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Lluvia de lágrimas & Lágrimas en la lluvia

¡Es tan misterioso el país de las lágrimas!
Antoine de Saint-Exupéry

Pocos elementos de nuestro cuerpo tienen tanta relación con la expresión de los sentimientos como las lágrimas. 
Cuando estos nos desbordan, generalmente asociados a la tristeza y las penas, las lágrimas nos ayudan a exteriorizar y desahogar aquello que nos inquieta o sobrepasa.
No podemos dejar de dar importancia a su función eminentemente fisiológica y fundamental como es mantener húmedo el ojo cada vez que parpadeamos, además de proteger a la córnea para eliminar los microbios, el polvo o las pequeñas partículas que puedan dañarlo. 
Producidas por las glándulas lacrimales y compuestas de agua, sales y lisozimas bactericidas, podemos encontrar tres tipos de lágrimas: las basales que permiten mantener nuestros ojos limpios y funcionales, las reflejas, que nos defienden de elementos intrusos (una mota de polvo, el corte de una cebolla) y las emocionales, vinculadas a nuestros sentimientos y cuyo contenido químico es diferente de las anteriores, ya que poseen más proteínas y hormonas relacionadas con la tensión y el estrés.
En esta publicación nos centraremos en estas últimas, que aún hoy suponen un misterio en su origen y su función. Darwin llegó a afirmar que el llanto es una de las expresiones específicas de los seres humanos.
Las lágrimas, que van cambiando con la edad, evolucionan como consecuencia del dolor físico en la infancia hacia asuntos sentimentales y la empatía en la madurez, pasando a formar partes de sentimientos asociados con la pérdida, la tristeza o la alegría, aunque en gran parte aún se desconozcan las razones científicas que relacionen los vínculos entre ellos.
Así, las lágrimas han estado presentes en multitud de ocasiones en distintas manifestaciones artísticas desde tiempos inmemoriales como símbolo y manifestación de sentimientos, de modo especial el dolor y el alivio que se experimenta vertiéndolas como forma de catarsis.
Con toda seguridad, leer esta publicación traerá a cada uno de nosotros la evocación de alguna obra en la que las lágrimas sean protagonistas, aunque nos centraremos en unos casos concretos. De la misma forma que las lágrimas evolucionan en nosotros con el paso del tiempo, nos acercamos también en esta publicación a cómo evolucionan algunas creaciones artísticas concretas y las miradas que las acompañan. 
Te propongo un recorrido por varias presencias de las lágrimas en la literatura, una de ellas surgida de la película Blade runner y la música de Vivaldi, en las que podemos comprobar cómo evolucionan las ideas y las creaciones. Nos acompañan Savater, Girondo, Gibrán, el contratenor Philippe Jaroussky y los pianistas Anderson & Roe. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!  


Lluvia de lágrimas
Asociadas a la tristeza, en las lágrimas confluyen toda una gama de sentimientos que oscilan entre la más amarga de las penas hasta la risa desbordante, llegando a confundirse en ellas algunos de estos sentimientos, que durante mucho tiempo la costumbre propició que debían esconderse y ocultarse en la creencia de que eran una muestra de debilidad.
Nacido en una aldea libanesa, Gibrán Jalil Gibrán, también escrito Yibrán, es un poeta, novelista y pintor que vivió desde finales del siglo XIX hasta que falleció en Nueva York en 1931, conociéndosele como el Poeta del exilio
En El vagabundo, Gibrán presenta a un protagonista que ha recorrido el mundo con los ojos y oídos atentos, recogiendo las lecciones que la vida y el contacto con las personas les proporcionan. 
Escrito a modo de fábula, entre el apólogo y la parábola, Lágrimas y risas, es un pequeño texto que funde esas dos sensaciones y nos habla de esos tópicos y esas clasificaciones con las que encasillamos y simplificamos nuestros pensamientos. Así, creemos lo que pensamos que es creíble y lo que es creíble lo damos lo confirmamos en nuestra mente y lo damos por hecho.


Poco a poco vamos conociendo cada vez mejor la producción operística de Antonio Vivaldi, al que solemos asociar a los numerosos conciertos que compuso para el veneciano Ospedale della Pietà y, de modo especial, a sus Cuatro estaciones.
En 1930 la Biblioteca Nacional de Italia en Turín compró la llamada colección de Foà y Giordano con más de 450 obras de Vivaldi entre los que se encontraban sus Dramma per musica, unas obras cargadas de un contenido moral y emocional desarrollados a través de una temática amorosa e histórica con variados recursos escenográficos. 
De entre las aproximadamente cincuenta óperas vivaldianas que se conocen en la actualidad, Il Giustino (Justino, también conocida como Anastasio) es una obra compuesta a partir de la obra homónima de Giovanni Legrenzi y que más tarde también utilizaría Händel. Con libreto en tres actos de Nicolò Berengan, Il Giustino (RV 717) se estrenó en 1724 en el Teatro Capranica de Roma. Se trata de una ópera ambientada en Constantinopla en la que se combinan tanto personajes históricos como alegóricos, donde se integran la política, el engaño y los celos, y que muestra la fortaleza que puede llegar a tener una mujer en el poder si su esposo es incapaz de ejercer el mando. 


Como en otras óperas suyas, Vivaldi reutiliza aquí piezas de obras anteriores, alrededor de veinte entre las que incluye el motivo principal de La primavera de sus estaciones.
En relación con las lágrimas, nos quedamos con el aria de Anastasio Sento in seno, rescatada de su ópera Tieteberga (RV737) en el que los pizzicatos describen esa lluvia de lágrimas que el protagonista siente en su interior. Se trata de una bella, contenida y delicada Aria da capo, divida en tres partes, cada una de las cuales está formada por dos versos con las repeticiones del texto que hemos obviado en la letra y cuya primera parte se vuelve a cantar en la repetición según el esquema ABA. 

La versión de Sento in seno que nos acompaña pertenece al concierto Airs d'Opéra de Vivaldi et Haendel realizado en la Chapella de la Trinité de Lyon dentro del Festival de Musique Baroque de 2006 con el contratenor Philippe Jaroussky y el Ensemble Matheus dirigido por Jean-Christopyhe Spinosi.


Inspirado por los movimientos de la vanguardia europea, Oliverio Girondo (1891-1967) fue uno de los escritores más creativos de la Argentina de la primera mitad del siglo XX. Sus primeros poemas nacen plenos de color e ironía para reflejar su cosmopolitismo y la creación de la nueva vida urbana, criticando costumbres arraigadas. 
Seguidor de movimientos como el Ultraísmo, el Futurismo o el Surrealismo, Girondo creó un lenguaje personal, rico en figuras, empleando en sus poemas el verso libre, neologismos y una musicalidad en el que se deja ver un peculiar sentido del humor.


Amigo de Neruda y Federico García Lorca con los que coincidió en su país, a partir de los años cincuenta también centró sus esfuerzos en la pintura, aunque sin llegar a realizar exposiciones.

En Llorar a lágrima viva, uno de los varios poemas que dedicó a este tema, Girondo nos acerca a la gama y variedades de llantos que nos acompañan cuando se desbordan nuestros sentimientos.


Las arias Sento in seno, Mio dolce amato sposo o Vedró con mio diletto son algunas de las piezas más conocidas de Il Giustino y que han pasado a formar parte de discos recopilatorios o recitales y conciertos de arias barrocas.
Siguiendo el cambio que las lágrimas van teniendo conforme avanzan nuestras vidas o mudamos de situación, continuamos con una versión de este aria adaptada para dos pianos. 
Así, este aria cuyo nombre completo es Sento in seno ch'in pioggia di lagrime se ha convertido en A rain of tears (Una lluvia de lágrimas) en el arreglo que han realizado de este aria vivaldiana Anderson & Roe Piano Duo formado por Greg Anderson y Elizabeth Joy Roe y perteneciente a su proyecto When words fade (Cuando las palabras se desvanecen). 
En esta versión para dos pianos, en el segundo de ellos se han introducido unos amortiguadores en los martillos para poder imitar el pizzicato, mientras en el primero se desarrolla la melodía del aria.
La grabación con Anderson en el primero de ellos y Elizabeth Roe en el segundo se realizó en junio de 2011 en el Shalin Liu Performance Center de Rockport, Massachusetts.


Como lágrimas en la lluvia
De la lluvia de lágrimas pasamos a las lágrimas en la lluvia, una expresión que nos señala cómo se diluyen los sueños o las esperanzas.
Basada de forma libre en la novela de ciencia ficción publicada en 1968 por Philip K. Dick Do androids dream of electric sheep? (¿Sueñan los androides con ovejas electrónicas?), Ridley Scott estrenó en 1982 una película que se convirtió en icónica, Blade runner.
En una de las escenas finales, el replicante Roy Batty, interpretado por Rutger Hauer, salva la vida a Rick Deckard (Harrison Ford), quien lleva toda la película intentando acabar con él, pronunciando un monólogo que ha he hecho célebre, Lágrimas en la lluvia, inspirado en un texto de Arthur Rimbaud sacado de El barco ebrio y que el propio Hauer modificó la noche anterior. Al final de esta publicación hay un enlace que explica la génesis de este monólogo.


Tanto la película como el monólogo han generado múltiples adhesiones desde su estreno, llegando a utilizarse ambos para distintos libros y publicaciones.
Novelas como Lágrimas en la lluvia. El futuro en tus manos de Rosa Montero giran en torno a ellos, desarrollándose en 2109 en un Madrid perteneciente a los Estados Unidos de la Tierra.
Por su parte, el libro de 1988 Blade Runner, escrito en nuestro idioma por varios autores recoge una serie de artículos escritos ex-profeso para reflexionar sobre la película, sus orígenes, creación y significado.


Escritores y artistas como Guillermo Cabrera Infante, Vicente Molina Foix, Fernando Savater, Rafael Argullol, Juli Capela, Quim Larrea, Alberto Cardin, José Luis Guarner, Antonio Miró, Antonio Tello, Eduardo Úrculo y Jorge Wagensberg desarrollan su homenaje a este film desde los distintos ámbitos artísticos en los que desarrollan su actividad.
De entre todos ellos, nos acercamos, no al monólogo Lágrimas de lluvia, sino a la reflexión sobre la misma que Fernando Savater realiza en su colaboración titulado La puerta de Tanhäuser.


Era costumbre en la época que los compositores reutilizaran o adaptaran sus piezas para nuevos proyectos, como realizó Vivaldi para Il Giustino.
El caso es que el mismo compositor escribió el aria Sento in seno, como hemos citado anteriormente de una obra precedente, su ópera Tieteberga, que aunque tenga como número de opus RV737 es anterior, con libreto en italiano de A. M. Lucchini que se estrenó en el Teatro San Moisé de Venecia siete años antes, en octubre de 1717, un Drama per musica que está perdido y del que apenas si nos ha llegado esta pieza, aunque se conoce que se utilizaron hasta nueve arias de otros compositores.
El texto es idéntico al que reutilizó, salvo el segundo verso que difiere del que se canta en Il Giustino. Donde aquel dice Si dilegua l'amante mio cor, en Tieteberga estaba escrito Si dilegua il tradito mio cor. El resto del aria es idéntico tanto en el libreto como musicalmente y la interpreta el personaje de Lotario, a cargo de un contralto o contratenor.


Finalizamos esta publicación sobre las lágrimas y cómo evolucionan algunas ideas y creaciones con una nueva versión de Sento in seno, con el cambio indicado y una variante con una novedosa puesta en escena. La soprano Heather Newhouse interpreta el aria dentro del espectáculo Folia de 2018, con un elenco de bailarines con la dirección artística y coreografía de Mourad Merzouki.

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Bibliografía y webgrafía consultadas:

5 comentarios:

  1. Hola, Miguel.
    Espléndido, sento y seno de Vivaldi. De aquí me ha sorprendido volver a ver al contratenorm que ví en Youtube en la coronación de Popea, de Monteverdi. A Monteverdi le he conocido más hace unos meses, me encanta El lamento de Arianna, renacimiento y un proyecto industrial iniciático italiano, sublime pieza ésta que nos muestras aquí. Un post muy completo, Blade Runner, Vivaldi, las lágrimas como símbolo ancestral y patrimonio humano, si bien, ahí tenemos la fábula del cocodrilo y la hiena como personificación de la tristeza y de la alegría. Muy bueno, me ha encantado.
    Un saludo

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  2. Hola, Marisa.
    Pocas cosas hay tan humanas como las lágrimas y mucho se ha escrito y creado sobre ellas. El aria Sento in seno de Vivaldi es una maravilla y la interpretación de Philipe Jaruossky sublime. Creo que es uno de los mejores intérpretes de música barroca y, posiblemente el mejor contratenor de hoy en día.
    Gracias por tu comentario.
    Un fuerte abrazo :-)

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  3. Hola Miguel. Es cierto que las lágrimas han ocupado un lugar importante en la creación artística. Me encantó la manera como enlazas a todos esos autores. Me trajo algunos recuerdos, entre ellos a Cabrera Infante del que tengo muy buenos recuerdos. Un abrazo 🐾

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    1. Gracias, Rosa.
      Como partes de nuestra vida y expresión de sentimientos, las lágrimas han sido utilizadas y aparecen en muchas obras, especialmente las literarias. En el libro citado, la colaboración de Cabrera Infante es fantástica, pero la descarté porque el aria de Vivaldi no perdiera el protagonismo frente a Blade runner.
      Un fuerte abrazo :-)

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