Lo sublime emociona, lo bello encanta. Lo grandioso sobrecoge, lo menudo acompaña. La oscuridad o el silencio son emociones sublimes.
En esta ocasión te propongo un acercamiento a las ideas de lo sublime con reflexiones de autores como Kant y Burke, en oposición a un personaje duro y despiadado como el barón Scarpia de Tosca marcando un contraste entre sus reflexiones y acciones.
El alemán Immanuel Kant es posiblemente el filósofo más influyente en la metafísica moderna. En La crítica de la razón pura reflexiona sobre el conocimiento, con el fin de hacer una crítica de la razón para comprobar la posibilidad de que la metafísica ayude a conocer de manera científica a Dios, el Mundo y el Yo. Para él, el conocimiento científico es necesario, universal y progresivo.
En esta entrada, traigo un texto suyo sobre lo sublime.
Conocido fundamentalmente por sus escritos de tipo político, el irlandés Edmund Burke publicó en los inicios de su carrera un libro con tintes filosóficos dedicado a las ideas de lo sublime y la belleza, enmarcado dentro de un pensamiento que giraba en torno a los conceptos de la paz y la virtud de disfrutar de lo simple.
En Indagación filosófica sobre el origen de nuestras ideas acerca de lo sublime y de lo bello, publicado en 1757, Burke indaga sobre estos conceptos, indicando la importancia que tienen para ellos el dolor, el placer y la muerte.
Esta reflexión con lo sublime contrasta con la música que lo acompaña. Tosca es posiblemente la más dramática ópera de Giaccomo Puccini, la obra donde con más crueldad la realidad aplasta las ilusiones, y donde se mezclan en mayor grado los deseos con los engaños y la traición.
Aunque las piezas más reconocidas de esta ópera son Visi D'arte, el aria de Tosca en el segundo acto, la desesperada E lucevan le estelle o Recondita armonia, la primera romanza de la obra, ambas interpretadas por Cavaradossi, en esta entrada vamos a fijarnos en otra pieza.
No hay una ópera que se sitúe en un contexto más concreto en el espacio y el tiempo. Tosca transcurre entre la mañana del 17 de junio de 1800 y el amanecer del día siguiente. Los lugares en tres puntos cercanos de Roma: El primer acto en la Iglesia de Sant'Andrea della Valle, el segundo en el Palacio Farnese y el tercero en la explanada superior del Castell Sant'Angelo.
El barón Scarpia es uno de los personajes más impactantes del mundo de la ópera, fundamental, más que la propia Tosca o Cavaradossi en la obra.
Es además un personaje difícil de interpretar. El barítono que lo lleve a escena no sólo ha de tener buena voz, su presencia en escena debe resultar impactante. Tiene que dejar en la memoria del espectador un personaje odioso, que genere miedo; ha de ser despiadado, sutil, maquiavélico, cruel y mentiroso, a la vez que lujurioso. El espectador debe salir con la sensación de que Scarpia es el más perverso de los personajes que haya visto jamás.
El primer acto finaliza con un efectivo e impresionante Te Deum. Puccini utiliza una antigua composición suya que hace cantar a la multitud en una procesión en el interior de la iglesia. Es efectista el contraste entre este canto religioso y los deseos incontenibles del barón Scarpia, enamorado de Floria Tosca, que canta, casi declama, en el momento culminante del Te Deum, la expresión Tosca, mi fai dimenticare Iddio! (¡Tosca, haces que me olvide de Dios!).
Ruggero Rimondi, a quien tuve la suerte de escuchar por primera vez hace unos años en unos inolvidables Cuentos de Hoffmann en el Teatro Maestranza de Sevilla, sabe recrear con una crudeza impresionante el duro papel de uno de los más crueles personajes de la ópera, el barón Scarpia, jefe de la policía romana.
El enlace pertenece a una representación de Tosca en el festival Arena de Verona de 2006 con la dirección de Daniel Oren.
En esta ocasión te propongo un acercamiento a las ideas de lo sublime con reflexiones de autores como Kant y Burke, en oposición a un personaje duro y despiadado como el barón Scarpia de Tosca marcando un contraste entre sus reflexiones y acciones.
El alemán Immanuel Kant es posiblemente el filósofo más influyente en la metafísica moderna. En La crítica de la razón pura reflexiona sobre el conocimiento, con el fin de hacer una crítica de la razón para comprobar la posibilidad de que la metafísica ayude a conocer de manera científica a Dios, el Mundo y el Yo. Para él, el conocimiento científico es necesario, universal y progresivo.
En esta entrada, traigo un texto suyo sobre lo sublime.
Conocido fundamentalmente por sus escritos de tipo político, el irlandés Edmund Burke publicó en los inicios de su carrera un libro con tintes filosóficos dedicado a las ideas de lo sublime y la belleza, enmarcado dentro de un pensamiento que giraba en torno a los conceptos de la paz y la virtud de disfrutar de lo simple.
En Indagación filosófica sobre el origen de nuestras ideas acerca de lo sublime y de lo bello, publicado en 1757, Burke indaga sobre estos conceptos, indicando la importancia que tienen para ellos el dolor, el placer y la muerte.
Esta reflexión con lo sublime contrasta con la música que lo acompaña. Tosca es posiblemente la más dramática ópera de Giaccomo Puccini, la obra donde con más crueldad la realidad aplasta las ilusiones, y donde se mezclan en mayor grado los deseos con los engaños y la traición.
Aunque las piezas más reconocidas de esta ópera son Visi D'arte, el aria de Tosca en el segundo acto, la desesperada E lucevan le estelle o Recondita armonia, la primera romanza de la obra, ambas interpretadas por Cavaradossi, en esta entrada vamos a fijarnos en otra pieza.
No hay una ópera que se sitúe en un contexto más concreto en el espacio y el tiempo. Tosca transcurre entre la mañana del 17 de junio de 1800 y el amanecer del día siguiente. Los lugares en tres puntos cercanos de Roma: El primer acto en la Iglesia de Sant'Andrea della Valle, el segundo en el Palacio Farnese y el tercero en la explanada superior del Castell Sant'Angelo.
El barón Scarpia es uno de los personajes más impactantes del mundo de la ópera, fundamental, más que la propia Tosca o Cavaradossi en la obra.
Es además un personaje difícil de interpretar. El barítono que lo lleve a escena no sólo ha de tener buena voz, su presencia en escena debe resultar impactante. Tiene que dejar en la memoria del espectador un personaje odioso, que genere miedo; ha de ser despiadado, sutil, maquiavélico, cruel y mentiroso, a la vez que lujurioso. El espectador debe salir con la sensación de que Scarpia es el más perverso de los personajes que haya visto jamás.
Iglesia de Sant'Andrea della Valle. Tras el andamio, lugar donde Puccini sitúa la capilla de los Atavanti |
El primer acto finaliza con un efectivo e impresionante Te Deum. Puccini utiliza una antigua composición suya que hace cantar a la multitud en una procesión en el interior de la iglesia. Es efectista el contraste entre este canto religioso y los deseos incontenibles del barón Scarpia, enamorado de Floria Tosca, que canta, casi declama, en el momento culminante del Te Deum, la expresión Tosca, mi fai dimenticare Iddio! (¡Tosca, haces que me olvide de Dios!).
Ruggero Rimondi, a quien tuve la suerte de escuchar por primera vez hace unos años en unos inolvidables Cuentos de Hoffmann en el Teatro Maestranza de Sevilla, sabe recrear con una crudeza impresionante el duro papel de uno de los más crueles personajes de la ópera, el barón Scarpia, jefe de la policía romana.
Autógrafo de Ruggero Raimondi |
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ResponderEliminarHola. buen contenidos genial?
¡Es un buen sitio web!
Gracias.
EliminarMe alegra que te haya gustado. Como ves, la idea del blog es unir literatura y música en cada entrega.
Saludos :-)