expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>

En el principio...


Hace unos veranos, Mónica me trajo de una visita a la universidad de Harvard, en Boston, una jarra que sabía que me gustaría. Aparte de su intenso azul cobalto y que ahora es mi jarra de cabecera, si se puede decir así, tiene una inscripción en inglés
...and God said:
seguida de una complicada, imposible y humorada formulación física que finaliza con la frase
...and there was light!
Algo así como:
...Y dijo Dios: (la fórmula) ...y se hizo la luz


Este blog que comienza en este momento, en el instante que tú lo lees, está dedicado a evocar textos, páginas de distintos autores. Aparecerán ideas, descripciones de personajes, ciudades y lugares, sentimientos... lo que nos aproxime a la condición humana. Todos ellos filtrados por el paso del tiempo que ha decidido que no se deben olvidar, que aún tienen qué decirnos, que, sean de esta época o anterior, quieren seguir con nosotros. Representan arquetipos que nos son actuales..
También quiero traer música. Qué sería de nosotros sin ella. A todos nos acompaña desde que nacemos, es casi consustancial a los seres humanos y cada uno tenemos la nuestra.
Para comenzar este blog de letras y notas, textos y músicas te propongo ir al origen, al comienzo de todo.
El texto, uno de los más antiguos de cuantos conoce nuestra literatura occidental, recoge el inicio del primer viaje (eso sí, de regreso, del de ida no hay relato), del que tenemos noticias: el comienzo de La Odisea, de Homero.





La música también nos marca un inicio, más primigenio que el de Ulises. Después de una estancia en Londres donde escuchó la interpretación de algunos oratorios de Haëndel, Joseph Haydn se propuso realizar una composición de este tipo. Enormemente religioso, se sintió inspirado para componer La creación. Cuando la creó, Mozart, que era 24 años más joven, llevaba 6 años enterrado, Beethoven se estaba consagrando en Viena, y Schubert acababa de nacer.
El estreno privado de la obra se realizó los días 29 y 30 de abril de 1798 bajo la dirección del propio Haydn. La obra "despertó tanto interés que la policía de Viena hubo de proporcionar 12 guardias de a pie y 18 de a caballo para mantener el orden". Además "...los comerciantes del mercado cercano tuvieron que desmontar sus puestos, por lo cual recibieron cada uno de ellos del príncipe Schwarzenberg una compensación de 10 florines y 20 kreutzer".



En marzo de 1799 Haydn, que contaba con 67 años, volvió a dirigir el estreno público en el Burgtheater de la capital del imperio austriaco. En las memorias de un músico sueco por entonces en la ciudad aparece descrito: "Entre las secciones de la obra, estallaba un aplauso tumultuoso; durante cada sección, sin embargo había un silencio sepulcral. Cuando concluyó hubo gritos de "¡Que salude el padre Haydn!" Finalmente el anciano se acercó al borde del escenario y fue saludado con gritos de "Larga vida al padre Haydn!¡Larga vida a la música!"

Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!

No hay comentarios:

Publicar un comentario