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Un Réquiem para Mozart

La Misa de Réquiem en Re menor es la última obra compuesta por Wolfgang Amadeus Mozart. El misterio que lo ha rodeado desde la muerte de su autor ha recobrado actualidad hace unos años gracias a la obra de teatro, luego convertida en película Amadeushistóricamente incorrecta como nos suele acostumbrar el cine, en cuanto a la relación entre Salieri y Mozart.
De la biografía del músico salzburgués escrita por Peter Gay son estas líneas que tratan de su misterioso final.





El Réquiem fue encargado por el Conde Walsegg-Stuppach, un compositor aficionado que pretendía que se creyera que era él quien lo había escrito en memoria de su esposa. Mozart mantuvo el secreto. Según una confesión de sus últimos días, el compositor creía que estaba componiendo la obra para sí mismo. En cualquier caso, murió antes de poder concluirlo, y su viuda Constanze, por razones económicas, debía entregarlo completo al Conde. De ahí que confiara la obra a un alumno de su esposo, Süssmayr, que posteriormente declaró que era el autor del Sanctus, el Benedictus y el Agnus DeiNadie ha sido capaz de corroborar esta afirmación, pero sí se sabe que Süssmayr se valió de la música de Mozart en Lux Aeterna y Cum sanctis Tuis, y que fue el encargado de orquestar todas las secciones entre el Dies Irae y el Hostias.
El propio Conde dirigió la primera interpretación del Réquiem, que aún intentaba hacer pasar por suyo, en la Iglesia Neukloster el 14 de diciembre de 1793, dos años después de la muerte de Mozart.
La primera pieza que nos acompaña es el Rex Tremendæ. Un acorde de todas las cuerdas es respondido por los instrumentos de viento y retomado por las primeras en una progresión descendente. El coro, en fortíssimo, exclama “Rex” por tres veces antes de comenzar el desarrollo del texto. El contraste se hace total con el pianissimo con que se canta “salva me”tornándose el ambiente casi sobrenatural mientras un aroma de oración sustituye al violento comienzo.

El 5 de diciembre de 1991, fecha en que se cumplían los doscientos años del fallecimiento del autor, tuvo lugar una misa de Réquiem por su alma en la Catedral de Viena oficiada por el Arzobispo titular, bajo la dirección musical de Sir Georg Solti y con la participación de la soprano Arleen Augér, la mezzo-soprano Cecilia Bartoli, el tenor Vinson Cole y el bajo René Pape del que existe una emotiva grabación. 
Desde entonces, todos los años he buscado tiempo cada 5 de diciembre para escucharlo. Sólo una vez falté a la cita. Ese mismo día, y tras varios años de lucha contra sus perdidos recuerdos fallecía mi padre. Mientras persista mi memoria no dudo que acudiré a esta cita anual.
Te dejo con la transcripción de tan excepcional y emotivo momento. Recuerda, 5 de diciembre de 1991, doscientos años después del fallecimiento de Mozart.

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