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Shakespeare sigue por aquí

¿Qué puede decirnos ahora Shakespeare? ¿Tiene algo que aportar a nuestra vida hoy en día? 
Tres miradas sobre Shakespeare nos acompañan en esta entrada. La primera, sobre la importancia de su obra. La segunda con una de las páginas más reconocidas del propio autor, una constante en la mayoría de los seres humanos, la duda, de Hamlet. La última mirada, musical, nos acerca a la obra de uno de los compositores que más admira la obra del dramaturgo inglés, Verdi y su ópera Otello.


En muchos lugares de todo el mundo, un autor que vivió hace más de cuatrocientos años aún está vigente y sus obras se representan porque aún tienen algo que decirnos. 
Además de las tablas de un escenario, el cine también se ha acercado a su obra y su vida: Julio César, Macbeth, El sueño de una noche de verano, Ricardo III, Enrique V, El mercader de Venecia o Mucho ruido y pocas nueces y adaptaciones de otras obras han sido grandes éxitos de taquilla. Personalidades del séptimo arte como Joseph L. Mankiewicz, Kenneth Branagh, Laurence Olivier, Orson Welles o Al Pacino han adaptado, dirigido o interpretado obras suyas. Shakespeare in love o Anonymous han indagado en el personaje y su biografía, sus misterios y su grandeza.

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Harold Bloom es uno de los más controvertidos y ácidos divulgadores de las últimas décadas, un autor, crítico entre los críticos, que con su obra El canon occidental propuso un listado con los 26 escritores más influyentes de nuestra cultura.
A él pertenece esta reflexión sobre la importancia de la obra de Shakespeare.


Pocas cosas se saben con certeza sobre la vida de William Shakespeare; el personaje, el autor es más conocido que la persona. Su figura está por encima de todas las inglesas y no sólo de la literatura, sino también de otros ámbitos: Newton, Cromwell, Dickens o Bacon tienen menos notoriedad e influencia que el dramaturgo.
Shakespeare no ha sido superado por otro escritor, quizás sólo Dickens se le acerque. Poeta, historiador a su manera, filósofo de la condición humana, sus obras se mueven entre lo más elevado y lo más miserable de los seres humanos: el amor, la ternura, el horror, el odio, los celos, la traición o la duda.
Buceó en historias y personajes del pasado, de otros lugares y distintas condiciones sociales para dar una mirada más precisa y real de la sociedad y el momento en el que vivió.


Shakespeare y sus obras


Uno de sus biógrafos, el francés Edmon Gose escribió sobre él: "Todo cuanto significa la vida se encuentra en Shakespeare. En él se manifiesta esa expresión de llevar sus propias aventuras, sus instintos, sus deseos, a la brillante claridad del entendimiento, de dar realidad a lo que nunca existió. El don que lo hace único entre los poetas es su aptitud para observarlo todo, para no olvidar nada, para combinar impresiones de una variedad compleja y definida y para saber darles forma y expresión"
La tragedia de Hamlet, príncipe de Dinamarca es, casi con toda seguridad, su obra más conocida, una tragedia que discurre alrededor de la locura, la fingida y la real, adentrándose en temas como la venganza, la traición o la corrupción de la moral. De toda la obra, la escena en la que el protagonista expresa sus dudas es la más conocida. Una duda que traspasa la personalidad del príncipe para adentrarse en la de cada uno de nosotros, nuestros deseos, interpretaciones del sentido de la vida, creencias e incluso el ser y no ser de razones como nuestro trabajo, economía o relaciones personales.



Pocos compositores hay tan apasionados de la obra de Shakespeare como Giuseppe Verdi. Lector desde muy joven del dramaturgo inglés, llegó a componer varias óperas adaptadas de sus obras como Macbeth, Otello y Falstaff
En Shakespeare, Otelo, el moro de Venecia es un personaje grande, majestuoso, un hombre bravo, valiente, enérgico, que sobresale entre los demás, pero... es negro. Y frente a la inocencia, el amor simple, la elegante blancura, la vida entre el bien que es Desdémona, de pronto, el héroe se convierte en monstruo y el negro en un cruel salvaje. Y junto a ellos, Yago, la encarnación del mal, la oscuridad, la mentira, la venda que ciega los enamorados ojos de Otelo y lo conduce a la desesperación y al crimen.

La adaptación del drama a la ópera Otello tuvo una larga gestación, dedicándole alrededor de siete años desde que comenzó su preparación hasta su estreno. Verdi colaboró intensamente en el guión, como era habitual en él, mientras Arrigo Boito hizo una labor exquisita, transcribiendo en algunas partes casi literalmente y respetando en todo momento el espíritu de la obra original.
Shakespeare y la música

El tema de los celos es el motor principal de la obra, pero también se centra en la profunda y destructiva historia de dos de sus protagonistas. Por un lado Otello, un personaje desquiciado por la fuerza de los celos; por otro, Yago, destruido en la envidia, uno de los más funestos personajes del mundo de la ópera.
El propio compositor se encargó de gestionar la puesta en escena. En primer lugar, seleccionando el teatro donde estrenarla que, tras muchas negociaciones fue el Teatro Alla Scala de Milán, que desembolsó una fuerte cantidad para hacerse con el que se pensaba que sería el "último" estreno de un Verdi que contaba con ¡74 años de edad! También consiguió poder seleccionar la totalidad del reparto, eligiendo a los cantantes que deseaba, así como el ritmo de los ensayos y la fecha del estreno que finalmente fue en febrero de 1887.
Otello es una obra moderna en el sentido que rompe los esquemas habituales de arias, coros, dúos... para ser un drama musical, una obra continua, sin números que finalizan y buscan el aplauso, sino una unión de la palabra y la música con una riqueza de sonoridades y colores que acentúan la intensidad del drama que cuenta con sobriedad y sencillez, algo tan alcance de pocos como Verdi o Shakespeare.
El estreno quedará para la historia de la ciudad de Milán. Una multitud rodeaba la Scala y las calles deseando aclamar a Verdi, los balcones se adornaron con banderas y colgantes y durante todo el día resonó por los alrededores el consabido grito ¡Viva Verdi! El estreno fue apoteósico, con aplausos y vítores interminables del público. Al finalizar, la multitud desenganchó los caballos del coche de Verdi y lo empujaron entre todos hasta el Gran Hotel donde residía. Varias veces tuvo que salir al balcón de su habitación a saludar junto con los cantantes. Tamargo, el tenor que interpretó a Otello, tuvo que cantar desde allí mismo y la música, los gritos y aplausos duraron hasta las cinco de la mañana. Un septuagenario concitó una escena que hoy en día sólo podemos imaginarla entre algunos deportistas, actores o cantantes rodeados de fans adolescentes.
Verdi - Otello


El enlace recoge el IV acto completo. Comienza con la llamada Canzone del Salce (Canción del Sauce) y sigue con el Ave María, ambas cantadas por Desdémona. Continúa con la entrada de Otello y el final que todos conocemos. El libreto y su traducción sólo contemplan las dos piezas interpretadas por la protagonista femenina. El resto del acto, si quieres seguirlo, es fácil de hacerlo sin tener el texto del libreto. 



El enlace es una producción del Royal Opera House del Covent Garden londinense de 1983 que, bajo la dirección de Sir Colin Davis, registra una delicada interpretación de la soprano neozelandesa Kiri te Kanawa en el papel de Desdémona y Elizabeth Bainbridge en el rol de Emilia. Más tarde aparecerá James McCracken como Otello
Kiri te Kanawa, en la práctica retirada de la escena, es una de las grandes intérpretes de las últimas décadas del siglo XX, una cantante elegante, con una dicción exquisita y un extenso repertorio en el que destaca su participación en las obras de Richard Strauss.


Fuente: Kareol.es

Finalizo esta entrada con las preguntas del inicio: ¿Qué puede decirnos ahora Shakespeare? ¿Tiene algo que aportar a nuestra vida hoy en día? 
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2 comentarios:

  1. Hola Miguel.
    Felicidades por el tratamiento que das a la obra de Shakespeare, un "grande" entre los "muy grandes" de la literatura universal que supo comprender y lo más dificil, reflejar la naturaleza humana en su cruda realidad, por lo que respondiendo a tu pregunta, yo diría que si tiene mucho que decir, pues los temas tratados en sus obras tienen plena vigencia hoy en día.
    Del Otello de Verdi poco hay que decir, salvo quizás que es uno de los más logrados maridajes entre literatura y música.
    Enhorabuena Muguel por este gran post-
    Un abrazo :-)

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  2. Gracias por tu comentario, Javier.
    La vigencia de Shakespeare está en que lo que dice no afecta sólo a la trama de la obra, sino que nos atañe a todos. Siempre habla sobre la condición humana, sus miserias y grandezas, sus defectos y virtudes, sus glorias y sus penas. A cada momento encuentras una de esas frases que te hablan a ti y no puedes olvidar.
    Un abrazo :-)

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