Propuesta por Jacques Derrida a partir de ideas de Heidegger, la Teoría de deconstrucción se basa en el análisis de las estructuras que componen un discurso. La deconstrucción se lleva a cabo poniendo de manifiesto las ambigüedades, las debilidades, las fallas y las contradicciones que se hallan en una teoría o un discurso, logrando que el marco en que se desarrolla quede desmontado o deshecho. De esta manera se demuestra que en ese marco teórico se pueden desarrollar muchas lecturas posibles.
A nivel práctico, fuera del entorno filosófico o metafísico, deconstruir consiste en deshacer de forma analítica los elementos que constituyen una estructura conceptual.
Te propongo un acercamiento al hecho de construir y deconstruir, unas técnicas que de modo inadvertido realizamos continuamente a partir de una novela biográfica de Max Aub y varias interpretaciones musicales sobre deconstrucciones. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!
Francés, alemán, español y mexicano, Max Aub Mohrenwitz nació en 1903 en París de padres alemanes. Se trasladó con su familia a Valencia tras el comienzo de la Gran Guerra cuando sus padres hubieron de huir por su ascendencia germana, logrando la nacionalidad española. Allí aprendió con rapidez el castellano, la única lengua en la que escribió ("Uno es de donde hace el bachillerato"). Más adelante vivió en Barcelona, "en un hotel a dos pasos de la plaza de Cataluña". En esa "Barcelona donde, sin querer, en muy pocos años aprendí a hablar el catalán que no hablé nunca en Valencia". Durante la Guerra Civil huyó a Francia para exiliarse meses más tardes a México, donde vivió casi de forma continua hasta su fallecimiento en 1972. Cuatro nacionalidades que pudo tener y que, por circunstancias adversas hubo de dejar para terminar sus días en el país norteamericano.
Te propongo un acercamiento al hecho de construir y deconstruir, unas técnicas que de modo inadvertido realizamos continuamente a partir de una novela biográfica de Max Aub y varias interpretaciones musicales sobre deconstrucciones. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!
Francés, alemán, español y mexicano, Max Aub Mohrenwitz nació en 1903 en París de padres alemanes. Se trasladó con su familia a Valencia tras el comienzo de la Gran Guerra cuando sus padres hubieron de huir por su ascendencia germana, logrando la nacionalidad española. Allí aprendió con rapidez el castellano, la única lengua en la que escribió ("Uno es de donde hace el bachillerato"). Más adelante vivió en Barcelona, "en un hotel a dos pasos de la plaza de Cataluña". En esa "Barcelona donde, sin querer, en muy pocos años aprendí a hablar el catalán que no hablé nunca en Valencia". Durante la Guerra Civil huyó a Francia para exiliarse meses más tardes a México, donde vivió casi de forma continua hasta su fallecimiento en 1972. Cuatro nacionalidades que pudo tener y que, por circunstancias adversas hubo de dejar para terminar sus días en el país norteamericano.
La obra de Max Aub es fértil, abundante y variada. Escribió poesía, cuento, teatro, guion cinematográfico, ensayo, crítica, historia de la literatura y novela. Iniciado en el vanguardismo, colaboró en las años 20 del pasado siglo en la Revista se Occidente donde recibió las influencias de Ortega y Gasset o Gómez de la Serna. Con el descubrimiento de la obra de Unamuno, Baroja y Pérez Galdós, Aub sentó las bases de su futuro arte narrativo que, poco a poco, se fue centrando en el aspecto ético del trabajo literario, indagando en la búsqueda de nuevos estilos y formas narrativos.
En su exilio trabajó entre su cátedra de la Universidad Autónoma de México y las innumerables publicaciones a las que dedicó su tiempo y su saber.
En 1955 supo durante unas conferencias en el estado mexicano de Chiapas de un pintor catalán que se había retirado a una plantación cafetera dejando todo cuando había tenido y logrado. Decidido a conocer más sobre su vida y personalidad, Aub buscó, investigó, rebuscó hasta publicar un libro sobre el personaje: Jusep Torres Campalans.
En su exilio trabajó entre su cátedra de la Universidad Autónoma de México y las innumerables publicaciones a las que dedicó su tiempo y su saber.
En 1955 supo durante unas conferencias en el estado mexicano de Chiapas de un pintor catalán que se había retirado a una plantación cafetera dejando todo cuando había tenido y logrado. Decidido a conocer más sobre su vida y personalidad, Aub buscó, investigó, rebuscó hasta publicar un libro sobre el personaje: Jusep Torres Campalans.
Decostruttori postmodernisti es una agrupación italiana que se dedica a adaptar piezas musicales que van desde las más clásicas a las que están de actualidad por pertenecer a series o sagas de televisión y cine. En sus obras aportan una calidad técnica unida a un particular sentido del humor. Cuatro músicos forman la agrupación que consta, habitualmente, de piano, violín, violonchelo y theremin. Este último, del que hemos tratado en alguna ocasión en el blog, es el único instrumento que no se toca, es decir, no se manipula con ninguna parte del cuerpo. Se interpreta colocando las manos entre dos antenas. La vertical controla la frecuencia, es decir el tono, mientras la horizontal sirve para manejar el volumen.
Massimo Cervini es el intérprete del theremin y algunos instrumentos ocasionales con los que juega en determinadas actuaciones; Lorenzo Mercatelli es el encargado del violín, mientras Manuel Magrini lo hace con el piano y el chelo o el trombón son interpretados por músicos eventuales.
Nos acompañan en una obra que, como su nombre indica, deconstruye una de las arias más conocidas del repertorio operístico para homenajear a Luciano Pavarotti en el recuerdo del que fue el décimo aniversario de su fallecimiento en 2017.
Massimo Cervini es el intérprete del theremin y algunos instrumentos ocasionales con los que juega en determinadas actuaciones; Lorenzo Mercatelli es el encargado del violín, mientras Manuel Magrini lo hace con el piano y el chelo o el trombón son interpretados por músicos eventuales.
Nos acompañan en una obra que, como su nombre indica, deconstruye una de las arias más conocidas del repertorio operístico para homenajear a Luciano Pavarotti en el recuerdo del que fue el décimo aniversario de su fallecimiento en 2017.
Aub no publicó una biografía al uso, sino que dividió su trabajo en distintos apartados, como si de un cuadro de los de Torres Campalans o las vanguardias de las primeras décadas del XX se tratara conformando lo que podríamos imaginar como una biografía cubista. Buscó más ofrecer distintos puntos de vista, diferentes fuentes de información, recortes de publicaciones, anotaciones personales e incluso imágenes de algunas de sus obras pictóricas, deconstruyendo la fuerte personalidad para que el lector conformara en su interior con todos los retazos de información la imagen del pintor.
Así el libro quedó dividido en el Prólogo indispensable que mostrábamos anteriormente, Agradecimientos, Anales, Biografía, Cuaderno Verde, Las conversaciones de San Cristóbal y Catálogo con una muestra de algunas obras que quedaban del autor y que le fueron remitidas con el libro ya en la imprenta por H. R. Town con una reseña de obras que el propio autor no destruyó.
Paralelamente a la publicación de la biografía, Aub promovió la realización de varias exposiciones para promocionar la obra pictórica de Jusep Torres Camplans.
En 1962 la revista norteamericana Art News anunció que en noviembre de 1962 se ofrecía una exposición de Campalans en la Galería Bodley de Nueva York. Años antes, en 1958, se había realizado en la Galería Excelsior de México D.F. la primera exposición con obras suyas.
En Anales, Aub busca situar al pintor en su época y lo que en aquellos momentos aconteció. Cada año, desde su nacimiento en 1886 hasta 1914 en que desaparece del mundo de la pintura presenta, a modo de panóptico, los siguientes apartados: Nacen, mueren, literatura, teatro, bellas artes (pintura, escultura), el progreso y sucesos.
Así el libro quedó dividido en el Prólogo indispensable que mostrábamos anteriormente, Agradecimientos, Anales, Biografía, Cuaderno Verde, Las conversaciones de San Cristóbal y Catálogo con una muestra de algunas obras que quedaban del autor y que le fueron remitidas con el libro ya en la imprenta por H. R. Town con una reseña de obras que el propio autor no destruyó.
Paralelamente a la publicación de la biografía, Aub promovió la realización de varias exposiciones para promocionar la obra pictórica de Jusep Torres Camplans.
En 1962 la revista norteamericana Art News anunció que en noviembre de 1962 se ofrecía una exposición de Campalans en la Galería Bodley de Nueva York. Años antes, en 1958, se había realizado en la Galería Excelsior de México D.F. la primera exposición con obras suyas.
En Anales, Aub busca situar al pintor en su época y lo que en aquellos momentos aconteció. Cada año, desde su nacimiento en 1886 hasta 1914 en que desaparece del mundo de la pintura presenta, a modo de panóptico, los siguientes apartados: Nacen, mueren, literatura, teatro, bellas artes (pintura, escultura), el progreso y sucesos.
The King' Singers es un grupo vocal que nos ha acompañado en algún momento. Procedente del King College de la universidad de Cambridge, está formado por dos contratenores, un tenor, dos barítonos y un bajo.
En esta ocasión interpretan una pieza llamada Deconstruting Johann en que realizan una composición a partir de retazos de melodías de Johann Sebastian Bach en una interpretación que se realizó en directo dentro del festival 24 hours Bach.
Privado de un público, mientras apenas iba consiguiendo nuevos lectores, Aub es un escritor exiliado que escribe sobre todo para sí mismo. Censurado en España, desconocido aún en América, poco leído por sus compañeros de destino, sus novelas son como un desahogo, un soliloquio o un intento de explicarse a sí mismo. Pero logró crear con esta novela una obra que supo captar los elementos mágicos de una realidad que se presenta (como hoy, como siempre) confusa, contradictoria, vertiginosa y caleidoscópica.
El cuaderno verde es uno de esos que se utilizaban en las escuelas forrado en cartoné verde, con 240 hojas numeradas en 480 páginas en el que Campalans anotó año por año sus pensamientos, reflexiones, la evolución de su obra. Quedaron escritas desde 1906 hasta 1914 en las páginas que van de la 1 a la 114. También hay escritos desde la 228 a la 240 en orden inverso, quizás con citas de otra autoría.
El cuaderno verde fue entregado a Max Aub por Juan Cassou y está escrito en catalán, aunque con algunos párrafos en francés, castellano y palabras sueltas en alemán.
Aquí aparecen, como en este tipo de cuadernos personales, anotaciones esporádicas, inconexas, reflexiones con cierto cariz filosófico o sobre la utilidad del arte.
El extracto que nos acompaña fue escrito en 1908.
En esta ocasión The King' Singer interpretan Masterpiece (Obra maestra) a partir de la repetición del nombre Johann Sebastian Bach. La repetición continua, los juegos vocales, los cambios en la melodía finalizan con la inclusión de los nombres de los hijos músicos del músico alemán en la primera parte de la pieza.
Tras El cuaderno verde, Aub nos presenta un nuevo enfoque sobre la personalidad del pintor catalán. En Conversaciones de San Cristóbal, el escritor reproduce las dos charlas que tuvo con Campalans cuando lo conoció entre Chiapa del Corzo y San Cristóbal Las casas y de las que tomó notas, como él mismo dice "hostigado por mi mala memoria, si doy con algo que me parece factible de ser aprovechado más adelante; que el espiar mantiene a quien vive de las letras atento a lo que salga."
La exposición de la Galería Excelsior nos sirve para desvelar la última verdad del pintor. Jusep Torres Campalans no existió sino en la imaginación de Max Aub que lo ideó, construyó y deconstruyó, así como su obra pictórica. Y, por supuesto, en la mente de quienes lo leemos.
En la página web de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes: Una biografía cubista: Jusep Torres Campalans de Max Aub se nos narra la broma que supuso celebrar una exposición de un pintor que no existió.
Según cuenta, en la citada exposición un crítico se emocionó con la lectura del libro y llegó incluso a escribir sus recuerdos de Campalans, de cuando lo conoció, lamentándose del olvido injusto en que había caído su obra. Todos los cuadros de la exposición fueron vendidos y hubo compradores que afirmaron haber conocido personalmente al pintor.
En la misma publicación de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, Jaime García Torres describe años más tarde, en un homenaje a Max Aub, su participación en la broma de la exposición con la ayuda del escritor Carlos Fuentes y de la que extraigo el texto completo.
"Fuentes y yo sorprendimos a uno de los teóricos de mayor fama local en el momento en que analizaba influencias y ponderaba -muy circunspecto- simetrías. Al punto decidimos falsificar una serie de textos alusivos al pintor imaginario, atribuyéndolos a firmas genuinas en boga. Un suplemento literario acogió sin dificultad nuestros engendros en la primera plana. Y se armó la de Dios es Cristo. Max reunió las parodias y las editó en un folleto de lujo titulado Galeras. En estricta justicia, Jusep Torres Camplans sobrevivió como novela; sus cuadros y nuestras Galeras cumplieron su breve función de travesura."
Los cuadros atribuidos a Jusep Torres Campalans fueron elaborados y expuestos por el propio Max Aub, quien logró un triunfo insólito y único en la historia del arte, ya que se vendieron todos sus cuadros en la exposición y su nombre no pasó la tesitura de tener que enfrentarse a una buena o mala crítica. Simplemente nos dejó una muestra de su habilidad pictórica y del vasto conocimiento que poseía del arte contemporáneo.
La exposición de la Galería Excelsior nos sirve para desvelar la última verdad del pintor. Jusep Torres Campalans no existió sino en la imaginación de Max Aub que lo ideó, construyó y deconstruyó, así como su obra pictórica. Y, por supuesto, en la mente de quienes lo leemos.
En la página web de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes: Una biografía cubista: Jusep Torres Campalans de Max Aub se nos narra la broma que supuso celebrar una exposición de un pintor que no existió.
Según cuenta, en la citada exposición un crítico se emocionó con la lectura del libro y llegó incluso a escribir sus recuerdos de Campalans, de cuando lo conoció, lamentándose del olvido injusto en que había caído su obra. Todos los cuadros de la exposición fueron vendidos y hubo compradores que afirmaron haber conocido personalmente al pintor.
En la misma publicación de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, Jaime García Torres describe años más tarde, en un homenaje a Max Aub, su participación en la broma de la exposición con la ayuda del escritor Carlos Fuentes y de la que extraigo el texto completo.
"Fuentes y yo sorprendimos a uno de los teóricos de mayor fama local en el momento en que analizaba influencias y ponderaba -muy circunspecto- simetrías. Al punto decidimos falsificar una serie de textos alusivos al pintor imaginario, atribuyéndolos a firmas genuinas en boga. Un suplemento literario acogió sin dificultad nuestros engendros en la primera plana. Y se armó la de Dios es Cristo. Max reunió las parodias y las editó en un folleto de lujo titulado Galeras. En estricta justicia, Jusep Torres Camplans sobrevivió como novela; sus cuadros y nuestras Galeras cumplieron su breve función de travesura."
Los cuadros atribuidos a Jusep Torres Campalans fueron elaborados y expuestos por el propio Max Aub, quien logró un triunfo insólito y único en la historia del arte, ya que se vendieron todos sus cuadros en la exposición y su nombre no pasó la tesitura de tener que enfrentarse a una buena o mala crítica. Simplemente nos dejó una muestra de su habilidad pictórica y del vasto conocimiento que poseía del arte contemporáneo.
Guillaume Apollinaire -1910- (45 x 31 cm). Carbón. Propiedad de Jean Cassou |
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- http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-broma-literaria-en-nuestros-das--max-aub-francisco-de-ayala-ricardo-gulln-carlos-ripoll-csar-tiempo-0/html/ff121e92-82b1-11df-acc7-002185ce6064_5.htm
- Jusep Torrens y Campalans, Aub, Max. Biblioteca Letras del exilio. Plaza & Janés editores, S.A., 1985
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