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¡La Música está viva!

Nunca ha sido tan abundante la oferta para acercarnos y seguir las obras de arte que deseamos. Nunca se han publicado y escrito tantos libros, se ha compuesto, interpretado en directo y grabado tanta música. Desde que se iniciaron el cine y la televisión nunca se han filmado más películas, series y programas de televisión que en los últimos años. Nunca se ha viajado tanto como ahora, se ha tenido acceso a tantos museos -presencial o virtualmente-, ni se ha podido conocer tanto a través de la cercanía que nos proporciona Internet. La oferta crece continuamente hasta tal punto que, por ejemplo, el número de los libros publicados en la última década supera a los que lo habían sido a lo largo de toda la historia.
Ante una oferta tan abundante, variada y desproporcionada nos encontramos con la tesitura de no disponer de tiempo material para acercarnos a cuanto deseamos. No sólo es el estrés y la falta de tiempo continua los que nos lo impiden, sino que, aunque dispusiéramos de todo nuestro tiempo, necesitaríamos más de una vida para abarcar cuanto queremos.
Ante esta situación nos vemos en la obligación de seleccionar y adaptar a nuestras circunstancias y gustos personales la decisión de las obras a las que queremos acercarnos, sean libros, música, películas o cualquier manifestación artística. Lo importante es sentirnos receptivos, activos y enriquecernos con nuestro acercamiento a ellas.
Los que soléis leer este blog vais conociendo mis gustos literarios y musicales y sobre estos últimos gira esta publicación.
La -mal- llamada música clásica es actualmente una de las cientos de variedades de las distintas ofertas musicales que podemos tener a nuestro alcance. Muchos le pueden achacar que está anclada al pasado, que han dejado de componerse obras, que acercarnos a ellas está al alcance de unos pocos por tener un acceso caro o que es aburrida. Ninguna de estas razones tiene consistencia, pero están dentro de la argumentación habitual de aquellos a lo que no les llama la atención.
Te propongo unas reflexiones por nuevas formas en que la música se acerca a los oyentes, para mostrar su vitalidad, dar a conocer qué nos cuenta y ofrecer una renovación de las formas clásicas para acercarse a un nuevo público. Nos acompañan Alex Ross, Sheila Blanco, Jaime Altozano, Bach y Mozart. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!
Nos acompañan dos reflexiones sobre el concepto de música clásica y las nuevas formas de reproducción a cargo del crítico musical de The New Yorker, una adaptación de Bach como forma de difundir su vida, obra y música, un análisis de la última pieza que llegó a escribir Mozart antes de su fallecimiento y una hipnótica y fascinante adaptación de uno de sus conciertos para ballet, una obra que hasta quienes no siguen este tipo de música quedarán seducidos por ella.



El mundo de la música clásica es prácticamente inabarcable. Es tan amplio y variado que mientras más te adentras en él y más conoces, mayor interés tienes por seguir escuchando sus obras.
Pese a todos los clichés que existen alrededor de ella, en muchas ocasiones es su desconocimiento lo que la lleva a esta situación. También pesa en su contra la etiqueta de que asistir en directo a interpretaciones es caro, aunque también lo sean otros conciertos de cualesquiera tipos de música a los que tengamos la oportunidad de asistir. Es cuestión de gustos.
Pero hoy en día tenemos un considerable números de obras al alcance de un solo clic. Plataformas como YouTube o Spotify, por ejemplo, ponen a nuestro alcance un innumerable repertorio que podemos buscar y seguir. Conceptos como las bibliotecas, listas de reproducción, favoritos u otras opciones nos permiten buscar, configurar y guardar las obras que queremos escuchar desde cualquier dispositivo.
También ha existido desde hace tiempo y continúa habiéndolos personas que se dedican a dar a conocer a autores y sus obras con un carácter pedagógico para explicarlos, analizarlos y profundizar en ellos, de forma que nuevos oyentes o los ya consolidados tengan acceso a esa información que les haga disfrutar con mayor capacidad de esas piezas.
Recuerdo con cariño que mi acercamiento a la música clásica vino de la mano de un apasionado comunicador, Fernando Argenta que con sus Clásicos Populares de Radio Nacional y Radio Clásica, y su particular lenguaje asequible y accesible hizo que muchos aprendiéramos a amar este tipo de música. Más adelante dio un paso adelante con los más pequeños en el programa de televisión El Conciertazo, donde su particular forma de presentar la música atrajo a muchos niños a este mundo.


Actualmente hay divulgadores como Ramón Gener que tuvo el programa This is Opera en Radio Televisión Española en el que presentaba y diseccionaba muchas de las piezas más representativas de este repertorio y que aún están disponibles en la plataforma de la televisión pública. Aún tiene algunas colaboraciones en Radio Nacional que se pueden seguir en directo en el programa No es un día cualquiera o a través de los podcasts Operando con Ramon Gener, además de sus conferencias y las conferencias para presentaciones de obras que suele realizar para el Palau de Les Arts de Valencia.
Poco a poco van apareciendo más personas que divulgan figuras como es el caso de Sheila Blanco, que comenzó a sorprendernos a través de las redes sociales con sus pequeñas piezas sobre compositores en las que a algunas músicas muy reconocibles de ellos les incorporaba unas letras que sorprendían por la frescura, agilidad vocal y la forma en que condensaba el valor del autor.
Nos acompañan dos versiones de la misma pieza, Bach es Dios, para que elijas cuál de ellas deseas seguir, aunque pueden ser las dos si dispones de unos minutos más.  
La música está tomada de la Badinerie de la Suite nº 2, BWV 1067 de Johann Sebastian Bach, que apareció recientemente en este blog. La primera versión es la toma casera con la que suele presentar sus obras en las redes sociales dentro del tipo de grabaciones que la dio a conocer.


En la segunda versión de esta pieza está acompañada por la Orquesta de Radio Televisión Española bajo la dirección de Carlos Garcés en una grabación realizada en el Teatro Monumental de Madrid en septiembre de 2021 en el que las mascarillas nos recuerdan el tiempo que estuvimos bajo los efectos de la pandemia. En este concierto mostró su espectáculo Bioclassics, cuyo explícito título lo dice todo.


Afortunadamente cada vez son más frecuentes y abundantes los espacios en los que se pueden seguir diversos programas de audio y vídeo en cualquier momento. La rigidez de las parrillas de programación han pasado a la historia con la incorporación de los contenidos emitidos en antena en los podcasts de audio y los videocasts o videopodcasts. Estos archivos no sólo se almacenan cuando se emiten, sino que, en muchas ocasiones se realizan directamente para guardar sin necesidad de pasar antes por la emisión en antena, lo que facilita la incorporación de nuevos creadores.
De la inabarcable cantidad de este tipo de archivos hay unos cuantos que sigo y suelo escuchar o ver y que tienen relación con la (mal) llamada música clásica:
Dentro de los programas de Radio Clásica de Radio Nacional sigo en plataformas como Ivoox los episodios de algunos programas con regularidad:
-Música y significado, un programa de análisis musical de obras fundamentales presentado por Luis Ángel de Benito, quien aparecerá en el siguiente vídeo.
-Notas a pie de página: Un programa de Martín Llade (a quien pese a su larga trayectoria en la emisora, se le conoce más como presentador del Concierto de Año Nuevo de Viena), y la escritora Espido Freire, que tratan cada semana sobre un escritor o escritora.
-Sinfonía de la mañana, también de Martín Llade, un programa diario (lunes a viernes, de 8 a 9:30)) que comienza con un relato sobre un compositor o autor y enlaza entrevistas, música y literatura. 
-Atriles entre los árboles, un programa de Mercedes Menchero donde una obra literaria de carácter reflexivo, música y naturaleza se unen.
-Gran Repertorio, un programa donde se explican obras fundamentales.

Aparte de esta emisora, de la que sigo algunos podcasts más, también sigo los de una emisora independiente, Clásica FM con distintos episodios sobre música clásica y jazz, con la presencia del pianista Mario Mora entre otros.
También, aunque ya fuera de la esfera de la música clásica sigo a otros compañeros blogueros como Marcos Planet, Historias y relatos, La Trinchera o Los libros de Baker Street.
Seguro que tú escuchas o sigues distintos podcasts, pero con algunos de estos, la comprensión, análisis y disfrute de la música clásica están asegurados


Y citando el término Música Clásica, el texto siguiente ahonda en él. En otras publicaciones ha aparecido en este blog la obra de Alex Ross (no confundir con el ilustrador de comics), crítico musical de The New Yorker y autor de varios libros interesantes sobre música: The rest is noise: Listening to the Twentieth Century (El ruido eterno, escuchar al siglo XX a través de su música) y Listen to This (Escucha esto), libros en los que realiza un recorrido por las músicas del XX en el primero y de todas las épocas en el segundo. En el más reciente Wagnerismo. Arte y política a la sombra de la música, analiza la influencia (para bien o para mal) en la literatura, las artes, el cine y la vida intelectual y la política de la obra del compositor alemán.
Escucha esto es un monumental mosaico en el que Alex Ross une indisolublemente la vida y el arte con la música y la historia para acercarnos desde las figuras más clásicas -Mozart, Bach, Verdi o Beethoven- a los grandes iconos de la cultura pop -Dylan, Radiohead o Björk, para demostrar que «comprender la música es una forma de comprender el mundo».
El texto que nos acompaña trata, como decía, del propio nombre de Música Clásica y su significado, sus implicaciones y el lugar que ocupa y puede ocupar hoy en día. Una reflexión interesante.


Si en el primer vídeo me centraba en la pieza de Sheila Blanco y en los divulgadores que dan a conocer a los autores a un público que no suele tenerlos en cuenta como forma de iniciación, ahora te propongo acercarte a otras formas de difusión en la que se centran más en las obras, dando a conocer las intenciones del autor, analizando sus partes y, en definitiva, profundizando en ellas. Personalmente, cuanto más conozco de una obra más la aprecio y disfruto.
Por un lado hay una enorme variedad dentro del universo de YouTube con divulgadores que trabajan y explican grandes piezas del repertorio entre las que suelo acercarme a:
-Jaime Altozano, uno de los youtubers más seguidos en nuestro país, por lo que seguro que lo conoces. Nos acerca a todo tipo de obras, pero «la música», como diría Alex Ross, ocupa un lugar importante dentro de su producción.
-El pianista James Rhodes es otro divulgador de la música que, entre otras formas, lleva el podcast En clave de Rhodes en la Cadena Ser donde entabla diálogos con diversos protagonistas de nuestra cultura como el violinista Ara Malikian, Blanca Portillo, Rosa Montero o Javier Cámara. Suyas son estas palabras recogidas en una entrevista en La Tercera«¿Cuántos músicos clásicos tienen la oportunidad de que se les entregue un micrófono en una radio para hablarles a millones de personas? Y que taxistas, panaderos, se detengan y escuchen sobre Bach, sobre Glenn Gould o Mozart. Y que disfruten, sin necesidad de "saber"».
-La Orquesta y Coro Nacionales de España (OCNE) dispone de un espacio en su página web, Bienvenida 2.0 creado según su propia presentación como «una apuesta por la divulgación virtual, un canal creado específicamente con contenidos que pongan de manifiesto los diferentes aspectos de las obras programadas en los conciertos OCNE y accesibles para todos los públicos».


También hay diversos canales de YouTube donde se pueden disfrutar de esta música y que puedes seguir, como por ejemplo:
-AVROTROS Klasiek, de los Países Bajos con más de 1200 piezas hasta ahora.
-Concertgebouworkest, página oficial de la Orquesta del Concertgebouw de Amsterdam, con más de 500 vídeos propios.
-Euro Arts Channel, de Alemania, donde se ofrecen conciertos, actuaciones y documentales desde la música clásica, al ballet, el jazz y la música pop, y que cuenta con cerca de 2500 vídeos.
-La March, el canal de la Fundación Juan March que ofrece sus ciclos de conferencias y conciertos semanales donde profundizan en aspectos fundamentales de nuestra cultura histórica, literaria o musical con transmisiones en directo.
-También están los de la Frankfurt Radio Symphony o la London Symphony Orchestra entre muchas otras agrupaciones.

En cuanto a la ópera, la mayoría de teatros del mundo tienen, además de sus páginas web su canal de YouTube donde comparten algunas de sus producciones en abierto, aunque algunas son para suscriptores. Suelo seguir con frecuencia una página dedicada a este arte como OperaVision, una agrupación de distintos teatros que ofrecen sus producciones en abierto con varias novedades cada mes y que cuenta con algo más de 1500 vídeos. De todas formas, encontrar cualquier ópera completa es fácil y las más habituales del repertorio se pueden encontrar con subtítulos en español y las que no, se pueden cambiar los ajustes para traducirlas simultáneamente.
La lista de páginas de YouTube es inabarcable entre orquestas, teatros de ópera, intérpretes y divulgadores, por lo que no merece la pena alargar el listado

Dentro de la mera labor de difusión y profundización en algunas obras nos acercamos a un vídeo del primero de los comentados. En el enlace siguiente, Jaime Altozano nos acerca a la última de las composiciones que Mozart escribió antes de su fallecimiento, el Lacrimosa de su Réquiem. Se trata de una pieza de la que sólo pudo escribir los ocho primeros compases y su discípulo Sussmayr completó según sus indicaciones. En el vídeo interviene también Luis Ángel de Benito, que también apareció en los podcasts que mencioné. El vídeo finaliza dando publicidad a un curso de iniciación musical que es ajeno al interés por compartirlo.


Interesante, ¿verdad?
Tradicionalmente la música constaba de una serie de partes o movimientos contrastantes con una serie de códigos que se seguían -o se rompía- por parte del compositor. 
Esta forma de seguir la música, incluso para las obras no clásicas como la música pop, el rock, el jazz o la folclórica, se ha alterado en los últimos años con la aparición de los dispositivos electrónicos. 
Los discos, con sus carátulas, índice, indicaciones y, en ocasiones textos proporcionados por el intérprete o la casa discográfica nos ofrecen un universo cerrado, creado para ser oído tal como fue concebido.


Volviendo a Alex Ross y su Escucha esto, el escritor norteamericano nos hace reflexionar sobre esa revolucionaria forma de escuchar la música, en su caso con un IPod adquirido a comienzos de este siglo, pero que podemos generalizar con cualquier aparato o dispositivo y que todos utilizamos en mayor o menor medida. Toda una revolución que vuelve a dar una oportunidad a la música clásica y a todas en general.


La última pieza que te traigo muestra la vitalidad de la música y cómo se puede adaptar a los tiempos y los gustos e incluso atraer a nuevo público. En esta variedad sobre la música consiste en darle una nueva oportunidad fuera del ámbito en el que se creó, sacarla del contexto de una obra con varios movimientos que se interpretan seguidos y mostrarla en otro tipo de actuación o espectáculo.


Creado en 1994 por el coreógrafo francés de origen albanés Angelin Preljocaj, Le Parc ganó el prestigioso premio Benois de la Danse, consolidándose en el repertorio de todo el mundo. Basada en músicas de Mozart, Le Parc nos sitúa en un jardín francés del XVIII para narrar una historia de amor desde su inicio hasta su consumación.
Nos acompaña el final del ballet, el pas de deux donde Preljocaj recicla la música del segundo movimiento, Adagio, del Concierto para piano y orquesta nº 23 de Wolfgang Amadeus Mozart. Se trata de un momento único e inimitable en el que los protagonistas, descalzos y con un camisón se abrazan y terminan en un beso que durante un minuto que tiene trazas de eternidad, mientras bailan y giran sobre sí mismos. Es una escena fascinante e hipnótica que gusta tanto a los aficionados como a los no iniciados en esta música.
Este paso a dos está interpretado por Madison Young y Julian Mackay en la final del Prix de Lausanne de 2024 con la música citada de Mozart adaptada por Goran Vejvoda y la coreografía de Angelin Preljocaj.

Confío en que después de leer esta publicación tengas claro que esta música no está anclada al pasado, que está al alcance de todos los que deseen acercarse o que no es en absoluto aburrida.

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Bibliografía y webgrafía consultadas:
  • Ross, Alex. Escucha esto, traducción de Luis Gago, Editorial Seix Barral, ebook (2021). ISBN: 9788432237379.

4 comentarios:

  1. ¡Hola, Miguel, vaya pedazo de artículo!

    Es cierto que la música está más viva que nunca, aunque a veces parezca ahogada entre tanta oferta. Me gusta cómo desmontas el mito de la inaccesibilidad de la música clásica y cómo destacas a quienes han sabido acercarla a más público. Entre tanto ruido, saber diferenciar y buscar es clave.

    Lo dicho, completísimo el artículo, como los que ya he leído de ti. Se nota tu pasión y el enorme trabajo que le pones.

    ¡Un abrazo! 😊

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    1. Gracias, Miguel.
      No nos podemos quejar de la disponibilidad de la música a la que podemos acceder, pero me parece necesario destacar la que me fascina y darle un poco más de difusión desde el blog.
      Un fuerte abrazo :-)

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  2. ¡Hola, Miguel! Creo que no volveré a decir "música clásica"... Yo lo interpreto, como pasa con la literatura, por el paso del tiempo. No sé cómo, dentro de cien años, llamarán a las "clásicas" y a las que hay actualmente: ¿arcaicas para nuestras clásicas y clásicas para nuestras obras/piezas contemporáneas?
    En fin, en cualquier caso, un artículo estupendo donde nos enseñas muchas cosas.
    Un abrazo. :)

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    1. Gracias, Merche.
      También englobo a la música esta denominación de clásica referida al mismo concepto que la damos a la literatura, aunque, como ves, tiene un concepto peyorativo que no le ayuda.
      Un fuerte abrazo :-)

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