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Felicidad Vs Tristeza

Hay conceptos que tratan de sentimientos que están al alcance de todos y deseamos o evitamos, según sus significados. Siempre deseamos estar cargados de alegría, felicidad o ilusión, mientras que evitamos con todas nuestras fuerzas las penas, tristezas o sufrimientos, como si las primeras fueran siempre posibles sin las últimas.
La vida, ese camino por el que transitamos, está repleta de situaciones, momentos y acontecimientos que nos llevan de uno a otro lado de estos sentimientos. Es cierto que a algunos se le vuelve este transitar más agradable y placentero, mientas para otros se torna más cargado de sinrazones y escollos.
La forma con que los enfrentemos también es determinante y nos ayuda a afrontar las situaciones con un talante y un talento más positivos o negativos según nuestras circunstancias, situaciones y el momento en que ocurran. Tenemos nuestras épocas más felices y alegres y nuestros momentos más cargados de problemas y tristezas.
Aunque las generalizaciones son odiosas y terminan en la mayoría de las ocasiones en simplificaciones, es cierto que nos gusta dar por hecho todo lo que tiene visos de credibilidad. Desde el año 2005 se viene hablando el tercer lunes de enero del Blue Monday o Lunes Triste, también conocido como el Día más triste del año y del que tratamos en la publicación El día más triste, como si la tristeza se pudiera reducir a ese día concreto y la ilusión o la felicidad se desarrollaran en otros momentos.
Te propongo combatir la tristeza oficial del Blue Monday o Lunes Triste o cualquier otro día en que nos invada con un alegato a la felicidad con dosis de ilusión, relatos y música. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!


El diccionario de la R.A.E. define la felicidad como «un estado de grata satisfacción espiritual y física» y como tal nos acerca a una primera característica, el hecho de formar parte de nuestro estado de ánimo y ser, por tanto, subjetivo, sin especificar de qué pueda depender.

Naguib Mahfuz nació y murió en El Cairo donde desarrolló la práctica totalidad de su vida entre su labor como periodista, escritor y funcionario en la administración de su país, donde llegó a ocupar los cargos de director del Departamento Técnico del Instituto de Artes y presidente del Instituto Nacional de Cine.
Su reconocimiento internacional proviene de su obra literaria, formada por una treintena de obras entre novelas y relatos que han sido llevados a la televisión, al teatro o al cine. Tras recibir los más altos premios y honores en su país recibió el Premio Nobel de Literatura en 1988, siendo el primero de los escritores en lengua árabe en recibirlo.
Tras iniciarse a finales de los años '30 con relatos ambientados en el Antiguo Egipto, su fama creció con la publicación de su Trilogía de El Cairo formada por Entre dos palacios, Palacio del deseo y La Azucarera, libros publicados entre 1956 y 1957. El callejón de los milagros, Hijos de nuestro barrio o El ladrón y los perros son algunas de sus novelas más conocidas.
Nos acompaña en esta publicación El hombre feliz, un relato cuyo inicio puede servirnos como elemento de felicidad frente a situaciones que nos sumergen en la tristeza.
En La taberna del gato negro, Mahfuz recopila una serie de relatos entre los que destacamos al que nos acompaña en esta publicación, El hombre feliz, cuyo 


Si la definición del diccionario de nuestra Academia de la Lengua no indaga sobre sus causas, podemos fijarnos en tres posturas sobre la felicidad y cómo alcanzarla que surgieron de la mano de la naciente filosofía en la Grecia clásica. 
Por un lado, los partidarios del cinismo pensaban que todos tenemos dentro de nosotros los elementos necesarios para ser felices y tener autonomía, pero para alcanzarla debemos seguir una vida sencilla y cercana a la naturaleza. 
En cambio, los estoicos defendían que la auténtica felicidad se consigue sólo cuando se prescinde de las riquezas materiales en favor de una vida basada en la razón y la virtud. 
Por otra parte, Aristóteles se acerca más a nuestra visión actual al proclamar que la felicidad consiste en la autorrealización y el logro de las metas y objetivos propuestos, lo que nos lleva a un estado de plenitud y armonía en nuestra vida. 

Henri Matisse. Le bonheur de vivre (La alegría de vivir), 1906
Sean cuales sean el origen o la causa de la felicidad, la música también nos acerca a ella. Escuchar esas obras que nos gustan, e incluso descubrir alguna nueva nos carga de energía positiva y felicidad. Hay compositores y obras que nos acercan a ese estado anímico en grados sublimes en ocasiones. Rossini, Mozart o algunas óperas bufas tienen ese poder de transmitirnos optimismo y felicidad.
Dentro de esos personajes, pocos como el entrañable Papageno de La flauta mágica de Mozart, ese pajarero simple y popular cuya máxima aspiración en la vida es encontrar a su pareja, una linda Papagena que alegre su vida y la llene, cosas de la época, de multitud de pequeños Papagenos. Cuando la encuentra, no hay persona más feliz en la tierra, tanto que comienza a tartamudear al descubrir a su media naranja.
No nos cansamos de escuchar -y ya ha aparecido en varias ocasiones en el blog- este dúo final entre ambos en esta versión cargada de felicidad sin límites que invita al optimismo en cualquier momento que se oiga.


Autor comprometido socialmente, Mahfuz fue atacado en el cuello con arma blanca, ya octogenario, en 1994 por extremistas islámicos que consideraban que su obra atacaba la religión musulmana, resultando afectado en la vista, el oído y paralizado del brazo derecho, lo que le impidió seguir escribiendo durante un tiempo. Dos años más tarde, grupos islámicos consideraron su herética por lo que lo condenaron a muerte y hubo de recluirse en su casa, aunque participando esporádicamente en actividades y reuniones literarias. El escritor cairota falleció nonagenario tras una caída mientras se desplazaba por la ciudad.

En Jammarat al-qitt al-aswad (La taberna del gato negro), Mahfuz recopila una serie de relatos entre los que destacamos al que nos acompaña en esta publicación, El hombre feliz, cuyo junto a casi una veintena que configuran la imagen de su país con personajes que luchan contra los fantasmas del pasado y las injusticias que el destino les brinda, moviéndose entre lo fabuloso y lo real, cargado -como toda la gran literatura- de símbolos universales, deseos y sentimientos cargados de humanidad.
No podemos abandonar a nuestro hombre feliz en el comienzo de su particular jornada, por lo que lo acompañamos, con las sabias palabras de Mahfuz a la redacción de su periódico.

Paul Gauguin. Arearea (felicidad) o El perro rojo. 1892

La música de Mozart, igual de que la de Bach, Rossini o el propio Beethoven podemos considerarla una terapia para la felicidad, el optimismo o los sentimientos más nobles y universales.
Una de sus obras más conocidas es la Serenata nº 13 para cuerdas en sol mayor, popularmente conocida como Pequeña serenata nocturna, una obra optimista como otras muchas suyas y que compuso mientras estaba creando su ópera Don Giovanni.
Pero en esta ocasión no es esta obra la que nos acompaña, sino una obra inspirada en ella compuesta por un tocayo suyo, el alemán Wolfgang Schröeder nacido en 1943, y titulada de forma similar. Frente al Eine Kleine Nachtmusik (esa Pequeña serenata nocturna), nos acercamos a Eine kleine Lachmusik (Pequeña serenata para reír), una pieza que parodia la del compositor y la transforma y enriquece, llena de complicidad y buen humor y cargada de referencias a una veintena de melodías conocidas por muchos aficionados a la música. ¿Cuántas de ellas eres capaz de reconocer?

La interpretación corre a cargo de la Chamber Orchestra Kremlin dirigida por Misha Rachlevsky durante la celebración del April Fools concert celebrado en la sala Gnessinsky on Povarskov en abril de 2011, en la que la partitura original para cuarteto de cuerda fue adaptada para esta agrupación de cámara.


Inmersos en reflexiones sobre la felicidad, contemplamos algunas consideraciones sobre este concepto, sabiendo que es un estado de ánimo subjetivo que cada uno de nosotros alcanza y experimenta de manera diferente, que podemos llegar a convertirla en una situación duradera, aún siendo conscientes de que puede finalizar, además de conocer que su origen puede estar condicionado por diferentes situaciones o acontecimientos en función del significado que cada uno de nosotros les otorgue.
Aún así, como la vida misma, la felicidad no es una meta, sino que, acercándonos a ella cada día, en cada momento o situación, se nos presenta como un camino a recorrer.

Leer a Naguib Mahfuz nos lleva a saborear su exquisita prosa, sentirnos inmersos en sus historias y, hasta cierto punto, fundirnos y sentirnos como los propios personajes de sus historias. En El hombre feliz nos sentimos inusitadamente felices, experimentando las sensaciones que invaden al protagonista, inmersos en un estado desbordante, casi sin el temor de perderla.
No podemos dejar sin concluir esta singular historia, acompañando, en su final, a nuestro protagonista en su indagación sobre la felicidad que lo invade, en esta ocasión consultando a quien pueda darle alguna explicación en un carrusel de visitas a los especialistas en medicina.
Que la felicidad nos acompañe y podamos derrotar a la tristeza que nos ronde. Feliz lectura.



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Bibliografía y webgrafía consultadas:

2 comentarios:

  1. Hola Miguel Interesante artículo sobre la tristeza y la felicidad. A decir verdad ya no saben qué inventar para fraccionar a la sociedad en pequeños grupos. Me hizo recordar la película "Yo, Viernes". Con Peter O'Toole (Robinson Crusoe) y Richard Roundtree (Viernes) en donde Viernes demuestra ser más astuto que Robinson. Finge aceptar su esclavitud y decreta días de silencio o de adoración a los muertos. Así logra despertar el interés de Robinson y sobrevivir. Un abrazo 🐾

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    1. Gracias, Rosa.
      Es interesante lo que comentas de "Yo, Viernes" y la cantidad de ocasiones en que ocurren circunstancias similares. En el relato de Mahfuz, es inquietante cómo ese anormal estado de felicidad llega a ser tratado dentro de la rutina de los tratamientos médicos.
      Un fuerte abrazo :-)

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