Las distintas disciplinas artísticas utilizan los mismos temas para mostrarnos la universalidad y la condición humana en sus producciones y, en muchas ocasiones realizan un trasvase de motivos entre unas y otras. Así, no es extraño que temas de la poesía o la novela sean tratados en la pintura, la música o la escultura, ni que temas filosóficos o relacionados con el pensamiento acaben en la música o la pintura. También es frecuente que argumentos de libros acaben en libretos de ópera o guiones de series o cinematográficos, que cómics acaben también en versiones de cine, ya sea con personajes de animación o actores reales.
En varias ocasiones hemos tratado en el blog sobre el uso de música de ópera en la gran pantalla en en La ópera en el cine y en La ópera en el cine 2 y en los anuncios comerciales, especialmente los de la televisiva en La ópera en la publicidad y en Publicidad, ópera y música.
Siguiendo la primera de las dos series nos acercamos en esta publicación a otro grupo de películas que han utilizado números de ópera en algunas de sus escenas, ya sea como mera referencia estética, como una forma de enriquecer la banda sonora o formando parte del argumento.
Te propongo una serie de producciones cinematográficas que utilizaron música de ópera con un reto: ¿Sabrías decir a qué película pertenecen una vez que escuches la música? ¿Recuerdas estas películas? Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!
La primera pieza que nos acompaña pertenece al grupo de aquellas que han tomado vida independientemente de la obra a la que pertenece. Nombrar Los cuentos de Hoffmann de Jacques Offenbach nos hace evocar, casi sin pensarlo y aunque no seamos aficionados a la ópera, a su famosa Barcarolla. Se trata de un dúo para soprano y mezzosoprano que corresponden a los personajes de Giulietta y Nicklausse del Acto III dedicada a la primera de ellas, aunque en ocasiones se lleva al acto siguiente, pues Offenbach no dejó fijada la estructura definitiva de la ópera y se suele montar según versiones distintas.
Ante un grupo de asistentes en un salón de Venecia, interpretan esta barcarolla Belle nuit, ô nuit d'amour (Bella noche, oh noche de amor) que no aparecía en la ópera original de Offenbach, aunque sí es de su autoría.
La versión que nos acompaña pertenece a un recital en concierto interpretado por la mezzosoprano Mariana Rewerski y el contratenor Damián Ramírez dirigidos por Patricia Pouchulu dentro de la producción Esplendor veneciano de la Asociación La Bella Música y grabado en el Teatro Avenida de Buenos Aires en noviembre de 2015.
¿Sabes en qué conocida película aparece?
Aunque esta música se llega a sacar del repertorio operístico y se suele interpretar en conciertos líricos como el que acabamos de presenciar, también es habitual encontrarla en su versión instrumental. También se ha llevado en diversas ocasiones a la gran y a la pequeña pantalla, además de aparecer en anuncios publicitarios, llegando a convertirse en una de esas piezas que solemos reconocer aún en el caso de que no sepamos ni su título ni la obra a la que pertenece.
De entre las veces que ha sido llevada a algún tipo de pantalla, nos quedamos con esa película tan particular, La vita è bella (La vida es bella, 1997), escrita, dirigida y protagonizada por el excesivo e histriónico cómico italiano Roberto Benigni y que nos narra cómo un padre protege a su hijo de los horrores de un campo de concentración haciéndole creer que cuanto sucede a su alrededor forma parte de un juego. De las varias ocasiones en que esta Barcarolla de Los cuentos de Hoffman aparece en la película, de cuya banda sonora forma ya parte, nos quedamos con la primera vez que el protagonista oye, casi de forma casual, esta pieza.
Junto con Cavalleria rusticana de Mascagni, Pagliacci (Payasos) de Ruggero Leoncavallo son las dos óperas más conocidas y representativas del Verismo italiano.
Compuesta con libreto del propio Leoncavallo, éste fue acusado de plagiar el libreto de La femme de Tabarin de Catulle Mendès, lo que retrasó su estreno hasta 1892 en que el gran Arturo Toscanini dirigió la prémiere de la ópera en el Teatro dal Verme de Milán.
Obra de teatro dentro del teatro, en el que el protagonista Tonio comienza confiando al público su filosofía de la vida y del arte y la paradoja entre el ser y la apariencia, entre la vida y el teatro, entre el hombre y la máscara que lleva. Así, la función que anuncia, una representación sobre el amor y los celos concluirá en un cruel asesinato por los celos en el amor.
La pieza más conocida de esta ópera es Vesti la giubba (Ponte el vestido), el aria desesperada en que Canio muestra esa dicotomía entre ambos mundos, el alegre de la representación y el trágico de la vida real.
El tenor francés de origen italiano Roberto Alagna interpreta este aria en una versión con subtítulos en castellano perteneciente al DVD Pagliacci con puesta en escena de David y Frédérico Alagna que se grabó en el Théâtre Philharmonique de Vérone en Febrero de 2002 para Deutsche Grammophon.
¿Recuerdas una película en la que aparezca este aria?
Una de las películas que utiliza este aria Vesti la giubba es The Untouchables (Los intocables de Eliot Ness, 1987) de Brian de Palma.
La escena nos muestra a Jim Malone interpretado por Sean Conery quien descubre a un ratero en su casa, lo que no es sino una trampa en la que acabará cayendo y de la que no escapará. La escena, con música de Ennio Morricone, acaba mezclándose con una representación en paralelo de Pagliacci en la que Al Capone, interpretado por Robert de Niro, recibe la noticia del éxito del encargo que ha realizado.
Si hablamos de El barbero de Sevilla y del personaje de Lindoro (nombre con el que el Conde de Alamaviva se hace pasar para conquistar a Rosina), nuestra mente piensa inmediatamente en la obra de Rossini. Pero antes que esta, hubo otra que triunfó en los escenarios, Il barbiere di Siviglia, ovvero La precauzione inutile (El barbero de Sevilla o la precaución inútil), ópera de Giovanni Paisiello con libreto de Giuseppe Petroselli que se estrenó en 1782 en el Teatro Imperial de la Corte de San Petersburgo. Las críticas que recibió Rossini en el estreno de El barbero de Rossini provenían del enorme éxito alcanzado por la obra de Paisiello, cuyos seguidores boicotearon la nueva versión basada en la obra teatral de Beaumarchais.
Eclipsada por la versión de Rossini, la obra de Paisiello es poco representada en la actualidad. En esta ocasión traigo al blog una de las piezas que más se interpretan en recitales, la cavatina de Lindoro Saper bramate, bella, il mio nome (Si anhelas saber, bella, mi nombre).
La interpretación corre a cargo de Mirko Guadagnini en el rol del Conde de Almaviva / Lindoro a quien dan réplica Donato di Goia como Figaro y Stefania Donzelli como Rosina en un registro con la Orchestra da Camera Paisiello Festival dirigida por Giovanni di Stefano y realizada por Rosetta Guchhi para el DVD Giovanni Paisiello: Il barbiere di Siviglia de Naxos Digital Services.
En esta ocasión hay algo de trampa. ¿Sabes de qué película se trata?
Fue el genial Stanley Kubrick , quien utilizó en muchas ocasiones música de autores clásicos en sus obras, quien utilizó esta cavatina en una obra cinematográfica, concretamente en su película Barry Lyndon (1975), adaptación de la novela homónima de William Tackeray, que narra la historia del joven irlandés en el siglo XVIII ambicioso y sin escrúpulos que se ve abocado a salir de su tierra por un duelo y que centra su vida en ascender socialmente, consiguiéndolo gracias a un matrimonio que le hace entroncar con la nobleza inglesa.
El papel protagonista fue magistralmente interpretado por Ryan O'Neal quien daba vida al ambicioso joven, a quien vemos en esta escena interpretando un sobreactuado y afectado papel entre los nobles jugadores a cuyo grupo desea pertenecer.
En esta escena, Kubrick emplea la cavatina de Lindoro en una versión instrumental, utilizando por primera vez un recurso inédito en el cine: iluminar una escena nocturna de juego de salón utilizando solo velas y prescindiendo de focos.
La última pieza de ópera que nos acompaña en esta tercera entrega que recoge préstamos operísticos en el cine pertenece a Wolfgang Amadeus Mozart, concretamente a La nozze di Figaro (Las bodas de Fígaro). Se trata del dúo del Acto III, Canzonetta sull'aria... che soave zeffiretto (Cancioncilla sobre la brisa... qué suave vientecillo) que ha aparecido en varias ocasiones en el blog.
En esta ocasión se trata de una versión extraída de una grabación en formato cinematográfico y que no alcanzaron el éxito que pretendían por centrarse en exceso en el lenguaje cinematográfico. En la actualidad han caído en desuso y se prefieren las grabaciones que se hacen de representaciones en directo en distintos teatros de ópera.
La versión que enlazo cuenta con dos grandes voces, las sopranos neozelandesa Kiri Te Kanawa e italiana Mirella Freni para la comentada versión cinematográfica que dirigió Jean Pierre Ponelle en 1976, con subtítulos en castellano.
¿Recuerdas la música? ¿Y la película?
Este duetto apareció en The Shawshank redemption (Cadena perpetua, 1994), película de Frank Darabont, con un guion suyo a partir de un relato de Stephen King y que contaba con las actuaciones protagonistas de Tim Robbins y Morgan Freeman.
La película narraba la historia de Andrew Dufresne, interpretado por el primero de ellos, quien, acusado del asesinato de su esposa es condenado a cadena perpetua y enviado a la prisión de Shawshank donde, con el transcurrir de los años consigue ganarse tanto la confianza del director del centro penitenciario y los vigilantes, como de sus compañeros de prisión, especialmente de Red (Morgan Freeman), cabecilla de los grupos mafiosos del recinto.
La pieza que sirve de despedida representa, casi como su nombre, una bocanada de aire fresco en la prisión y el deseo de moverse en libertad que expresa el condenado Dufresne.
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- www.kareol.es: Letras y traducciones de óperas y música vocal.
- Batta, András. Ópera. Compositores, obras, intérpretes. Könemann Verlagsgesellschaft mbHl, 1999, Colonia (Alemania)
- DVD Pagliacci, puesta en escena de David y Frédérico Alagna, Deutsche Grammophon, 2002, grabado en el Théâtre Philharmonique de Vérone.
- DVD Giovanni Paisiello: Il barbiere di Siviglia de Naxos Digital Services.
Un gran artículo. Como dices, es normal que las diferentes disciplinas artísticas se mezclen, es inevitable por otra parte, el arte bebe del arte, así es. Muy gran y trabajado artículo. Te felicito. Un abrazo. 😊
ResponderEliminarGracias, Merche.
EliminarLos lenguajes del arte se conectan y mezclan constantemente. Lo que tiene calidad es objeto y fuente de inspiración.
Un fuerte abrazo :-)
Que interesante publicación. El contenido audiovisual del cine fue genial ya que vi casi todas o todas las películas que nombras. Que gran conexión hiciste. Un saludo de ANTIGÜEDADES DEL MUNDO.
ResponderEliminarGracias, Jerónimo.
EliminarEste tipo de música de tanta calidad colabora para hacer más grandes algunas películas.
Un fuerte abrazo:-)
Maravilloso post, Miguel.
ResponderEliminarUna verdadera delicia escuchar estas piezas que, con tanto acierto, has utilizado para ilustrar las letras con las que lo has llenado.
A veces nos quejamos de falta de libertad, sin tener una idea clara de qué buscamos exactamente. Olvidamos que la cultura es una fuente inagotable de momentos de libertad que todos tenemos a nuestro alcance, que bastan los acordes de una pieza musical o de una voz prodigiosa para distraernos de la oscura realidad que nos pueda estar envolviendo. Siempre se ha dicho que la música amansa a las fieras. Cualquier producto de la amplia cultura en la que existimos tiene la capacidad de hacernos volar hasta desprendernos de las cadenas visibles o invisibles que coartan nuestra libertad. Sólo necesitamos querer beber de esas fuentes.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias, Estrella.
EliminarHay música muy interesante perdida por ahí que sacan en algún momento de su contexto y da fuerza a una nueva obra, mostrándonos un significado diferente a aquel con el que fue creado originalmente. Como dices, nos ofrece la capacidad de volar en libertad.
Un fuerte abrazo :-)