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Dónde encontrar la felicidad

¿Cuándo, cómo y dónde podemos encontrar la felicidad? 
¿Quién no se ha hecho estas preguntas? Una de las constantes en la vida es la búsqueda de la felicidad, una felicidad que la deseamos para nosotros mismos y para aquellos que nos rodean. ¿Qué padre no plantea como objetivo vital que sus hijos sean felices? Esta felicidad la anteponemos incluso al crecimiento, a la maduración, la búsqueda de la sabiduría, el equilibro personal o el hecho de dotar de un sentido y una finalidad a nuestra existencia.
Y el hecho de situar esa meta en la felicidad acarrea más problemas y frustraciones en cuanto que el camino a seguir, los obstáculos a superar o la no consecución de unas condiciones de tipo material, sentimental o emocional, hace que, cuando no alcanzamos esa buscada felicidad, los sentimientos nos acerquen más a la desdicha en nuestras vidas. 
Un talante abierto, la capacidad para luchar por nuestros propósitos y sueños, desear lo mejor para quienes nos acompañan y conocemos o, simplemente, disfrutar de determinados momentos nos acercan a este deseado estado de ánimo.
Te propongo una reflexión sobre la felicidad, dónde buscar para poder encontrarla. Nos acompañan un texto de José Luis López Aranguren y un festivo coro de I Puritani de Bellini que terminan junto a una advertencia final.


El estreno de I Puritani de Scozia (Los Puritanos de Escocia), más conocida simplemente como I Puritani sumió a Bellini en la felicidad más absoluta incluso antes del estreno. Primero, porque fue un encargo que el Téâthre Italien de París le hizo, lo que significaba que el compositor italiano entraba en la pléyade de autores extranjeros consagrados que estrenaba en la capital francesa, junto a Rossini, que ejercía aún su influencia desde su retiro parisino, Donizetti y el joven Verdi. En segundo lugar, porque ya antes del estreno, e incluso de componer la música, se había garantizado el éxito con la elección de los mejores cantantes del momento: El gran tenor Rubini sería Arturo; una de las divas del momento, Giulia Grissi sería Elvira; Tamburini haría el papel de Riccardo, un rival de Arturo cargado de sentimientos nobles y Lablache el rol de Giorgio, tío y defensor de Elvira. En tercer lugar, porque mientras componía, preparaba una versión para la otra gran diva del momento, María Malibrán, una voz más sombría y ágil a la vez con tesitura que iba de soprano hasta contralto para la que arregló y añadió alguna pieza para estrenar en los grandes teatros italianos de Milán, Venecia o Nápoles. Este estado de felicidad le duraría poco tiempo, ya que poco más de medio año más tarde, mientras preparaba otro encargo en París, falleció a los treinta y cuatro años tras una rápida enfermedad digestiva en menos de una semana.




Vincenzo Bellini se basó en el texto teatral Têtes rondes y cavaliers en el que se cuenta el dramático amor de Elvira y Arturo durante la guerra civil que los Puritanos, partidarios de Oliver Cronwell mantuvieron contra los realistas que apoyaban a los EstuardoWalter Scott trató también el tema en Old Mortality que en Italia se tituló precisamente I Puritani di Scozia, título que gustó a compositor y libretista, aunque el argumento no tiene que ver con el de esta ópera. El libreto corrió a cargo de Carlo Pepoli y aprovechó el interés que el público tenía por este tipo de temas históricos. 



Bellini desarrolla en I Puritani una amplia gama de melodías, primando la voz sobre la orquestación, que pone al servicio de los cantantes, lo que le supuso en su momento ácidas críticas. De esta obra hermosa, apasionante y subyugante, en la que el argumento no es lo más importante, hemos tratado en varias ocasiones en este blog en algunas entradas que recogen algunas de las piezas más conocidas y que puedes leer clicando en cada enlace:
John Huston, Joyce y Bellini se encuentran en Dublín
Un efecto mariposa de hace siglos
Encuentros, amores y complicidades con Bellini y Marái y 
La fuerza de la pasión y del amor con Tolstói y Bellini.

De todas las melodías que componen I Puritani, en este post traigo una de las menos habituales, un pequeño coro que aparece al inicio de la ópera, en la segunda escena. Un coro alegre y festivo, que muestra cómo nuestra felicidad también puede basarse en buscar y desear la felicidad de aquellos que nos rodean. 



El enlace presenta una interpretación de A festa! de I Puritani por el Coro Premier Ensemble de la Asociación Gayarre Amigos de la Ópera (AGAO) de Navarra bajo la dirección musical de Miguel Ortega celebrado en el Teatro Gayarre en noviembre de 2008.


José Luis López Aranguren desarrolló una peripecia vital tan particular como su propia y longeva vida. De sus inicios familiares mantuvo toda su vida un catolicismo profundo, hetorodoxo y arraigado, pero mientras muchos van perdiendo los sueños de juventud y terminan aceptando los condicionamientos de la sociedad, Aranguren evoluciona de un conservadurismo juvenil a convertirse en un referente de la izquierda intelectual de la década de los ochenta.
Profesor de Ética y Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, fue despojado de su cátedra en 1965 por asistir a una manifestación a favor de los derechos de los estudiantes, ejerciendo como profesor en la Universidad de Berkeley en California hasta su regreso mediado los setenta. Autor de libros que ilustraban su pensamiento como Filosofía y religión, Ética, Catolicismo y protestantismo como formas de existencia, Ética y sociedad, Moral, sociología y política o Estudios literarios y autobiográficos, fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 1995.



Pero no son las ideas o los pensamientos filosóficos, éticos o religiosos de Aranguren los que nos acompañan, sino su reflexión sobre los peligros que una sociedad de carácter técnico, científico, cibernético y consumista nos trae frente a la falta de humanismo y solidaridad. 




La felicidad no la encontramos en los bienes externos ni el consumismo, especialmente el que se sirve de la felicidad ajena para vendernos la propia como parlanchines de feria. En el final de L'Elisir d'amore (El elixir de amor) Donizetti nos hace un guiño con el embaucador Doctor Dulcamara, quien viendo la felicidad del amor de Adina y Nemorino decide vender su mágico elixir que, además de toda la suerte de males físicos, espirituales o sentimentales con que va buscando incautos por todos los lugares, añade el nuevo beneficio: un excitante para el amor. 
La interpretación de Dulcamara corresponde al barítono buffo Enzo Dara con la presencia en el escenario de Luciano Pararotti y Kathleen Batlle.


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8 comentarios:

  1. Inconmensurable Luciano Pavarotti. Decia Ernest Hemingway: “La felicidad en la gente inteligente es la cosa más rara que conozco”. Excelente post.

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    1. Hola Hugo. Si Hemingway tiene razón, mejor que no estemos entre la gente inteligente y aspiremos a ser felices sin necesidad de elixir como canta Enzo Dara.
      Un abrazo :-)

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  2. No es una mala idea. Muchas veces corremos en pos de una quimera material y nos olvidamos de la vedadera felicidad que nos procuran las cosas simples. Saludos. Buen domingo.

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    1. Hola Fausto
      Ese desprendimiento de lo material y la aceptación de los demás y de sí mismo que sugiere Aranguren nos puede acercar más a la verdadera felicidad. Gracias por comentar.
      Un abrazo :-)

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  3. En realidad el título de I Puritani (Los Puritanos) es I Puritani e I Cavalieri (Los Puritanos y los Caballeros) y está sacado del drama historico de Jacques-François Ancelot y de Joseph Xavier Boniface (más conocido con el nombre de Saintine), Têtes rondes et Cavaliers. Estupendo post literario Miguel Angel como ya es tradición en tus escritos. Muy bien presentados y elaborados. Saludos.

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    1. Entre las distintas fuentes de información que utilizo he encontrado varias versiones sobre el título completo de esta obra. De todas formas, podemos coincidir en que es una ópera extraordinaria.
      Saludos :-)

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  4. Hola Miguel,
    Me gusta la filosofía de Aranguren, incluso su propia trayectoria vital y profesional indica que las cosas no están siempre quietas, sino que se mueven. Tiene mucha razón el profesor, la solidaridad y el acercamiento a los demás, nos libera de estar demasiado pendientes de uno mismo y del perfeccionismo.
    Me ha encantado a mí también escuchar al grandioso Pavarotti.
    Excelente post.
    Un abrazo

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    1. Hola Marisa
      Como en la trayectoria vital de Aranguren, es importante que dejemos que nuestro pensamiento e ideas no se estanquen, aunque haya etapas en que nos dejemos llevar por la rutina y la comodidad.
      En cuanto a la idea que desarrolla sobre la felicidad, ese alejamiento de sí mismo y desprenderse de lo material acerca a momentos de felicidad.
      El final de L'elisir d'amore con Enzo Dara es tan delicioso como la propia ópera.
      Un abrazo :-)

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