expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>

750 años de Santo Tomás de Aquino

Hay personajes de los que hemos oído hablar, de los que tenemos referencias, aunque sea por su nombre o alguna de sus obras o hechos, pero de los que apenas tenemos discernimiento. 
Con frecuencia, nuestra mente tiene un conocimiento superfluo, esquemático, en muchas ocasiones simplemente se trata de un nombre, una idea o un tópico, que nos sirve como punto de referencia para desenvolvernos y que se encuentre en nuestra memoria sin más discernimiento.
Entre estos muchos personajes o acontecimientos, centramos la atención en esta publicación en Tomás de Aquino, un filósofo y pensador que marcó una época con su pensamiento y del que se cumplen nada menos que setecientos cincuenta años de su muerte en el año 2024 y del que apenas tienen un cierto conocimiento filósofos y teólogos, pese a que el nombre no nos es desconocido.
Te invito a conocer algunos detalles de la vida y del pensamiento de Santo Tomás de Aquinouno de los pensadores más importantes de la Edad Media, cuando se cumplen 750 años de su muerte ocurrida el 7 de marzo de 1274. Nos acompañan músicas basadas en textos suyos. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!

Atribuido a Evaristo Muñoz. Centro Cultural La Nau. Capilla de la Sapiencia, presbiterio.
Tommasso d'Aquino nació en Roccasecca en 1225 hijo de nobles italianos que lo destinaron desde pequeño para ser del monasterio de Montecassino. Así, fue estudiante, más adelante profesor en la Universidad de París, llegando a ser el intelectual más importante de su siglo.
Filósofo y, por encima de ello, teólogo Tomás de Aquino unió el pensamiento de la enseñanza escolástica de la tradición católica con el neoplatonismo y el pensamiento griego de Aristóteles, que fusionó en sus obras, de modo especial en la Summa Theologiae (Suma Teológica), para crear una teología filosófica que se denominó Tomista en su honor.
Stanislas Breton (1912-2005) fue un teólogo, filósofo y divulgador francés que impartió clases en la École Normale Suprerieure y la Universidad Católica, ambas de París y la Universidad Católica de Lyon. Autor de más de una veintena de libros, en 1965 publicó Santo Tomás de Aquino, una obra en la que recoge y transmite el pensamiento del filósofo italiano.
Dividido en dos partes, en la primera recoge algunas de sus ideas filosóficas principales como los conceptos de ser y objeto, el acto del ser, el problema del universo, el mundo, el hombre, la comunidad humana o Aquel que es. En la segunda presenta una selección de textos del autor, algunos de los cuales no acompañan.
El primero de ellos, perteneciente a la Suma Teológica trata sobre las pasiones, provenientes etimológicamente del verbo padecer, así como sus sentidos y las opciones que da a la pregunta con que abre el razonamiento.


Inscrito en la filosofía escolástica que se desarrollaba en el cristianismo desde hacía varios siglos, Tomás de Aquino fue un personaje muy particular por su personalidad e inteligencia, llevando a la culminación este pensamiento tras ser discípulos de otro de los grandes pensadores de su tiempo, Alberto Magno. Con él se especializó en los temas de la polémica, una disciplina que se centraba en el debate de ideas, hasta convertirse en uno de los grandes valores de la teología sistemática, mientras su obra ha sido acogida por el catolicismo como la culminación de su pensamiento.

Fernando Savater (1947) es un filósofo y escritor que se ha hecho popular por sus artículos periodísticos, sus ensayos y novelas. Entre su casi un centenar de libros publicados nos acercamos a La aventura de pensar, un libro en el que Savater nos acerca a diversos filósofos y pensadores como Platón, Aristóteles, Hobbes, Nietzsche, Marx, Ortega y Gasset o el propio Tomás de Aquino mostrándonos sus ideas más importantes y su trayectoria vital.
En el capítulo dedicado a Tomás de Aquino, su primera parte nos acerca a la figura de la persona desde su infancia, pasando por la muerte de su padre y las consecuencias que le deparó; su paso por la universidad donde conoce a Alberto Magno y, en resumen, un somero recorrido por su vida, es el recorrido que Savater nos hace de la figura del teólogo italiano.


Dada la naturaleza y personalidad de Tomás de Aquino, cuyo pensamiento se acerca más a la abstracción y la metafísica se podría pensar que no se hubiera preocupado por asuntos musicales. Teniendo en consideración que la música sacra está inscrita en la liturgia de la iglesia, el polemista y teólogo considera que son un acto de religión lo que denomina «las divinas alabanzas», por lo que reflejó algunas de sus reflexiones en sus escritos.
Así, en su obra cumbre la Summa Theologica trata este tema en De asumptione divini nominis ad invocandum per laudem (Sobre la asunción del nombre divino para invocar mediante alabanza) cuando se pregunta si en estas divinas alabanzas debe emplearse el canto. Su respuesta es afirmativa, explicando la naturaleza y finalidad de la música sagrada. 
Así, no sólo consideraba la música sacra como una forma de participar en los ritos, sino que él mismo contribuyó a ello. A propuesta del Papa Urbano IV compuso cinco himnos para la celebración de la primera celebración de la festividad del Corpus Christi de 1264. Estos himnos son Tantum ergo, Adoro te devote, Verbum supernum prodiens, Pange lingua y Lauda Sion salvatorem
Como es lógico, estos textos fueron puestos en música en el estilo religioso establecido en la época, el canto gregoriano con el que se suelen cantar hasta nuestros días. Pero también ha habido compositores que se han sentido atraídos por los textos y les han puesto música tanto para las originales voces de coro como para solistas.


Nos acompaña una versión del Pange lingua que realizó Zoltan Kodaly a partir del texto original y que está interpretado por el Coro Joven de Andalucía dirigido por Luis Vilamajó en una grabación no profesional que se realizó en la Iglesia de Santa María la Mayor de Pilas (Sevilla) el 9 de enero de 2012 que refleja muy bien la pieza interpretada.


En su libro sobre Santo Tomás de Aquino, Stalisnas Breton selecciona los textos en función de algunos de los más significativos del autor o en el grado de accesibilidad que tienen para el lector, dentro de la dificultad que estos suelen tener.
En ellos se reconoce el estilo del primer tomista, habitualmente de tipo didáctico y pedagógico, con un lenguaje formal que se somete a la pureza y claridad del pensamiento, alejado de cualquier otro tipo de texto y que muestra lo que para él era la ciencia más elevada en su concepto.


En el siguiente texto, Breton nos acerca a una nueva reflexión sobre las pasiones, en esta ocasión sobre las cuatro pasiones principales, o primarias como podríamos denominarlas. Además de las condiciones que necesitan para desarrollarse, se extiende en detallar detalles sobre ellas. El texto está sacado de otra de sus obras, De veritate (De la verdad).


En el desarrollo de su pensamiento, no sólo mezcla la teología cristiana con la aristotélica, sino que da sentido a la unión de ambas. Más que un filósofo revolucionario que imprime un nuevo pensamiento metafísico, Tomás de Aquino consolida y reafirma el pensamiento teológico de la cristiandad.

José Risueño (final del XVII, comienzo del XVIII)
Uno de los escritores más prolíficos de comienzos del XX, Gilbert Keith Chesterton (1874-1936), cultivó también la filosofía y el periodismo, publicando obras de muy diverso estilo que van desde la poesía, el ensayo, la narración o el libro de viajes.
G. K. Chesterton es el autor de personajes como el Padre Brown, un sacerdote de apariencia ingenua que es un sagaz detective en un grupo de medio centenar de historias. También es autor de novelas como El hombre que fue jueves o El hombre que sabía demasiado.
Entre sus biografías se encuentra Santo Tomás de Aquino, un relato que Chesterton escribe de una forma tan original como suele hacer habitualmente en el que narra desde su vida hasta el desarrollo y evolución de su pensamiento. 
El texto que nos acompaña desarrolla lo que podríamos llamar el despertar de Tomás de Aquino cuando era estudiante en las aulas del mencionado Alberto Magno, un tiempo en que en el joven predominaba más la timidez y la modestia más que el intelecto y la capacidad de razonamiento que desarrollaría más tarde. 
En este sentido, Chesterton pone especial relevancia el sobrenombre con el que este personaje de descomunal envergadura -medía casi los dos metros- era conocido por sus compañeros de estudio, El buey mudo y sus inicios bajo la protección de Alberto Magno.


De entre todos los lenguajes, posiblemente sea la música el que mejor despierta los afectos de una forma vaga e indefinida, pero al mismo tiempo eficaz, segura e infalible, afirma en sus escritos Santo Tomás. En sus palabras, toma sentido al expresar que «es necesaria la alabanza vocal para excitar los afectos del hombre hacia Dios.»

Juan de Peñalosa (alrededor de 1610-1615) Museo de Bellas Artes, Córdoba
Nos acompaña otro de los himnos que compuso para la celebración del Corpus que le encargó Urbano IV, Lauda Sion salvatorem, en esta ocasión en una versión más antigua perteneciente a Tomás Luis de Victoria que la adaptó como Secuencia a 8 voces a comienzos del siglo XVII.
La interpretación corre a cargo del Ensemble Plus Ultra dirigido por Michael Noone extraído del álbum Tomás Luis de Victoria, volumen 9: Missa Salve y Motetes.


Pese a los más de siete siglos y medio que transcurren entre la vida de Tomás de Aquino y las nuestras, hemos podido observar cuándo de contemporáneo o, mejor, atemporal, hay entre aquellos estudiantes, o entre sus razonamientos sobre las pasiones y nosotros.


El siguiente texto que seleccionamos de los que Stanislas Breton propone nos acerca a la idea que el de Aquino propone sobre las leyes, algunos de cuyos argumentos principales o matices son también de consustanciales a nosotros.


De nuevo nos acercamos a G. K. Chesterton para centrarnos en los últimos días de vida de quien es denominado por la Iglesia como Doctor Angélico o Doctor de la Humanidad. Existen diversas versiones del inicio del fin. Entre otras, que recibió una iluminación mientras celebraba misa y desde aquel momento decidió renunciar a seguir escribiendo, situación que se complicó con la aparición de una enfermedad que acabó rápidamente con su vida antes de llegar a los cincuenta años de edad.
Chesterton profundiza más en el personaje y, sobre todo, en el teólogo y en sus planteamientos para acercarnos a un final que comienza con el detonante de uno de esos debates dialécticos en los que siempre salía triunfante, la llamada del Papa y un viaje que nunca concluyó.


Santo Tomás de Aquino no sólo compuso los cinco himnos que hemos citado anteriormente, sino que entre los que escribió podemos encontrar el que posiblemente sea el más popular y reconocible, Panis angelicus.
Esta pieza es un extracto del Sacris solemniis compuesto también para la fiesta del Corpus Christi y que corresponde a las dos últimas de las siete estrofas del himno. Muchos autores han puesto música a este canto, desde Cristóbal de Morales, Marc-Antoine Charpentier, Hilarión Eslava hasta Saint-Saëns, aunque la versión más conocida para todos es la que realizó César Franck.
La versión que nos acompaña está interpretada por la soprano checa Patricia Janeckova con la Janackuv Komoni Orchestr dirigida por Jakub Cemohorsky y grabada durante el Lednicko Valtickeho Hudebdniho Festivalu de 2017. 


Despedimos este recorrido sobre algunos aspectos de la vida y obra de este doctor de la Iglesia con un nuevo texto extraído del libro que Stanislas Breton le dedica. En él reflexiona sobre las relaciones entre la ciencia, la filosofía y la teología y que finaliza con una apreciación sobre el que denomina «el sentido que conoce», la vista.


Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!

Bibliografía y webgrafía consultadas:

6 comentarios:

  1. Hola, no sé si te gusta la novela, pero hay una muy buena sobre Santo Tomás, aunque a lo mejor es considerada como "juvenil": se titula la luz apacible y fue escrita por el alemán converso al catolicismo Louis de Wohl en los años 50 del pasado siglo. La verdad es que hace muy buen trabajo ayudando a entender a este hombre que tenía una cabeza absolutamente privilegiada y una humildad más o menos igual de privilegiada. Su único interés fue siempre pensar y de hecho, rechazó ser abad de Montecassino (algo que su madre quería que fuese y lo tenía dado porque era prima del emperador) para ser dominico.
    Como digo, una figura poco conocida pero genial si se le conoce.
    Saludos cordiales.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por el comentario, Mercedes.
      No conozco esa novela, pero si sirve para conocer con mayor profundidad al personaje, será bien recibida.
      Un fuerte abrazo :-)

      Eliminar
  2. Hola, Miguel, cómo he disfrutado esta entrada dedicada en solitario a Santo Tomás de Aquino. Un nombre que ha llegado hasta nosotros después de 750 años, del que sabemos que es el Doctor de la Iglesia por excelencia, persona culta donde las haya y que nos dejó su impresionante obra escrita entre las que destaca la Summa Theologiae. Poco más podría decir de él antes de leer tu artículo. Leyéndote he visto al ser humano más que al santo que tenía en mi cabeza. Me han encantado las partes seleccionadas de Sabater, Chesterton y Stanislas Bretón. Cómo va evolucionando desde su infancia y juventud hasta llegar al ser adulto que fue. Cuántas horas invertidas en estudio y trabajo. "Había ganado la batalla porque era el mejor cerebro de su tiempo", pero lo desarrolló con tesón y entrega. Luego ese gusto por la música sacra un pensamiento abstracto y dedicado a la metafísica. Los himnos que compuso como esa versión de Thomas Luís de Victoria. Y el Panis Angelicus, tantas veces escuchado y ahora me entero que lo escribió Santo Tomás de Aquino. Me ha emocionado el momento de su muerte.
    Gracias, Miguel.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, María Pilar.
      Como digo al comienzo, Santo Tomás de Aquino es uno de esos personajes de los que tenemos un conocimiento muy superficial y al profundizar descubrimos una persona con grandes dotes, que une el valor de su humanidad y forma de ser al de un pensamiento que lleva siglos vigente.
      Un fuerte abrazo :-)

      Eliminar
  3. Profesor de la universidad de Paris (en el siglo XIII), filósofo, teólogo, el intelectual más importante de su siglo… vaya carta de presentación.
    Las distintas acepciones de la palabra “padecer” que expone Santo Tomás en el escrito que nos adjuntas son magistrales.
    De Savater me gustaría leer “La aventura de pensar” para comprobar qué opina sobre Santo Tomás. Ya veo que algo contiene el texto de Savater que nos transcribes.
    La actividad intelectual de Santo Tomás sorprende. Yo desconocía que hubiese compuesto himnos para la celebración del Corpus Christi. El video que nos traes del Pangue Lingua interpretado por el coro de Andalucía es sobre una composición que llega al alma. Me traslada a los viajes de senderismo que he realizado por tierras españolas disfrutando de paradisíacos paisajes que invitan a la reflexión profunda y en calma. Es muy revelador cuando vas caminando por lugares recónditos y escuchas música sacra. Entonces alcanzas a ver otra dimensión, como si estuvieras emprendiendo un viaje en paralelo que eleva la experiencia a un plano superior a la realidad.
    Muchas gracias por compartir esta belleza, Miguel.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario, Marcos.
      Indagar en la figura de Tomás de Aquino es descubrir a una persona excepcional que une al gran pensador e intelectual con una persona de una gran humildad, impropia de este tipo de persona.
      “La aventura de pensar” de Savater nos acerca a los grandes filósofos de todos los tiempos de forma amena y rigurosa.
      Me encanta esa experiencia que narras de tus caminatas con música sacra y cómo te traslada a una nueva dimensión.
      Un fuerte abrazo :-)

      Eliminar