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Desde Rinconete a Fígaro: Sevilla es un escenario

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero
Antonio Machado


Pocas ciudades pueden presumir de tener tanto protagonismo en el arte como Sevilla. Escenario donde se desarrollan distintas obras literarias y algunas de las más conocidas óperas del repertorio, su belleza y la personalidad de sus monumentos, sus calles y la idiosincrasia de sus habitantes, hacen que compartan su universalidad con otras ciudades del mundo.


Por ella pasea el más conocido de los barberos de todo el mundo, Fígaro, uno de los personajes más reconocibles de la ópera, de El Barbero de Sevilla de Gioacchino Rossini
Una de las novelas de Miguel de Cervantes transita por sus calles y, pese al tiempo transcurrido desde su edición, recordemos que estamos celebrando el cuarto centenario del fallecimiento del escritor, algunas de las imágenes de la novela aún es reconocible entre sus páginas, los recuerdos y nuestra visión de la ciudad. 

Rinconete y Cortadillo es una de las Novelas ejemplares de Cervantes, quien, en un guiño, hace que la obra aparezca entre los forros de "una maletilla vieja, cerrada con una cadenilla" que custodiaba el ventero de la primera parte del Quijote. Según recoge el escritor, alguien la dejó olvidada en la venta de Juan Palomeque el Zurdo.



El texto describe el patio de la casa de Monipodio, a quien descubren como dueño y señor del hampa sevillana.




El Barbero de Sevilla es, sin duda, la ópera más representativa de la ciudad, a la que lleva en el título. La obra de Gioacchino Rossini, basada en la obra de Beaumarchais presenta caracteres propios y personajes inolvidables, pese al tremendo fracaso con que fue recibida la obra en su estreno romano. El evento fue boicoteado por los partidarios de la ópera homónima de Giovanni Paisiello, quienes no deseaban que la obra tuviera otra versión distinta de la existente. El paso del tiempo es el que ha puesto cada obra en su lugar. Rossini logró ocupar el centro del mundo operístico con una escritura rápida, efectista y muy popular. En uno de sus comentarios llegó a decir: "Dadme la lista de la compra y la convertiré en música".



Ya dediqué una entrada a esta obra en Nos mueven los tópicos, Sevilla y en De Rossini a Goytisolo: Palabras para Julia y Rosina. En la primera, con los chisporroteantes y contagiosos Lalaralenla, lalaralá del barbero más conocido de cuantos existen. La segunda con la resuelta tonada de Rosina.
En este caso, Don Basilio y el Dr. Bartolo intrigan para alejar al pretendiente Conde de Almaviva de Rosina. Don Basilio le aconseja desacreditarlo creando rumores falsos con el aria La Calunnia è un venticello (La calumnia es un vientecillo).
La versión está interpretada por el bajo Robert Lloyd en 1988 en el Schwetzinger Festspiele con el Coro de la Ópera de Colonia y la Orquesta Sinfónica de la Radio de Stuttgart dirigidos por Gabriele Ferro, la misma puesta en escena de la entrada dedicada a Rosina y su Una voce poco fa.


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