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Las dos muertes de Nijinsky

Soy Dios, en un regalo.
Vaslav Nijinsky

Esta entrada es excepcional, ya que en esta ocasión no hay música cantada, ni de ópera, ni de coros, ni siguiera una canción que la acompañe o protagonice.
Algunos bailarines han pasado a la historia por sus dotes excepcionales y su forma de expresar su arte. Anna Pavlova, Nijinsky o Nureyev forman parte de la cima del ballet; son los grandes de todos los tiempos. De los primeros se guardan unos recuerdos míticos por el tiempo que hace que vivieron y de los que apenas quedan crónicas o libros biográficos. 
Pocos bailarines han despertado tanta curiosidad y admiración a lo largo de la historia como Nijinsky. A él, a su obra, a su persona, va dedicada esta publicación. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!
Nijinsky con el vestuario de Les Orientales. Fotografía de Eugene Druet (1911)
Nijinsky está considerado el mejor bailarín de todos los tiempos, el Dios de la danza. Nadie ha sido tan admirado como él por sus revolucionarias danzas y coreografías, por su forma de interpretar y traducir la música con el movimiento de su cuerpo y por una capacidad para los saltos deslumbrante.
Vaslav Nijinsky nació en Kiev el 12 de marzo de 1889 hijo de bailarines procedentes de Polonia. Fomá, su padre, tenía una gran facilidad para los saltos, además de un carácter irascible con frecuentes brotes de violencia. Su madre Eleonora era hija de un adinerado terrateniente que se suicidó después de perder su fortuna en el juego. Se sintió obligada a casarse con Fomá, soportando sus agresivos modos, intentando no tener hijos para poder seguir bailando y consiguiendo mantener su carrera pese a tener tres hijos en cinco años: Stanislav, Vaslav y la pequeña Bronislava. El mayor tuvo una caída accidental desde una ventana con cuatro años que le ocasionó daños cerebrales graves además de frecuentes estallidos de violencia.
En 1902 Nijinsky entró en la Escuela Imperial de Danza donde se graduó en 1907 tras confesar su profesor Oboukhov que no tenía nada más que enseñarle. Tras ingresar en el Ballet del Teatro Mariinskifue expulsado al negarse a ponerse los tradicionales calzones con los de los bailarines debían salir a escena. 


Nijinsky en 1907, el año en que se graduó.
En esa circunstancia entra a formar parte de la compañía de Diaghilev quien lo llevó a su primera gira a París. Los que luego serían los famosos Les Ballets Ruses llegaron a la capital francesa en unos momentos de cambios y convulsiones entre la danza clásica y la moderna y allí Nijinsky aceptó el reto de dar protagonismo al papel del bailarín frente al predominio que había en aquellos momentos de las bailarinas.
El siguiente enlace nos muestra algunas de sus caracterizaciones de aquella época con la música de la Danza Árabe de El Cascanueces de Tchaikovsky y la presencia en una de las últimas fotos del poeta Baudelaire.


Amante de Diaghilev llegó a escribir: "Tenía 19 años cuando lo conocí. Lo amaba sinceramente y cuando me decía que el amor de las mujeres era una cosa horrenda, le creía. Si no le hubiera creído no habría podido hacer lo que hice."
El tándem Diaghilev-Nijinsky junto con las coreografías de Fokine conquistó a partir de 1908 París y, por extensión, toda la Europa occidental con obras como El Espectro de la Rosa, Le festin, Le pavillon d'Armide, El preludio a la siesta de un faunoSheherezade, Petruska o La consagración de la primavera
El vídeo que sigue es un trabajo de Christian Comte titulado The Russian ballet of Nijinsky exhibido en la Fondation Louis Vuitton con la música del Capricho 24 de Niccolo Paganini. En él podemos apreciar a partir de pocas imágenes y una post-producción digitalizada algunas de sus participaciones en estas coreografías. 


En 1912 se estrenó el ballet basado en L'aprés midi d'un Faune (El preludio a la siesta de un fauno) de Claude Debussy, inspirado a su vez en un poema de Mallarmé. Para este ballet, Diaghilev le encargó por primera vez una coreografía y estas son las únicas imágenes que existen de sus representaciones, tratadas nuevamente de forma digital.


Nijinsky pasa de ser un intérprete al creador que diseña la danza. Para ello se inspira en bajorrelieves griegos y rompe el vestuario con tutús y el paso clásico en puntas haciendo que los siete bailarines se muevan con las rodillas dobladas, los pies planos y con el apoyo del talón en el suelo para finalizar el movimiento en los dedos. El cuerpo debía ser colocado de frente al público con la cabeza y los miembros de perfil y los brazos colocados en ángulos.
El decorado representaba un lago bordeado de árboles, obra de León Bakst, en cuyo centro se encontraba el fauno Nijinsky con unas mallas con manchas animales y acompañado de unas ninfas descalzas, con túnicas plisadas y pelucas doradas. No hay saltos ni frenesí, los gestos parecen más animales que humanos, descansando sobre los codos, caminando con el cuerpo inclinado, avanzando y retrocediendo, a veces lenta, en ocasiones precipitadamente. Al inicio es una estatua recostada, indolente, sobre una roca, con la pierna doblada y la flauta. Acaricia un tela con voluptuosidad y termina con una masturbación simulada sobre ella.
El escándalo fue tremendo con gritos, abucheos y aplausos encendidos. El propio Debussy corrió fuera de la sala exclamando: "Ha interpretado de una forma grosera la palabra satisfacer." El escultor August Rodin publicó una declaración en la prensa: "Nijinsky es un genio; Diaghilev otro; el Preludio, arte, y quien no esté de acuerdo, un retrógrado." Más adelante dirá también: "Su belleza es la de los frescos y la escultura antiguos; es el modelo ideal, el que uno quiere dibujar y esculpir."
Poco tiempo después, Nijinsky posará en el estudio de Rodin.


Nijinsky. Escultura de August Rodin
El poema de Mallarmé traducido en música por Debussy y en Poema coreográfico por Nijinsky reza así:


¿Quizás yo un sueño amaba?
Un fauno descansa casi dormido.
Surgen ninfas que lo tientan y desaparecen.
Un velo abandonado le complace los sueños.
Y finaliza
Oh par, adiós, ¡la sombra miro en que se deshaces!

Pese a que no quedan filmaciones de la representación original, la coreografía se representa en ocasiones, especialmente desde la recuperación que realizó otro de los grandes bailarines del siglo XX, Rudolf Nureyev.
La película documental de 2005 de la BBC Riot at the Rite (algo así como Alboroto en el Rito), dirigida por Andy Wilson, que cuenta la creación y estreno de La Consagración de la Primavera de Stravinsky dedica una escena a la recreación del estreno de L'aprés midi d'un Faune el 29 de mayo de 1912 en el Theatre du Chatelet de Paris.


Juan Antonio Vallejo-Nágera es de esas personas que nos recuerdan a los autores del Renacimiento por su versatilidad. Rafael de Penagos lo definió como un "humanista que nos ha llegado a través del túnel del tiempo." Médico psiquiatra, pintor, escritor, encuadernador, ameno conversador, su obra publicada va desde los libros científicos a los de divulgación cultural como Naïfs españoles contemporáneos, Locos egregios, Mishima o el placer de morir, Concierto para instrumentos desafinados o Yo, el rey con la que obtuvo el Premio Planeta en 1985.
En Locos egregios repasa la vida de personajes como Maquiavelo, Abderrahman III, Juana la Loca, Benvenuto Cellini, Caravaggio, el dúo formado por Schikaneder y Mozart, Goya, Schumann, Liszt, Adolf Hitler o Rudolf Hess, dedicando un capítulo a la figura de Nijinsky.


Nijinsky con el vestuario de Seherezade

A partir de ese momento de la vida de Nijinsky los acontecimientos, las emociones y las situaciones se precipitan de forma sorprendente.
Tras el estreno de Preludio a la siesta de un fauno y La consagración de la Primavera de Stravisnky, en 1913 Nijinsky embarca para una gira hacia Sudamérica sin la presencia de Diaghilev donde se casa en Buenos Aire inesperadamente con Romola Pulszky, una aristócrata húngara enamorada de su trabajo y que llegó a seguirlo por medio mundo en sus actuaciones. La sorpresa y la furia de Diaghilev le hizo romper fulminantemente el contrato con el bailarín. Este intentó que su esposa aprendiera algo de ballet, pero vio que no tenía facultades. El matrimonio tuvo una hija al año siguiente. En Buenos Aires en 1917 olvidó la coreografía de El espectro de la Rosa que tantas veces había bailado y en Montevideo estuvo a punto de no salir a escena. Al comienzo de la Gran Guerra lo declararon enemigo por su ciudadanía rusa y estuvo en arresto domiciliario hasta que los ballets rusos prepararon una gira por Estados Unidos y requirieron sus servicios nuevamente. Tras unos meses de negociación por parte de Diaghilev y un intercambio de prisioneros, Nijinsky llegó a Nueva York para incorporarse al elenco.
Admirado y aclamado, tras manifestar algunas extrañas conductas, en enero de 1919 dio un recital en el hotel Suvretta House de St. Moritz en beneficio de la Cruz Roja.
Dejemos que sea Vallejo-Nágera quien lo relate en su capítulo dedicado al bailarín en Locos Egregios.


Vallejo-Nágera continúa el relato.


Fue la última aparición pública de Nijinsky. Acababa de morir para la danza y para el público que lo admiraba e idolatraba.
A partir de ese momento, la adoración de Romola se convirtió, a su manera, en abnegación y lo llevó al mejor psiquiatra: Ernst Bleuler en Zurich tras hablar dos horas con ella y al día siguiente apenas diez minutos con Nijinsky le indicó: "Hija mía, debe ser usted valiente. Hay que separar inmediatamente a la niña, y le conviene tramitar el divorcio. Por desgracia, no puedo hacer nada. Su marido es un alineado incurable. Lamento ser tan brutal, pero tengo que salvarla a usted y a la niña. Dos vidas. Por él no podemos hacer nada." El diagnóstico de esquizofrenia, en aquella época, no tenía tratamiento.
Romola, incansable lo llevó a los más famosos psiquiatras. En Suiza visitó a Forel ("No se puede hacer nada."), Jung ("No hay esperanza en el estado actual de la ciencia."). En Viena lo visitó Sigmund Freud ("El psicoanálisis no es eficaz en los casos de esquizofrenia.") y Wagner-Jauregg ("Mientras un esquizofrénico tiene períodos de agitación, queda esperanza de mejoría.").
Desde 1919 hasta su fallecimiento, Nijinsky estuvo ingresado en distintas instituciones, se probaron las más variadas terapias y curas como el tratamiento por choque insulínico que no tuvieron éxito, aunque en determinados momentos lograron que saliera de su aislamiento y mostrara cierto interés.


Caracterizado como Petruska, sus restos descansan en el cementerio de Montmartre en París


Durante los primeros años, Nijinsky llevó un diario que muestra un registro único y detallado de la lucha entre la parte cuerda y la dañada de su personalidad, evidenciando cómo su lucidez se ve dañada por fuerzas destructivas internas.
El diario está compuesto por cuatro cuadernos con los títulos Sobre la vida, Sobre la muerte, además de dieciséis cartas que nunca se enviaron, catorce de ellas a algunos de sus amigos y las dos últimas dirigidas A la humanidad y A Jesucristo. En él registró sus pensamientos y sentimientos en un momento en que su sentido de la realidad y su identidad personal se estaban descomponiendo por el peso de las enormes presiones emocionales que estaba sobrellevando.
Años más tarde, Romola las publicó con el título de Vaslav Nijinsky. Diario
En 1939, durante la mejoría que experimentó en la primera fase del tratamiento por choque insulínico, Romola invitó al coreógrafo Serge Lifar al sanatorio para bailar ante Nijinsky, quien experimentó cierto interés e incluso llegó a realizar uno de sus saltos. Lifar comprobó que algunos espasmos, gruñidos y una grave falta de coordinación mostraban tal degeneración neurológica que era impensable pensar en que la danza lo ayudara. Aún así, Romola convenció a un grupo de admiradores adinerados para que sufragaran una fundación para financiar el tratamiento de su esposo.

El último salto de Nijinsky
De esta visita quedaron recogidas esta y otras imágenes que fueron publicadas en las revistas Paris Match y Life tal como se recoge y se pueden ver en el artículo El último salto de Nijinsky, aunque con un tono general en el artículo, con toda probabilidad sugerido por Romola, que abría la posibilidad del regreso de Nijinsky a la vida pública.
La última imagen que se publicó del Dios de la danza fueron estos segundos grabados en 1945 en Viena. Quizás sean sus únicas imágenes en vídeo, sin tratamiento digital, que existen.


Tras unos años residiendo en Inglaterra en mansiones de admiradores y amigos, Nijinsky falleció en 1950 a los sesenta años de edad. Era necesario que muriera para pasar a convertirse en un personaje inmortal, el máximo exponente de la danza en toda la historia. El Dios de la danza.
Terminamos con un extracto del ballet Nijinsky del que John Neumeier es responsable de la coreografía, el decorado y el vestuario. En él se recogen los distintos Nijinsky, su último baile en St. Moritz, sus éxitos como bailarín y coreógrafo, sus personalidades, tanto las reales como las artísticas; sus deseos, sentimientos y dudas; los personajes que lo acompañaron en su vida artística y sentimental. 
La música surge, cómo no, de los grandes éxitos que lo acompañaron. En esta escena se nos presentan con la música de Sheherezade de Rimsky-Korsakof el propio Nijinsky y Romola, el Fauno, el Espectro de la Rosa, el público burgués que llenaba los teatros para asistir a sus representaciones, él mismo disociado en los distintos yo que conformaban su personalidad, juntos, a la vez e incidiendo unos sobre otros.
El elenco está formado por Alexandre Raibko, Anne Lauderer, Carsten Jung, Lloyd Riggins, Alexandre Trusch y Carolina Agüero pertenecientes a The Hamburg Ballet, con la Hamburg Philharmonic State Orchestra y la dirección musical de Simon Hewett.



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Bibliografía y páginas web interesantes:

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