De pocos compositores se puede decir que coincidieron con dos genios como Mozart en la precocidad y con Beethoven en la sordera. Bedřich Smetana, el compositor checo del siglo XIX es uno de esos personajes que comenzaron mostrando un genio absoluto y finalizaron su vida en el más absoluto y oscuro de los silencios.
Inscrito dentro de la música nacional checa, a quien se considera como su iniciador, en el año 2024 se cumple el bicentenario de su nacimiento. Pese a ese calificativo como padre de la música de su país, algunas de sus obras han trascendido los límites nacionales para formar parte del repertorio de los grandes escenarios.
Te invito a pasear por algunas obras de Bedřich Smetana al cumplirse los doscientos años de su nacimientos. Nos acompañan textos de Orlando Figes y Alberto Zurrón sobre él y músicas como El Moldava. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!
Bedřich Smetana (su nombre equivale al de Federico) nació el 2 de marzo de 1824 en la ciudad de Litomysl, cerca de la frontera entre Bohemia y Moravia, regiones que pertenecían al Imperio Habsburgo. Su padre, el cervecero Frantisek y su tercera esposa Barbora Lynková lo tuvieron como tercero de los diez hijos, aunque con los de los matrimonios anteriores llegaron a ser dieciocho vástagos.
En aquella época el alemán era el idioma del imperio y, aunque se utilizaba el checo, para los eventos sociales, los negocios y las actuaciones oficiales, era el idioma germano el que se utilizaba en todos los ámbitos de la sociedad.
La vida se desarrollaba con normalidad y los domingos se reunían en la casa a interpretar música, como hacían otras familias. Fue en este entorno cuando, con cinco años lo sentaron entre bromas ante un atril y el pequeño Bedřich interpretó, ante el asombro y sorpresa de todos, la partitura del primer violín de un concierto de Haydn.
Este fue el detonante para que el pequeño comenzara a improvisar al piano y debutara en un concierto público con tan solo seis años. Pero, si como músico fue un niño prodigio, en el colegio y el liceo fue un estudiante distraído que no avanzaba en los estudios, condición que el padre le ponía para llegar a ser abogado o administrar los negocios familiares.
En su libro Historia insólita de la música clásica II, Alberto Zurrón traza un paralelismo entre tres compositores prodigios, un tanto a la sombra de Mozart, como lo fueron Maurice Ravel, Giuseppe Verdi y el propio Smetana.
Enamoradizo, Smetana estaba más centrado en ese aspecto que en su responsabilidades académicas. Tras estudiar música con varios maestros, pelea con su padre y se marcha a Praga para continuar sus estudios musicales. Mientras, compone algunas obras, entre ellas Seis piezas características que envía en 1848 a su admirado Franz Liszt a quien le pide un préstamo de 400 florines. El pianista húngaro le responde que no puede prestarle la cantidad exigida, pero que le gustan las piezas y el potencial de Smetana.
Con la ayuda de algunos amigos abre una escuela de música en Praga, alcanzando un éxito considerable. Durante las revueltas de ese año, compuso algunas obras de apoyo a la revolución frente al imperialismo austriaco. El año siguiente, 1849, se casó con Katerina Kolárová con quien tuvo tres hijas de las que dos murieron con pocos meses.
En 1856, tras una visita de Liszt a Praga, con quien entabla amistad, recibe una invitación para viajar a Suecia donde dará unos conciertos en Gotemburgo. Después de regresar a la capital checa, al año siguiente vuelve a la ciudad sueca donde se instalará con su esposa, su hija Zofia y su cuñada. Allí estará unos años, hasta que su esposa enferma gravemente y deciden regresar, falleciendo antes de llegar a su Dresde natal.
Tras varias estancias en Gotemburgo donde dirige coros, orquestas e imparte clases, Smetana se casa con Barbora (Bettina) Fernandiová, hasta que en 1861, conocedor del despertar cultural de su país, decide regresar a Praga.
Nos acompaña la obertura de una de sus obras escénicas, quizás la más conocida y popular, Prodaná nevěsta (La novia vendida), una ópera bufa en tres actos.
La obertura toma su música del final del Acto II, en una escena en que el protagonista firma un contrato renunciando a su reclamación sobre su prometida ante los habitantes del pueblo.
Comienza con un toda la orquesta con fuerza a la que sigue una suerte de scherzo por parte de las cuerdas y una danza rápida y alegre que se suceden y desarrollan con brillantez y muestran el espíritu folclórico checo y la capacidad compositiva de Smetana.
La interpretación está a cargo de la Berliner Philharmoniker con la dirección del desaparecido maestro de maestros Mariss Jansons celebrado en 1994 en Waldbühne bajo el título de A night of dances and rhapsodies.
Tras el regreso a Praga, Smetana organiza algunos conciertos con sus obras que comienzan con deudas debido a la baja asistencia de público, lo que le obliga a viajar de nuevo a Gotemburgo en varias ocasiones para dirigir nuevos conciertos con los que saldar las deudas.
En 1862 comienza a trabajar en un libreto de Karel Sabina para la que sería su primera ópera Branivoři v Čechách (Los brandenburgueses de Bohemia), una obra que narra la historia de la liberación de la ocupación alemana en el siglo XIII y que estrenará en enero de 1866 en el Teatro Provisional a la espera de la construcción del Teatro Nacional.
Desde sus primeros años de formación y durante toda su vida, Bedřich Smetana, admiraba la música de Liszt, Hector Berlioz, Weber o Chopin, buscando crear en Bohemia un lenguaje sonoro que se basara en la prosodia del idioma checo y se separara con personalidad propia del clasicismo vienés y del romanticismo alemán. Su obra es equiparable a la de Edvard Grieg en Noruega o la que posteriormente fuera de la Jan Sibelius en Finlandia.
Fotografía de Bedřich Smetana, alrededor de 1880 |
En Los europeos, un estudio subtitulado Tres vidas y el nacimiento de la cultura cosmopolita, el historiador Orlando Figes traza un recorrido histórico por la Europa de la segunda mitad del XIX centrado en tres figuras que contribuyeron a consolidar una cultura europea que trascendía de las nacionalidades: Louis Viardot, su esposa Pauline García Viardot (hija del afamado cantante sevillano Manuel García) e Iván Turguenev.
En el texto que nos acompaña, Figes se centra en el nacionalismo musical checo y la importancia y características de un compositor como Smetana.En marzo terminó la partitura de su siguiente ópera, Prodaná nevěsta (La novia vendida), cuyo libreto, también de Sabina, lo fue recibiendo por entregas. Mientras recibe el primer premio que el Conde Harrach convocó para composiciones de carácter checo con la obra recién estrenada.
Así, a finales de mayo se estrenó La novia vendida en este Teatro Provisional, que en ese momento tenía dos actos y recordaba una opereta en que se alternaban números musicales y diálogos hablado. Tres años más tarde, agregó un aria para soprano y dos danzas que se hicieron muy populares. En 1870 los diálogos fueron cambiados por recitativos cantados y los actos pasaron a ser tres con motivo de una representación para San Petersburgo, siendo esta la versión que se representa en la actualidad.
La novia vendida es el típico relato operístico de ambiente campesino con argumento simple y sencillo, en la línea de El elixir de amor de Donizetti o La sonámbula de Bellini, y, aunque no alcanzó el éxito en sus primeras representaciones, tras el montaje definitivo fue representada 128 veces en vida del autor, de las cuales casi medio centenar fueron dirigidas por él mismo. Su primera representación en Estados Unidos fue en 1909 en la Ópera Metropolitana bajo la dirección de Gustav Mahler.
En la versión definitiva de La novia vendida, Smetana incluyó dos danzas que alcanzaron una gran popularidad. La danza de los comediantes es una de las piezas que ha pasado del repertorio operístico a las salas de concierto. Te presento dos versiones para que elijas cuál quieres escuchar.
La primera es una versión instrumental con un sonido magnífico corre a cargo de The Young Cracow Philharmonic dirigida por Tomasz Chmiel y se grabó dentro de La Folle Journee de Varsovia en la Polish National Opera de la capital polaca en octubre de 2017.
En la segunda versión se ha primado más el espectáculo escénico con su algarabía que la toma sonido estrictamente musical.
Se trata de una producción de la Ópera de Garsington con un montaje circense a cargo de Jeffrey Lloyd y la interpretación musical a cargo de la Philharmonia Orchestra de la Garsington Opera, en una representación de 2019.
Poseedor de lo que se denomina un oído absoluto para la música, Bedřich Smetana tuvo unos últimos años muy complicados. Con cincuenta años, en agosto de 1874 comenzaron los primeros síntomas con una pérdida de audición, posiblemente a causa de la sífilis, que se fue deteriorando de forma tan súbita que el médico le indicó que dejara sus responsabilidades en el teatro, por lo que le concedieron una pensión de 1200 florines anuales.
En septiembre comenzó la composición de su poema sinfónico Vyšehrad, el primero de lo que sería su obra más conocida, el ciclo de poemas Má Vlast (Mi patria).
En octubre ya había perdido por completo la audición de ambos oídos, lo que no le impidió terminar la partitura en noviembre y comenzar el segundo de los poemas, el más conocido, Vltava (El Moldava).
En estos diez últimos años de su vida, con un sordera absoluta y una salud cada vez más desmejorada, Smetana compuso obras que consolidaron la música checa, como las óperas El beso, El secreto o El muro del diablo, el mencionado ciclo Mi patria o el cuarteto De mi vida.
Frantisek Dvorak. Smetana entre sus amigos en 1865 (1923). Publicado por la Editorial Estatal de Praga |
El último texto que nos acompaña está extraído de la página web dedicada al compositor, http://www.bedrich-smetana.wz.cz de la que nos quedamos con la siguiente información sobre la faceta compositiva del músico checo.
Tras el éxito de La novia vendida, Smetana compuso otras que tuvieron éxito entre el público y consolidaron el estilo de la música checa a partir de melodías extraídas del folclore -con las característica de que estaban arraigadas en el acerbo popular y en ocasiones no eran propiamente checas- y adaptando la sonoridad de la música a la prosodia del idioma. Entre estas óperas destacan Dalibor, Libuše (Libusa, sobre la mítica fundadora de la ciudad) o Čertova stěna (El muro del diablo).
En 1883, con cincuenta y nueve años, sordo y en un grave estado de salud compone algunas piezas más, el Cuarteto de cuerda en re menor, la pieza para coro Nuestra canción y la partitura de El Carnaval de Praga, su última pieza orquestal.
Ya padecía depresión, insomnio, calambres, alucinaciones y pérdida temporal del habla. En octubre su actitud y comportamiento en público sobresaltó a sus amigos. En febrero de 1884 comenzó a volverse violento a la vez que perdía coherencia y la noción de la realidad.
En abril, su familia lo internó en un manicomio donde falleció el 12 de mayo. Sus restos fueron enterrados en el cementerio nacional de Vyšehrad.
Fotografía de Smetana en sus últimos años de vida |
El ciclo de poemas sinfónicos Má vlast (Mi patria) fue compuesto a lo largo de cinco años durante el periodo en que había perdido completamente la audición. Tras Vyšehrad y Vltava (El Moldava), escribió Sarka, De los bosques y campos de Bohemia, ambas en 1875, y Tábor y Blanik en el invierno de 1878-79.
En principio, Smetana no había considerado crear un conjunto de poemas sinfónicos, sino una obra que mostrara el curso del río Moldava desde su nacimiento en los bosques de Bohemia hasta su recorrido grandioso por Praga, una idea que acabó generando un ciclo que creaba el paisaje musical de su nación junto a algunos episodios de su historia.
De los seis poemas Vltava (El Moldava) ha alcanzado vida propia sobre los demás poemas. Se trata de un recorrido geográfico, folclórico, emocional e histórico sobre el curso del río de carácter programático.
Václav Zeleny, el poeta que colaboró con Smetana ideando las líneas de sigue la música escribió:
«Esta composición representa el curso del Moldava. Canta sus dos primeras fuentes, una cálida, otra fría, que nacen en el bosque de Bohemia, sigue a los arroyos cuando se unen y muestra el recorrido del río a través de los campos y bosques hasta un prado donde los campesinos celebran una boda. A la luz de la luna, las ninfas del río juegan, mientras los castillos y palacios quedan atrás en las orillas y las ruinas languidecen en los acantilados. El río hace espuma y surge en los rápidos de San Juan, fluyendo majestuoso en una amplia corriente hacia Praga.
La histórica fortaleza de Vyšehrad aparece en sus orillas con el mismo tema de cuatro notas del primero de los poemas. El río se esfuerza majestuosamente, perdiéndose en la lejanía, llegando hasta el Elba».
La versión que nos acompaña en esta publicación sobre Smetana nos presenta una versión de Vltava, el segundo poema de Má vlast con la Wiener Philharmoniker dirigida por Daniel Barenboim.
Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!
Bibliografía y webgrafía consultadas:
- Zurrón, Alberto. Historia insólita de la música clásica II, Editorial Nowtilus, ebook, 2016.
- Figes, Orlando. Los europeos. Tres vidas y el nacimiento de la cultura cosmopolita, traducción de María Serrano Giménez, Editorial Taurus, 2020.
- Página web sobre Smetana, http://www.bedrich-smetana.wz.cz.
¡Hola, Miguel! De esta entrada me quedo con la música, ¡qué bonita!
ResponderEliminarGracias.
Un abrazo. :)
Gracias, Merche.
EliminarUna música muy conocida que Smetana convirtió de meramente checa en universal.
Un fuerte abrazo :-=
Impresionante Miguel. Me encantó la música. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Nuria.
EliminarLa música de Smetana siempre merece la pena.
Un fuerte abrazo :-)