Si hay alguien entre el público que no conozca el arte de amar, que lea esta obra y, cuando se haya documentado leyéndola, que ame.
Ovidio
Pocos temas han sido tan abordados en la literatura, la música o en cualquier tipo de arte como el amor. Las relaciones amorosas, sus deseos, sus anhelos, su búsqueda, su correspondencia o no, forman parte de la naturaleza humana y, por ende, de los temas recurrentes en nuestras manifestaciones artísticas y vitales.
A lo largo del tiempo el tema ha ido manteniendo una constancia en algunos aspectos fundamentales, mientras otros han ido cambiando según la mirada que la propia época ha ido adoptando según los pensamientos dominantes.
Así, hay obras que mantienen ese hilo conductor constante sobre el tema amoroso y que lo centran en la poesía elegíaca, este tipo dentro de la poesía lírica que se centra en el tema de la lamentación. También hay obras que entran en conflicto con la moral y los usos de su época al tratar temas controvertidos en su momento y en la sociedad en la que se presentan. Si a estos elementos añadimos la creación de una obra basada en alguno de estos textos llevándolos a evocar la musicalidad de los tiempos en que fueron compuestos los poemas, nos encontramos con una oportunidad para comprobar si tienen aún algo que decirnos en nuestro tiempo.
Te propongo una mirada literaria y musical sobre el tema del amor en el imperio romano con dos autores esenciales, Ovidio y Catulo en la que podemos observar la actualidad de algunos de sus textos y su adaptación musical por Carl Orff en los Catulli Carmina. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!
Nacido en el 43 a. de C. en Sulmona, una localidad situada a algo más de cien kilómetros de Roma, Publio Ovidio Nasón procedía de una familia acomodada que, por su origen, lo predestinaba a la actividad política. Así, en plena juventud fue enviado con su hermano, un año mayor, a Roma a realizar estudios de retórica, destacando aquel en el aspecto jurídico, mientras él desarrollaba el gusto por lo poético.
Siguiendo la costumbre de las familias adineradas, inició con un amigo, el poeta Macro, un viaje que lo llevó a Oriente para completar sus estudios, permaneciendo durante un tiempo en Grecia, especialmente en Atenas y posteriormente en Sicilia, donde entró en contacto con los pensamientos filosóficos, además de realizar recitales de poesía.
Cuando contaba con veinte años murió su hermano, haciendo que sintiera que había perdido una parte de sí mismo.
Tras iniciarse en la política como Triunvir capitalis, cuya labor consistía en inspeccionar las prisiones y asegurarse de que se cumplían las sentencias dictadas, abandonó para dedicarse a su pasión poética.
Así, Ovidio entró en el grupo de Mésala Corvino que estaba integrado por poetas y literatos como Macro, cultivando la amistad de escritores como Propercio, Pónico y Baso, leyó a Horacio y Catulo y tuvo un fugaz conocimiento personal de Virgilio.
Nos acercamos hoy a uno de sus libros, Ars Amatoria, también conocida como Ars Amandi (El arte de amar) una de sus obras más emblemáticas y más controvertidas en su época que la acarreó no pocos problemas.
Su inicio deja claras las ideas y las intenciones del autor.
Si hay alguien entre el público que no conozca el arte de amar, que lea esta obra y, cuando se haya documentado leyéndola, que ame. Por medio del arte se mueven las rápidas barcas a vela y a remo, por medio del arte también los ligeros carros, y por medio del arte ha de ser gobernado el Amor. Automedonte tenía las cualidades idóneas para conducir carros y sujetar las flexibles riendas; Tifís era el timonel de la nave Hemonia; pero a mí Venus me puso ante los ojos de todos como maestro en el arte del tierno Amor: dirán de mí que soy el Tifís y el Automedonte de Amor.
Dividido en tres libros, Ars Amatoria recoge una serie de consejos, advertencias y recomendaciones sobre las relaciones amorosas. En el Libro I, Ovidio muestra dónde encontrar y cómo comenzar una relación, mientras que en Libro II explica cómo actuar para mantener esa relación amorosa. El Libro III lo dedica a estas relaciones con consejos y razonamientos dedicados a las mujeres.
Acostumbrados a unas relaciones amorosas o eróticas en que los derechos de matrimonios concertados o la existencia de personas de rango inferior propiciaban las relaciones, el primero de los textos que nos acompañan tratan de un tema que se nos antoja elemental por principio, la amabilidad en el trato.
Perteneciente también al Libro II, el siguiente texto recoge unos consejos de índole elemental, apropiados para cualquiera de las actividades que realicemos, sean o no amorosas. Afortunadamente -el tono ya lo indica- el propio Apolo fue quien descendió para aconsejar al poeta sobre esta particular advertencia.
Conocido sobre todo por su obra Carmina Burana (pronúnciese Cármina) basada en poemas goliardos medievales, Carl Orff continuó esta obra hasta completar un tríptico musical añadiendo los Catulli Carmina y finalizando con Il Trionfo di Afrodite (El triunfo de Afrodita).
Tras el éxito que obtuvo Orff con los Carmina Burana en 1937, varios teatros propusieron al compositor que añadiera una segunda parte a esta composición, ya que con ella no se llegaba a completar una velada musical debido a su corta duración. Así, tras varios proyectos que no llegaron a tomar vida, Orff se basó en poemas del escritor romano Catulo para componer su Catulli Carmina, Ludi Scaenici (Canciones de Catulo, Escenas lúdicas), un poeta cuyas obras corales siempre le habían llamado la atención.
La obra fue tomando forma ente 1941 y 1943 en una composición que bebe de las fuentes con que Stravinsky había revolucionado el mundo musical de principios del XX.
Con una orquesta formada por cuatro pianos, cuatro timbales y percusión más un coro y solitas, Orff crea una obra que recupera el estilo del coro griego, en el que este permanece siempre en escena, siendo por momentos espectador o protagonista, interviniendo, asistiendo al desarrollo o comentando los poemas.
Los personajes de Catulo, su amada Lesbia, su amigo Caelus, las meretrices Ipsitilla y Ammiana y los distintos coros de amantes, meretrices, jóvenes y ancianos participan en una acción en la que la repetición de frases, los ritmos sincopados, la fuerza de la percusión, una melodía que se adapta a patrones rítmicos, los diálogos que se mueven entre el recitativo y el canto y los coros a capella nos evocan el mundo romano en que fueron escritos los poemas por Catulo.
Catulli Carmina comienza con Praelusio, una introducción a modo de preludio en el que muchachos y muchachas están inmersos en el juego amoroso, finalizando este inicio con el comentario jocoso de los ancianos y la invitación a que presencien, oigan y vean los poemas de Catulo que vendrán a continuación.
El enlace nos presenta una versión con el texto en latín y castellano en la que podemos apreciar la fuerza del ritmo hipnótico que posee la obra de Carl Orff con música extraída del álbum Orff: Carmina Burana, Catulli Carmina, Trionfo di Afrodite del sello checo Supraphon. interpretado por la Orquesta Sinfónica Checa y sus coros bajo la dirección de Václac Smetáček.
Ovidio Nasón comenzó publicando dentro del estilo de la poesía elegíaca, ese género que se basa en la lamentación de la pérdida amorosa, aunque también de cualquier tipo: la vida, la salud o la esperanza.
En su primera obra, Amores, presenta sus vivencias sentimentales y amorosas, unas reales, otras literarias alrededor de Corina, su amada ideal, un personaje que será precursor de la propia Lesbia de Catulo, Beatriz de Dante, Laura de Petrarca o Elisa de Garcilaso de la Vega. En esta opera prima, Ovidio presenta una sucesión de narraciones procedentes de la mitología que configura un delicado mosaico de historias.
De toda su producción Las Metamorfosis es su obra más conocida y la que, durante siglos, ha sido modelo y fuente de inspiración para escritores y todo tipo de artistas, siendo quizás la obra literaria más estimada de la antigüedad. Se trata de una colección de más de doscientos relatos mitológicos independientes y de distinta extensión relacionados con el título, los cambios de forma, y centrándose en el análisis de los sentimientos y los conflictos del alma que este transformación genera en los protagonistas.
Ars Amarotia, otra de sus grandes obras y la que nos ocupa en esta ocasión, es una suerte de manual sobre los usos y goces del amor en el que el poeta alecciona tanto a hombres como mujeres en el arte de la seducción y en cómo mantener el amor que ya se ha alcanzado, escrita con un lenguaje y tono elegantes, con un buen gusto que puede considerarse frívolo en determinados momentos y que, quizás chocara más en la visión que tenían los lectores de su época que en la actualidad. En su obra supo combinar la expresión del sentimiento amoroso con un objetivo puramente didáctico. Aún así, Ars Amatoria fue la causa de los conflictos entre Ovidio y Augusto con las consecuencias que acarreó posteriormente al escritor.
Continuando con el Libro II de esta obra, Ovidio nos hace caer en la cuenta de que quien busca el amor debe hacerse a la idea de contar con dificultades, no ya de los hados o del propio destino, sino de la persona por la que siente ese amor.
Orff basó su segunda parte del tríptico Trionfo en los poemas de Cayo Valerio Catulo, un poeta nacido en Verona alrededor del año 85 a. de C., procedente también de una familia aristócrata y cuyo padre tuvo una relación política como aliado de Julio César, una circunstancia que despreció el poeta.
Muy joven se trasladó a Roma donde formó arte de los Neoteroi, un grupo de jóvenes poetas que imitaban los modelos griegos y del que él mismo es el único autor del que nos han llegado sus obras.
De lo poco que se sabe de su vida, se conoce el hecho de que quedó enamorado de una mujer a la que alude en sus poemas como Lesbia, un amor que comenzó con una ardiente pasión, pero que ella truncó al romper el contacto con el poeta. Según los poemas en que Catulo se alegra y se lamenta de su amada, es posible que hubiera varias reconciliaciones entre ambos.
Así, Cayo Valerio Catulo se presenta ante todos como el iniciador de la elegía amorosa en latín, un tipo de poemas alejado de héroes y mitos, que basó su obra en la métrica del dístico elegíaco con un hexámetro y un pentámetro y la inclusión de diversos temas entre los que destacan sus experiencias personales, algunas reales, otras literarias, de modo especial en sus Poemas a Lesbia.
Una vez finalizado el Praelusio, el Acto I de Catulli Carmina se inicia con Odi et amo (Odio y amo), un tema interpretado por el coro, mientras Catulo se encuentra meditando en escena.
Odi et amo, quare id faciam,
fortasse requiris.
Nescio,
sed fieri sentio et excrucior.
(Odio y amo, tal vez preguntes
por qué lo hago.
No lo sé, pero siento
que soy torturado y transformado.)
El coro de jóvenes de Viena, Jugendchor in Wien dirigido por Christoph Wigelbeyer interpreta Odi et amo del Acto I de Catulli Carmina en una grabación realizada en enero de 2015.
Si la obra de Ovidio fue controvertida en su época fue por algunas ideas que chocaban con algunas costumbres y usos romanos. La sexualidad y el erotismo no tenían el sentido que poseen en la actualidad como relación de equilibrio recíproco entre personas, por lo que algunas ideas expuestas por el poeta necesariamente se enfrentaban a la moralidad imperante en la época.
Los matrimonios convencionales cerrados por acuerdos entre familias con hombres maduros y mujeres jóvenes; las relaciones extraconyugales más o menos permitidas por la ley, pero consentidas por la sociedad; la existencia de personas sin derechos, los esclavos, que se encontraban bajo el dominio y para el placer de amos y señores marcaban una sexualidad en las que el afecto y el verdadero amor no estaba presente de forma habitual.
Ovidio manifiesta su modernidad y su actualidad sobrepasando los límites de los valores morales y las normas de su época. Así, en su Libro III del Ars Amatoria, Ovidio expone dos ideas que suponen un enfrentamiento con estas convenciones. Por una parte, lanza una declaración de principios sobre su gusto por las mujeres maduras y expertas frente a las jóvenes y la búsqueda del placer de la otra persona.
En este Libro III dedicado a las mujeres en el Ars Amatoria, Ovidio utiliza también sus artes oratorias para aconsejar sobre la importancia de mostrar el buen carácter, unas indicaciones que, también en esta ocasión, sirven por igual a cualesquiera de quienes lo lean con agrado y sentido.
Muniqués de nacimiento en 1895, Orff vivió en una época controvertida y en un país, la Alemania de Hitler que hubo de tener consecuencias en su vida. Carmina Burana se estrenó con gran éxito durante el período nazi, mientras el compositor seguía, de alguna manera, los dictados del poder. Pero, al parecer, pertenecía al movimiento de resistencia Die Weisse Rose (La Rosa Blanca), lo que hizo que, tras la guerra, le fuera permitido continuar componiendo por las potencias vencedoras. Aún así, su valor no sólo procede de su producción musical con estas obras principalmente, sino de su innegable capacidad pedagógica, fundando en 1924 la Escuela Günther para gimnasia, música y danza, donde estuvo impartiendo clases hasta el final de su vida y donde desarrolló un apreciado método musical que es conocido como Orff Schulwerk (Método Orff).
Catulli Carmina se divide en doce escenas que muestran la misma deslumbrante vitalidad que aparece en Carmina Burana, uniendo a ambas obras la actitud ante la vida y el poder desafiante e irrevocable del destino.
Una vez finalizado Odi et amo, el Acto I continúa y concluye con Vivamus mia Lesbia atque amemus (Vivamos, Lesbia mía y amémonos) en que el protagonista inicia las estrofas en un recitativo arioso que continúan los coros, repitiendo algunas de las estrofas y con la intervención de Lesbia y Caelo.
El enlace pertenece al recital de Grado en Licenciatura de Música sobre Dirección de la Universidad de Antioquia (Colombia) con la dirección de Ana Milena Bustamante, celebrado en la citada universidad en diciembre de 2019 con el tenor Stefano Echeverri como Catulo y la soprano Sonia Mesa en el rol de Lesbia.
Ars Amatoria supuso un castigo que podríamos calificar como cruel para el autor al ser uno de los motivos que causó sus desavenencias con Augusto y su destierro. Publicado aproximadamente entre los años 2 a. de C. y 2 de nuestra era, algunas copias fueron pasando de mano en mano por las bibliotecas privadas y públicas.
Estando en la isla de Elba en el año 9 d. de C., contando ya con cincuenta y dos años de edad, recibió una orden de Augusto por la que se le desterraba a Tomis, un lugar en la costa del Mar Negro, una tierra expuesta a las continuas correrías de los bárbaros de aquella zona fronteriza.
Ovidio no quiso contar las causas de su destierro, aunque sí dice que fueron dos los delitos que lo llevaron a esa situación: uno de ellos, sus poemas, dando a entender que se trataba de su Ars Amatoria. Del otro, no quiso contar en qué consistió y ha generado la investigación y formulación de diversas hipótesis. Pero esa es otra historia y tendrá su oportunidad en otro momento.
En algunas ocasiones Ovidio se lamenta de haber publicado el libro cuyas copias fueron retiradas de la circulación por orden del emperador casi ocho años después de su publicación, lo que hace suponer que no fue esta la causa principal del destierro, sino un pretexto para el castigo, escribiendo el propio poeta: "También nosotros, hace tiempo ya, cometimos un error al escribir esa obra: una culpa que no es reciente se hace acreedora de una pena reciente".
Pese a las circunstancias que determinaron el final de su vida en el destierro, Ars Amatoria y Las Metamorfosis son las obras que han hecho que Publio Ovidio Nasón sea recordado hoy.
Perteneciente también al Libro III de su Ars Amatoria, otro de los consejos de este maestro en el arte del Amor se centra en cómo pueden actuar las mujeres -recordemos la reciprocidad y utilidad de estos consejos para cualquier genero- en caso de necesidad para mantener la relación amorosa.
Entre los muchos consejos e indicaciones que este enviado de Amor que es Ovidio ofrece en su Arte de Amar, el que sigue nos acerca a la conveniencia de cultivar nuestra predisposición y sensibilidad en algunas artes como el cantar y tocar instrumentos musicales evocando así el arte de Orfeo.
Seguidor en los primeros años de Richard Strauss y Claude Debussy, la obra de Stravinsky marcó los Catulli Carmina de Orff, no desde la nueva incursión del compositor ruso en el neoclacicismo en que estaba ya inmerso y que era seguido por otros compositores, sino en obras del tipo La Consagración de la Primavera y, sobre todo, Las bodas, en las que los personajes no abandonaban la escena y las músicas y ritmos eran reflejos obtenidos de los modelos de las antiguas tradiciones.
Los versos de dos escritores nacidos hace más de dos milenios y una música que nace de ellos en el siglo XX nos muestran la relación de estas obras con nuestros días.
Cayo Valerio Catulo falleció con apenas treinta años después de habernos dejado escritas sus obras dentro de la poesía elegíaca.
Carl Orff murió con ochenta y seis años después de vivir periodos convulsos que le hicieron transitar por el Imperio Alemán, la República de Weimar, la Alemania Nazi y la Alemania Occidental.
Publio Ovidio Nasón falleció con más de sesenta años y tras una década de exilio en la zona del Mar Negro en la actual Rumanía. En 2018 la ciudad de Roma revocó su condena al exilio. Habían transcurrido más de dos mil años.
Catulli Carmina concluye con un Exodium (Final) breve, escrito por el propio compositor que se basa en el Eis Aiona del Prealusio y que cierra el círculo de la obra con esa evocación que, en muchas obras, nos acerca a los comienzos.
Muchachos y muchachas: Eis aiona! Eis aiona! Tui sum! (Para siempre. Tuyo soy)
Ancianos. Oi me! (¡Basta ya!)
Muchachas y muchachos. Eis aiona! Ascendite faces! Io! (Para siempre. !Levandad las caras! Io)
El enlace con el Exodium de Catulli Carmina está interpretado por el Coro Polifónico de Córdoba (Argentina) con la dirección de Gustavo Maldino.
- www.kareol.es: Letras y traducciones de óperas y música vocal.
- Publio Ovidio Nasón. Ars Amatoria. Editorial Hiperión. Traducción de Juan Manuel Rodríguez Tobar. 1999
- Cayo Valerio Catulo. Poesía completa. Penguin Clásicos. Traducción de Ramón Irigoyen Larrea. 2019