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No dejemos de escuchar a La Caballé

Hay artistas que dejan un legado que no podemos dejar de seguir ya que ofrecen una visión de su arte que supera lo creado con anterioridad, fijan nuevos conceptos o consolidan un estilo personal que aportan una calidad especial a quienes los seguimos. Hace pocos días nos ha abandonado Montserrat Caballé y no podemos dejar de tenerla en la memoria.
Mucho se ha escrito a lo largo de estos días sobre la cantante catalana. Para conocer detalles interesantes sobre su vida os remito a uno de los artículos con que Raude en la Red nos sorprende con su buen hacer y la rapidez con que suele trabajar en su blog No hay vuelta atrásAdiós a Montserrat Caballé: Detalles que marcaron su vida. Se trata de un artículo con información sobre los momentos destacados de su biografía, muy interesante para conocer su importancia de la soprano dentro del panorama de la ópera.
Recordamos a Montserrat Caballé como una cantante con una enorme personalidad plena de humanidad que derrochaba simpatía a la vez que una risa contagiosa, lo que la hacía cercana a todos. A lo largo de estas líneas pretendemos mostrar su valor como cantante de ópera y la importancia de su aportación al mundo musical. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!



En febrero de 2011 fue investida como Doctora Honoris Causa por la Universitat de Barcelona. El solemne acto el discurso de presentación fue realizado por el Catedrático de Historia de la Música Xosé Aviñoa, quien glosó los méritos de la cantante para acreditar tal reconocimiento. En sus palabras, se refirió a la formación que recibió la soprano de los distintos maestros con los que trabajó inicialmente, después de que Manuel Bertrand se hiciera cargo de los estudios musicales de la Caballé, cuya familia no podía sufragarlos.



Una de las cualidades que han hecho grande a Montserrat Caballé es su capacidad de prolongar las respiraciones hasta límites insospechados. Su trabajo con la húngara Eugenia Kemmeny le sirvió para toda la vida. Se trataba de una maestra exigente que se centraba el primer año única y exclusivamente en trabajar la respiración, por lo que muchos alumnos desesperaban y abandonaban en busca de profesores menos exigentes. De esta atleta convertida en profesora de canto acogió unos ejercicios que practicó frecuentemente consistentes en tumbarse sobre su espalda y poner pesos en el abdomen para aumentar la capacidad respiratoria y la resistencia del diafragma, que le ayudaron a prolongar ese fiato, junto con una extraordinaria regulación de la salida del aire y los pianisimos que caracterizaron su interpretación.
En este primer enlace podemos apreciar estas características con una interpretación del aria Poveri fiori de Adriana Lecouvreur de Scilea que tuvo lugar en Tokio en septiembre de 1976, cuando la soprano contaba cuarenta y tres años.


Aunque sea conocido el momento en que Montserrat Caballé, La Superba (La Magnífica), pasó a ser una cantante conocida a una estrella, no está de más recordarlo. 
El primer concierto profesional suyo consistió en una participación de la Novena Sinfonía de Beethoven en Valencia, seguido de una interpretación en escena de La serva padrona de Pergolessi en Reus, ambas en 1955.
Durante varios años estuvo cantando y haciéndose un nombre en el panorama musical con papeles en óperas tan dispares como La Bohème, Manon Lescaut, Arabella, Salomé, Don Giovanni, Tosca, Aida, Madama Butterfly o La traviata, interpretando en italiano, alemán o francés gracias a los conocimientos fonéticos que había adquirido con Conxita Badía.



El paso al estrellato se produjo súbitamente el 20 de abril de 1965 en New York. La American Opera Society (AOS) organizó una representación en versión de concierto de Lucrezia Borgia en el Carnegie Hall con la mezzosoprano Marilyn Horne que iba a debutar con un rol de soprano. Un embarazo avanzado hizo que suspendiera de un día para otro su presencia. Allen Oxemburg, director de la AOS buscó sustituta. Johann Sutherland estaba preparando dos obras para el Covent Garden londinense, Lucía di Lammermoor y La Sonnambula; Leyla Gencer, a quien sondearon a continuación no estaba disponible. Bernard Llefort le indicó que había trabajado unos años atrás con una soprano española desconocida que resolvería con solvencia el papel. La Caballé estudió el papel en el avión y realizó un concierto memorable al que, sin duda, contribuyó que fuera en versión concierto y pudiera aprovechar la seguridad de tener delante el libreto.
Una de las asistentes, Lois Kirchembaun escribió. "Había que estar allí para creer lo que estabas escuchando... era algo que te transportaba...". En el intermedio los agentes que asistían corrieron en busca de cabinas de teléfono cercanas para llamar a sus jefes. Antes de salir del teatro tras la representación le ofrecieron a La Superba dos precontratos, entre ellos uno con la discográfica RCA




En una época en que reinaban en el mundo de la ópera María Callas -que había comenzado a declinar-, Johann Sutherland o Renata Tebaldi la prensa local publicó el mítico titular con la conocida ecuación: CALLAS + TEBALDI = CABALLÉ, un titular del que no aparece rastro en las hemerotecas y muy del gusto americano, tan amantes de que surjan nuevas estrellas en cualquier tipo de firmamento.



A partir de ese momento la cantante, que ya tenía un amplio repertorio a sus espaldas, pasó a formar parte del estrellato de la ópera mundial. Años más tardes comentaría: «Le decía a María: "Pero qué absurdo, seis años cantando y nadie me decía nada; y de repente, una noche en Nueva York, canto, y al día siguiente ya era buena..." Y María me decía. "¿Y yo, en Italia...? Me pasó lo mismo, y al día siguiente era la Callas."».
De tan memorable momento hay una grabación en audio que recoge el aria Com'e bello de la mencionada Lucrezia Borgia de Donizetti con el acompañamiento del tenor Alfonso Kostas Pascalis y la dirección de Jonel Perlea. Algunos aspectos a destacar: La foto que acompaña el vídeo no es de esa actuación, ya que fue en versión concierto. Los momentos destacados de la Caballé con los fiati y los pianissimi tan característicos. El enardecido aplauso final que se prolongó durante... ¡veinte minutos!


A lo largo de su carrera, la Caballé ha cantado cerca de noventa personajes que van desde la ópera del periodo barroco hasta óperas de Verdi, Wagner, Puccini o Richard Strauss, algo inusual en muchos cantantes, llegando a encarnar y rescatar algunas óperas que estaban casi en el olvido. Tanta variedad hizo que en algunas ocasiones no se eligiera el criterio de la calidad en todos los que participaban y se mezclaran trabajos excepcionales con otros de menor calidad.
A nivel discográfico no se prodigó en las grabaciones, siendo lo habitual en ella registrar una sola interpretación de cada personaje cuando consideraba que su voz se encontraba en el momento óptimo, por lo que no suelen existen distintas versiones que mejoren a las anteriores o que se puedan comparar entre sí.
Junto a las ruinas de un incendiado Liceu, su teatro emblema.

En 1974 cantó en Orange, en el Théâtre Antique, una Norma memorable considerada por algunos como una de las actuaciones decisivas en su carrera y de la que se publicó la grabación en vídeo. 


Aquella noche del estreno hacía un viento terrible y furioso, el mistral, una de esas situaciones que presagian dificultades, pero la Caballé apareció para vencerla, como una auténtica sacerdotisa cantando sobre velos que flotaban nerviosos, con una presencia de estatua a medio camino entre lo neoclásico y lo romántico, con gestos y miradas imperiosos y tiernos.
A esta representación pertenece el enlace en la que cantó acompañada por Jon Vickers como Polione, Agostino Ferrin como Oroveso y la Orquesta y Coro del Teatro Regio di Torino, todos bajo la dirección de Giuseppe Patané.



No he tenido la suerte de escuchar en directo a Montserrat Caballé, quizá para ello llegó tarde mi afición a la ópera. Pero he podido disfrutar algunas de sus grabaciones y vídeos en estos últimos años. La última actuación que disfruté fue una versión de La fille du regiment (La hija del regimiento) de Donizetti en una producción que se llevó a cabo en Viena en 2007, cuando la cantante contaba con ¡setenta y cuatro años!, una edad en la que muchos están en casa o en otros lugares, descansando después de una vida de trabajo, pero que ella se tomó con la naturalidad de quien participa en una representación operística. En esta ocasión no canta, sino que interpreta el rol de la Duquesa de Krakentorp en una escena plena de gracia y de guiños a los espectadores que no aparece en el libreto original. 
A destacar en el vídeo: El inicio de la escena, con las criadas limpiando indolentemente. La reacción del público cuando aparece la cantante. Los guiños hacia los espectadores cuando hablan de cancelar la boda, poniéndose ella como ejemplo de cancelaciones. La promesa de que, a su regreso, cantará una canción tirolesa. La presencia en escena del barítono malagueño Carlos Álvarez como Sulpice, en una caricaturesca caracterización.


En la continuación, algo más adelantado el 2º acto, la Marquesa prepara la boda entre Marie (Natalie Dessay) y el hijo de la Duquesa con la presencia de Juan Diego Flórez (Tonio) enamorado de Marie.
Tras la salida de éstos y la entrada de la rancia nobleza (con la misma música e indolencia que las criadas), aparece de nuevo la Duquesa que interpreta la anunciada canción, g Schätzli (Tesorito) por supuesto no prevista en el libreto, con la que la cantante se atreve entre guiños y diálogos con el director musical, Yves Abel. A destacar en el vídeo: La expresión de entrada de la Caballé en español. La reacción del mayordomo cuando anuncia la canción. El intérprete del acordeón, una de las criadas de la escena anterior. La incontenible risa de la cantante al finalizarla, esa risa contagiosa tan característica de ella junto con su gran dosis de humanidad.


El éxito de esta producción la ha llevado a ser representada en muchos teatros operísticos como el Met de Nueva York, el Covent Garden londinense, el Teatro Real de Madrid o el Teatro Maestranza de Sevilla, donde la pudimos disfrutar hace varias temporadas.



Antes de finalizar este recuerdo a la Caballé, me parece oportuno compartir la que posiblemente sea una de sus últimas entrevistas para la televisión. En junio de este año, meses antes de abandonarnos, acudió a un plató de televisión dentro de los actos culturales organizados durante el mundial de fútbol de Rusia. La entrevista, de casi un cuarto de hora, se desarrolla en ruso, aunque las respuestas de la cantante son es castellano y se puede seguir con facilidad. En ella vemos a una Caballé con la naturalidad y la sabiduría que dan los ochenta y cinco años de vida, sin pelos en la lengua y plena de espontaneidad, en un momento de la vida en que la mayoría de las personas no se mueve de su casa.




No podemos dejar de escuchar a Montserrat Caballé, pues si nos ha abandonado ha dejado, como los grandes artistas, un legado que podemos seguir y oír cuando deseemos. Escucharla nos hará mejores y más grandes.

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2 comentarios:

  1. Joer, lo esperaba como agua de mayo, me parecía raro que no hicieses este post con la temática que tiene tu blog y quería aprender cosas porque mi post es de esos relámpagos que se hacen dentro de las 24 horas por el tema que concierne y me dejo muchas cosas en el tintero por esa falta de reposo y en este caso porque es un tema que no domino, asi que te agradezco muchísimo que hayas hecho tu esta entrada que es la que hubiese firmado sin duda para mi blog. Lo que voy a hacer ahora, si te parece, es cambiar el enlace de mi entrada a tu blog en general para enlazarla con esta entrada en particular como has hecho tú y así cualquiera que pase por ambos blogs puedan hacerse eco de una experiencia biográfica de la artista impresionante y complementaria. Un abrazo, por cierto te mandé un mensaje privado en bloguers por si te apetece participar en un pequeño experimento musical entre blogs... prometo que va a quedar chulo aunque sea mi primera incursión en una cosa así y tengo curiosidad por lo que podría ser tu parte... si te animas ;)

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    1. Hola Raude.
      Cada uno en nuestra línea y según el estilo de nuestro blog hemos tratado sobre la importancia de la figura de la Caballé. Me parece buena idea el cambio del enlace de tu blog, para enlazar sobre este artículo concreto.
      En cuanto a tu mensaje, lo ví y me parece una idea interesante. A ver cómo le vamos dando forma.
      Un abrazo :-)

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