavera en los Apalaches) o la Fanfare for the Common Man (Fanfarria para el hombre común) manifestó al crítico Paul Moor tras comenzar a padecer pérdidas de memoria: «Fue como si alguien hubiera apagado simplemente un interruptor». Con el tiempo fue desapareciendo de la escena musical y apagando su vida hasta fallecer en 1990 víctima de esta enfermedad degenerativa.

Más detalles conocemos del compositor francés de origen suizo y español Maurice Ravel, nacido cerca de Biarritz en 1875 y que falleció con sesenta y dos años en 1937. Aunque hay confusión con los datos, se llegó a afirmar que falleció a causa de un tumor cerebral o a consecuencia de un golpe sufrido en la cabeza en un accidente de tráfico en 1928, los datos más fiables indican que padecía la enfermedad de Pick, demencia frontotemporal, algunos de cuyos síntomas son similares al Alzheimer.
Autor de obras fundamentales en el siglo XX como Pavana para una infanta difunta, una de sus primeras obras maestras, compuesta al finalizar sus estudios, Shéhérazade para orquesta y soprano, La valse, Le tombeau de Couperin, su famosísimo Bolero, Daphnis et Chloé o el Concierto para la mano izquierda creado para el intérprete Paul Wittgenstein, que había perdido su mano en la Gran Guerra. En su producción destaca como un excelente orquestador, concibiendo el arte como un recinto mágico y un bello artificio alejado de las preocupaciones diarias. Su orquestación para los Cuadros de una exposición de Músorgski es más conocida e interpretada que la obra original para piano. 
Su obra más famosa, el Bolero, basada en la danza tradicional española consta tan solo de dos temas que se van alternando sobre un ritmo incesante del tambor, en un crescendo que culmina frenéticamente. El propio Ravel daba menos importancia a esta obra que el publico, llegando a decir de ella: «He escrito sólo una obra maestra... el Bolero. Por desgracia, en ella no hay música»
En la década de 1920, con apenas cincuenta años, Ravel comenzó a notar alteradas su capacidad de hablar, la coordinación motriz y sus facultades mentales, llegando a perder la habilidad de leer partituras, o recordar músicas. Una anécdota relata que, escuchando su Bolero en una emisión radiofónica llegó a comentar: «¡Qué interesante! Es un crescendo gigantesco. ¿Quién lo habrá compuesto?»

Después de debutar en el mundo literario con Le méridien de Greenwich, Jean Echenoz (Orange, 1947) entre 2006 y 2010 publicó tres biografías sobre distintos personajes: La primera, Ravel, a medio camino entre la novela y la biografía, a la que siguió Courir, sobre el corredor de fondo Emil Zátopek y Des éclairs, sobre el inventor Nikola Tesla.
El texto que nos acompaña surge, evidentemente, de su novela Ravel, nos acerca a los primeros síntomas que acompañaron al compositor francés y que son idénticos a la enfermedad que nos ocupa.


Considerado uno de los grandes directores de nuestro tiempo, Seiji Ozawa nació en Shenyang, en la Manchuria china el primero de septiembre de 1935 en el seno de una familia japonesa. 
Tras cursar estudios musicales en Tokio, con veintitrés años ganó el primer premio del concurso internacional de directores de orquesta de Besançon. Dos años después, en 1961, Leonard Bernstein le nombró director adjunto de la Orquesta Filarmónica de Nueva York. Más adelante estuvo dirigiendo la Filarmónica de Japón, la Sinfónica de Londres, la Orquesta Sinfónica de San Francisco y, sobre todo, la Orquesta Sinfónica de Boston, una de las más prestigiosas del planeta, a cuyo frente estuvo durante nada menos que veintinueve temporadas. 
Especialmente conocido por sus versiones de obras postrománticas y del siglo XX para gran orquesta, Ozawa es uno de los directores con más personalidad del ultimo medio siglo. En octubre de 2008 le concedieron la Orden de la Cultura de Japón, además de recibir el 34º Suntory Music Award o el Internacional Centre en el New York's Award of Excellence. En 2010 anunció una retirada temporal para tratarse un cáncer de esófago, regresando a los escenarios musicales meses después. Al celebrarse su octogésimo quinto cumpleaños el 1 de septiembre de 2020, el alcalde de Boston proclamó que en la ciudad se celebrase el día de su aniversario como el Día de Seiji Ozawa.
Nos acompaña dirigiendo música de Ravel, no en el Bolero que, por su duración, alargaría en exceso esta publicación, sino con una de sus primeras obras maestras, su Pavane pour una infante défunte (Pavana para una infanta difunta) escrita originalmente para piano y que el propio compositor adaptó en una versión orquestal. 
Su Pavana evoca esta danza lenta procesional con la grácil elegancia de los movimientos de una joven infanta de la corte real española, buscando, no un homenaje a algún personaje concreto, sino la plasmación de un contenido entusiasmo por la moda y la sensibilidad de la música de nuestro país que, por sus orígenes tanto le gustaba.
En el enlace que nos acompaña, Siji Ozawa dirige, no a su orquesta de Boston, sino a la japonesa Saito Kinen Orchestra.


Sin poseer evidencias científicas determinantes, se piensa que entre los hábitos que pueden reducir alrededor del 75% el riesgo de padecer Alzheimer se encuentran:
  • Reducir el consumo de grasas saturadas.
  • Basar la alimentación en el consumo de verduras, frutas y legumbres.
  • Consumir alimentos con vitaminas E y B12.
  • Evitar multivitamínicos con hierro y cobre, salvo prescripción médica.
  • Evitar cocinar en ollas y sartenes de aluminio.
  • Mantenerse activo físicamente.
Además, actividades encaminadas a mantener el cerebro activo como hablar varios idiomas, practicar actividades intelectuales y culturales, interpretar música instrumental o vocal, pueden retrasar la aparición de los síntomas hasta cinco años, puesto que involucran varias áreas cerebrales y sus redes de conexión correspondientes.


Un tema como este no podía quedar al margen de la creación, por lo que fue tratado en diversos ámbitos. Películas como En el estanque dorado, ¿Te acuerdas del amor?, El diario de Noa, La caja de Pandora, Nebraska o Quédate conmigo se centran en la enfermedad y la convivencia con el Alzheimer.
En su relato Ver las orejas al lobo, Alice Munro trata sobre esta enfermedad en un matrimonio de avanzada edad en la que ella ingresa en un centro.
La escritora argentina Sylvia Molloy realiza una simbiosis entre su experiencia al cuidar a un familiar afectado y las reflexiones que le surgen sobre el pensamiento, el lenguaje y la memoria en su obra Desarticulaciones. 
J. Bernlef explora esta enfermedad neurodegenerativa desde dentro, introduciéndose en la piel de un enfermo y describiendo en Entre brumas la evolución de la enfermedad.
Otra obra que trata el tema es No he salido de mi noche, de la francesa Annie Ernaux, un libro que desarrolla con crudeza las anotaciones que realizó mientras acompañaba a su madre enferma. 

De todas estas aproximaciones literarias nos quedamos con un extracto del relato Ver las orejas al lobo de la Premio Nobel canadiense Alice Ann Munro. Incluido en su libro de relatos Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio, este relato aborda la historia de Grant, un profesor universitario jubilado y su esposa Fiona. Su vida en los apartados bosques canadienses comienza a resquebrajarse cuando Fiona comienza a presentar los primeros síntomas de Alzheimer. Cuando ella es ingresada en un clínica para tratar la enfermedad comienza a olvidar a su esposo a la vez que encuentra un nuevo amor entre los enfermos residentes. Munro explora la relación sentimental desde el punto de vista de Grant, las bases en que está constituido el matrimonio con sus defectos y virtudes, hasta llegar a la resignación por la situación y el amor a su esposa.
El texto que nos acompaña nos muestra los descubrimientos de los primeros síntomas de la enfermedad en Fiona y las reacciones que provoca en ambos.


Nos despedimos de esta reflexión sobre el Alzheimer, su aumento en la sociedad, su invisibilidad y la fuerza que necesitan los acompañantes y cuidadores con música.
La música que nos acompaña en esta despedida tiene diversas relaciones con personajes que han aparecido en esta publicación. Dirige uno de los grandes del siglo XX, Leonard Bernstein, quien al comienzo de la década de 1960 apoyó, como hemos visto a Seiji Ozawa. La música pertenece a otros de los compositores que terminaron su días víctimas de esta enfermedad, Aaron Copland. Su Fanfare for the common man nos acerca, tal como indica el título, no a reyes, presidentes o deportistas de élite, sino a personas normales y corrientes, a cualquiera de nosotros, a la singularidad de cada uno de nosotros. lo que, de alguna manera, nos acerca a quienes se relacionan con el Alzheimer desde enfermos a cuidadores, enfermeros o quienes interactúan con ellos.
La interpretación con la New York Philharmonic Orchestra tuvo lugar en 1985 con la presencia en uno de los palcos del propio Aaron Copland quien, con 85 años ya sufría los estragos de la enfermedad. 

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Bibliografía y webgrafía consultadas:

La primera vuelta alrededor de la Tierra: El regreso

En esta publicación finalizamos la historia de la primera vuelta alrededor de nuestro planeta. Si aún no has leído el inicio de esta aventura, puedes hacerlo clicando en el enlace 500 años de la primera vuelta alrededor de La Tierra.
Siguiendo el libro de Antonio Pigafetta Primer viaje entorno al globo, escrito por él mismo a partir de su diario de navegación, habíamos dejado la narración en el comienzo de la segunda de las cuatro partes de que consta el libro, cuando las tres naos que quedan en la expedición, la Trinidad, la Concepción y la Victoria continúan su viaje hacia las Islas Molucas, tras superar la hambruna y las enfermedades que han padecido en la travesía del Océano Pacífico.

Te invito a conocer cómo finalizó la primera vuelta al mundo que inició Fernando de Magallanes y finalizó el 9 de septiembre de 1522 Juan Sebastián Elcano según el relato de Pigafetta, acompañado por músicas de su época y un concierto conmemorativo cuyas piezas pudieron escuchar los tripulantes. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!

Imagen de un atlas de Battista Agnes (1544) sobre la primera circunnavegación
Tras pasar por la isla de Guam en las Marianas, arribaron a Sámar, en las Islas Filipinas, siendo los primeros europeos que llegaron a ellas. Siguiendo la costumbre de la época, Magallanes intervino para mantener la paz entre los diversos grupos de indígenas y convertirlos al cristianismo. 
Inmerso en la intercesión en estas disputas, Magallanes propuso a uno de los jefes indígenas derrotar a su enemigo Lapulapu, rey de la isla de Mactán. Así, este rechazó la oferta de rendición y llevó a los expedicionarios españoles a una batalla en la que murió el propio almirante de la flota, presa del exceso de confianza por tener mejores armas, aunque fueran significativamente menos en número de combatientes.
Tras el fallecimiento de Magallanes nombraron sucesores al Odobardo (Duarte) Barbosa y a Juan Serrano. Durante una comida trampa organizada por el rajá de Cebú, al primero lo mataron y el segundo, malherido y prisionero, fue abandonado.
En este momento decidieron que Juan López de Carvalho, piloto mayor de la flota fuera nombrado jefe de la expedición. Semanas más tarde fue destituido por mala conducta y nombraron en su lugar a González Gómez de Espinosa, capitán de la Trinidad, al frente de la flota y a Juan Sebastián Elcano lo pusieron al mando de la VictoriaEn ningún momento nombra Pigafetta a lo largo de su relato a Elcano quien, como sabemos, acabaría tomando el mando y concluyendo este primer periplo alrededor del orbe terrestre.

Anónimo. Retrato de Magallanes (Siglo XVI) Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Con el rótulo: «Ferd. Magellanus superatis Antartc / Fleti aungustiis clariss»
En la parte final de su libro II, Pigafetta narra cómo sucedió la muerte de Magallanes, además de realizar un elogio de su persona.


Segundo de los hijos de los Reyes Católicos, Juan de Aragón y Castilla también conocido como Juan de Trastámara, el único varón y heredero al trono, fue nombrado gobernador de Salamanca para que adquiera experiencia en el gobierno hasta que ocupara el trono.
En 1497 se casó en la catedral de Burgos con Margarita de Habsburgo, hija del emperador Maximiliano I y hermana de Felipe el Hermoso, falleciendo seis meses después, según unos de amor, según los entendidos por una tuberculosis, alcanzando el trono años más tardes su hermana Juana la Loca
Compuesto también por Juan del Encina, Triste España sin ventura es un sentido y profundo lamento por la muerte del hijo de los reyes que se contrapone a Triunfo de amor, una comedia lírica escrita y llevada al escenario por el mismo del Encina para celebrar los desposorios reales.
Poeta rico en la expresión de sentimientos, Triste España sin ventura añade al dolor por la pérdida humana la incertidumbre en la sucesión, mostrando el  estado de ánimo por el que transitaba la España de la época, transmitido de forma inequívoca por una música con una melodía que se acerca al quejido y penetra en el ánimo de quien la escucha. Si obviamos las referencias personales podemos aplicar este texto al contexto social en que nos encontramos.


El enlace que nos acompaña pertenece a una grabación de audio de La Capella Reial de Catalunya y Hespérion XXI dirigidos por Jordi Savall perteneciente a su disco Isabel I, reina de Castilla
Los restos de Juan de Aragón y Castilla reposan en el Monasterio de Santo Tomás de Ávila, cuyas imágenes acompañan este lamento musical de Juan del Encina.


El conflicto al organizar una expedición que navegara hacia el oeste hasta llegar a las Islas Molucas, estribaba en la oposición de los portugueses que acusaban a los españoles no sólo de un error en sus cálculos, sino también de mala fe para quedarse con un territorio que no les correspondía. 
El historiógrafo milanés al servicio de la corte española Pedro Mártir de Anglería lo narraba con cierto sentido del humor en una de sus cartas en la que expone, no de forma textual, el siguiente argumento: 

«Se escogieron veinticuatro astrónomos y pilotos portugueses y españoles quienes después de haber debatido por mucho tiempo llegaron a la conclusión de que no se podía decidir esta cuestión más que a cañonazos.» 

Finalmente, Carlos V decidió aceptar la oferta que recibió de Juan III de Portugal de 150.000 doblas para ceder los derechos sobre las Molucas, aunque planeó enviar una escuadra a la búsqueda de nuevos descubrimientos para la corona que iba a dirigir Esteban Gómez. Al cambiar esta expedición por la encabezada por Magallanes, encomendó la capitanía de la nave Santiago a Gómez, de quien ya conocemos que se volvió de la Patagonia a España.

Mapa de las Islas Malucco, uno de los varios que realizó Pigafetta.
El tercero de los libros de Pigafetta narra la parte del viaje que transcurrió desde que partieron de Zubu en mayo de 1521 hasta que zarparon de las Molucas, a las que denomina en todo momento Malucco
Arriban en primer lugar a Bohol donde queman la nao que se encuentra en peor estado, la Concepción, ya que no disponen de tripulación suficiente para manejar los tres navíos. Pasan por islas como Butuán, Cagayán, Borneo o Palaoan donde entablan relaciones con los mandatarios de los aborígenes.
En noviembre llegan al destino de su viaje: Malucco, las islas Molucas, productoras de especias como el clavo, la canela o el jengibre tan solicitado en la vieja Europa.
Una vez cargadas las naves y organizando la salida para regresar a España descubren una vía de agua en la Trinidad. Con la ayuda del rey que pone a disposición de los navegantes la ayuda necesaria intentan arreglarla sin éxito, por lo que deciden abandonar el barco, aligerar la Victoria y reorganizar la carga para volver al punto de partida.
Finalmente, unos días antes de la Navidad, el 21 de diciembre de 1521, dos años y cuatro meses después de la salida de Sevilla, la nao Victoria emprende el camino de regreso, navegando siempre hacia el oeste. Aún les queda por atravesar el Océano Índico, doblar el Cabo de Buena Esperanza en la parte austral de África y surcar hacia el norte el Océano Atlántico hasta llegar a su destino.
Algunos de los hombres decidieron quedarse en las islas, bien pensando en que la nave no resistiera tan largo viaje y no pudiera llegar a su destino, bien convencidos de que podían morir de hambre en medio del océano como ocurrió con algunos compañeros en la travesía del Pacífico. Al partir la nave llevaba cartas de estos marineros para sus familiares.
En el texto que nos acompaña, en la parte final del Libro III de su relato, Pigafetta relata los días previos a la partida de las Molucas y el momento en que lo hicieron el 21 de diciembre mencionando el número de navegantes que quedaron en Tadore y los que embarcaron.
 

Los días previos y siguientes a la partida hubieron de tener momentos de gran emoción, tanto para quienes quedaban como para los que emprendían el regreso.
No tenemos seguridad de en qué momento se compuso la música que nos acompaña ni quien fue su autor, pero la temática y la época nos acercan al tiempo en que salieron de las Molucas, los días previos a la celebración de la Navidad
Se trata de una partitura recogida en el Cancionero del Duque de Calabria o Cancionero de Venecia, un libro recopilado en la corte del duque Fernando de Aragón cuyo título era significativamente descriptivo y largo: Villancicos de diversos autores, a dos, y a tres, y a quatro, y a cinco bozes, agora nuevamente corregidos. Ay mas ocho tonos de Canto llano, y ocho tonos de Canto de Organo para que puedam aprovechar los que a cantar començaren. y publicado en la imprenta de Jerónimo Scotto de Venecia.
En realidad, los estudiosos y aficionados lo conocen como el Cancionero de Upsala, ya que fue en la biblioteca Carolina Rediviva de la citada universidad sueca donde se encontró el único ejemplar del que se dispone en la actualidad.
De las setenta obras que lo componen, nos quedamos con el registrado con el número 43 de este Cancionero de Upsala, Dadme albricias hijos d'Eva, un villancico dialogado en el que un solista -un ángel- anuncia al pueblo -el coro- la gran noticia del nacimiento de Jesús
El enlace a Dadme albricias hijos d'Eva está interpretado por el cuarteto vocal Cantoría formado por la soprano Inés Alonso, el alto Oriol Guimerá, el tenor Jorge Losana y el bajo Valentín Miralles e incluido dentro de su programa Lenguas Malas dedicado a música polifónica vocal del Renacimiento de autores como Mateo Flecha el Viejo, Juan del Encina, Juan de Anchieta, Bartomeu Cárceres o Francisco Guerrero.
El vídeo está grabado en el recinto modernista Sant Pau de Barcelona en 2021.


Una vez concluida esta primera circunnavegación al globo terrestre, Pigafetta volvió a Italia donde el nuevo pontífice Clemente VII le propuso que le regalara una copia de su diario del viaje, escribiéndolo en un libro cuyo título fue Relazioni in torno al primo viaggio di circumnavigazione. Notizia del Mondo Nuovo con le figure dl paesi scoperti (Informes sobre el primer viaje de circunnavegación. Noticias del Nuevo Mundo con las cifras de los países descubiertos). De este libro envió una copia al Gran Maestre de Rodas y otra a la reina Luisa de Saboya, regente de Francisco I de Francia, quien lo envió a Antonio Fabre para que lo tradujera. Este lo trasladó al francés y publicó un extracto del libro, sin complicarse ni en la traducción ni ante términos desconocidos o palabras del vocabulario de los indígenas oceánicos y con, al parecer, bastantes errores en la versión francesa.
Creyéndose perdidos estos manuscritos originales, Carlo Amoreti descubrió una copia íntegra en la Biblioteca Ambrosiana de Milán en 1800 que se publicó en italiano ese mismo año y al año siguiente en francés.

El Libro IV y último en que Pigafetta divide el relato de la primera vuelta al mundo relata el regreso desde las Molucas hasta arribar a Sevilla en una Victoria con vías de agua, con una tripulación cada vez más diezmada y pasando penurias al atravesar un territorio que estaba adjudicado a los portugueses por los convenios internacionales. Es inevitable no acordarse de la Vuelta al mundo en 80 días de Julio Verne cuando, tras pasar por las islas Cabo Verde descubren que han adelantado un día al navegar hacia el oeste. 
Finalmente arriban a Sanlúcar de Barrameda el 6 de septiembre de 1522, desde donde se dirigen en pésimas condiciones al puerto de Sevilla donde entran dos días más tarde, entrando triunfalmente en la capital hispalense el martes 9 de septiembre tras un largo y agónico viaje que pasará a la historia por ser la primera vez que se dio una vuelta alrededor de nuestro planeta, una hazaña de la que, cuando se escribe este texto se cumplen 500 años.


Réplica de la Nao Victoria que realiza una gira conmemorativa del V Centenario partiendo del Muelle de las Delicias de Sevilla.


Una vez llegaron a Sanlúcar de Barrameda, Elcano escribió una carta al emperador Carlos V de la que se guardan varias copias.
Apenas pudo gozar Elcano de su fama y los privilegios que le otorgó el emperador, ya que falleció, probablemente de escorbuto, en una nueva expedición a las Molucas el 4 de agosto de 1526, apenas cuatro años después de logar la hazaña de completar la primera vuelta al mundo.

Ignacio Zuloaga. Juan Sebastián Elcano (1921), cuadro encargado por la Junta del IV Centenario de la Primera vuelta al Mundo de Elcano. Museo Marítimo Vasco.
Si has llegado hasta aquí, quizás sea el momento de realizar una pausa y volver más adelante.
Para finalizar esta publicación que sirve de homenaje y memoria de la primera vuelta al mundo nos despedimos con el concierto La vuelta al mundo de Magallanes-Elcano, por Antonio Pigafetta (cronista y tripulante) interpretado por Serkedjè dirigido por Jorge Rodríguez Morata y el Aziz Samsaoui Ensemble dirigido por Samsaoui Abdelaziz, un concierto organizado por el Vicerrectorado de Proyección Cultura y Deporte de la Universidad de Jaén y la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía que se celebró en el Catedral de Jaén el 13 de noviembre de 2020, aún bajo las medidas de protección tomadas bajo la pandemia. 
Los intérpretes son Maribel Hinojosa, soprano, Marta Barragán, soprano y flauta de pico, Miguel Ángel Hernández, contratenor, David Ruiz, multipercusión, Julia Chiner, viella y viola da gamba, Aziz Samsaoui, quanun, saz y cítola, Miguel Rogríguez bajo y percusiones y Jorge Rodríguez Morata, narración, tenor y percusiones.

El programa consta de las siguientes partes:
1- El nacimiento de Magallanes.
2- Preparativos del viaje.
3- Océano Atlántico América Estrecho de Magallanes.
4- Océano Pacífico - Islas Molucas.
5- Océano Índico - Cabo de Buena Esperanza.
6- "Querido Rey, acabamos de dar la vuelta al mundo."

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Bibliografía y webgrafía consultadas: