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Cien años con Miguel (Delibes)

Ya lo he dicho a menudo, soy un cazador que escribe.
Miguel Delibes

El 17 de octubre de 1920 nacía en Valladolid Miguel Delibes Setién, quién llegaría a convertirse en uno de los más grandes escritores en lengua castellana del siglo XX.  
En 2020 se celebra el centenario del nacimiento de una personalidad que ha marcado una época en la literatura de nuestro idioma, reflejando en su obra una gran parte de la sociedad de su siglo, sus personajes, sus sentimientos y pasiones, incidiendo en un mundo que le apasionaba, el rural y el castellano, con sus gentes y su apego a una tierra que, poco a poco, se ha ido despoblando. 
Queremos dedicar esta publicación a recordar algunos textos de sus obras buscando así el propósito de volver a leerlas o, en su caso, iniciarnos en su lectura. No se trata de realizar un repaso exhaustivo de su obra, sino de evocar algunas de ellas, muchas de las cuales han trascendido al mundo de los libros para pasar al lenguaje cinematográfico, televisivo e, incluso, a las tablas de los escenarios.
Así, a partir de estos cien años transcurridos desde su nacimiento, tenemos la oportunidad y también la excusa de leerlo y pasear por una de las obras más completas y completas del siglo pasado. Pese al tiempo transcurrido, Delibes sigue con nosotros y, como quienes escriben de los grandes temas que se encuentran tras las pasiones humanas, podemos leerlo y encontrarnos con él y con nosotros mismos cuando queramos.
Siguiendo la vocación de este blog, buscando una excusa para unir la literatura y la música, nos acompañan algunas piezas vocales para rendir este homenaje.
En las redes podemos seguir algunos de estos hashtags hashtag y cuentas: #Delibes100, #Delibes, #DelibesALosCien, @MiguelFundación, @MiguelDelibes o @Delibes2020.
Te propongo un paseo por algunos textos de Miguel Delibes aprovechando que estos días se celebra el centenario de su nacimiento con la idea de acercarnos a su obra literaria. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!


Escritor, antes y durante su carrera literaria fue periodista, como caricaturista primero, para pasar a reportero de calle, redactor y finalizar como director de El Norte de Castilla hasta su dimisión. También obtuvo la cátedra de Derecho Mercantil, impartiendo clases en La Escuela de Comercio de Valladolid. Pero lo que más lo definía según él mismo era ser cazador. "Ya lo he dicho a menudo, soy un cazador que escribe".
Su carrera literaria comenzó en 1947 con La sombra del ciprés es alargada, una novela con la que obtuvo el Premio Nadal el año siguiente.
En esta novela, Delibes trata sobre los problemas existenciales del protagonista, reflejados en una época pesimista y gris como la postguerra en la que se desarrolla la obra como el momento en que esta se escribe. Pedro, el protagonista, va modificando su carácter optimista y alegre hacia la desesperación, la desolación y la angustia en los que vive rodeado desde que comienza a ser criado por su tío y don Mateo, su profesor. La amistad con Alfredo y su vida junto a Jane, una americana con la que se casa, le hacen salir momentáneamente de este círculo vicioso hasta que desaparecen definitivamente.
El primer texto que nos acompaña nos acerca a uno de los viajes de Pedro, quien conoce en Málaga al curioso Julián Royo, a quien encontrará ocasionalmente en sus viajes mientras está enrolado en la marina.

Miguel Delibes estaba emparentado con el compositor francés Léo Delibes, ya que su abuelo paterno Fédérick era sobrino del compositor. Así, por esta sencilla razón, nuestra primera obra musical procede del arraigo familiar, sin más relación antes de pasar a obras más cercanas a la vida y estilo literario del escritor vallisoletano.
Hace pocas publicaciones traíamos a este blog Coppelia, uno de los ballets de Delibes, mientras en esta ocasión nos acompañará un dúo de una de sus óperas, posiblemente el más conocido de todos. Se trata de Viens, Mallika, aunque es más conocido como El dúo de las flores del Acto I de la ópera Lakmé. La interpretación que nos acompaña procede de una grabación en estudio para el disco French Arias Opera y corre a cargo de Sabine Devieilhe y Marianne Crebassa con Las Siècles, todos dirigidos por François-Xavier Roth.


Cuando la sociedad española comenzaba a abrirse a nuevos pensamientos y la literatura buscaba nuevas estéticas con que afrontar ese aire renovado que se necesitaba que entrara, Delibes publicó Cinco horas con Mario en 1966, una novela original y sorprendente que renovaba el estilo. En ella, Delibes muestra una radiografía de la España de la época a través de los pensamientos de Carmen, la esposa del fallecido Mario, que fluyen con la naturalidad con que transcurren y van de una idea a otra en nuestra mente, ágil y mostrando la enorme capacidad del escritor para reproducir el lenguaje cotidiano a base de frases hechas, coloquialismos y lugares comunes.


En Cinco horas con Mario, durante el tiempo que Carmen vela a su marido, Delibes utiliza las frases que el difunto ha subrayado en la Biblia y que generan el pensamiento en su viuda con su monólogo interior. Así, se muestra también, esas situaciones que se reproducen en tantas convivencias, saber hasta qué punto se conoce a la otra persona, ese deseo de que la persona con la que se convive sea, en algunos aspectos como queremos que sea o cómo los demás influyen en sus actos y pensamientos.
Así, esta obra dio un salto fuera de la literatura y tuvo su recorrido en los escenarios teatrales y cinematográficos, como otras novelas de Delibes.


Conocido en el mundo del cine y la televisión, Antón García Abril (1933) es uno de los compositores más escuchados en nuestro país en estos medios durante varias décadas. Autor de la sintonía de El hombre y la tierra de Félix Rodríguez de la Fuente y un largo número de series televisivas, también puso música a algunas de las adaptaciones para la pequeña o gran pantalla de las obras de Delibes.
Nos acompaña con la canción No por amor, no por tristeza, en la coz de la soprano Estrella Cuello, acompañada al piano por Miguel Ángel Tapia.

 

Posiblemente Los santos inocentes sea una de las obras más conocidas de Delibes, quizás por llegar al gran público en la adaptación cinematográfica que realizó Mario Camus con Paco Rabal, Alfredo Landa y Juan Diego en los personajes principales, contando con la música de García Abril.
La novela retrata la Extremadura profunda de los años sesenta en la que la familia de Paco, el Bajo sirve sometida, casi en un régimen feudal, a la explotación de los dueños, siendo el señorito Iván quien los representa. Las figuras del citado Paco el Bajo, su esposa Régula y el hermano de ella, Azarías, un adulto encerrado en la mente de un niño, que hace más migas con su Milana bonita -una grajilla que le acompañaba a todas partes-  que con las personas, refleja un tiempo que parece haberse detenidos hace siglos y que, en aquellos momentos, aún perduraba. El lenguaje de Delibes se desdobla entre el narrador omnisciente y el lenguaje simple, coloquial y sencillo de los protagonistas, reflejando esa España profunda de la que salieron historias como las del crimen de Puerto Hurraco.


Hijo de un joyero alemán y madre española, Ernesto Halffter es el primero de una dinastía que ha dedicado su actividad creativa a la música. Autor precoz, su primera gran obra, Crepúsculo, la compuso con apenas quince años, lo que acabaría convirtiéndolo en el único discípulo de Manuel de Falla.
Halffter (1905 - 1989) compuso música sinfónica, de cámara, para la escena, canciones e incluso para el cine.
De entre su obra, nos acompaña en este paseo por la obra de Delibes con una de las canciones que compuso a partir de poemas de Rafael Alberti, La corza blanca.
La soprano Soledad Vidal, acompañada por el pianista Aurelio Viribay interpretan La corza blanca en un recital celebrado en Málaga en marzo de 2019.


Miguel Delibes contrajo matrimonio con Ángeles de Castro en 1946, un momento decisivo en la vida de ambos que, como es habitual, se abría con la incógnita sobre lo que sucedería entre ambos con el paso del tiempo. Fue Ángeles quien le animó a escribir y continuar posteriormente su carrera, hasta tal punto que las primeras obras fueron firmadas con el acrónimo MAX, donde las dos primeras letras representaban las iniciales de la pareja, mientras la incógnita era el futuro que se les depararía a ambos.
Tras una vida intensa juntos con siete hijos frutos de su relación, en 1974 falleció Ángeles dejando al escritor marcado por una profunda tristeza, un año después de que fuera admitido en la Real Academia Española de la Lengua para ocupar el sillón e, ingreso que no se produciría hasta 1975.
Después del fallecimiento de Ángeles y la publicación de nuevas novelas, no fue hasta 1991 en que Delibes publicó una obra que estuviera dedicada a su esposa. En Señora de rojo sobre fondo gris, Delibes compone un emocionado canto al amor de su vida. Un pintor sumido en una crisis de creación narra su vida a su hija en un nuevo monólogo que, además de homenaje a su esposa, es una suerte de exorcismo con el que saca el dolor sufrido por su pérdida. 


Se trata de una obra con tintes biográficos por la que transitan algunos conocidos de la época como Evelio Estefanía, inspirado en Julián Marías, César Varelli en César Alonso de los Ríos o Primitivo Lasquetti, basado en Francisco Umbral.
En Señora de rojo sobre fondo gris, Delibes dibuja en poco más de un centenar de páginas el contexto sociocultural y político de la España de 1975.
Verdadera inspiradora, animadora e instigadora de la vocación literaria de su esposo, Ángeles de Castro surge aquí, no ya como la esposa desaparecida, sino como un personajes femenino que sirve para encauzar un canto al amor de madurez, sereno, de toda una vida.


Compuesta por Antón García Abril a partir de un poema de José Viñals, nos acompaña Ciego de amor, una de las dos composiciones que forman Canciones para el recuerdo. La grabación pertenece a un registro del estreno mundial interpretado por la mezzosoprano Ana Häsler y el pianista Enrique Bernaldo de Quirós.


Publicada en 1998, El hereje es la última novela de Miguel Delibes. En un regreso al pasado, narra la vida de Cipriano Salcedo, dibujando un abigarrado retrato del Valladolid del tiempo de Carlos V por el que deambulan sus costumbres, los paisajes urbanos y rurales y sus gentes, la lucha entra la continuidad de la fe y los cambios en un momento en que los valores inmutables se tambalean. Los personajes se debaten -como ahora, como siempre- entre la lucha consigo mismos y con el mundo en que viven, en un relato duro por momentos que, en el fondo es una defensa de la libertad de conciencia, la tolerancia y las pasiones humanas.
El texto elegido se centra en el descubrimiento de el protagonista hace del placer de la lectura, algo que será determinante en el desarrollo de su vida.


Volvemos a buscar el acompañamiento de la música de Ernesto Halffter para continuar nuestro paseo por la obra de Delibes.
En esta ocasión se trata de la Canción de Dorotea, compuesta a partir del capítulo XXVII de la primera parte de El Quijote que comienza con las palabras ¿Quién menoscaba mis bienes? cantada por Cardenio y que ya trajimos a este blog en Cervantes y Shakespeare unidos por Cardenio.
La soprano María Zapata acompañada de nuevo por Aurelio Viribay al piano interpretó esta Canción de Dorotea en un recital celebrado en Ciudad Real en septiembre de 2016.


El último de los textos con el que hacemos este emocionado homenaje a Miguel Delibes, pretendiendo propiciar que desempolvemos esos libros suyos que tenemos en nuestras bibliotecas o adquirirlos para disfrutar con la lectura y el pensamiento de uno de los grandes creadores del siglo XX en nuestro idioma, nos lleva a una de sus primera novelas, El camino.
Publicada en 1950, es la tercera obra de Delibes, una suerte de libro, no de iniciación, sino en el momento previo a esa iniciación a una nueva vida, ese momento en que se intuye que acaba un momento de la vida y comienza otro, una obra que ha sido llevada al cine y la televisión en varias ocasiones.
Daniel, el Mochuelo va a ser enviado por su padre a la capital a estudiar el bachillerato, aunque el desea que, a sus once años, su vida siga ligada a la aldea, junto con sus amigos, los campos, los animales y sus vecinos.


La noche previa a la marcha, Daniel, el Mochuelo la pasa en desvelo evocando a Roque el Moñigo y Germán el Tiñoso por esos campos en que descubren la vida, el poblado cielo nocturno, la tierra, las costumbres de sus convecinos. 
Delibes refleja aquí ese momento que nos trae a la memoria un tiempo pasado de ensoñación, fascinante y nostálgico que sólo lo adivinamos cuando notamos que se nos está escapando. Esa mirada infantil, que no capta la realidad sino desde un particular e incompleto punto de vista, viene acompañada por una galería de personajes nítidamente dibujados, reconocibles por todos en las comunidades pequeñas y cercanas, y repleto de una fuerza y unas relaciones que, en ocasiones, viene repleta de un fascinante sentido del humor.
Con la presentación de uno de esos personajes que quizás nos recuerden a alguien y que no se nos irá de la memoria, la Guindilla mayor, finalizamos este paseo por la obra de Miguel Delibes con una socarrona sonrisa en nuestra cara y nuestro corazón. 

Nos despedimos definitivamente con otra canción de Antón García Abril perteneciente a Tres nanas para voz y piano compuestas en 1961. Acompañada por Nana de la Negra y Nana del niño malo, la última pieza que nos acompaña es la Nana de la cigüeña. Basada en un poema de Rafael Alberti, está interpretada por la soprano María Orán acompañada al piano por Chiky Martín.


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Bibliografía y webgrafía consultadas:

2 comentarios:

  1. ¡Vaya entrada más completa! Fue un gran escritor con un estilo característico. No conocía tu blog, me quedo de seguidora y te invito a que te pases por el mío si te apetece.
    Un abrazo y feliz día.

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    1. Gracias, Rocío.
      Me alegra te gusten la entrada y el blog. Ya he localizado el tuyo y te leo.
      Un abrazo :-)

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