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Objetos epónimos

Nuestro idioma posee una enorme riqueza en cuanto a formas, estructuras semánticas y vocabulario que le confieren una gran capacidad de comunicación y expresión con la que podemos transmitir nuestros pensamientos, sentimientos y conocimientos. 
Un idioma, como instrumento de relación imprescindible presenta no sólo esa riqueza, sino que es un elemento vivo de comunicación, un medio vivo que incorpora nuevos términos y expresiones por el mero hecho de utilizarlos en el habla diaria, mientras va desechando otros que quedan obsoletos por su falta de uso.
Desde su nacimiento como lengua coloquial independiente del latín, nuestro idioma ha ido añadiendo vocabulario de muy distintas procedencias y tiempos. Seguir la procedencia de algunos términos, tener la curiosidad de indagar en su origen y etimología, relacionarlos con otros que conocemos nos ayudan a reflexionar sobre nuestro idioma -sea el que sea- y enriquecernos. 
En una publicación de este blog, Dantesco, maquiavélico, kafkiano y otros más  se trató de algunos términos epónimos de autores que se han incorporado a nuestro vocabulario habitual más allá de su significado relativo al autor. 
Acercándonos al Diccionario de la Real Academia Española podemos encontrar en primer lugar el término que nos acompaña en esta publicación:

Epónimo, ma: Del griego ὲπώνυμος, epónymos

1. adj. cult. Dicho de una persona o de una cosa: Que tiene un nombre con el que se pasa a denominar una ciudad, una enfermedad, un concepto, etc. U. m. c. s. El doctor Alos Alzheimer es el epónimo de la enfermedad que lleva su apellido.

En esta publicación nos centraremos no en adjetivos que tienen su origen en la literatura o la música, sino en objetos epónimos que obtienen su nombre de autores o personajes literarios o de términos musicales que provienen de otros nombres de diversa índole.
Te invito a dar un paseo por términos de nuestro vocabulario relacionados con objetos cuyos nombres son epónimos de autores o personajes relacionados con la literatura o la música. Nos acompañan obras de GoldoniČapek, Góngora, música de orfeón y de lira. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!


El primero de los términos que nos acompañan hace referencia a una de las prendas más utilizadas en nuestro vestuario:

Pantalón: Del fr. pantalon

1. m. Prenda de vestir que se ajusta a la cintura y llega generalmente hasta el pie, cubriendo cada pierna separadamente. U. t. en pl. con el mismo significado que en sing.

2. m. Prenda interior que usaban las mujeres, más ancha y corta que el pantalón.

3. m. pl. colog. Hombre u hombres.

Además de varias expresiones relativas a la palabra pantalón, nos quedamos con el primero de los significados, mientras los dos siguientes llaman más la atención por su menor uso en el lenguaje habitual, especialmente el último, en el sentido de que de ninguna manera esta prenda es ya de uso exclusivo masculino.

Independiente de su referencia al origen francés del término, recurrir a una fuente más especializada como el Breve diccionario etimológico de Joan Coromines, encontramos la procedencia de este término:

Pantalón, h. 1800. Del fr. pantalon. Íd. formado con el nombre de Pantalone, personaje de la Comedia italiana, caracterizado por un pantalón largo a la veneciana, y bautizado con el nombre de San Pantaleón, muy común en la plebe de Venecia, entre la cual disfruta de gran veneración.

La Commedia dell'Arte o Comedia del arte italiano es un estilo de teatro profano que comenzó comenzó a desarrollarse en la península Itálica en el siglo XVI, como una forma ecléctica entre el teatro renacentista y las costumbres de los carnavales con sus vestuarios y máscaras, a los que se agregan recursos de los cómicos ambulantes como la mímica o las acrobacias.
Así surgió un género en el que los disfraces y malabares, el humor satírico, los personajes que se repiten y un tipo de argumentos festivos, se unen en unas obras de carácter popular con historias que giran sobre situaciones cómicas exageradas que buscan la hilaridad del público, un determinado aleccionamiento y la ridiculización de algunos personajes simbólicos.
Nos encontramos en estas obras los mismos personajes, casi todos con máscaras, salvo los enamorados que van a cara descubierta para mostrar su sinceridad y pureza. Entre ellos están los vecchi (viejos), personajes poderosos, los ricos, militares o los de profesiones de renombre; los personajes de escena (innamorati o enamorados) y los zanni o criados, donde aparecen bufones o malabaristas.
Así, surgen nombres que hemos oído en ocasiones, cada uno con sus características personales y los ropajes que los identifican: Entre el primer grupo destacan Pantaleone o Pantalone, Il Capitano, Tartaglia o Il Dottore, en el segundo los famosos Arlequín o Colombina, y en el último, Polichinela o Scaramouche, aunque este aparece en ocasiones en el primer grupo también.
El que nos atañe, Pantalone es un viejo mercader avaro y lujurioso, encerrado en sí mismo, quizás por algún revés sentimental de juventud, un gruñón que se preocupa más por los negocios y reniega de su felicidad y la de los demás. En ocasiones es un personaje amargado y malicioso, en otras, comprensivo y bondadoso, en suma, un misterio para los espectadores.


Su cara suele estar cubierta con una máscara negra en la que predomina una enorme nariz, y los característicos pantalones negros que le han dado nombre, a los que acompaña una bolsa con monedas, una pequeña espada y un abrigo o capa negros.
Tanta fue su importancia en Italia, desde donde se divulgó por algunos países del continente, que muchas disciplinas se basan en él como el cine cómico, el teatro independiente, las improvisaciones en escena, muchos personajes del circo o las escenas de mimos y pantomimas.
Pese a ser teatro improvisado en el que los personajes actuaban a partir de un pequeño guion, es la obra de Carlo Goldini la que mejor nos ha legado este tipo de teatro. 
Para acercarnos al término pantalón nos quedamos con una de las obras que nos remiten a la Commedia dell'Arte: Arlequín, servidor de dos patrones. El texto que nos acompaña pertenece a la segunda escena del Acto II, una escena en la que participan dos de los viecchi, El Doctor y Pantaleón. Los dos personajes tratan sobre la dote a entregar en una escena donde priman la confusión y un tipo de diálogo que, por momentos se acerca a la pregunta - respuesta típica de este tipo de comedias.


En realidad, el término musical que nos acompaña a continuación no es un objeto, sino que alude a una agrupación de personas.

Orfeón: Del fr. orphéon.

1. m. Agrupación de cantantes en coro, sin instrumentos que los acompañen.

Buscando su incorporación a nuestro idioma, en el Breve diccionario etimológico de Coromines, encontramos:

Orfeón, h. 1900. Tom. del fr. ofphéon id. formado con el nombre de Orfeo, célebre músico de la mitología griega. La terminación se debe a una imitación del fr. odéon "edificio destinado a ensayos musicales", tom. del gr. ó'déion.

Nos encontramos, pues, ante un doble significado: por un lado la agrupación, por el otro, el lugar donde se reúnen para ensayar y congregar aficionados para sus conciertos.
En la actualidad,  no existen orfeones dedicados única y exclusivamente al canto vocal sin acompañamiento, al canto A capella, sino que las agrupaciones diversifican su repertorio entre obras sin acompañamiento y otras con música interpretada, en ocasiones por un teclado, en otras por distintos instrumentos o agrupaciones que alcanzan en ocasiones hasta las orquestas sinfónicas. Aún así, muchas agrupaciones llevan el título de orfeón, igual que otras llevan el de coral o coro.


Si pensamos en este nombre, a muchos se nos vendrán un par de coros que lleven este nombre, como el Orfeón Donostiarra, quizás el más prestigioso de nuestro país.
Buscando una composición que se interprete a capella, nos quedamos con una agrupación que está entrando a formar parte de ese prestigioso grupo de coros que van ganando en excelencia con cada una de sus apariciones tanto en grabaciones como en conciertos.
El León de Oro es una agrupación que nació en 1997 con un grupo de amigos apasionados por el canto y que ha crecido en estas décadas consiguiente renombre, galardones y siendo invitado a diversos festivales y conciertos, convirtiéndose en una referencia en nuestro país y en otros.
Como este tipo de agrupaciones, El León de Oro tiene una composición variable en cuanto a sus componentes, así como un programa versátil que le permite ofrecer una amplio repertorio que abarca desde la música del Renacimiento y del Barroco hasta la de nuestro tiempo.
Nos acompañan en una interpretación de In Paradisum de Josep Vila que se llevó a cabo el 3 de enero de 2017 dentro del Concierto de Año Nuevo que se celebró en el Teatro de La Laboral de Gijón con la dirección de Marco Antonio García de Paz
Para una interpretación a capella tan envolvente como este In Paradisum, los componentes de El León de Oro adoptaron la particular disposición que se aprecia en el enlace y que finaliza con un saludo y un obsequio al compositor. En esta ocasión es casi imprescindible escucharla con auriculares para apreciar todo su valor.


De entre los objetos que han adquirido su nombre a partir de este origen nos encontramos con un fácilmente reconocible, especialmente para los aficionados a la literatura y poesía del periodo más brillante de nuestra historia.

Quevedos: De F. de Quevedo y Villegas, porque con esta clase de anteojos está retratado este escritor español del Siglo de Oro.

1. m. pl. Lentes de forma circular con armadura a propósito para que se sujete en la nariz.

Estas lentes inconfundibles del escritor entran en nuestro vocabulario a mitad del siglo XIX según el citado Breve diccionario etimológico de Joan Coromines
De cuerpo poco agraciado, Quevedo nació cojo con pies deformes y una miopía aguda, lo que hizo que su infancia fuera relegada a actividades sedentarias y solitarias frente a los demás niños, una situación que determinó su carácter agrio que desembocó en un humor jocoso y ácido y que tratamos en Quevedo en nuestro tiempo al cumplirse los aniversarios de su nacimiento y muerte en el mes de septiembre.
Sabido es que en el Siglo de Oro los más ilustres e ilustrados de nuestros escritores tenían unas relaciones bastante agrias entre ellos y que utilizaban sus plumas para agredir a sus rivales literarios, como se trató también en este blog en Rivalidades artísticas: El Siglo de Oro
En este sentido, nos acercamos a uno de los poemas atribuidos a Luis de Góngora en el que, dentro de su estilo culteranista, escribe un soneto contra la figura de Quevedo en la que, no sólo ataca su capacidad creativa, sino que, entrando en ese juego de palabras y dobles sentidos, también lo hace sobre sus defectos físicos.
Incluida en algunos de los libros antológicos que recogen su obra lírica, Poesía, lo encontramos entre las obras clasificadas como Sonetos atribuibles por su dudosa procedencia, pero que encajan dentro del estilo del escritor. Quizás sólo se tratase de hacerlos circular de forma anónima.

Retrato de Quevedo atribuido a John Vanderham, Museo Wellington (Londres)
Así, en este soneto A don Francisco de Quevedo, encontramos una gran cantidad de expresiones, algunas de las cuales merecen la pena ser comentadas para apreciar el elemento tóxico que destilaban estas diatribas entre autores. 
En el primer cuarteto hace referencia a pies de elegía refiriéndose a las medidas de sus versos elegíacos, aunque fonéticamente suenan como «pies de lejía», con el doble sentido de versos desiguales y la referencia a los defectuosos pies del escritor.
El último terceto es totalmente escatológico, pues hablando del «ojo ciego», remite los versos flojos no sólo al poco valor que les da, sino también al vientre suelto que acaba necesitando de los gregüescos, esos calzones anchos que necesitará al no poder contenerse.
Aunque la referencia que más se acerca a esta publicación la encontramos en el primero de los tercetos, al hablar de antojos en el doble sentido de capricho y anteojos, una acepción que continúa al comentar que quiere traducir del griego sin haber podido verlo por sus propios ojos. Ya aparecieron los quevedos.

En esta ocasión nos centramos en un instrumento musical cuyo origen proviene del latín que lo tomó del griego.

Lira: Del lat. lyra y este del gr. λύρα, lýra.

1. f. Instrumento musical usado por los antiguos, compuesto de varias cuerdas tensas en un marco, que se pulsaban con ambas manos.

2. f. Instrumento que por ficción poética se supone que hace sonar el poeta lírico al entonar sus cantos.

3. f. Numen o inspiración de un poeta determinado. La lira de Anacreonte, de Horacio, de Herrera.

4. f. En la lotería de algunos países, aparato formado por diez varillas metálicas donde se ordenan las bolas tras su recuento y comprobación antes de introducirlas en el bombo.

5. f. Métr. Combinación métrica de cinco versos, heptasílabos el primero, tercero y cuarto, y endecasílabos los otros dos, de los cuales suelen rimar el primero con el tercero, y el segundo con el cuarto y el quinto.

6. f. Métr. Combinación métrica que consta de seis versos de distinta medica, y en la cual riman los cuatro primeros alternativamente, y los dos últimos entre sí.


Aparte de la referencia a la lotería y las dos últimas acepciones relacionadas con la poesía, nos centramos en las tres primeras. La primera acepción se refiere al instrumento musical, mientras la segunda y la tercera amplían a un significado más amplio: 

Lírico, ca. Del lat. Lyricus, y este del gr. λυρικός, Lyrikós, la forma f., del lat. lyrica, órum y este del gr. [τὰ] λυρικά (tá) lyriká.

1. adj. Perteneciente o relativo a la lira, a la poesía apropiada para el canto o a la lírica.

2. adj. Dicho de una obra literaria. Perteneciente a la lírica.

3. adj. Dicho de un poeta. Que cultiva la poesía lírica.

4. adj. Propio o característico de la poesía lírica, o apto o conveniente para ella. Arrebato, lenguaje, talento lírico.

5. adj. Que promueve una honda compenetración con los sentimientos manifestado por el poeta. Una evocación lírica.

6. adj. Dicho de una obra de teatro: Total o principalmente musical.

7. f. Género literario, generalmente en verso, que trata de comunicar mediante el ritmo e imágenes los sentimientos o emociones íntimas del autor.

Con esta vasta gama de significados, relacionados algunos entre sí, nos  parece importante observar los dos últimos referidos a las obras musicales para el escenario: óperas, zarzuelas y los musicales actuales; y la última, que hace referencia a las obras poéticas. 

Nos quedamos en compañía de la palabra original: la lira, ese instrumento ancestral que es el origen del resto de términos y acepciones.
Márcia Typynambá interpreta una versión para lira de la Sonata para piano nº 14, el Op. 27 nº 2 de Ludwig van Beethoven, más conocida con el sobrenombre de Claro de luna


El último de los términos relacionados con la literatura no es estrictamente un epónimo, en el sentido de que el término no proviene de una persona, sino que es un sustantivo creado para un grupo de personajes en una obra de teatro y que ha entrado de lleno en nuestro vocabulario y en nuestras vidas.

Robot. Del ingl. robot, y este del checo robot, de robota «trabajo, prestación personal.»

1. m. Máquina o ingenio electrónico programable que es capaz de manipular objetos y realizar diversas operaciones.

2. m. robot, que imita la figura y los movimientos de un ser animado.

3. m, Persona que actúa de manera mecánica o sin emociones.

4. m, Inform, Programa que explora automáticamente la red para encontrar información.

Un termino tan utilizado en nuestra vida tiene, como vemos, su origen en una palabra de origen checo, una de las pocas que proceden de ese idioma, quizás junto con golem, kafkiano, pistola o alguna otra más.
Su creación se debe al escritor checo Karel Čapek (1890-1938), un autor relacionado con la ciencia ficción, cuya obra más importante es La guerra de las salamandras (1936), una obra en que critica con un fuerte tono irónico la deriva nazi y la incapacidad de los países para poner freno al peligro que presentaba.
Pero el término robot lo utilizó en su primera obra de teatro R. U. R. (Robots Univesales Rossum), una pieza que estrenó en el Národní Divadlo (Teatro Nacional) de Praga en 1921 y en otras ciudades como Nueva York, París o Londres en los meses siguientes. 

Acto I de RUR, Theatre Guild (Nueva York, 1923),fotografía de Francis Bruguiere
Según contaba el diario Lidove Noviny a finales de 1933, cuando Čapek ya era un escritor consagrado, la idea para su primera obra de teatro se le ocurrió cuando contaba veinte años. Le contó a su hermano Josef, pintor cubista, su idea, aunque sin tener claro el nombre que darle a los trabajadores creados en el laboratorio. Tras pensar en el término Labori, su hermano le propuso llamarles robots. Esta palabra procede del checo «robota» y significa trabajo, especialmente el que se refiere al de los siervos de la gleba. 
La obra, que tuvo un éxito casi simultáneo en diversos países contribuyó a popularizar el término robot, aunque en la novela se refiere más al significado que damos actualmente al término androide que al de máquina que realiza trabajos como los brazos robóticos u otros aparatos programables que se utilizan en la industria o en el ámbito doméstico.
Nos quedamos con dos extractos de R. U. R. (Robots Univesales Rossum), el primero de los cuales nos muestra el inicio de la obra, en la que nos situamos en la oficina principal de la fábrica de robos, en la que, tras despachar la correspondencia Domin, el director general de R.U.R., recibe la visita de Elena Glory, un personaje que tendrá una trascendencia capital en el desarrollo de la obra.



A continuación nos situamos en el Acto III, en el que la influencia de Elena ha hecho que se fabriquen los robots con características más humanas, lo que origina una revuelta de los mismos que pone a los protagonistas, y a la propia humanidad en un trance que la llevará a su próxima desaparición.


Recuerda que puedes seguir otra publicación relacionada con los epónimos en Dantesco, maquiavélico, kafkiano y otros más.

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Bibliografía y webgrafía consultadas:

10 comentarios:

  1. Muy interesante como de costumbre, Miguel Ángel. Otra entrada más que nos permite conocer un montón de hechos y curiosidades que, de otro modo, posiblemente no descubriríamos. Me ha gustado, especialmente, el apartado dedicado a la palabra "robot", aunque el diálogo entre Pantaleón y el Doctor me imagino que resultaría bastante cómico en una representación teatral. Magnífico trabajo.
    Un abrazo!

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    1. Gracias, Antonio.
      Es interesante conocer más sobre lo que nos rodea, entre muchas cosas el vocabulario que utilizamos habitualmente y su origen. La palabra robot, que apenas tiene poco más de un siglo de existencia, es uno de esos préstamos que utilizamos cada vez con mayor frecuencia. En cuanto al diálogo de la obra de Goldoni, es de ese tipo de obras que gana mucho en escena on la expresividad, la improvisación y la reacción del público.
      Un fuerte abrazo :-)

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  2. Hola Miguel: muy buena y curiosa entrada. Me ha recordado a mis juegos creativos, donde suelo recurrir a algún recurso así raro o curioso de la lengua para jugar con el lenguaje y desarrollar la creatividad, quizá algún día recurro a los epónimos para hacer un juego creativo.
    Y hablando de epónimos, tus entradas o post o artículos o como se quiera llamar, son "migueletras", auténticas letras o textos llenos de literatura, música, cultura, curiosidades y creatividad. A ver si conseguimos que el término se difunda y cuando los demás escribamos una entrada similar (aunque no tan bien), diremos: "he escrito una migueletra"... Y pronto será un epónimo más que aparecerá en la RAE.
    Un fuerte abrazo. :)

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    1. Gracias, Merche.
      Seguro que sacas mucho partido con tu creatividad a los epónimos o a cualquier tipo de palabras que te propongas.
      En cuanto a “migueletras”, seguro que no llega a neologismo ni que tendrá ningún recorrido. Pero gracias por el detalle.
      Un fuerte abrazo :-)

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  3. Hola Miguel, que buena entrada. El diálogo del Doctor Pantaleón me ha hecho mucha gracia. Los epónimos que compartes muy interesantes.
    Cómo siempre un placer leerte. Un abrazo

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    1. Muchas gracias, Nuria. Me alegra que te haya gustado esta entrada y los textos que la acompañan.
      Un fuerte abrazo :-)

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  4. No sé si valen estos ejemplos. Me permito añadirlos:
    "Apertura Alapin", ajedrecista ruso que inventó este tipo de defensa. Aunque no es un objeto. También podría valer "Talón de Aquiles" por el famoso héroe. O la máquina denominada "Tornillo de Arquímedes" en honor a su creador.
    Quizás tenga cabida "Atlas", el titán mitológico que llevaba el mundo en sus espaldas.
    Qué gracia lo relativo a los gregüescos, esos calzones anchos... Desconocía ese término.
    Gracias Miguel por llamar nuestra atención sobre la riqueza del idioma español, que cuenta con casi 500 millones de hispanoparlantes. Es la segunda lengua materna del mundo por número de hablantes, y la tercera lengua en un cómputo global. Ahí es nada.
    P.S.: te invito a pasarte por mi blog y opinar sobre lo que desees. Hace tiempo que no te leo.

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    1. ¡Cómo no van a valer esos ejemplos, Marcos!
      Son muestra de la riqueza de nuestra lengua, palabras que han ido adquiriendo entidad una a una por el uso que le damos y una muestra de la importancia del intercambio entre distintos idiomas y culturas. Confío en que estas entradas sobre epónimos tengan continuación tanto literaria como musical.
      Un fuerte abrazo :-)

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  5. Hola, Miguel, muy interesante este artículo sobre los epónimos, bien documentado y mejor expresado para disfrute del lector. Las piezas musicales y las letras prestadas son piezas que invitan a ir al original para conocerlo en su totalidad. Por quedarme con uno, elijo pantalón, por ser una palabra tan corriente y enterarme hoy, gracias a ti, de que tiene un origen tan culto. Nada menos que de la Comedia del arte italiano del siglo XVI.
    Un disfrute leer un artículo como este. Gracias, Miguel.
    Un abrazo!

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    1. Muchas gracias, María Pilar.
      Es interesante indagar en términos que solemos utilizar y cómo han llegado hasta nosotros. Además, como dices, ir al original es muy interesante en algunas ocasiones.
      Un fuerte abrazo :-)

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