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El último cuento de Navidad

Estamos invadidos por imágenes, relatos y sonidos. Nuestra ajetreada vida no nos deja tiempo para dirigir la mirada hacia nuestro interior y adentrarnos en nuestro propio conocimiento.
A punto de comenzar el invierno te propongo unos instantes para dedicarlos a las imágenes y las sensaciones que tenemos, cada uno de nosotros en función de lo que hemos vivido y experimentado con las celebraciones de la Navidad.

El texto de esta entrada pertenece al poeta y periodista checo Jaroslav Seifert, premio Nobel de literatura en los años ochenta. Un autor fresco e imaginativo que pasó de la vanguardia del Dadaísmo Poetismo a un tipo de poesía con un formato más clásico en su última y más productiva etapa literaria a partir de la década de los sesenta.
El relato que nos acompaña es un extracto de uno de los que se recogen en su obra Toda la belleza del mundo. Las imágenes pertenecen al ilustrador, realizador de películas de animación y coreógrafo checo Jiri Trnka.



Si deseas seguir el cuento completo, puedes hacerlo entrando en el enlace a El último cuento de Navidad en Bohemia.


La Navidad también se presta a la introspección y el recuerdo en lo musical. Además de las canciones con que solemos acompañar nuestras reuniones y celebraciones, tiene un lugar para el recuerdo y la memoria de sonidos y melodías que guardamos en nuestro interior desde momentos que a veces ni recordamos cuales fueron sus inicios.

Una de las piezas más conocidas es Adeste Fideles. De origen bastante impreciso, parece que fue compuesta hacia 1742 por John Francis Wade, un inglés que trabajaba en la localidad francesa de Douay, aunque la versión más popular se atribuye a John Reading, organista de la Catedral de Winchester.

En el enlace, te presento una interpretación del tenor italiano Andrea Bocelli en The Kodak Theatre de Los Ángeles en 2009.


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2 comentarios:

  1. El extracto que pertenece a Toda la belleza del mundo de Jaroslav Seifert es nostálgico y extiende la empatía hacia el lector. El trasfondo de la Navidad alcanza las más intimistas emociones. El lo vive de forma tradicional y no quiere renunciar a esa forma de sentir. Mientras en la etapa moderna muchos rituales, usos y costumbres navideñas se han trasformado y costumizado en detrimento de lo clásico o lo fervoroso. Me ha gustado el enfoque pues lo nuevo no tiene por qué reemplazar a la viejo sino complementarlo, que parece ser que es lo que pretende expresar el autor.
    La música del Adeste Fideles es brillante, mágica, apoteósica con un Andrea Bocelli que interpreta con su carismática voz una pieza inolvidable y super conocida de la Navidad por antonomasia.
    Excelente post, Miguel, como siempre.
    Un abrazo y que este año que va a empezar te traiga muchas alegrías ;-)

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    1. Gracias Marisa. Tus aportaciones son siempre interesantes y aclaratorias.
      Quizás la visión de Seifert sea nostálgica porque cae en la cuenta de que lo pasado no tiene lugar y lo que viene nuevo no lo va a complementar, sino que va a propiciar la desaparición.
      Feliz año para tí también

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