Ojalá nunca olvidemos el año 2020.
Desde poco antes de comenzar se adivinaba que el año sería difícil y complicado por razones de salud, con noticias que nos iban inquietando conforme se iban multiplicando los casos producidos por el llamado coronavirus.
Había quien, quizás con poca información médica, lo comparaba con la gripe A que tanto asustó en sus inicios y quedó en algo más que un disgusto médico. Los entendidos avanzaban que lo que se avecinaba era mucho más grave y peligroso.
Pero prácticamente nadie llegó a imaginarse que la pandemia llegara a los términos a los que finalmente llegó y se llevó a tantas personas definitivamente, dejó con graves secuelas a millones por todo el mundo, trastocó las fuentes de ingresos de tantas y tantas personas y, en el mejor de los casos, nos cambió durante interminables meses nuestras rutinas y hábitos sociales.
Ojalá nunca olvidemos el años 2020, porque eso supondrá que no ha habido posteriormente otro año peor y ninguna catástrofe -mejor no imaginar de qué tipo podría ser- que nos lo haya hecho olvidar.
Pese a que estas situaciones se desarrollan en un tiempo lineal que transcurre entre una aparición que se puede concretar y un final que es más complicado de situar en el tiempo y en el lugar -o los lugares-, podemos afirmar que los primeros casos se conocieron a finales de 2019 y que en 2021 comenzará a señalarse un final de la pandemia que aún no tiene fecha de caducidad.
Pero nos gusta dejarnos llevar por el tiempo cíclico y un cambio de año es de esas ocasiones que aprovechamos para pararnos, reflexionar, enviar buenos deseos a quienes conocemos y establecer propósitos... hasta que los olvidamos. Así, el año 2020 será el año en que términos como coronavirus, pandemia, COVID-19, confinamiento, teletrabajo y otras muchas se han colado en nuestro vocabulario activo y, consecuentemente, en nuestro modus vivendi.
En esta publicación que sirve para despedir un año inolvidable en el peor de los sentidos, nos acercamos, no a profesionales de la literatura como es habitual, sino a personas que han expresado sus ideas de una forma particular.
La música que nos acompaña forma parte de una selección que han realizado una serie de expertos en música. En ambos casos, las propuestas vienen de dos prestigiosos periódicos americanos.
Te propongo despedir este 2020 con unas frases resúmenes del año solicitadas a los lectores de The Washington Post y algunas de las músicas seleccionadas por críticos musicales para The New York Times. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!
Como en todos los finales de año se suelen realizar recapitulaciones, resúmenes y listados de todo tipo. The New York Times ha encargado a sus críticos musicales que señalen cuales son, a su juicio, las músicas más reseñables de este año, que se ha movido fundamentalmente por las grabaciones más que por las actuaciones en directo. Así, el periódico neoyorkino publicó Los 25 mejores temas de música clásica de 2020. De entre todas las propuestas, nos centramos en una ópera estrenada hace pocos años.
Thomas Adès tenía interés desde hacía años en llevar a los escenarios operísticos El ángel exterminador, basándose en la película homónima de Luis Buñuel de 1962.
Problemas con los derechos de autor junto con la preparación del estreno de su ópera anterior, The tempest (La tempestad), retrasaron el proyecto. Finalmente, un grupo de teatros le encargaron la composición de la obra, de forma que fuera estrenado en cada uno de ellos. El libreto fue compuesto por Tom Cairns y él mismo y su estreno mundial fue en julio de 2016 en el Haus für Mozart, dentro del Festival de Salzburgo. Ese mismo mes se estrenó en la Royal Danish Opera, mientras el estreno en el Reino Unido fue en la Royal Opera House, Covent Garden en abril del año siguiente. El último de los estrenos, el de América, tuvo lugar en octubre de ese mismo año en el Metropolitan Opera House de New York. Salvo en la producción danesa, los personajes principales fueron interpretados por los mismos cantantes, la dirección de escena correspondió al libretista Tom Cairns, el decorado y vestuario correspondió a Hildegar Bechtler y de la dirección musical se encargó el propio Thomas Adès.
Como en la película de Buñuel, The Exterminating Angel se desarrolla en una suntuosa mansión, la de Edmundo y Lucía, en la calle de la Providencia de una ciudad innombrable de la década de los años 60 del pasado siglo. Dividida en 3 actos, la acción transcurre durante la cena en honor de la cantante de ópera Leticia Meynar entre unos invitados a la cena que no pueden abandonar la casa, después de que algunos sirvientes la hayan abandonado. Una situación que bien podría ser una metáfora de un año tan apocalíptico como 2020.
El enlace pertenece al inquietante Intermezzo en la representación del estreno norteamericano del Met de Nueva York con la dirección del propio compositor Thomas Adès.
También The Washington Post ha optado por cerrar el ciclo anual, pero en esta ocasión han pedido a sus lectores que sean quienes se encarguen de hacerlo. La propuesta del periódico de la capital de Estados Unidos era que resumieran el año 2020 con una palabra o una frase.
Como es de suponer, el diario recibió miles de respuestas que recogió en su artículo 2020 en una palabra.
Entre las palabras que más se repetían para definir al año figuran:
Además de alguna que el periódico decidió no compartir en una publicación familiar.
Algunas frases recogen mejor el sentimiento del año, un sentimiento que refleja la realidad del país y que no en todos los lugares se aprecia como allí.
SURREALISTA
Ha habido momentos terribles y hermosos en 2020, pero todos parecen más grandes y desarticulados que las progresiones o condiciones normales de vida. Situaciones y comportamientos extraordinarios, de personas, de grupos e incluso países, han dominado el día.
AGOTADOR
Todos nuestros desafíos han sido accidentes automovilísticos prolongados a cámara lenta. Desde Covid, a las elecciones, a Trump en general, a tiroteos policiales, al desempleo, a ningún deporte (...). Me siento atrapado en una esquina y todo lo que puedo hacer es intentar bloquear lo siguiente que se me lanza.
LIMBO
No estamos ni aquí ni allá; ni en el infierno ni en el cielo. Trabajando hacia la normalidad y no estoy seguro de si alguna vez volverá a haber lo que hemos conocido como normal.
También algunos de los que contestaron hablaban de las esperanzas que tenían puestas en 2021, entre las que podemos destacar fundamentalmente estas dos:
Salud para todos.
Unir al mundo sería el mayor de todos los logros.
Nathalie Joachim es una flautista, cantante y compositora norteamericana de origen haitiano que se graduó en la Julliard School neoyorkina. Cofundadora del dúo de arte urbano Flutronix, Joachim se mueve entre el rock clásico y la música indie mientras lucha por el cambio social y la instauración de la conciencia cultural.
En su rol de compositora suele recibir encargos para diferentes artistas instrumentales y vocales, así como para danza y teatro interdisciplinar, además de instituciones como la Orquesta Sinfónica de San Luis y el Coro In Unison para las que está componiendo su primera pieza sinfónica y coral, además de obras de cámara para distintas agrupaciones.
Su labor también se centra en la docencia musical, siendo directora de Música de Cámara Contemporánea en el Programa de Música Perlman, imparte clases en las universidades de Hartford y Princeton y en distintos centros y festivales musicales.
La música de Nathalie Joachim nos acompaña con una obra minimalista, pero que transmite emociones complejas. Dan Mwen Yo es una composición para violonchelo y voces grabadas que podemos utilizar como composición para despedir el año en este blog. Como comenta Seth Colter Walls en su reseña, "el sombrío efecto de ánimo de la apertura se complica por un cambio en la marcha. El resultado es similar al que se puede sentir al inventar un nuevo baile de la nada, mientras se camina por un entorno que de otra manera sería sombrío".
Dentro de la presentación de la temporada 2020/2021 de la St. Louis Symphony Orchestra y la Pulitzer Arts Foundation, la chelista Elizabeth CHung interpreta uno de los tres cortometrajes con los que sendos compositores exploran los significados de la palabra "hogar", relacionados con el confinamiento que tantos millones de personas hemos soportado durante 2020.
De todas las respuestas recibidas por The Washington Post, la que más ha llamado la atención de todas las recibidas, quizás la más ingeniosa y de las que el diario se ha hecho eco con más énfasis pertenece a un lector de sólo nueve años, Clarke Smith, un niño de Beverly Hills, en el estado de Michigan.
Su frase resumen con la que cerramos este blog hasta el próximo año es una mezcla de originalidad, surrealismo y esa cara de estupor que se nos ha quedado a todos a lo largo de este año.
The best summation
Like looking both ways before crossing the street and then getting hit by a submarine.
Because it's been the craziest year ever.
Clark Smith, Beverly Hills, Michigan
Ojalá nunca olvidemos el año 2020, y que podamos vivir los demás años con la habitual normalidad.
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Enlaces consultados:
- The New York Times: Los 25 mejores temas de música clásica de 2020.
- The Washington Post: 2020 en una palabra.
Hola, Miguel!! No lo había visto de esta manera. Digamos que el hecho de no olvidar el 2020 es una forma de progreso, de fuerza y de saber que hemos sobrevivido y los que se han quedado en el cielo. Yo creo que no debemos olvidarlo porque son los años en los que más caos hemos vivido en todos lo ambitos- politico, saludmente, social, trabajo, vida..- Creo que muchos lo dejarán atrás sin pensar en esos países que cómo Africa, llevan en declive toda una vida y no levanta cabeza, ahora le toca a Europa y al mundo entero. Que cuando miremos el 2020 no pensemos que es cosa de tercermundistas. Europa y el mundo entero ha sufrido una calamidad que merece empatía, humanidad, apoyo, reconocimiento y trabajo para reforzar las politicas y las leyes. Allá estarán las luchas de los que han conseguido con esfuerzo, todo lo que tenemos hasta ahora. No olvidemos que África, es el epicentro del universo. Me ha encantado tu entrada, pues me ha echo reflexionar. Gracias por haberte pasado por mi espacio. Me ha echo ilusión. Abrazos y feliz año.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Keren.
EliminarDe estas situaciones tan duras debemos sacar nuestras enseñanzas y no olvidarlas. Te doy la razón en tu argumento sobre África y cómo la miramos siempre. Esta pandemia ha azotado a lugares de población más envejecida y allí, afortunadamente, no ha hecho muchos estragos. Debemos mirarla con otros ojos.
Siempre procuro pasar por tu blog. Me parece fresco e imaginativo.
Un fuerte abrazo :-)