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Aleteo de mariposas

Admiramos las mariposas. Nos permiten seguirlas con nuestra mirada mientras las observamos y nos recreamos en su vuelo. De cuantos insectos existen es, con toda seguridad, el más aclamado por su belleza y singularidad, hasta tal punto que ha servido de inspiración y modelo para distintos autores.
Pertenecientes al grupo de los insectos lepidópteros, las mariposas siempre han sido objeto de nuestra admiración. Su colorido, su vuelo, su ciclo vital con la metamorfosis que la hace pasar de oruga a mariposa, estos seres pasan por nuestras vidas cumpliendo su función polinizadora, a la vez que nos sirven como modelo y como metáfora. 
Su aleteo se ha comparado en muchas ocasiones con el parpadeo de los ojos amados, su vuelo con la gracilidad de lo leve y etéreo, sus rítmicos y erráticos movimientos con la libertad de quien deambula por donde desea; su metamorfosis con un canto a la belleza o a la transformación que realizamos en nosotros mismos, y su colorido con las gamas más atrevidas que nos ofrece la naturaleza.
Te propongo un paseo alrededor de las mariposas, su mundo, sus características y la inspiración en el arte. Nos acompañan, como siempre, obras literarias y musicales. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!
Salvador Dalí. Paisaje con Mariposas, 1956
Comenzamos nuestro paseo entre vuelos de mariposas con la consideración del insecto que naciendo de un huevo, surge como oruga para pasar a crisálida y terminar como mariposa. ¿Sienten en qué estado están? ¿Son el mismo ser, o seres distintos?
Un microrrelato de Chuang Tzu (literalmente El maestro Chuang), filósofo taoísta chino del siglo IV antes de Cristo, se acercaba ya a estas oníricas sensaciones. 


Como desconociendo aún en qué fase de su metamorfosis vital se encuentra, si como oruga, crisálida o ya mariposa, Elisey Mysin, un niño prodigio ruso que apenas cuenta nueve años interpreta The Butterfly (La mariposa), un estudio de concierto para piano de Calixa Lavallee.
Oiremos hablar de Elisey Mysin, un talento que debutó con 6 años en el Royal Festival Hall de Londres y que no sólo toca el piano, sino que con esa edad interpretó uno de los conciertos de Mozart con una cadencia creada por él mismo.

La ligereza, la suavidad y la ligereza son condiciones que reconocemos a las mariposas y que vienen asociadas a una evocación que permanece fresca en nuestra memoria y nuestras ensoñaciones. 
Ryunosuke Akutagawa, un escritor que desarrolló su obra tras la primera guerra mundial y que está considerado como el creador del relato corto japonés, nos ofrece su mirada breve, sutil y persistente.



Dentro de sus Mélodies de Jeunesse (Melodías de juventud), Claude Debussy incluyó una canción a partir de uno de los poemas de Théophile Gautier titulada Les papillons.
La soprano Sandrine Piau acompañada por Jos van Immerseet con un piano Erard de 1897 interpreta una versión de Les papillons, una obra compuesta por el autor francés en 1881.



Poco a poco, en nuestra infatigable y suicida labor de destrucción de nuestro planeta, vamos eliminando bosques, suprimiendo terrenos no útiles para la agricultura, aprovechando todo cuanto la naturaleza nos ofrece para darle, según nuestro criterio una utilidad, arrinconando la naturaleza en espacios limitados, como se hizo con los indios de Norteamérica, limitándolos a la vida en las reservas. 
Así, el hábitat de las mariposas va reduciéndose, alejándose también de nuestra visión. Pero la naturaleza, con su fuerza, regresa cuando puede a lo que eran sus lugares y, con ella, las mariposas se dejan ver en determinados momentos en las ciudades.



En el libro Cortázar para principiantes, Carlos Polimeni y Miguel Rep relatan que el día que murió en París el escritor argentino, el 12 de febrero de 1984, en Buenos Aires se produjo un acontecimiento extraño, una invasión de mariposas. Los científicos adujeron que una oleada de calor procedente de una zona rural cercana las llevó allá en busca de fresco. El fenómeno no ha vuelto a verse de nuevo pese a la repetición de las circunstancias meteorológicas, por lo que los autores del libro escribieron: "Era un domingo y fue un hecho excepcional que nunca se repitió. Es algo simbólico pero no a cualquier autor le cae esa analogía, que el día de su muerte, las mariposas invadan Buenos Aires." 
Así, entre su migraciones y movimientos, ocasionalmente vemos alguna mariposa que nos sorprende con presencia en las ciudades. De tal manera, entre edificios, automóviles, cemento y contaminación, ocasionalmente surge alguna mariposa que nos hace dirigir por unos momentos la mirada lejos de nuestra ajetreada vida.
La nonagenaria poetisa uruguaya Ida Vitale nos las evoca en uno de los varios poemas que dedicó a las mariposas.


Robert Schumann dedicó una obra tan temprana como su Opus 2 a las mariposas con el título Papillons. Se trata de una obra formada por una introducción y doce piezas: nueves valses, dos polonesas y un final. Meses más tarde, se inspiró en esta obra para parafrasearla en su Opus 9, la conocida obra Carnaval.
La ligereza y la fragilidad se dejan oír y se ven en la partitura a base de corcheas y semicorcheas. con que el compositor alemán representa su vuelo.


Alfonsina Storni, la poetisa argentina inscrita en el movimiento del Modernismo, protagonista de la emotiva Alfonsina y el mar en que la reconocemos en su final, nos introduce en un nuevo acercamiento a las mariposas. En esta ocasión, estos elegantes insectos sirven como elementos de metáforas e imágenes literarias más que como animales en sí mismos.
El amor, cuya imagen más recurrente es la del aleteo de las mariposas en nuestro interior, sirve a escritores y, de manera especial, a poetas como recurso literario. Aquí, Storni en el octubre de la primavera austral siente la llegada del amor como mariposas unidas a soles, ríos, lunas y montañas. La fuerza frente a la delicadeza, el arrebato ante el sosiego, la pequeñez ante la enormidad aparecen y transitan por este poema. La mariposa se convierte, como en una nueva metamorfosis, en imagen.



La primera obra compuesta por Gabriel Fauré fueron dos canciones para voz y piano a partir de poemas de Victor Hugo. Le papillon y la fleur (La mariposa y la flor) y Mai (Mayo) fueron las dos primeras obras que, entre 1861 y 1862, sirvieron para dar a conocer la figura de uno de los grandes compositores del siglo XIX francés.
La interpretación corresponde a un audio de la maravillosa soprano Elly Ameling con acompañamiento al piano de Dalton Baldwin grabado entre 1970 y 1974 para la compañía discográfica WMG.





Pero si hay un escritor que sienta no sólo admiración por las mariposas como imagen o como recurso literario, sino como pasión, ese autor es Vladimir Nabokov.
El escritor ruso, que para el gran público ha pasado a la historia por ser el controvertido autor de Lolita, fue uno de los grandes intelectuales de la literatura de mediados del siglo XX. Según él mismo confesaba, si no hubiera existido la Revolución Rusa, él habría seguido siendo un apasionado entomólogo especializado en lepidópteros, grupo al que pertenecen las mariposas.
Ferviente buscador de mariposas desde su infancia, él mismo lo reconocía. "He cazado mariposas en diversos climas y con diversos disfraces: como guapo niño con pantalones cortos y gorra de marinero; como larguirucho expatriado cosmopolita con pantalones anchos de franela y boina; como gordo anciano de calzón corto y cabeza descubierta." Tanta fue su pasión que dedicó su tiempo libre a recorrer lugares donde poder encontrar mariposas en todas las latitudes de nuestro planeta, hasta tal punto que hoy siete variedades de mariposas llevan su nombre por haber sido descubiertas por él, Nabokovia
Vicent Van Gogh. Jardín con mariposas, 1888
Esta pasión no podía quedar fuera de sus escritos, apareciendo en multitud de ellos. En uno de sus relatos, Aureliana, Nabokov muestra esos sueños apasionados de entomólogo alrededor de todo el mundo.
Aunque los científicos sean los mayores ecologistas y defensores de la biodiversidad, la mariposa nos muestra aquí una nueva imagen, la de un ser vivo que se transforma en objetivo de coleccionista.
Dimitri Nabokov, hijo del escritor, recuerda que su padre, en el lecho de muerte lloró al ver una mariposa volando tras la ventana. Fueron sus últimas lágrimas.


Si Nabokov es el escritor más apasionado por las mariposas, la obra que no podía faltar en este recorrido por los lepidópteros es la ópera de Giacomo Puccini.
Madama Butterfly fue el mayor fracaso en un estreno de Puccini. Tanto que decidió modificar el segundo y último acto y transformar la ópera en tres actos, con una escena de tensa espera que uniera los dos últimos.
Pablo Picasso. Le papillon
En el final del primer acto de esta ópera, Puccini ofrece un dúo de amor entre Butterfly y Pinkerton. Conocemos que Cio-Cio-San, la joven novia está enamorada y que el teniente está por momentos entregado, pero no nos engañemos. Él es un desalmado como ha demostrado desde el comienzo de la obra y quedará manifiestamente claro en el segundo acto. Aún así, por momentos se muestra elegante y tierno en su seducción. Ahí duele aún más al espectador que duda si entrar o no entrar en un juego de palabras, músicas y miradas tan seductoras. Si entrar creerle o no. Continuamos, pues, este paseo entre aleteos de mariposas con el dúo final del primer acto de Madama Butterfly Vogliatemi bene (Amadme, por favor) con la interpretación en estudio de Angela Gheorghiu como Butterfly y Jonas Kaufmann como Pinkerton dirigidos en Roma en 2008 para una grabación de EMI por Antonio Pappano

 

Precursor del modernismo en Colombia en los años finales del XIX, José Asunción Silva nos sigue adentrando en la imagen de las colecciones de mariposas, la prisión de lujo de tantos insectos, la belleza que debe pagar con su vida el lugar que ocupa, aunque las intenciones sean científicas y busquen la conservación de la especie.
La mirada de Silva observa con afecto y cariño, como en el tiempo en que fue escrito, la visión de una colección, sus reflejos, las emociones que provoca.


Quizás uno de los momentos más intensos de Madama Butterfly sea Un bel di vedremo (Un bello día veremos), el aria con que Cio-Cio-San se niega a reconocer que Pinkerton, su esposo americano, la ha abandonado y regresará un día con ella.
Nos despedimos con esta intensa aria del Acto II de Madama Butterfly. En las óperas no existen los spoilers. Los argumentos se saben, se conocen desde antes de comenzar. De hecho, es una costumbre entregar unas notas de mano con el argumento de cada obra al entrar en el teatro. Aquí se sabe cómo comienza y cómo finaliza cada obra. 
La interpretación de Un bel di vedremo corresponde a la película de animación L'Opera imaginaire (La ópera imaginaria) que hemos puesto en otra ocasión, pero que viene a reforzar esta última imagen de las mariposas cazadas y expuestas en colecciones. 
La producción está dirigida por Jonathan Hills y la interpretación corresponde a la soprano Felicia Weathers.


Con seguridad, cuando veas una mariposa no dejarás de acordarte estas obras.

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Bibliografía y webgrafía consultadas:
  • www.kareol.es: Letras y traducciones de óperas y música vocal.
  • Batta, András. Ópera. Compositores, obras, intérpretes. Könemann Verlagsgesellschaft mbHl, 1999, Colonia (Alemania).

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