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Las primeras obras de Beethoven

Este año se cumplen los doscientos cincuenta años del nacimiento de uno de los genios de la música, uno de los más grandes compositores de todos los tiempos: Ludwig van Beethoven.
Les guste o no la música clásica, es difícil encontrar a una persona que no haya oído hablar de él. 
Hay tópicos que son un lugar común como su sordera. ¿Cómo una persona sorda es capaz de componer música y cómo puede lograr que ésta nos eleve y nos acerque a tantas ideas sublimes? 
¿Quién no sabe tararear las notas iniciales de su Quinta Sinfonía
¿Hay alguien quizás que no haya oído hablar de la Novena Sinfonía y el Himno de la Alegría
Beethoven es de esos personajes, sean de la disciplina que sean, que forman parte de la cultura colectiva, más allá de lo que supone la cultura occidental.
Hace unos meses dedicamos una publicación de este blog a conocer Las primeras obras de Mozart, que se puede recordar en el enlace.
En este año que se celebra el 250 aniversario del nacimiento de Beethoven te propongo un acercamiento a sus primeras obras, unas composiciones que ya anunciaban todo lo que más adelante lo harán famoso. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere! 



Los años de formación son fundamentales en cualquier persona. Aquello a lo que dedica su interés, los estudios que realiza, su forma de entender el mundo y la vida o las experiencias de las que ha extraído enseñanzas conforman la personalidad y el estilo de vida que cada uno de nosotros va adoptando.
Beethoven nació en Bonn, nieto de otro Ludwig van Beethoven, un holandés que recaló en la ciudad alemana como músico de la corte del príncipe elector de Colonia
Es curioso que el citado príncipe elector residiera en Bonn en lugar de la ciudad de su sede. El caso es que la lucha entre la nobleza y aristocracia y el poder eclesiástico acabó con una ley en la que el príncipe elector, representante eclesiástico de Colonia, no podía residir durante tres días seguidos en la ciudad, por lo que, siéndolo, decidió establecer su residencia en la cercana Bonn.
Ludwig, el único de los cuatro abuelos no alemán del compositor, tuvo una influencia grande sobre su nieto en los escasos años que convivieron. Johann, el padre de Beethoven, también músico en Bonn, aunque con menos talento que el abuelo, fue poco a poco cayendo en el alcoholismo, mientras su esposa moriría tuberculosa aún joven. En estas circunstancias nació Ludwig van Beethoven en 1770, el mayor de tres hermanos. El recuerdo de su abuelo fue tal que conservó durante toda su vida un pequeño retrato suyo.
El talento que mostró el joven para la música fue encauzado por el padre con modos poco afectuosos que generaron un conflicto en el muchacho entre su pasión por la música y el trato paterno, que fue dulcificado por la madre. 

La primera obra de Beethoven de la que se tiene conocimiento actualmente está dedicada a la Condesa Wolf-Metternich y son las 9 variaciones para piano en do menor sobre una marcha de Ernst Christoph Dressler (WoO 63). Un joven Beethoven, que siendo también un niño prodigio como Mozart, compuso estas variaciones cuando contaba con once años de edad, mientras era discípulo de Christian Gottlieb Neefe, un sajón que ejercía en aquella época organista de la corte en Bonn.
El enlace a estas variaciones pertenece a una interpretación al piano por Ronald Brautigam. El vídeo muestra las partituras y señala cada una de las variaciones.



Cuando Maximiliano Francisco llegó a la corte de Bonn como príncipe elector de Colonia lo hizo con él su amigo y compañero el conde Ferdinand Waldstein, quien ya había ayudado en Viena a Haydn y Mozart. También se ocupó de Beethoven y consiguió que se le asignara alguna cantidad para sus gastos, además de propiciar que el príncipe elector sufragara para completar su formación su primer viaje a la capital del imperio austriaco mientras seguía recibiendo su sueldo.
Alrededor del 10 de abril de 1787 Beethoven se encuentra en Viena. En las tres semanas que permaneció allí se vio con Joseph Haydn y Mozart, aunque hubo de regresar rápida e inesperadamente a Bonn al recibir malas noticias sobre el empeoramiento de la salud de su madre. Tuvo el tiempo justo para verla antes de que falleciera de tisis con cuarenta años dejando a un marido entregado cada vez más al alcohol y dos hijos más, Caspar Karl y Johann que fueron encomendados a Ludwig como hermano mayor y persona responsable de la familia.

Retrato de Beethoven a la edad de 13 años
Mientras permanece en Bonn antes de regresar definitivamente a Viena, Beethoven se conquistó una gran fama como virtuoso, quedando sus composiciones en un plano secundario al limitarse a seguir los géneros y gustos de la época. Son a modo de ejercicios de composición, una búsqueda de un estilo propio y se podrían considerar una forma con la que llegó a conocer los instrumentos, sus estilos y sus timbres. 
Entre estas obras incipientes se encuentran un concierto, varias sonatas, algunas variaciones, tres cuartetos para piano y cuerda, un trío para piano, violín y violonchelo, algunos Lieder, tres arias de concierto y sobre todo dos cantatas para solistas coro y orquesta. En total casi un centenar de obras poco personales, aunque algunos de los temas de las mismas serán utilizados en obras importantes más adelante. 
En el catálogo que realizaron los editores con las obras que fueron publicando de Beethoven, 138 en total, estas composiciones no aparecen con ningún número de Opus. Están recogidas y catalogadas, después de diversos estudios que iniciaron Georg Kinsky y Hans Halm a mediados del siglo pasado, como WoO (Werke ohne Opusxzahl, Obras sin número de Opus). De hecho en 1791, poco antes de abandonar Bonn, Beethoven no aparece como compositor en la lista Musikalische Correspondenz de Bossler de "Músicos de gabinete, capilla y corte del Elector de Colonia."
El musicólogo y productor musical Maynard Solomon en su trabajo biográfico Beethoven dedica un espacio a dos de estas obras: la Kantate auf den Tod Kaiser Joseph II (Cantata para la muerte del Emperador José II) y la Kantate auf die Erhebung Leopolds II (Cantata por el ascenso al trono de Leopoldo II).


Estas cantatas compuestas cuando Beethoven contaba con diecinueve años tienen, como indica Solomon, el especial interés de mostrarnos algunos de los elementos fundamentales en la música posterior del compositor de Bonn: el modo heroico, el pathos o destino, el concepto de muerte y algunos motivos musicales que aparecerán en algunas de sus sinfonías como la Heroica, la Sexta, la Séptima y, especialmente el comienzo de la segunda parte que nos recuerda el final de la Novena Sinfonía. Una de las arias para soprano y coro de la primera cantata, por ejemplo, la volvió a utilizar en el segundo final de su Fidelio.
La Cantata por la muerte de José II comienza con unos acordes introductorios a los que sigue el coro Tot, stöhnt es durch die öde Nacht (¡Muerto! Se oyen gemidos en la solitaria noche).
El vídeo, enlazado desde el canal El músico de Bonn por jcalvodiazestá subtitulado en castellano y corresponde a una grabación de audio con Verónica Verebély (soprano solista), Ulrike Hetzel (contralto solista), Charlotte Margiono (soprano), Clemens Bieber (tenor), William Shimell (bajo) con el Coro y Orquesta de la Ópera Alemana de Berlín preparado por Karl Kamper, todos ellos bajo la dirección de Christian Thielemann.


A comienzos del verano de 1792 Haydn pasa por Bonn hacia Viena tras un triunfal viaje por Inglaterra. Maximiliano Francisco prepara una importante recepción en la que tocará la orquesta de la corte y el joven pianista Beethoven. El conde Waldstein hace que Haydn, el mayor de los compositores vivos, lea la partitura de la primera cantata.
El compositor elogia el talento de Beethoven, pero indica que deberá seguir estudiando y, si decide ir a Viena, él mismo le dedicará algunas horas a su formación. Comienza una relación que tendrá sus altibajos al negarse el maestro a aceptar la música de Beethoven y el discípulo a aceptar ciertas críticas a su obra. 
Esa promesa incierta que fue suficiente para Waldstein, la Revolución francesa que amenazaba a las cortes (Luis XVI iba a ser guillotinado), el haber conseguido Beethoven dejar asegurada económicamente a su familia, hacen que el incipiente compositor abandone Bonn y se dirija, con todos sus sueños, a la grande e imperial ciudad de Viena.

Silueta con unos quince años realizada en Bonn de autor desconocido. 

Cuando Beethoven llega a la ciudad, ésta acaba de perder a una de sus figuras, Mozart; Haydn, más conservador, no puede ocupar su lugar, por lo que Viena necesita y añora un nuevo genio que colme sus ganas. La llegada de Beethoven con las recomendaciones del Conde Waldstein y del príncipe elector de Colonia y a quien el propio Haydn va a enseñar y transmitir todos sus conocimientos le abre muchas puertas.
Las clases con Haydn no son como esperaba dado el carácter de ambos. Ferdinand Ries, amigo y discípulo de Beethoven narra que el primero quiso que bajo el título de sus obras este pusiera "Alumno de Haydn", pero que no quiso hacerlo alegando que había recibido algunas clases, pero no había aprendido nada de él. 
En la rigurosa, completa y lúcida biografía Ludwig van Beethoven de Jean y Brigitte Massim, tras detallar la relación entre discípulo y maestro, nos muestran la opinión que Haydn expresó al propio compositor en palabras del flautista Louis Drouet.



Ninguna de estas cantatas fueron interpretadas en vida del compositor, ni él propuso imprimirlas. En 1884 se descubrieron unas copias de las mismas. Cuando Brahms las vio en mayo de ese año escribió a un amigo: "Aunque la portada no ostentase su nombre, no podría atribuirse a otro autor. ¡Es Beethoven desde el principio hasta el final! El bello y noble pathos, sublime en su sentimiento y su imaginación: la intensidad, quizá violenta en su expresión; más aún, la voz principal y la declamación, y en el primer y último movimientos todas las características que podemos observar en sus obras ulteriores y asociar con ella."

Estatua de Beethoven en su ciudad natal de Bonn
Finalizamos este acercamiento a las primeras obras de Beethoven compuestas en Bonn antes de instalarse de forma definitiva en Viena con un enlace que nos muestra las dos cantatas con los intérpretes que aparecen en la imagen.
El texto, tanto en alemán como en su traducción al inglés se pueden seguir a través de los enlaces que se encuentran en la bibliografía y webgrafía situadas en la parte inferior.
Que tengas un buen año Beethoven 2020.


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Bibliografía y webgrafía consultadas:

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