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Notre-Dame de París, Victor Hugo y nosotros

#NotreDameVictorHugoEtMoi

Asistimos atónitos a uno de los accidentes que más impacto ha tenido sobre todos nosotros, especialmente los europeos. El pasado 15 de abril de 2019 un incendio causaba grandes destrozos sobre los tejados de pizarra y madera de la Catedral de Notre Dame de París. No sólo se incendiaba un edificio, sino todo un símbolo de la historia y la cultura europea, la primera gran catedral gótica. 
Sus obras comenzaron en pleno siglo XII, en 1163 y, aunque estaba prácticamente terminada cien años después, no fue hasta 1345 en que quedó definitivamente finalizada. Su emblemática aguja central hubo de ser desmontada en 1786 y tras la Revolución Francesa fue expoliada y utilizada como almacén, hasta que Napoleón Bonaparte la devolvió a la Iglesia francesa pocos años antes de su coronación como emperador en ese mismo lugar. Una nueva restauración comenzada en 1845 y que se prolongó durante un cuarto de siglo devolvió la iglesia a su esplendor con la renovación de una nueva aguja central de 96 metros de altura, la incorporación de las gárgolas que conocemos en la actualidad y la desaparición de los edificios colindantes para resaltar su majestuosidad.
No fue hasta 1831 en que Victor Hugo publicó su novela Notre Dame de Paris (Nuestra Señora de París ) en que volvió a recuperar parte del prestigio que le correspondía como edificio y símbolo de la historia y la cultura de Europa.
En esta entrada sugiero hacer y sentir como Patrimonio de la Humanidad la iglesia de Notre Dame, así como un paseo por la obra de Victor Hugo y poder escuchar la última música que se interpretó allí, así como la que no se ha podido oír por los acontecimientos. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere! 





Ver cómo se destruye un edificio como Notre-Dame es dramático por su carácter simbólico, cultural e histórico. Ese dolor que lo acompaña podemos mitigarlo con algunas consideraciones. En primer lugar, porque todo apunta a que ha sido un accidente, no una muestra de intolerancia como podría haber sido un atentado. Además, la rápida acción de la sociedad francesa y europea encabezada por el presidente Macron y algunos grupos empresariales y familiares que se han comprometido a colaborar con algunas donaciones para comenzar lo más pronto posible la restauración, enfatiza la intención de que el templo parisino vuelva a ser el símbolo que era antes del suceso. En tercer lugar, porque no ha habido víctimas personales que lamentar. Y por último, porque hay situaciones y problemas más importantes en nuestro planeta a los que dedicar nuestros esfuerzos e inversiones: hambrunas en muchos lugares, situaciones de desequilibrio entre países desarrollados y otros de lo que se dio en llamar Tercer Mundo; inmigración por culpa de guerras y situaciones de opresión. 


Notre-Dame en un grabado del XIX, aún sin la aguja. Hulton Archive Getty
Cuando Olivier Latry fue nombrado en 1985 uno de los cuatro Titulaires del grands orgue de Notre-Dame de París contaba 23 años de edad. En la actualidad está reconocido como uno de los grandes intérpretes e improvisadores de órgano, habiendo llevado a más de cuarenta países del mundo su maestría, llegando a convertirse en uno de los más populares organistas franceses.
En el enlace siguiente podemos admirar su estilo interpretando la conocida Tocata y Fuga en re menor, BWV 565 de Johann Sebastian Bach. Si quieres, puedes oírla mientras continúas leyendo, aunque el vídeo nos muestra un film de Dorian & Hugo producido por Gump & La Dolce Volta para el álbum Bach to the Future grabado en Notre-Dame, que tiene el atractivo de mostrarnos la complejidad del órgano, además de hacer un recorrido por el interior de la iglesia parisina.


Considerada la primera catedral gótica, Notre-Dame tiene también una vida literaria en la que destaca, sobre todas, una obra.
Victor Hugo, el gran novelista francés del siglo XIX, el hombre que llenó con sus libros más de medio siglo de la cultura de Francia, quiso ser desde pequeño escritor. "Deseo ser Chateaubriand o nada" escribió en su cuaderno con apenas catorce años. Nacido en 1802 en Besançon, en una Francia ya revolucionaria, Hugo rompió con el estilo del neoclasicismo desde sus primeras obras para proclamar el principio de "la libertad en el arte" y entrar de lleno en el romanticismo.
Poeta y dramaturgo, lo que lo ha hecho pasar a la historia de la literatura son sus novelas, marcadas por una mirada histórica y el hecho de poner el acento en las injusticias sociales, lo que le hizo renegar de su condición de político conservador para adoptar posturas críticas con su antes admirado Napoleón III y exiliarse durante dos décadas en las que continuó escribiendo.
Algunas de sus obras se adaptaron a la ópera como Lucrezia Bogia de Donizetti (basada en su Lucrèce Borgia) o Hernani y Rigoletto (inspirada en Le roi s'amuse, El rey se divierte) de Verdi.
Más de setenta obras forman su legado literario entre los que se encuentran novelas como El último día de un condenado a muerte, Notre-Dame de Paris, Los miserables o Noventa y tres, además de algunas pinturas y el hecho de construirse él mismo algunos de sus muebles, que indican la capacidad de trabajo y lo polifacético que fue.

Ciudad con puente caído. Dibujo de Víctor Hugo, 1847
En el prólogo de Notre-Dame de París, Hugo deja claro cuál fue el origen inspirador de la novela y el trágico final que no deseaba para un edificio con tanta historia. Ahora, en estos momentos trágicos, alcanzan de nuevo fuerza y sentido.



El martes 16 de abril, el día siguiente al incendio que devastó la catedral de Notre Dame, iba a tener lugar un Concierto de canto gregoriano y música medieval titulado Les sept dernières paroles (Las siete últimas palabras de Cristo en la cruz) por el Ensemble vocal de Notre Dame de Paris con Sylvain Diedonné en la dirección. En él se iban a interpretar obras anónimas y de grandes compositores tanto medievales como del siglo XX: Guillaume Dufay (Vexilla regis), Olivier Messiaen (L'abîme del oiseaus, de su Cuarteto para el final de los tiempos) o Raphaël Mas (Les sept dernières paroles).
Pese a la evidente suspensión del concierto en el momento y el lugar previsto, enlazo con una grabación del himno Vexilla regis de Dufay por el grupo Musica Antiqua perteneciente a un disco publicado en 1954 en Berlín por la Deutsche Grammophon GmbH con obras de los grandes autores medievales franceses: Perotin, Leonin, Machaut y el mismo Dufay. Este Vexilla regis era la obra con la que iba a finalizar este concierto, dentro del más ortodoxo estilo del medievo francés.


Victor Hugo aprovechó un encargo que tenía de publicar una novela para posicionarse a favor de uno de los edificios medievales más emblemáticos de Europa, la Catedral de Notre-Dame, en un momento histórico en que los edificios góticos eran derribados para ser sustituidos por otros más de acuerdo con la época. 
Creó así Notre-Dame de Paris (Nuestra Señora de París), una novela que seguía los postulados del romanticismo. Los protagonistas marginales, una trama cargada de amores imposibles y una ambientación histórica que arranca en 1482, hacen que personajes como el jorobado Quasimodo, la gitana Esmeralda, el archidiácono Frollo o el capitán Phoebus de Châteaupers, junto con quienes forman la Corte de los milagros pasen a formar parte de nuestra cultura colectiva.


En estos días de conmoción ante el incendio de Notre-Dame hemos podido leer en las redes sociales que las productoras cinematográficas que han realizado películas sobre esta obra han llegado a predecir el incendio e incluso el final de esta iglesia. Nada de eso. Leerlo en la fuente original nos muestra de dónde surge la idea y lo fácil que ha sido convertir el texto de Victor Hugo en imágenes cinematográficas.



Si la música anterior no se ha podido escuchar en su momento, la que nos acompaña a continuación tiene la emoción de ser la última que se interpretó en Notre-Dame, justo el día anterior al incendio. En la celebración del Domingo deR amos, el 14 de abril de 2019, se interpretaba en la comunión el Stabat Mater de Jean-Charles Gandrille
Nacido en 1982, Candrille es uno de los jóvenes compositores franceses que escribió esta obra como una Letanía para dos sopranos y órgano en 2015, obra que se interpreta con frecuencia en los ritos de Notre-Dame, como en esta celebración del pasado Domingo de Ramos. En esta ocasión se cantó en adaptación para el Coro Infantil de La Maîtrise Notre-Dame de París.


Confiamos en que pronto podamos volver a visitar y escuchar los sonidos de Notre-Dame. Leer sobre ella, podemos hacerlo en cualquier ocasión con la obra de Hugo u otras, aunque queremos saber que el final aún no está escrito.

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Bibliografía consultada:
  • Nuestra Señora de París. Hugo, Víctor. Alianza Editorial, 2012. Traducción de Carlos Dampierre
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